El entrevistador mira al amo del bar, escuchando a los dos Cazafantasmas, y dice:
- Bueno, vayamos terminando ya. Sin discusiones. Encargado, di la buena noticia que tengas que decir, y se van mis nueve trabajadores hacia el almacén.
El encargado sonrie y habla enseguida:
- Bueno, he recibido una llamada del camarero Manolito. Dice que ya está mejor del susto, que se toma el dia libre para recuperarse del espanto (le he dado permiso para ello), pero que mañana por la mañana está seguro que se encontrará lo bastante bien para trabajar. Dice que manda recuerdos para todos los Cazafantasmas. Y os pide que le déis al menos un par de tortas al engreido de Frank Sinatter para que se cobre del susto que le disteis. Yo os digo personalmente lo mismo: adelante, Cazafantasmas.
El entrevistador le da las gracias y se gira al grupo; el encargado dice adiós a todos y se dedica a sus asuntos; el jefe de entrevistas sigue hablando:
- Bueno, amigos, ahora es hora de irnos, sólo que antes voy a escoger un líder entre los del grupo. Debe ser uno de los tres veteranos; este criterio es imprescindible. El jefe tendrá una forma de ser dialogante y resolverá conflictos de opiniones. Mmmm...
- ¿Tu no te vienes con nosotros? - dice Marck.
- No. Mi trabajo y las entrevistas terminaron aquí. Los veteranos ya saben lo que se tiene que hacer. Yo termino dos asuntillos y pronto me voy a casa a descansar; mañana ya tengo otros asuntos laborales. En cuanto al jefe del grupo... vamos a ver...
El entrevistador mira a Max, a Elvira, y a Edwards. Piensa en sobre qué criterios va a escoger para elegir sólo uno de ellos. Pero sus pensamientos son secretos...
Se hará al azar (se puede decir que el azar dirigirá las opiniones del entrevistador). Se echa 1d6. Si sale un 1 o un 6, Max será el líder. Si sale un 2 o un 5, lo será Elvira. Si sale un 3 o un 4, lo será Edwards.
El dado "real" de Umbría vuela por el aire...
Ha salido un 4; el jefe será Edwards.
- Chico... - el entrevistador se gira hacia Edwards, y lo señala claramente. - Tu serás el jefe.
- Ah... vaya, gracias, querido superior. Seré un buen jefe. Escucharé las opiniones de los miembros de, digámoslo, mi grupo. Es mejor que el más inteligente sea quien mande: es mejor para planificar estrategias, normalmente.
- Quizás debería haber sido elegido el más apto para combates cuerpo a cuerpo, y el que tenga un carácter más arrojado y decidido, que es servidor... - dice Max.
- Basta, Max - dice el entrevistador. - Ya he elegido y ya se ha invertido demasiado tiempo. Y la decisión es inapelable. Irrecurrible. Vámonos ya, por favor. Nos despedimos aquí. Muy buena suerte, Cazafantasmas. Hasta que nos volvamos a ver. Rescatad a Fantasmón y derrotad al peligroso Zanbar Bone. Nos vemos!!
Todos los nueve trabajadores salen del Topacava a la calle, y entran cada uno de ellos en una de las limusinas, despidiéndose del entrevistador, quien se queda quieto haciendo gestos de despedida. Tras haber entrado todos (los trabajadores cazafantasmas y los conductores, sin nadie más), la limusina arranca y gira una esquina. Se pierde de vista al entrevistador: lo último que se ve de él, justo antes de girar la esquina, es que, tras hacer el último gesto de adiós a los Cazafantasmas, se gira para, segun parece, entrar en el Topacava... no sé sabe qué quiere hacer en este bar, pero ahora hay que encargarse de la misión, no de la vida privada de este superior vuestro...
Sigue en el próximo comentario...
Tirada: 1d6
Motivo: ¿Quien es el jefe: Max, Elvira o Edwards?
Resultado: 4
En estos momentos, por el aire se ve flotando una figura semitransparente, que ha llegado justo a tiempo para ver a las limusinas alejándose del Topacava, y al entrevistador entrando en este mismo bar. ¿Este fantasma es de los buenos o de los malos? En todo caso, no parece agresivo...
Este fantasma debe tener el poder de ser parcialmente material, o de hacer levitar objetos, porque sostiene en su mano un pergamino enrollado y sujeto con una cinta; la cinta tiene como finalidad impedir que el pergamino, al menos de momento, se abra. El fantasma observa la calle por unos segundos...
En el justo momento en que tanto el entrevistador como las limusinas han desaparecido de la vista del fantasma y ya no se les ve desde la calle, el fantasma rompe la cinta y desenrolla el pergamino y lo enseña a la vista de todos.
En el pergamino sólo dice justamente lo siguiente:
FIN DE ESTA ESCENA.
LA AVENTURA CONTINUA EN LA ESCENA SIGUIENTE.