Partida Rol por web

Es curioso sin lugar a dudas, la puerta esta como de esa manera y parece que a nuestro conductor le afectan las esporas que pudiera desprender un inofensivo moho. Necesito un cafe, solo y sin azucar.
En cuantp entremos en la habitación, me arrodillo para coger uno de los papeles que hay por el suelo para mirarlo a la luz de la linterna. Aunque la silla con los dos volumenes hace que sea mas interesante, el graznido hace que mire de reojo hacia el techo. Seguro que se esta riendo de nosotros, nos reiremos nosotros de ellos, cuando se inunde todo esto.
Curioso de nuevo, faltan los registros de dos años y algo me dice que tal vez lo que había abajo era lo que se quemo ¿por que exactamente esos dos años?. Estos registros son de nacimientos, bautizos, bodas y funerales ¿no querrán que sepamos algo o ha sido simple coincidencia?
En este trabajo no existen las coincidencias y este vandalismo era algo programado.
-Creo que deberíamos subir o al menos ver que hay arriba. A veces se guardan las cosas de valor en los lugares altos o en los sotanos. Si no se llevaron algo, tal vez este arriba cubierto por alguna sabana.  Y creo que tal vez lo de los libros no fue tan al azar, teniendo libros mas abajo. ¿Por que escogerias esos?

Me encantaría congraciarme con Sharpay, envidiablemente segura de sí misma y asertiva. Estoy atenta a las palabras que tanto Frank como ella pronuncian, pero Frank es el único que se ha dirigido a mí directamente.

—No sabría decir, Frank... el estado de la madera parece ruinoso... —murmuro mientras miro hacia la cadena que cuelga del techo y que podría darme acceso a algún tipo de cámara superior—. No obstante...

Sin pensarlo dos veces, pero sin ser demasiado veloz y apresurada, intento tirar de la cadena para ser la primera en subir a la planta de arriba. Tengo confianza en que los gamberros que han destrozado los libros no tendrían ningún interés en romper el acceso a una zona donde, muy probablemente, les encantará subir de cuando en cuando.

Los papeles que hay en el suelo son hojas amarillentas por el tiempo, y parecen hojas arrancadas de algún libro, incluso algunas en blanco. No hay nada de interés en esas hojas húmedas y maltrechas por el abandono.

Efectivamente, los libros que faltan no eran los que estaban mas a mano. 

Todas la linternas iluminan esa trampilla, tras un momento de duda Gloria se encarama y la agarra dando un tirón, la portezuela parece que no cede en un primer momento, por lo visto esa trampilla lleva décadas sin abrirse.

Un segundo tirón hace que con un crujido la escalera comience a bajar, algunas astillas y polvo caen sobre vosotros, tras tanto tiempo sin abrirse. Unas escaleras de mano, de metal algo oxidado se deslizan por unas guías con un chirrido que parece un lamento. El olor a humedad y cerrado emana de la abertura, esta tenuemente iluminado por la luz del atardecer, al trasluz podéis ver partículas de polvo flotando en el ambiente cuando ilumináis hacia la trampilla abierta. Y los graznidos son mas sonoros, como protestas ante el ruido que habéis ocasionado.

Frank iluminaba la entrada al ático, a pesar de que no parecía hacer mucha falta, observando como el resto, que aquel lugar no iba a ser el mas seguro de la casa y aquellos cuervos parecían avisarles con sus graznidos, pero ya que ninguna de las dos mujeres parecían querer tomar la iniciativa y él no tenia intencion de quedarse a dormir es ese lugar, Trago saliva y dio el primer paso hacia las escaleras.
-No me creo que lo voy hacer... -Murmuraba un tanto incomodo ante aquella situación, la cual empeoraba a cada nuevo escalón que subía.

No voy a subir a un lugar oscuro, habiendo dos hombres en el grupo. Eso puede ser un poco machista, pero los cuervos por lo que se podrian atacar a los ojos si se vieran amenazados ¿Que amenazaria mas? 
Lo de los libros me sigue preocupando ¿porque exactamente esos? no se si los del año posterior o anterior podrían ayudarnos a averiguar cosas. Habiendo mas cosas para quemar y que dieran un calor mas solido, utilizar un libro.

Creo que ha sido un acto de vandalismo y no una travesura de unos niños.

Veo que Frank se ha ofrecido para subir al piso superior y, dado el enorme grupo de cuervos que tiene que haber, creo que será mejor que me quede unos pasos detrás de él.

—Gracias, Frank —murmuro con un amago de sonrisa.

No debería existir ningún riesgo a su seguridad por la construcción en sí, pero el estado de las escaleras o la posible agresividad de los pájaros, que por regla general creo que no son muy territoriales, son un peligro latente. Miro a Sharpay, que tampoco paree dispuesta a subir por esa escalerilla y sigue concentrada en los libros. ¿Concentrada u obsesionada? Supongo que no tiene importancia al final.

Me quedo quieta, esperando que Frank realice su exploración.

—Dime lo que vayas viendo —le pido, con un tono de voz algo más seguro.

Frank comienza a subir por la escalera de mano mientras Gloria ilumina su camino hacia el altillo. Hay varios muebles abandonados hace mucho tiempo, cubiertos por sabanas raídas y florecidas por el moho. También hay varias cajas cerradas, una vieja cabeza de ciervo disecada sobre un arcón. Parece ser que hay varios nidos de cuervos, el tejado tiene bastantes agujeros, de tejas sueltas, y los malditos pájaros graznan molestos ante la luz de las linternas y los pasos cuidadosos de Frank que hacen crujir los tablones húmedos que forman el suelo de este desván.

Mientras Sharpay pasea la linterna por los registros de la iglesia, ordenados por años, los hay muy antiguos (S.XVIII) y llegan hasta el año 1930, no existen mas registros a partir de ese año.

Frank se encuentra en el piso superior y, como dije, he ido detrás de él iluminando su camino. Primero desde la parte más baja de la escalera y, más tarde, cuando Frank se encontró en el piso de arriba y el rayo tenía problemas para servir a su función, comencé a subir por la misma escalera que él.

—¿Has visto algo de interés? —le digo,una vez que ya he subido todos los escalones y he podido comprobar por mí misma todo lo que está abandonado en el altillo, que ha resultado ser algo más grande de lo que me había imaginado en un primer momento—. ¡Oh, mira, los nidos de los cuervos están a la vista! De pequeña vi muchos... —susurro las últimas palabras.

Mi abuela, la madre de mi padre, siempre decía que los cuervos, las urracas y todos los pájaros parecidos, se veían atraídos por las cosas que tenían los humanos: monedas, llaves, sortijas... cosas de escaso valor e inútiles, normalmente, pero que eran de pequeño tamaño o podían llamar la atención de las oscuras aves por alguna razón que sólo ellas conocían. Supongo que debo ponerme a buscar en las cajas si hay algo importante.

Te pones a rebuscar entre los objetos abandonados, y mirar los nidos de esos pájaros, hay huevos e incluso alguna cría recién salida del cascarón. Como bien intuyes en los nidos hay objetos extraños, metálicos y demás basura. De pronto algo llama tu atención, una pieza blanca de pequeño tamaño que se encuentra medio enterrada entre las ramitas de uno de los nidos, engarzada a esa pieza hay restos de un hilo de cobre, la pieza tiene el tamaño de la uña del dedo meñique, y parece haber sido tallada.

Parece ser que tu búsqueda ha alterado a los cuervos, al meter la mano para rescatar este curioso objeto te das cuenta que varios de ellos se posan sobre una viga que esta por encima de tu cabeza, esos ojitos negros te miran amenazantes, graznan.

Frank y Gloria se ponen a rebuscar por el altillo, buscando si hay algo que valga la pena en aquel lugar mohoso. Van con cuidado, aunque de pronto, Gloria, parece que ha visto algo, se pone a rebuscar en uno de los nidos, y saca algo de el. Con el movimiento uno de los huevos cae al suelo, estrellandose y rompiendose contra las maderas haciendo un ruido húmedo y desagradable. Una mezcla se sangre y yema se esparce en los tablones.

Los cuervos graznan y agitan sus alas, uno de ellos picotea la mano de Gloria, otros se abalanzan sobre el bueno de Frank, graznando fuerte. Cada vez mas animales se lanzan sobre los dos curiosos que han subido al desván.

Fran y Gloria han subido a explorar el altillo, vosotros habéis decidido quedaros abajo, no os parece buena idea acceder todos a la parte de arriba, no parece seguro. 

Las maderas crujen bajo las pisadas de vuestros compañeros, cuando una pequeña voz llama vuestra atención.

-Hola, me llamo Rachel, ¿quienes sois? ¿que hacéis aqui?- 

Al giraros podéis ver a una niña de unos 10 años que esta justo donde empiezan a bajar las escaleras, al otro extremo del pasillo, su pelo es largo, castaño, despeinado y sucio, así como sus ropas, que están desgastadas, sucias y rotas por varios lugares. Porta una mascara de madera, tallada toscamente que parece representar a un zorro. En su mano derecha lleva una especie de muñeca hecha con una mazorca de maiz. Su aspecto es delgado y descuidado, parece que no se alimenta como es debido.

Justo ahora que he encontrado algo que ha llamado mi atención, como probablemente también la llamó en su momento de estas dichosas aves, nos atacan. ¿Por qué ese huevo tiene sangre en su interior? ¿Acaso eso es normal? No me da mucho tiempo para pensar en ello, de todas formas. Un cuervo me picotea y el resto comienza a revolotear a nuestro alrededor. Mi primer instinto, como no podría ser de otra forma, es quitármelos de encima. No quisiera perder lo que acabo de encontrar, pero si no queda más remedio tendré que dejarlo caer al suelo. Y todo esto, además, es por mi culpa.

—¡Maldita sea! —no puedo evitar exclamar a voz en grito.

Frank, entretenido mirando cada esquina del lugar, procurando estar lejos de esos ruidosos cuervos, intentaba encontrar algo de utilidad en aquel ático cuando a su espalda escucho el graznar de los cuervos, mucho mas fuerte que antes, con muchos mas gritos, como si hubiera pasado algo que...

A su espalda Gloria no se había quedado quieta y por ases del destino uno de aquellos huevos había caído y roto en pedazos, hasta ahora el hombre pensaba que él era el único patoso en ese cuarteto y no pudo evitar una sonrisa sesgada al comprobar lo contrario. Pero no había tiempo para estupideces. Aquellos cuervos deseaban venganza y no les importaba que humano les hubiera perturbado avalanzandose por igual a los dos.
-Cria cuervos... -Menciono furioso arengando la linterna hacia sus agresores, mientras intentaba caminar hasta donde estaba Gloria para protegerla. -Espero que eso merezca la pena, debemos irnos de aquí.

Curioso sin lugar a dudas, un registro interesante. Cojo el primero de los libros, que sera el de la fundación para ver los nombres de los padres fundadores o al menos hacerme una idea de cuanta gente vivia aqui en esa epoca. Esto no me va a ser util, pero al menos sera dicertido mientras la señorita Mendez juega a ser Lara Croft. 
Es cuando oigo los ruidos de la parte de arriba, molestando a las pobres aves en su lugar de descanso. 
Pensaba subir y dejar el libro a un lado, al menos seran mas entretenidos que el silencioso hombre que hay a mi lado. Parece que le ha comido la lengua uno de los cuervos, por que gatos no he visto por aqui. 

Es cuando oigo esa voz infantil, iluminandola con el haz de mi linterna y arqueo una ceja por como va. La mascara me llama la atención, curioso sin lugar a dudas. 
-Hola Rachel, solo estamos de paso - murmuro acercandome con cuidado y sacando del bolsillo de mi chaqueta una barrita energetica que siempre llevo por si me da hambre. Se la tiendo con una sonrisa - Creo que te va a gustar mas a ti que a mi. De pequeña tenia una muñeca como esa, siempre me la intentaban robar mis hermanos y tenia que esconderme ¿Es lo que estas haciendo?

Cuando te acercas a ella da un paso atrás, como temerosa, alza la cabeza y puedes ver sus pequeños ojos almendrados a través de los orificios de esa inexpresiva mascara de madera. 

-No, solo jugaba y escuche ruidos, Charlotte me dijo que no subiera, que sois malos - parece tener curiosidad y a la vez miedo, si te acercas ves que ella retrocede, incluso poniendo un pie en el primer escalón, da la impresión de que echara a correr a la minima. - ¿Cómo te llamas? ¿has venido a hacer daño a mamá?

Los cuervos rodean por completo a Gloria, lanzando picotazos y graznando mientras baten las alas alrededor de la mujer, ella intenta apartarlos pero no puede quitarlos de encima, retrocede mientras grita golpeandose contra algunos muebles y objetos polvorientos, derribando algo frágil que cae rompiendose en mil añicos contra el suelo. Por su parte Frank avanza hacia la arquitecta, braceando y alcanzando a algún animal que cae al suelo derribado, consiguiendo tras unos segundos que parecen eternos llegar junto a su compañera y quitarle esos agresivos pájaros de encima.

La mujer parece muy afectada, verse rodeada de esa manera, tiene varios picotazos y arañazos en la cabeza, en la cara y manos, gracias a Frank ha podido sacarse de encima a esas bestias. Por su parte Frank tiene algún picotazo en los brazos, y la camisa agujereada en el hombro por un enganchón.

Durante la refriega varios objetos han sido derribados, un tubo de madera rueda por el suelo hasta pararse junto a los pies de Frank, parece una especie de portaplanos cilindrico antiguo.

O Charlotte es la muñeca o hay una niña que se llame asi. Me quedo donde estoy mirandola y manteniendo la sonrisa antes de meter las manos en los bolsillos.

- No somos los malos, venimos a ayudaros - replico manteniendo la calma y la frialdad que puedo tener. Un niño siempre es una buena fuente de información si sabes que tecla tocar - Me llamo Sharpay, mi nombre no es tan bonito como el tuyo Rachel. No vamos a hacer daño a tu mama, ni a nadie. 
Como he dicho vamos a ayudaros

La mirada de la niña va de Sharpay al padre, con curiosidad mientras las palabras de la mujer parecen tranquilizarla un poco, la mano que agarra la muñeca parece que se relaja un poco.

-Si, parecéis buenos, pero tenemos que hacer caso a Charlotte, si no mamá se enfada. No le digáis que he hablado con vosotros, si se entera me tirará al pozo, como hizo con Peter.

De pronto de escuchan los gritos de Gloria y Frank que vienen de la parte de arriba y unos graznidos mas fuertes, algunas cosas que caen al suelo del desván. Sharpay gira la cabeza para observar el hueco y en ese momento escuchas como Rachel baja apresuradamente los escalones.