Tras hacerte con el equipo subes a la azotea para descubrir que apenas se ve nada por no haber luz, lo único es que escuchas gemidos pero no sabrías distinguir si se escuchan cerca o están lejos y el viento es el responsable de transportar el sonido... sin más, te marchas a descansar.
Lo prometido es deuda, y a primera hora de la mañana se os despierta por parte de los agentes y los hombres de Downie para preparar el camino hasta la estación eléctrica antes de partir. Nadie quiere sorpresas desagradables o incidentes por no llevar bien preparada la ruta.
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