—¡August!— grité cuando de las balas dio de lleno en el hombro al pobre Mardigan.
Me acerqué al muchacho para intentar ayudar, pero me mantuve al margen para que Ervin lo examinase, pues parece tener más conocimientos de primeros auxilios que yo.
Haciendo caso al periodista, dejo el fusil en el suelo e instó a Samuel a que hiciese lo mismo. Hablarían con las autoridades y les explicarían lo que había pasado. Aunque lamento no haber podido echar un vistazo a los documentos sobre la expedición, quizá habríamos encontrabado información relevante al caso.
- Profesor ... si hay algo relevante entre los papeles u objetos ... como ese posapapeles exotico ... tal vez este mejor en sus manos que entre los policias egipcios ...
Tras oir el disparo me quedé en shock, pero al ver a Mardigan caer tuve que reaccionar.
Entre el Señor Price y yo intentamos ayudar a nuestro compañero, pero quizás mis nervios hicieron que fuese Ervin el que llevase la iniciativa y consiguiese estabilizar a Mardigan.
Las sirenas comenzaron a sonar, era hora de un nuevo encuentro con la hospitalaria policía egipcia. Me imaginé en un sucio calabozo rodeado de los peores maleantes de la zona...
-¡Menudo viaje!
En seguida recuperé mis pensamientos y le hablé al profesor.
-Debemos hacer todo lo posible por convencer a la policía de que nos deje ayudar en el caso. Quizás el telegrama sea una prueba de su amistad con el profesor Bollacher y vean en nosotros una ayuda para la investigación y no un inconveniente.
Traté de atesorar en mi mente el rostro del fugado. Tarde o temprano le volveríamos a ver...
Motivo: Primeros Auxilios
Tirada: 1d100
Dificultad: 60-
Resultado: 88 (Fracaso)
—Probablemente quieran registrarnos e interrogarnos, señor Price, no creo prudente tocar nada más de la escena del crimen. Tal vez debamos ofrecernos para colaborar como sugiere Kramer y ademas— dije, recordando las palabras de aquel demente —, todavía tenemos que encontrar a Rose. Quizás ella pueda arrojar algo de luz sobre todo este asunto.
Traté de recordar tanto el mensaje con sangre como el jeroglífico y empecé a apuntar a toda prisa las traducciones en inglés con mi pluma. Dudo que los agentes hablen inglés, y menos que sepan descifrar estos códigos.
Los pasos resonaban cada vez con más intensidad, pronto llegarían hasta nosotros.
En caso de no tener donde apuntar pido un trozo de papel o lo busco.
En cuanto termino de apuntar, le entrego disimuladamente el trozo de papel a Kramer para que lo guarde mientras le guiño un ojo.
—No lo leas todavía, guárdalo entre tus apuntes.— le susurro— Es más fácil justificar que forman parte de las anotaciones de uno de mis alumnos que de las mías. Además, en caso de problemas, mis huellas son las que están en uno de los fusiles y soy de los que mayor relación tenía con el profesor Bollacher. Si fuese necesario, podrían inculparme a mi y dejaros libres a vosotros. Así podréis seguir la investigación sin mi.
En medio del caos reinante, y con Mardigan fuera de peligro inminente a causa del disparo, la policía entra a voces en Casa Chicago creyendo haber entrado en el museo de los horrores.
Ni la autoridad del profesor Champollion ni la elocuencia de Price consiguen esta vez que el policía egipcio que ya conocéis os ponga las esposas mientras el resto de guardias os apuntan con un arma corta. Entre la larga serie de improperios en egipcio que suelta el policía, algunos os percatáis de que en lugar de la comisaría os van a llevar a un lugar que el propio policía define como "escondite de Carslisle".
[FUNDIDO EN NEGRO]