Partida Rol por web

El rumbo prefijado era el acuario subterráneo, daba escalofríos pensar las consecuencias tan nefastas que podría ocasionar si dañasen la estructura hasta tal punto que el agua arrasase con todo lo que estuviese a su paso.

El sistema de teletransporte os dejó en las afueras del acuario. La zona estaba totalmente acordonada por la policía que tenía controlado el lugar para que nadie entrase y que aquellos que consiguiesen salir pudieran hacerlo en un entorno seguro. En cuanto las fuerzas del orden os vieron llegar sabían que erais los refuerzos que necesitaban en ese instante.

Notasteis que había miedo y tensión en el ambiente. No es que la policía fuese un departamento incompetente, pero estaban acostumbrados a que las creaciones del Dr. Light les sacasen de problemas en las últimas décadas.

Bajo la aprobación del sargento al mando, os adentrasteis en las instalaciones. El acuario era un lugar muy atractivo para el público, un lugar decorado con motivos marinos, paneles holográficos informativos de última generación y grandes cristaleras que servían como expositor de la fauna marina natural.

Al principio todo parecía normal, tranquilo. No había ni rehenes ni desperfectos, pero sabíais que eso dentro de poco iba a cambiar.

En el momento que descendisteis a las zonas más complejas del acuario empezasteis a ver las consecuencias de los ataques. El agua llegaba a cubrir una cuarta parte de vuestro tamaño, las cristaleras estaban rotas. El ambiente estaba silencioso, tenso, enigmático. Algo que os extrañaba en vista de cómo estaban los alrededores y todo el pavor que se había generado tras el ataque al acuario.

De repente os llegará una comunicación, se trata del Dr. Light.

La cobertura no es perfecta pero sirve para recibir un mensaje claro: hay un gran grupo de rehenes atrapados en los niveles inferiores. No sabíais las condiciones exactas, pero si allí había tanto silencio es porque todo el mal estaba concentrado en un único punto.

Tras detenernos lo mínimo posible en el laboratorio del Dr. Light reparamos nuestros daños. Me sentía mucho mejor al volver a tener la capacidad de moverme a pleno rendimiento porque aun quedaba un lugar donde necesitaríamos nuestras habilidades, Un parpadeo después estábamos en el Acuario Subterráneo.

Parecía que la policía había acordonado la zona y al menos impedía que más gente desinformada pudiera acceder al recinto. Sin embargo, me preocupó ver que la situación estaba lejos de resolverse. Necesitaríamos entrar con todo. Visiblemente más tranquilos desde que aparecimos en escena, los policías nos dejaron entrar al acuario.

Al principio tan solo estábamos ante un acuario sin visitantes. No había casi ningún destrozo y lo poco que había fuera de lugar probablemente había sido causado por la evacuación, pero la cosa cambió cuando descendimos a los niveles inferiores. Algunos de los tanques de agua habían sido destruidos y el agua nos llegaba por encima de las rodillas. Iba a ser muy complicado llevar a cabo una operación de rescate o de combate en esas circunstancias. Fue entonces cuando recibimos una transferencia del Dr. Light. Al parecer había rehenes en los nivelen inferiores. Debíamos encontrar alguna forma de localizarlos y sacarlos de ahí antes de que se pudiera inundar todo.

- ¿Alguna idea de cómo sacar a la gente con tanta agua? - pregunté a mis hermanos

Me encontraba mejor después de las reparaciones y en general después de ver que mis hermanos estaban bien. Ahora habíamos de centrarnos en nuestro siguiente objetivo, y entonces comencé a sentirme incomodo. Nunca había trabajado con un equipo, siempre era un lobo solitario, y empecé a preguntarme como actuar si ocurría una u otra cosa.

Por suerte, no me dió tiempo a pensar mucho pues pronto nos encontrariamos descendiendo en las profundidades del acuario subterraneo donde el agua amenazaba con cada piso a subir más y más. Fue entonces cuando Roll hizo quizás una pregunta clave tras la transmisión del doctor.

-Buena pregunta... Mi protoshield es unidireccional, no me serviría para proteger a los rehenes del agua. A no ser que tengais alguna forma de pasar rápido entre el agua, igual nos toca nadar... Pero no podemos hacerlo todos a la vez. Igual nos toca dividirnos de nuevo - mencioné finalmente mientras me rascaba la barbilla tratando de pensar en una manera de actuar correcta.

-Por suerte, esta vez todos estaremos muy cerca, así que aunque nos dividamos, si viene Napalm Man podremos reunirnos pronto. Igual habría que mirar quien es más agil de los tres para sacar a los rehenes de aquí, y ese debería ser quien se encargase de ello. Mientras, otro trata de poner orden y calma entre los rehenes que queden y el último procura defender los posibles caminos para evitar la venida por sorpresa de Napalm Man... - Era el único plan que se me ocurría. Obviamente había otros más arriesgados, o quizás más resolutivos, pero hacia donde ibamos era incierto y perdiamos comunicación según bajabamos.

Tras ver como Mega y Roll estaban derrotados con Chill Man, solo pensaba en protegerlos, por eso pensé que ese sería el mejor plan.

Sabiendo la grave noticia avanzasteis con más presteza a pesar de las complicaciones en el camino. Muchos muros bloqueaban el paso, usar las armas era un riesgo difícil de asumir puesto que dañar la estructura de forma aleatoria podría provocar algún derrumbe o fugas adicionales de agua. Precisamente el agua era otro de los hándicap a los que os teníais que enfrentar.

Justo cuando queríais descender a un nivel inferior, os encontrasteis con un tramo totalmente destruido. El agua pasaba a través de aquel gigantesco agujero y en aquellos momentos deseabais que ningún civil hubiese estado en ese punto en el momento de la destrucción.

Si se quería avanzar había que realizar un salto muy, muy apurado. Por desgracia, tras examinar los alrededores se sabía que era el único camino posible para llegar hasta la sala donde estaban los rehenes.

En estos momentos simplemente pensabais que aunque aquel salto entrañaba riesgos, el hecho de que lo estarían pasando aún peor los rehenes (sus miedos, sus inseguridades), os hizo coger las fuerzas suficientes para llevar a cabo la maniobra. Había muchas expectativas puestas en ustedes…

Resumen de mi post (que por algun motivo se borró D:)

Megaman estaba todo este rato callado meditando y razonando como llevar a cabo la operación para protegeros y no depender de que le volváis a salvar. Al llegar al salto, el se ofrece a hacerlo primero y lo consigue... y para ayudaros, desde el otro lado, usa el arma de Chill Man para congelar el agujero del que sale todo el agua para que lo tengáis más fácil.

Hasta ahora habíamos tenido bastante suerte con el agua. A pesar de tener que sumergirnos en parte no habíamos encontrado ningún lugar donde hubiéramos tenido que atravesar corrientes fuertes de agua, pero eso estaba a punto de cambiar. Llegamos a un área donde tendríamos que realizar un salto bastante complicado para avanzar. El precio a pagar por fallar era ser arrastrado por la corriente y sentí angustia al pensar en que algún civil pudiera haber sufrido ese destino. 

Por suerte nuestro hermano Mega Man fue el primero y congeló parte del agua, haciendo aparentemente mucho más sencillo el salto. - ¡Genial, Mega! ¡Eres increíble! - Tras agradecer su acción a mi hermano tomé carrerilla y di el salto hacia el otro lado.

Una vez superado el obstáculo, continuasteis por el camino. Por suerte no había perdida, los túneles principales os dirigirían a la gran sala de exposiciones donde el Dr. Light os había informado que se encontraban los rehenes. Lo único que os llamó la atención es que en todos esos metros de recorrido no os encontrasteis ningún robot enemigo y mucho menos a Napalm Man. Finalmente, tras más de 20 minutos recorriendo túneles derruidos y sorteando escombros y zonas parcialmente inundadas, encontrasteis el acceso a la gran sala.

Intentasteis ser sigilosos, pero allí todos sabían que el equipo de rescate aparecería en cualquier momento. Una vez accedisteis encontrasteis lo que sería una enorme sala circular decorada por grandes acuarios que albergaban todo tipo de seres marinos.

Para vuestra preocupación, detectasteis a más de una veintena de rehenes que estaban apostados en el centro de la sala, maniatados y bajo la vigilancia de un grupo de robots enemigos. En cuanto os vieron entrar en acción, otro grupo que estaba estratégicamente situado comenzó a atacar el cristal reforzado de los acuarios con la idea de ocasionar una catástrofe acuática.

Según avanzabamos empezamos a ver al final los tuneles realmente importantes del acuario, pero la mayor parte destruidos por Napalm Man. Tenía muy claro que no le pensaba dejar continuar con su destrucción, pero en parte me preocupaba el como estarían las criaturas marinas.

No mucho más allá nos salieron al paso unos bichos mecanicos de nuevo - Otra vez... la morralla de Napalm Man. Manteneros tras mi escudo si os veis en peligro. - No preparé el escudo, al contrario, cargué el buster pues quise acabar con ellas de golpe.

Por suerte, destruí con eficacia a uno de nuestros enemigos. Por desgracia, quise hacerlo demasiado rápido para avanzar cuanto más rápido mejor, y es por ello que tras destruirse la maquina enemiga, uno de mis disparos se dirigió a la cristalera - Mierda... - Pero estuve más atento al cristal que a los enemigos y me di cuenta tarde de que nos dispararon a todos - ¡CUIDADO! ¡A cubierto! - Más facil decirlo que hacerlo.

No me gustaba nada de nada no estar encontrando nada en estos túneles... ¿y los rehenes? ¿Los robots? ¿Donde estaba Napalm Man? No lo se... y lo peor es que esos nervios no me dejaban disfrutar de las vistas que ofrecía el acuario.

Y entonces, los malos aparecieron... Esta vez no pienso dejar que me pisoteen otra vez -De acuerdo Proto- asentí a mi hermano mientras preparaba mi blaster, al mismo tiempo que Proto Man iniciaba el ataque contra los esbirros de Napalm Man... y ellos lo devolvían, no solo hiriendonos a nosotros sino también al cristal del acuario -Ahhh- me quejé, pues obviamente dolió... ¡pero eso no me amedrentaría! -¡Veamos que hacéis contra esto!- dije, empezando a disparar a los robots con mi blaster en varias precisas andanadas... ¡esta vez no me voy a confiar!

Los pasillos del acuario nos guiaron hacia una sala central que en otras circunstancias hubiera sido una visión preciosa. Había decenas de criaturas marinas grandes y pequeñas nadando en torno a nosotros al otro lado del grueso cristal. Por desgracia no tendríamos tiempo para disfrutar de las vistas: había demasiados rehenes retenidos por tres robots de Napalm Man. Estaba claro que solo era una trampa o una distracción, pero no podíamos dejar a toda esa gente a merced del Robot Master.

Cada uno de nosotros decidió hacer frente a una de las criaturas. No sin algo de esfuerzo y con algunos daños pude oír cómo mis hermanos destruían a sendos robots. Tan solo quedaba yo. Respiré hondo para concentrarme mientras analizaba el movimiento de mi enemigo y abrí fuego con mi blaster. Pude ver cómo mis disparos hacían blanco y destruían a mi objetivo, pero algunos de los impactos fueron a dar en el cristal del acuario. Solo podía esperar que el daño no rompiera el vidrio.

De pronto, una vez que los enemigos fueron abatidos, un estruendo se escuchó de una sala contigua... ¡parte de una pared se había derrumbado!

En mitad de la humareda apareció Napalm Man el cual molesto observó como sus esbirros no habían conseguido defender la zona de los rehenes tan bien como él esperaba.

- Malditos trozos de chatarra inútiles, al final tendré que hacer el trabajo sucio yo mismo - comentó mientras se fijaba directamente en ustedes.

- No creáis que me asusta que estéis aquí. Mi trabajo aquí prácticamente ha concluido, tan solo falta ponerle la guinda al pastel... una vez que destroce vuestros cuerpos de titanio en cientos de pedacitos - tras esa sutil amenaza que ni por asomo iba a haceros retroceder, Napalm Man cargó sus armas con intención de enfrentarse él solo contra los tres, sin temor, con movimientos calculados... con una confianza ciega en su victoria.

- ¡El maestro estará orgulloso de mi! - ¡y así comenzó el combate final del acuario! Los rehenes permanecían asustados ante lo que estaba a punto de acontecer. Rezaban para que las creaciones del Dr. Light salvasen la situación.

Viendo que los tres secuaces acabaron destrozados sonreí - Una cosa menos, o más bien tres. Muy bien hecho Roll. Al final nos eres de más ayuda de lo normal. - Anduve un par de pasos para adelantarme un poco - Bueno, terminemos con esto, cacemos a NapalMan y ayudemos a la gente que esté atrapada

No obstante mis palabras fueron un tanto equivocas, pues fue Napal Man quien nos encontró a nosotros interponiendose en el camino para seguir avanzando y obligandonos a luchar con el. - ¿El maestro? Hablas en pasado montón de chatarra. Perdiste una vez contra Mega, y esta vez somos más apoyandole. Ni te pienses que seguirás con vida - Cargué el buster para atacar, pero esta vez fuí más avispado y vi que el también tenía intención de atacar

-¡Cuidado! - Saqué entonces el escudo para protegerme - ¡Detrás de mi! - Y avisé a mis hermanos para protegerles a ellos. Recibí el impacto conteniendolo mientras veía a NapalMan por la rendija de mi escudo - Mega, Roll, es vuestro turno. Intentaré protegeros todo lo que pueda, pero no prometo nada. Ahora acabemos con esto.

Menos mal... ya era hora de que apareciera ese maldito de Napalm Man, además de que por fin encontramos a los rehenes que tenía -¿Que has hecho Napalm Man? ¿Y quien leches es ese maestro del que hablas si Willy esta más que derrotado?- le pregunté al verle tan gallito diciendo que su trabajo ya estaba hecho. Ya vimos la bomba que había puesto Chill Man, a saber que habría puesto él.

De todas formas, no hubo más tiempo que pensar, pues nos tuvimos que refugiar tras nuestro hermano cuando la pelea comenzó. Su escudo estaba parando bien las balas -No te preocupes Proto, ¡nos encargaremos nosotros! ¡Vamos Roll!- dije muy convencido. Sabiendo lo duro que era el blindaje de Napalm Man, decidí activar las armas de Shadow Man, y dispararle saliendo de la cobertura del escudo de Proto un buen shuriken, a ver si con eso le bajaba los humos.