Partida Rol por web

- Quizá debieramos volver a Ravnica y contar este asunto a nuestro Maestro, Alb.

Poco más sacarían de allí. Y la última vez que estuvo con el Maestro, este le contó que Mirrodin no era el único frente abierto que tenían en sus intentos por mantener el Multiverso a salvo. Innistrad, Zendikar y Lorwyn sufrían de amenazas de un nivel parecido a este. Aunque tan solo Phyrexia amenazaba con invadir otros mundos...

- Por mí, no hay inconveniente. -Sira se había convencido de que entrar en la madriguera no era un camino prudente.- Será mejor que deje la visita a "viejas amistades" para otra ocasión.

Viendo a Evar –apoyo eso, sería más prudente informarnos más para hacerles frente de forma eficiente… miró Duh que sigue de excentrico

Todos los Planeswalker partieron a la mañana siguiente. En una zona alejada del campamento, se concentraron en un lugar de Ravnica concreto, el lugar donde conocieron al Maestre Alb. Con tiempo para enfocar sus pensamientos, el tejido de la realidad se deformó dejando ver varios camínos posibles, pero todos tomaron el mismo.

Cuando la luz volvió a brillar de manera normal, Alb estaba sentado en su despacho. Desvió su mirada de unos papeles y se fijó en los recién llegados.

- Bienvenidos, hermanos - Su voz era acogedora como siempre - ¿Que asuntos habeis encontrado en Mirrdodin?

Tras unas horas en las que los caminantes narraron lo descubierto, el rostro de Alb parecía consternado.

- Lo único bueno es que no parece que haya ningún indicio sobre que hayan conseguido moverse a otro plano. Quizá deba enviaros en otra misión de inmediato, hay peligros que nos andan metiendo prisa.

¿Alguno de vosotros conoce Innistrad?