Partida Rol por web

Elena le hace un gesto a Steve para que guarde la distancia, lo último que necesitaba era encontrarse algo y tener al científico nervioso pegado a sus talones.

Avanzó hacia el pasillo intentando hacer el menor ruido posible, Jake no debía estar demasiado lejos.

Cuando sus compañeros lo van a buscar, Jake se encuentra con ellos de frente, en la puerta, mientras miraba a todos los alrededores con mucho cuidado. La cara se le ve algo blanca por el susto, y agarraba su arma con mucha fuerza, los miró y les dijo;

-Creí ver luces y una persona andando, lo ataque sigilosamente para traerlo aquí, pero no era nada más que un cadáver. Me preocupa que haya algún elemento aéreo que nos esté afectando y nos esté provocando alucinaciones. Si la criatura que crearon los científicos tiene algo que funcione de esa manera, nos costará muchísimo acabar con ella. -Dijo mirándolos.

Al encontrarse con Jake, Freeman suspira aliviado. Tras escuchar sus palabras, contesta. — Tienes razón. Desde que vi el primer cadáver y lo sentí moverse, pensé que los nervios me estaban jugando una mala pasada. — Recuerda. — Pero que estas "ilusiones" nos estén afectando a todos, y que el bicho ese pueda ser el responsable... — Intenta recapacitar. — Eso complica mucho las cosas. 

Steve procede a explicar lo que han encontrado en el laboratorio. — En la habitación número 1 hay abundancia de neveras, ordenadores, pantallas e incluso una asiento clínico para tomar muestras y realizar pruebas. Por desgracia, solo queda una batería auxiliar prácticamente agotada y no hemos sido capaces de encontrarle reemplazo. — Se lamenta.

— Sospechamos que ahí es donde ha nacido nuestro "amigo monstruo". — Bromea. — Hemos alcanzado a ver un vídeo donde la científica Margaret Adams anunciaba unos resultados increíbles sobre un tal "sujeto X"... Algo que revolucionaría la medicina... — Dice, gesticulando las mismas imágenes que ha visto en pantalla hace unos momentos. — Y entonces aparecía la horrenda criatura, encaramándose de aquí para allá... — Resume, con cara de disgusto. 

— Algo tiene que haber salido mal. — Concluye, dudando si la criatura sea el resultado de un experimento accidentado o la mala fe de los científicos. 

- Vaya, pensaba que tanto muerto por aquí ya indicaba que algo fue mal, gracias por la confirmación - miro a Jake - ¿Viste algún fiambre más? Seguro que hay más, lo raro sería encontrar algún vivo y que no estuviera haciendo ruido por ahí.

- Ahora tenemos que seguir adelante, el ordenador tampoco nos ha dicho nada para salir de aquí.

Tras un chasquido lejano algo falla. La temperatura de la base desciende. Poco a poco.

— ¿Será posible...? — Farfulla un Steve sacado de quicio. — ¿Primero las luces, ahora la calefacción? — Pocas cosas le irritan tanto como las máquinas que no funcionan cuando deben. — Continuemos pues: por aquí nos falta revisar la habitación cuatro, a no ser que Jake la haya limpiado ya. En ese caso, solo podemos avanzar hacia la número nueve. —  Involuntariamente, el técnico comienza a temblar. — Con algo de suerte, tal vez encontremos las calderas de este antro... 

SALA 4: SERVICIO.

Este lugar es sin duda alguna un baño. Esta dotado de una ducha, un retrete y dos lavamanos. El lugar está impoluto. La masacre no llegó hasta aquí. Todo está en orden y un ligero aroma a flores flota en el ambiente. Un aroma que evoca un paraíso idílico que está muy lejos de aquí.

— Presiento una cierta ironía en que la bestia que nos acecha haya respetado la intimidad del retrete, de todos los lugares posibles... — Dice el técnico, arrugando una mueca ante el olor artificial del aromatizador. Tapándose la nariz con el brazo, procede a lavarse las manos y la cara, luego se coloca algo de agua fría en el cuello. — Joder... Esta tensión va a destrozarme las cervicales.  — Piensa, mientras estira los hombros.

— ¡Despejado! — Comunica a sus compañeros levantando un poco la voz, sin llegar a gritar. — Avancemos en dirección a la habitación nueve. En un minuto os alcanzo. — Con escasa esperanza, Freeman abre la taza del inodoro, después inspecciona la tapa y el interior del tanque. Por último, ojea la ducha. Tan maniático como siempre, Steve nunca se rinde en su búsqueda por encontrar algo que pueda ayudarles a sobrevivir.

Elena deja hacer a Steve, se lleva una mano a la cabeza, pues seguro que el bicho ahora le huele antes ahora que se ha echado jabón perfumado, lo mismo era por el instinto de pasar desapercibida, pero a veces lo mejor era oler a mierda para no destacar.

Espero que acabara su registro para seguir avanzando, se le veía ilusionado buscando, lo mismo encontraba una revista guarra en el váter.

Avanzáis en silencio, con precaución, barriendo el pasillo con las linternas. La temperatura desciende otro par de grados. Por el momento no es molesto ni os perjudica de ninguna forma.

Tras el corto pasillo, junto a la entrada de la siguiente sala, hay un cuerpo sin vida. Es un científico que tiene una linterna en la mano. No funciona pues está rota. Esta apoyado contra la puerta, junto al panel que permite abrirla. Sin lugar a dudas fue asesinado, pues varias puñaladas han desgarrado su piel y su carne.

Miré con cierto asco el cadáver, y les relaté a mis compañeros;

-Con aquél cadáver tuve esa extraña visión. Como si aún estuviera vivo y su linterna funcionara, realmente fue molesto. Vamos a la siguiente sala, eso si, intensifiquemos nuestro cuidado, puesto que parece que ahora vienen habitaciones más grandes. -

Dijo, tras lo cuál comenzó a mirar a todos sus alrededores, incluyendo entradas de ventilación así como el techo, y se dirigió a entrar a la sala número 9.

El técnico gruñía con decepción. No solo no había encontrado ninguna "revista" con la que amenizar su paso por aquel infierno, sino que encima había quedado impregnado del aroma a flores, convirtiéndolo en el blanco perfecto para la bestia.  

— ¡Maldición! Odio estas "fragancias de supermercado"...  — Piensa mientras, con poco disimulo, se acerca a Elena, por poco abrazándola.  — Disculpa... Es que empieza a hacer frío, ¿Sabes?  — Pretende, mientras espera que el fuerte olor corporal de la acechadora ahuyente el aroma floral de sí mismo.

Después de escuchar a Jake, Steve queda mirando el cadáver que, igual que ellos, tiene una linterna el mano. Asiente y no dice nada más; poco a poco, el técnico se acostumbra al macabro espectáculo de la muerte.

Elena deja un cuchillo bastante cerca del ojo de Steve.

- No te pongas cariñoso ahora, cuando el bicho venga por tus florecitas te protegeremos, así que se un buen cebo y no hagas cosas raras.

- Sigamos adelante antes de que vengan mas misiones.

Steve se palpa el ojo con tacto, comprobando que conserva todas sus pestañas.

— Elena García, de todas mis flores, tú eres la más preciada... — Contesta el técnico de chanza, en un tono romántico un tanto fuera de lugar.

Jake encontró demasiado extraño el comportamiento de Steve, y mirando a Elena le dijo;

-Puede que sea otro veneno aéreo que esté haciendo que Steve actúa como actúa. Deberíamos ver si podemos encontrar alguna mascara de gas en este lugar, o cortar las ropas de algunos de los muertos y hacernos mascarillas. -Dijo, con seriedad.

- El veneno de Steve se llama ser gilipollas, se ha limpiado con ese jabón y ahora canta más que una puta barata, por lo que será el primero en ser olido, lo que nos da ventaja. Pero si quieres hacer mascarillas no me parece mal.

La temperatura desciende de nuevo, no lo suficiente para que el frío atenace vuestros huesos. Un leve pitido recorre el lugar, aprovechando el silencio. La voz metálica que le sigue dice, con sorprenderte claridad:

-Base sellada. Protocolo de eliminación de amenazas en marcha. Eliminando atmosfera para esterilización posterior.