Partida Rol por web

¿Qué demonios pasa? ¿Por qué no recupero mi forma humana? O no humana...

Hirotaka teme la visión de las cerbatanas y las redes de los jardineros, pero si empieza a moverse en forma de oso, ellos sospecharían de él. Entonces, decide relajarse. Respira profundamente. Su aliento ursino surge de su garganta animal mientras se sienta sobre sus cuartos traseros, viendo la escena que se está desarrollando. Apenas puede controlar los nervios que siente ante las cerbatanas, pero un poco sí que puede.

Calma Hiro. Lo estás haciendo muy bien.

Mira a la changeling planta que había surgido de la tierra y a la cual ayudaron con los tentáculos y le asiente, a modo de devolución de agradecimiento en cuanto le mire, para que sepa que no es un "oso".

Finalmente Hirotaka logró controlar su forma de oso y regresó a su semblante changeling, el cual era una mezcla de todas las bestias que era. 

Habían estos changelings surgido igual que él, o casi igual que él, pues no del todo se acordaba, su pasaje, su escapatoria, sus funciones al servicio déspota de su hada. 

La changeling planta le devolvió el saludo, una semblanza de saludo cortés que hubiera visto en los campos en Japón donde se paseaba de joven.  

Ahora bien, por la alharaca allá arriba, parecía que pronto le darían un cerbatanazo al mono.  ¿Intenvendrá en algo antes de que pase?    El pobre changeling tiene esa actitud de susto de primate cuando el peligro inmediato se aleja y no sabe bien porqué. 

—¿«El Jardín»? —preguntó Anna. Aquello no había aclarado sus dudas—. Y ¿qué sitio es ese? ¿Seguimos en el Seto?

Una mujer que parecía ser la líder se acercó. Dijo algo al samurái y a la oscura, ante lo que Anna respondió con un leve asentimiento, pese a que no había entendido ni una palabra. Pero parecía que quería que la siguiesen.

Antes de irse, la changeling planta abrazó delicadamente con sus vainas a Anna. Ésta se quedó quieta y se limitó a forzar una sonrisa. Durante su tiempo en Arcadia, raras fueron las veces en que recibió muestras de cariño sincero. Y había pasado tanto tiempo sin esbozar una sonrisa sincera que prácticamente había olvidado cómo hacerlo.

En lo alto de un árbol, el changeling mono parecía haber perdido el control. Anna lo miró, preguntándose si debía hacer algo. Pero lo máximo que podría hacer era escalar el árbol para acercarse a él e intentar tranquilizarlo. Y tampoco se le ocurría cómo. Tras pensarlo por un momento, acabó por decidir que sería mejor que se encargaran los demás de solucionar el problema.

Finalmente, Anna acompañó al samurái, allá a donde quisiera llevarlos aquella mujer.

Jacobo se interrumpió un momento para restallar a la distancia:
-¡No, amiga, se refiere al jardín botánico! ¡Estamos, o estáis, en el mundo humano ahora!-

Como changeling, consideraba que tenía un deber elemental de avisar de tales cuestiones a alguien que se hallara confuso. Acto seguido, reanudó la conversación con la que le estaba atendiendo:

-Como le iba diciendo, sí, yo ya estaba aquí. Meiji y yo fuimos atacados de repente mientras investigábamos y estábamos defendiéndonos cuando llegaron ustedes y ellos. Pero aun así es la primera vez que vengo, por eso lo preguntaba, aquí parece ser el pan de cada día. ¿Y por casualidad han visto antes a esa visitante en concreto? -señaló a la silueta que desaparecía en el lago. Aunque no sabía si su mirada humana sería capaz de reconocerla.

Definitivamente les falta mano izquierda. se dijo, retomando el hilo de las deducciones que acababa de hacer, al ver por el rabillo del ojo el poco tacto que aplicaban a las bestias nerviosas.

El cerbatanazo vs el changeling mono, a pesar de la distancia y la agilidad de este, fue certero.   Se agitó entre las ramas algunos momentos, inseguro de si gritar vs. el hada o contra avispas invisibles o contra quienes allá abajo lo aguardaban.    Los jardineros sacaron una red y se estuvieron abajo, tratando de colocarse justo donde.... cayó, deshuanzado, como fruta madura, y con un circense rebotar...  ¡Ya está!   -dijeron, contentos de que la operación hubiese sido mucho más suave que con Hirotaka

Los espíritus, las 妖精, si, salen aquí, seguido, con una frecuencia desconocida Fairest-san.  Y ustedes salen con ella. 

¿A esta?, en particular, sí, en esta época se le ve salir.  Aunque viste diferente cada vez, al menos lo que yo alcanzo a ver.   -Le tocó preguntar:-  ¿Porqué ustedes no hablan japonés? 

La jardinera líder de la cuadrilla los invitó a seguirla, a quienes no estaban heridos, hacia el invernadero cerca de la entrada.  Los escoltaron un par de los monjes con sal en las bolsas en forma de linterna, aunque el samurai, con las manos en la empuñadura de las katanas guardadas hubiera sido más que suficiente para cualquiera.

A los heridos, en camilla, hacia el otro lado del jardín, los llevaban.     Se veía como un vivero o laboratorio. 

El atardecer ya no tenía aquel círculo naranja que llaman sol.

¡Estaban en el mundo mundano! Bueno, eso era una buena noticia para Anna, pues estaba harta de deambular por el Seto.

Algo que le sorprendió mucho fue que el hada saliera por allí habitualmente. Si eso era cierto, entonces aquel era un lugar peligroso. También le extrañó que preguntaran si no hablaban japonés, como si eso fuese raro.

—Eh… Yo nunca he sabido hablar japonés… ¿Dónde estamos? Estamos en Miami, ¿no? —preguntó, algo temerosa de la respuesta.

Mientras tanto, los jardineros decidieron abatir al changeling mono sin miramientos, que cayó como un saco. Anna se preguntó si eso había sido de verdad necesario. Pero a decir verdad, tras todo lo que ella misma había pasado, no es que le preocupase demasiado en ese momento.

Haníbal presionó el contrato-llave contra la cerradura de la puerta con espinas.   Las claúsulas que bailaban finalmente se asentaron, y no sólo aparecía la nota adivirtiendo:  "Cualquier pérdida de cordura es responsabilidad exclusiva del cliente.  La empresa no se hace responsable de ninguno de los daños que esto pueda ocasionar.", sino que también lo que tendría que dar a cambio:

Hacer algo. 

¿Así nada más?  ¿Algo?  

Abrió la puerta, un resplandor verdoso iluminaba todo.  Y allá, más adelante, lo vió.   No podía verle la cara, le daba la espalda, ensimismado jugando con algo, ¿unas piedras?  pero aún así un torrente de sentimientos le llegaron a Haníbal, amor, cariño, sorpresa, dolor dulce, ¿saudade? responsabilidad, algo de enojo comprendido, apego, desapego, conciencia desde lo más profundo un torrente, acompañado de las cosas cotidianas de alimentar, cambiar pañal, dejar en cuidardo.  Todo era una mezcla, que llevaba como tema en la música, un amor difícil de describir para quien no lo ha vivido.   Un torrente de sentimientos ¿humanos, animales, universales?  

Estaba ahí, la calidez de la luz verde lo indicaba.

Un sendero llevaba a él.

La jefa jardinera frunció el seño cuando Anna dijo que nunca había hablado japonés.    La miró, comparándola con una tira de papel de varias tonalidades de oscuro que traía en la mano.  Movió ligeramente la cabeza, como extrañanegandose algo, pero decidió mejor seguir caminando hacia donde iban. 

A un visitante perdido le informó que estaba cerrado el Jardín y que la salida era por allá.  Cuando este miraba azorado a la gente de la comitiva, la jardinera le aclaró:  Estaban perdidos, dijo, estos turistas, pero ya vamos a la enfermería.   Lo escoltarán a la salida a usted.   E inmediatamente un par de ayudantes se llevaron a aquel otro con la premura que se había metido en lugares donde no debía, bloqueándole un poco la vista al tomarlo "amablemente" de las manos para guiarlo con la cortesía de un guardia de seguridad en un restaurante elegante.

Al ingresar en aquella habitación si bien no podía verle la cara,el, en lo mas profundo de su ser lo sabía,estos sentimientos que eran difícil de describir con palabras solo podían resumirse de una sola manera,los sentimientos de un padre hacia su hijo o hija,y lo sentía,realmente lo sentía...las voces que aún oía aunque lejanas no podían compararse a lo que el ahora mismo sentía...quería verle la cara a su primogénito/primogénita tenía que saber como era el o ella,ahora todo cobraba sentido, Hanibal realmente había sido padre en Arkadia entonces ¿eso significaba que lo o la había dejado atrás para poder escapar?,¿tenía un plan para rescatarle en el futuro?.

Siguió caminando y aunque quería romper en llanto por su hijo/hija era su padre después de todo y solo le mostraría una sonrisa cálida.

Finalmente cuando estuvo frente a frente al hijo/hija de el,Hanibal inconsciente derramo lagrimas de alegría y su mascara se resquebrajaba ahora en el sueño,pero no le importaba porque a continuación dijo:

-Hola,pequeño/pequeña soy yo, soy tu papá, y vine a tu lado para que regresemos juntos y no voy a permitir que nada ni nadie te haga daño,no temas y volvamos juntos.

Dicho esto le extendió la mano a su hijo/hija y sentía como si ese sentimiento de el como padre se expandiera dentro de la habitación,como si de repente el sol estuviera saliendo y los abrazaba a ambos en su calor envolviéndolos pero sin hacerles daño.

Este era el sentimiento de amor que sentía Hanibal por su prole.

Y no había dudas,si alguien intentaba atacarlos ese sol que había salido los rayos del mismo se convertirían en armas para protegerlos

Calló y miró un momento al turista de reojo, para hacerse una idea de cómo era el personal que visitaba el jardín.

Cuando se lo hubieron llevado, repuso con un encogimiento de hombros: 

-Su superior de usía quería contratar los servicios de mi agencia y  no mencionó que fuera indispensable. ¡Si lo llego a saber, me hubiera traído un diccionario!

Conque una presencia habitual. ¿Sería aquella la "cosa peligrosa entre las lluvias de la tarde"? Y si era así, ¿dónde estaba la oportunidad? En cualquier caso, ahora veía la situación más claramente así que no había sido un completo desperdicio

¿Sabrá algo esta gente que acaba de salir de la tierra cual zanahoria? Se dirigió de nuevo a aquella perdida.

-¡Casi! En Boca Ratón. Estamos a un rato de Miami.

Los camilleros llevaron a Oleisky lejos de la Changeling que había encontrado. Por un momento estuvo tentado de dar por finalizado el trabajo de la brújula, pero al ver que se separaban decidió esperar un poco.

Al ver que le llevaban a un laboratorio se preocupó un poco, pero dado que estaba bastante herido decidió dejarse llevar. La verdad es que habían pasado muchas cosas en poco tiempo y echaba de menos la tranquilidad de su taller. Pero parecía que todo iría bien. Ahora tenía que centrarse en recuperarse. Pero permaneció atento (por si volvía el peligro).

Y así en la conversación de bienvenida se los llevaron a descansar y recomponerse.   Era una casita de madera, cerca de un templo shintoista, parte del atractivo del sitio, pero realmente funcional.  El lugar tenía tatamis y té, alimentos varios, y ahí descansaron, en posición de loto para alguna ceremonia de bienvenida, la gente del jardín botánico.  Para el samurai era algo natural la forma en que actuó y tomó todo, ceremonioso.  Quizá era para él todo eso, pero trataron por igual a Anna, Jacobo y, por supuesto, a Hirotaka. 

Les dieron batas, almohadas de esas para el cuello nomás, y les mostraron una pequeña habitación a cada uno en ese lugar de huéspedes.  Descansen, mañana platicaremos.  Ahora están seguros.   Ceremoniosos.  

Jacobo-san, nos ha dicho Shinzo que le demos esto.  -Era un folder con notas impresas y fotografías de cámara de seguridad.  Además había un usb con logo del Jardín Morakami.   Es bienvenido a quedarse, pero si prefiere le podemos llevar en uno de nuestros autos a Miami.  

Por su parte, en el laboratorio las cosas eran más complicadas.  Oleisky estaba muy mal herido y los atendientes buscaban tejer su cuerpo de paja de nuevo.   Llamaron a una artesana, experta en canastas, para ello.  Tomará unos días que salga. -les fueron a informar.  Curaciones esotéricas también le daban a la changeling planta y al mono japonés. Se recuperarían, pero no hoy.

A Jacobo algo se le había quedado, era como una mala espina aquel turista.   Algo no cuadraba en su forma de actuar, de responder.   Retuvo en su mente lo que alcanzó a ver de este antes de lo "escoltaran a la salida".   A un detective con su experiencia en callejeo esas cosas no se le iban. Sí, estaba ahí como espía, como halcón, como usan luego los grupos criminales a los niños.  Inocentes si, pero con una misión que no lo era. 

Descansen por favor.   -La noche tranquila llegó al Jardín Morakami, protegidos todos, y con una luna naranja en el cielo.

Su fuerza de voluntad era grande, resistió la pesadumbre, el miedo, la emoción desbordante. 

Hizo todo por ver a su hijo. 

Y lo vio.   Las memorias de un tiempo en Arcadia donde lo cuidaba, donde, no importando sus diferencias, eran padre e hijo.   Uno acompañaba al otro.   Le enseñaba cosas, de su mundo y el nuevo.   Y a su vez, su hijo, le enseñaba cosas, de su mundo y el nuevo.  

Se dio cuenta Haníbal de que no lo había dejado, que siempre estaba en su corazón.  Que aunque vivía en otro mundo lo quería, como un hijo quiere a su padre cuando ha sido bueno y ha dado lo mejor de sí, en humildad aprendiendo cada día.    Y Haníbal recordó que lo quería como un padre a su hijo, que le ha dado la alegría de todos y lo mejor que la humanidad en su maravillosa diversidad puede enseñar. 

A la vez, vio la distancia que los separaba irremediablemente, y quizo romper en lágrimas y preocupaciones. 

¿Cómo unir ambas cosas? 

Era el momento de unir ambas cosas.  

Y en eso, se despertó. 

Un alarma luminosa en su celular, retintineando con aquella melodía que un día eligió, marcando las 6:16, la hora de siempre para levantarse, arreglarse, e ir a tiempo ir al despacho.  Lo cotidiano, que bien sabemos nunca lo es.

Hanibal se despierta del sueño,pero al hacerlo no solo apago la alarma sino que prendió la luz para anotar lo que pudiese recordar del mismo antes que todas las imágenes de su subconsciente volvieran a cerrarse,por lo que fue a la parte de block de notas de su celular para anotar todo lo que recordaba el título de esta nueva entrada era ¨sueño¨ y comenzó a anotar lo que recordaba,pero lo que mas anotaba era sobre su hijo,aquel adorado niño que sostuvo de bebe,y por lo que pudo sentir,estaba vivo,por lo que,debía de existir en este otro lado de Arkadia debía de estar.

Sus planes seguirían pero ahora tendrían además un agregado,el cual era rescatar a su propio hijo de Arkadia para que viva con el.

Después de anotarlo todo,Hanibal se fue a bañar para además afeitarse,desayunar e ir a trabajar,los planes continuarían el día de hoy,y lo primero en su agenda fuera del caso que tuviera algún caso en el cual trabajar,sería entrar en contacto con la agencia de detectives que su mayordomo goblin le había recomendado.

Jacobo escogió hacer noche allí. Ya había pensado buscar hospedaje en Boca Ratón para no tener que ir y venir constantemente, y aquello solucionaba la cuestión para la primera noche. Plantearía al anciano la posibilidad de unas dietas más típicas cuando se reuniera con él al día siguiente.

En la privacidad de aquella pequeña habitación, escribió un breve resumen de lo sucedido al resto de integrantes de la agencia por móvil, inquiriendo de paso qué los tenía tan ocupados y si les sonaba de algo esa nueva "Corte del Ocaso".

Echó un vistazo a las notas y fotografías ya en la cama antes de dormirse...