Partida Rol por web

En la planta baja no hay ventanas solo un par de pequeños y sucios tragaluces tragaluces que dan a un despacho, parece que no hay nadoe en el despacho y las luces están apagadas, hay una puerta al lado vuestro para acceder al despacho

En el cuarto oscuro que habeis examinado atraves de los mugrientos tragaluces no oyes nada. Cuando te acercas a escuchar las puertas principales y escuchas oyes un murmullo de voces muy lejano

Dieter señaló a sus compañeros hacia el lugar del que sale un ligero haz de luz, una ventana del piso superior. Luego se concentró en su labor. Giró el pomo todo lo silenciosamente que pudo, para comprobar si la puerta estaba abierta o no.

En su interior, sabía que no había muchas posibilidades de que la puerta estuviera abierta. En ese caso, tendría que plantearse si valía la pena, como decían sus compañeros, cometer un delito de allanamiento por una simple suposición no confirmada.

El pomo se movió ligeramente, pero pronto encontró tope. La cerradura estaba echada. Dieter apretó los labios. No estaba seguro de que debiera intentar forzar la cerradura. No es que lo que estuvieran haciendo hasta el momento fuera inofensivo o perfectamente legal, pero aún la línea del delito no se había atravesado del todo. Era más la intención que el hecho. Sin embargo, si intentaban abrir la cerradura, daría igual la duda razonable, la sospecha de actividades ilícitas y todo eso...ellos no eran agentes de la ley...es más...en este momento, eran más bien criminales.

El suizo intentó concentrarse, pegado a la puerta y reclinado sobre la cerradura. Observó el modelo y tanteó si sería capaz de \"abrirlo\" sin ocasionar mucho daño en el mecanismo. De un vistazo a sus compañeros, se encogió de hombros y empezó a manipular la cerradura. Su intención era intentar abrirla dañándola lo menos posible.

(la satisfacción de un trabajo bien hecho)...y la preocupación de una situación incómoda. Ya estaba hecho. Técnicamente, acababa de cometer un delito el mismo día que había llegado a América. Intentó no pensar mucho en ello, sólo le embotaría la mente y ya no iban a echarse atrás. Observó un momento la cerradura, parecía en buen estado y no tenía marcas evidentes. Lo único, claro está, es que quedaría abierta, pero aquello no sería un problema. Si alguien se sorprendiera de que el pomo giraba, simplemente pensaría que a algún despistado se le había olvidado cerrarla.

Ahora tocaba entrar en el despacho. Dieter hizo señales a sus compañeros para que le siguieran. Había una mesa en la pared de al lado, y otra puerta frente a ellos. Dieter, mediante gestos, indicó a Angelo que mirara en silencio por lo que parecía un escritorio. Quizá entre los cajones encontrara información de qué tipo de almacén (Dieter suponía que se trataba de un almacén) era este...propietarios, firma...etc. Luego, junto con King, se acercó a la otra puerta después de cerrar la primera (cerrarla siempre y cuando comprobara que podía girar el pomo y salir por ella primero) y repitió la operación, esto es:

Miró bajo la puerta por su algún tipo de luz o claridad asomaba. Si todo estuviera a oscuras, cada uno puesto a un lado de la puerta, cogería el pomo y abriría un poco, lo justo para poder asomarse. Esperaba que el \\\"almacén\\\" tuviera una cierta iluminación por las ventanas que, a pesar de la oscuridad, le ayudara a hacerse una idea de lo que veía. Esperó que el pomo se moviera, ya que se trataba de una puerta de interior, pero al tratarse de un despacho, en fin...se preparó para tener que volver a \\\"forzar\\\" la cerradura.

Dieter observó el apagado almacén, pensativo. Al ver la luz encendida, en lo alto, se arriesgó a asomarse un poco más, pero primero se aseguró en lo posible que no hubiera nadie en el piso inferior, vigilando cualquier movimiento con la vista, intentando ocultarse lo mejor posible.

Entre la luz, buscaba alguna sombra, alguna silueta que se moviera o que tuviera forma humana. También hizo un gesto a sus compañeros para que no hicieran ningún ruido, y procuró prestar atención por si lograba captar algún sonido identificable.

Señaló a King la situación, frente a la puerta, de una caja de conmutadores, sólo para que lo supieran. No era muy juicioso encender luces en ese momento. También les llamó la atención acerca del coche y se fijó si podía ser el mismo vehículo que vieron llevar al tal Roerich unas horas antes.

La situación comenzaba a ser inquietante. Si el vehículo seguía allí, era más que probable que sus ocupantes rondaran el almacén, y aquello podría ser peligroso. Dieter se acercó a sus compañeros para susurrarles:

< Creo que hay una buena zona de sombra hasta las escaleras. Seguramente decida intentar acercarme en sigilo, a menos que alguno de ustedes tenga algún tipo de experiencia en...lo que sea que estamos haciendo. Llegados a este punto, todo este esfuerzo no servirá de nada a menos que demos con alguna respuesta, y sospecho que ésta está al final de las escaleras. Tendré mucho cuidado, pero espero que me cubran. Si vieran que, por alguna circunstancia me pongo en peligro, corten la luz en la caja de conmutadores y diríjanse inmediatamente hacia la salida por aquí. ¿Están de acuerdo? >

Dieter hablaba reposado, como si las palabras pesaran mucho al salir de su boca, y le costara respirar. Notaba la boca reseca los ojos le escocían un poco. Seguramente estaba sudando, pero con la humedad que provenía del puerto no podía estar seguro.

Todo el almacén permace en silencio pero de muyy lejos os parece oir una voz proveniente del piso de arriba

oyes ruido, algguien se acerca

Cuando ois que bajan no odeis evitar poneros nerviosos, aprovechais los sitios que encontrais y las sombras para ocultaros lo mejor que podeis desde donde estais veis bajar a cuatro hombres:
El primero de ellos parece tranquilo, de constitucion atletica y lleva un sombrero. El segundo es muy corpulento y su gran embergadura hace que destaque por encima de sus compañeros.
El tercero es un hombre de estatura media y de constitucion delgada, lo que mas os llama la atencion es que lleva las manos atadas a la espalda y lleva un saco en la cabeza.
El cuarto y último hombre parece un hombre nervioso, que no para de mover la cabeza de un lado para otro, parece que sus ojos atraviesan la oscuridad en busca de algo

Dieter se oculta en el lugar más oscuro que encuentra, y permanece quieto, sin mover un músculo. Eso sí, todo lo cerca posible de la salida sin poner en peligro su escondite.

Decide ir en esta aventura para ayudar en cualquier caso, aunque no es un tipo violento sabe que es una accion peligrosa y esta preparado, al pasar este susto se apura a buscar un lugar donde esconderse bien y cuando los tipos decienden trata de escuchar que es lo que dicen.

Nick se esconde donde buenamente puede, mientras piensa que Dieter ya estará contento: los secuestradores le han ahorrado el trabajo de subir las escaleras.