Partida Rol por web

Con Wolfgang a tiro y sus protectores fuera de combate lo único que se interpone entre él y vosotros es la distancia.
Shadow ve un disparo difícil y decide bajar y acercarse a Hidra para comprobar su estado. La mujer, dolorida por el golpe, tan solo tiene presente la ubicación de Wolfgang.
Apunta y dispara contra él, la bala impacta en una de las vigas metálicas del puente. Hidra no acierta por poco pese a que la distancia añadía una gran dificultad al disparo.

Wolfgang sale corriendo sabedor de que el próximo disparo puede que no falle. Treinta metros mas y saldrá del puente, entonces tendrá la oportunidad de perderse entre los callejones del Bronx.

El disparo de Ángela había fallado. Era de esperar, aunque habría deseado un golpe de suerte esta vez. No se si ella estará en condiciones de correr ahora mismo, o al menos correr como nunca lo ha hecho, así que no me puedo permitir perder un segundo más.

-Cuidado. Un mercenario sigue vivo. Mantén un ojo en los vagones.

Comienzo en un intento de alcanzar a Wolfgang, o por lo menos para reducir la distancia y tener un tiro más fácil hacia su nuca.

Ángela soltó un sonoro gruñido al ver como había fallado y también para desahogar un poco el dolor que sentía por el golpe. Su compañero decidió acercarse más para  dispararle mas de cerca por lo que se dispuso a correr tras él, la aviso de que echara un vistazo al mercenario, ella miró hacia atrás por si lo veia a simple vista y luego negó.

- No... no... ¡no podemos dejarlo escapar!- Habían pasado mucho con la finalidad de derrotarlo, ahora no podían acabar de esa manera, también echo a correr con todas sus fuerzas, sus piernas se movían con furia, pero durante la carrera sintió un fuerte tirón en el costado que mermaba su velocidad.

- ¡Detente Wolfgang!- Gritó con fuerza a medida que corría.

Comenzáis a correr tras Wolfgang confiando en alcanzarle. Sin embargo, aunque recortáis mucha distancia, no lográis llegar hasta él.

En vista de que es mas lento, y no le habéis alcanzado gracias a la distancia que os sacaba, el hombre decide acercarse al borde del puente y de un salto se sube a la barandilla que lo separa del vacío.
Durante la carrera ha sacado algo de su bolsillo, hasta que no se detiene no veis que se trata de una especie de detonador por control remoto.

- ¡Deteneos! ¡Un paso mas y este planeta será reducido a cenizas!

Os encontráis mas cerca que antes y el disparo no es tan difícil. Pero no sabéis hasta que punto es cierta la amenaza de Wolfgang, desconocéis que fue del barco volador.

Ángela se puso nerviosa al ver como Wolfgang los amenazaba con un detonador y amenazaba que si no se detenían acabaría con el mundo. La mujer se detuvo y alzó las manos.

- Tú también acabarás muerto. Suelta ese detonador Wolfgang y abandona ya esta locura. Se ha acabado. El mundo está destinado para ser libre. Entregate.- Dijo con toda la firmeza que podía en esos momentos, notando que su voz estaba apunto de quebrantarse

Le apunto con mi arma y continuo andando hasta ponerme la lado opuesto de Ángela, cerrándole toda vía de escape y buscando un tiro más fácil.

Esperemos que la lengua de la señorita Stinson consiga convencerle. Yo en su lugar, apretaría el botón. Y ese tío es bastante peor que yo...

Os aproximáis a Wolfgang tanto para hablar con él como para facilitar el disparo llegado el caso.
Hace un gesto con la mano para que os detengáis, alzando su otra mano parar recordaos que porta un detonador.

- ¡No os mováis! Ya no tengo nada que perder, al menos los supervivientes recordaran mi nombre.

Se agarra con su mano libre a la estructura del puente mientras niega con la cabeza.

- El mundo no esta destinado a ser libre. No con esos estúpidos humanos en el poder. No debemos dejar que nos gobiernen simios, somos una raza superior. Y sin embargo los defendéis. ¿Sabéis que harán cuando esto acabe? ¡Os encerraran!

Sonríe imaginando sus propias palabras y asiente mientras habla.

- No permitirán que esto se vuelva a repetir. Buscaran y acabaran con todos y cada uno de nosotros hasta que tan solo queden ellos en el planeta. No quieren competencia, no quieren nadie que les pueda superar. Os mataran para evitar futuros problemas, dadlo por hecho.

Escucháis ruido tras vosotros y veis como aparecen un par de mercenarios. Uno procede de la cabecera del tren, por la espalda de Shadow, y se acerca a vosotros apuntándoos con su rifle.
El otro es el tipo que se había escondido tras la explosión y ahora esta tras Hidra, a varios metros, con su pistola en alto y apuntando a la mujer.

- Tirad las armas y sed testigos de nuestro alzamiento. Os perdonaré la vida por respeto a vuestra superioridad. No podéis evitar que esto suceda, de un modo u otro triunfaremos.

La respiración de Hidra iba al compás que los latidos de su corazón, a un ritmo frenético que parecía que no tenía fin. Observaba como Wolfgang se agarra en la estructura continuando con su amenaza de pulsar el dispositivo. Por sus palabras no iba a ceder a las palabras de la mujer, tenía muy claro lo que quería... seguramente moriría allí pero también el resto de los seres humanos para dar paso a lo que él catalogaba como la raza superior, una raza superior que tiene el mismo fin que los seres humanos desde sus origenes, conquistar y doblegar al resto a sus ordenes.

Hidra no sabía que pasará cuando todo acabara, a lo mejor moría en el intento de detener a Wolfgang, y si no... si, quien sabe... no había que negar que la humanidad era cruel y era probable que la encerraran tal y como decía por el miedo, por la amenaza de encontrarse frente a un ser "superior" aunque ella no se consideraba así, hubiera deseado ser tan normal como ellos.

- Puede que tengas razón, pero puede que también te equivoques... aun tengo fe en la humanidad por lo que merece la pena salvarlos al igual que a mi, porque no dejo de considerarme una mas.

Y sin mas, apretó el gatillo apuntando a Wolfgang esperando que la bala que que saldría imbuida en su poder de hielo lo atravesara antes de que pudiera darle. 

Hidra no se preocupaba que algunos mercenarios estuvieran a su espalda dispuestos a matarla, la prioridad era eliminar a Wolfgang, su propia vida era secundaria, no había tiempo como para preocuparse por ella si el mundo salía por los aires.

Veo la decisión en  los ojos de Ángela, y rezo para que su bala de en el blanco. Si está dispuesta a jugarse el disparo, entonces me toca a mí asegurarme de que salgamos vivos de esta. Siempre he detestado que los "malos" se rodeen de esbirros, más aún si estos van armados y te están apuntando mientras tratas de hacer tu trabajo.

-¡Los únicos humanos que están tratando de liquidarnos son los que tú has contratado para ello!

Me giro tan rápido como puedo y disparo al mercenario que está detrás de Ángela, y luego me tiro al suelo para ponerme a cubierto mientras trato de abatir al que se encuentra tras de mí.

El tiempo parece congelarse cuando Hidra aprieta el gatillo y su propio poder sirve de munición para la pistola.
Inmediatamente una bala hecha de puro hielo atraviesa el aire dejando tras de si una estela de vaho que acompaña la trayectoria del proyectil.
La bala helada impacta en el pecho de Wolfgang. Por un momento esperáis que no suceda nada, que desaparezca ante vuestros ojos o que un campo de fuerza evite el daño. Pero nada de eso sucede, como cualquier mortal, como cualquier humano, la bala penetra en el cuerpo de Wolfgang atravesando con facilidad piel, músculos y órganos.
Wolfgang cae hacia atrás al tiempo que suelta el detonador remoto.
Aunque no lo veis os imagináis como se precipita una veintena de metros sobre el río. Irónicamente el líder de Poseidon morirá en el agua, victima de una bala creada con el liquido elemento.

Veis como tanto el emisor como él desaparecen tras la barandilla del puente y se precipitan al gélido rió.
Sin embargo no hay tiempo para comprobaciones, sus todavía mercenarios se apresuran a contraatacar.
Shadow se adelanta y dispara al tipo de la pistola que se había situado tras Hidra. El mercenario cae de espaldas cuando la bala lo alcanza en el cuello.

Mientras os ocultáis el único enemigo vivo, el hombre del rifle, dispara contra Shadow. La ráfaga de balas de su rifle termina impactando en el suelo donde hace escasos instantes estaba el policía.
De repente el rifle del mercenario se escapa de sus manos y vuela varios metros hasta caer bajo el tren. Por detrás de vuestro enemigo veis aparecer a Watai, el mercenario también lo ve y levanta las manos cuando la pistola del oriental lo apunta.

- ¿Ese que ha caído era Wolfgang? Si sigue vivo los superclones que hay en el tren se levantarán. Pero ese no será el mayor de nuestros problemas.

Lo siguiente que sucedió pareció congelarse, la bala helada impactó el pecho de Wolfgang y éste cayó río abajo, Hidra entreabrió su boca, era lo que deseaba y lo que esperaba pero no terminaba por creerselo... ¿se acabó?, ¿había muerto realmente?. Recordó el poder que tenía el maldito pero no quiso pensar, no ahora que aquello había sido en vano.

Se giró rapidamente hacia atrás viendo como uno de sus mercenarios la apuntaba y estaba apunto de disparar pero Shadow fue rápido y se encargó de él antes de que Ángela terminara como un queso gruyer. No tenía tiempo de agradecerle cuando el otro mercenario se dispuso a disparar a su compañero pero por suerte y alivio de la mujer éste falló y su rifle salió volando gracias al poder de watai, el cual preguntaba con asombro si el que había caido era Wolfgang.

- Eso parece, y eso quiero creer, Watai. - Dijo retrocediendo hacia donde había caído el líder malechor y buscó y cogió el detonador en el caso que estuviera por el lugar*

- ¿Donde se encuentra el barco?... sin detonador no puede estallar...¿verdad?. ¿que vamos hacer?. - Dijo haciendo rápidas preguntas y aun sin estar del todo tranquila, el oriental tenía razón, aun habiendo muerto Wolfgang aún había un barco que se aproximaba a la ciudad cargado de misiles y pudiera haber otros detonadores, sin contar los super clones que se encontraban en el tren.

Watai hace un gesto al mercenario para que se tumbe en el suelo. Sin dejar de vigilar el tren por si aparecen mas hombres de Wolfgang os responde.

- El ejercito abordó el barco. Encontraron muchos cadáveres pero las bodegas de carga estaban vacías. Creemos que no era mas que un señuelo para desviar la atención o un arma de negociación en caso de que atrapásemos a Wolfgang.

Comenzáis a escuchar el ruido de un vehículo aproximándose  Veis que por las vías  procedente de Grand Central, se acerca a uno de esos vehículos del ejercito.
Os relajáis al comprobar que es Clarke quien lo conduce. No sin cierta dificultad logra frenar sobre los railes, en cuanto se detiene baja del vehículo y se acerca a vosotros.
Levantáis la cabeza para mirar como el Capitán Increíble desciende de las alturas para reunirse con vosotros.

- Ilich y Pancratius han escapado. No hay ni rastro de ellos. - dice Increíble.

- Sabían lo que les esperaba si se quedaban, al menos nos sirvieron mientras fue necesario. - responde Clarke.

Watai parece escuchar algo que vosotros no podéis oír y asiente con la cabeza antes de dirigirse a vosotros.

- Selene os felicita por vuestra victoria. El ejercito, la policía e incluso la guardia nacional esta de camino. Seria un buen momento para desaparecer, dudo que podáis dar explicaciones de todo esto sin desvelar vuestras habilidades.

El Capitán Increíble asiente a las palabras de Watai.

- Yo me encargo de todo. Le daré al publico lo que quiere y ninguno de vosotros saldrá a la luz.

El tono de Increíble es totalmente opuesto a la chulería y actitud de sus habituales intervenciones en televisión. Como si dejase de actuar y fuese una persona normal.

Clarke toma la palabra.

- Ambos sois policías, o casi. Puedo pedir que se os asigne a mi unidad, pero ademas creo que también podéis participar en otra iniciativa al margen de la Policía.

Mira a Watai para que él continúe, como si no quisiera seguir desvelando información.

- Estamos creando un grupo de personas con habilidades especiales. Pero nada de trajes y capas, trabajaremos en la sombra y ajenos a gobiernos y jurisprudencias. Habéis demostrado vuestra valía sobradamente, nos honraría que formaseis parte de nuestra iniciativa.

- Nuestra primera misión es atrapar a Oleg y sus secuaces, ya no le quedan abogados tras los que esconderse. - comenta Clarke.

- Y bien - dice Watai - ¿tenemos a dos nuevos miembros en nuestra organización secreta?

Ángela atendió con suma atención la explicación de Watai y poco a poco se iba relajando, lo del barco era un señuelo y ya estaba bajo control gracias al ejercito. Ahora estaba sintiendo todo el cansancio, todo el dolor de huesos y musculos provocados por los golpes y especialmente por toda la tensión acumulada, buscó algo donde apoyarse para sostenerse.

Sus ojos vieron descender al Capitán Increible aquel hombre con grandes aires de superioridad pero hablando de una forma que no lo había oido antes...¿era todo parte de un papel que desempeñar?. Sea lo que sea.. Hidra acentuó el ceño fruncido al oír que Oleg había escapado, ella no pudo evitar soltar una maldición en voz alta y se prometió a si misma que sería su objetivo, seguirle la pista hasta meterlo entre rejas.

El oriental volvió a dirigirse hacia ellos dándole las felicidades y también para avisarles de que era momento de desaparecer, como era de esperar, Wolfgang tenía parte de razón al respecto de que podrían perseguirlos para buscar respuestas de sus poderes por parte de los humanos "normales". Eso la entristecía, no quería vivir una vida ocultándose pero parecía que no le quedaba otra, su rostro reflejaba todo lo que en esos momentos sentía. 

Pero la intervención del Capitán Increible hizo que alzara el rostro hacia él esperanzada de que sus palabras fuesen ciertas y que con lo que él haría fuese suficiente.

- Muchas gracias. - Dijo con sinceridad.

Clarke les ofrecía un puesto en su unidad y Watai aparte también les daba un hueco en un grupo de personas con habilidades especiales pero siempre en la mas pura discreción. Angela cuando escuchó que su primera misión sería dar caza a Oleg la muchacha no dudó en alzar el mentón y dar un paso adelante.

- Ante vosotros se presenta una más de tal organización. - Luego se giró hacia su compañero buscando su respuesta. - No me dejarás en la estacada ¿no?- Sonrió esperando su respuesta.

Cuando Wolfgang se precipitó hacia el vacío me quedé sin respiración. Esperaba ver explotar el mundo en cualquier momento, pero por cada segundo que pasaba mi perplejidad aumentaba aun más. El mundo seguía adelante, y nadie puede sobrevivir a una caída semejante.

¿Se ha acabado? ¿Por fin?

Me aseguro de que los últimos mercenarios están bien muertos mientras los demás superhéroes hacen su entrada y me dejo caer agotado y en silencio junto al lugar en el que el villano fue herido a la espera de los acontecimientos.

-Oleg se ha escapado de mis garras una y otra vez durante demasiado tiempo. La próxima vez que nos encontremos me aseguraré de llevar más munición que él secuaces.

Contemplo mis armas sentado en el suelo y poco a poco las descargo y pongo el seguro mientras Ángela contesta entusiasmada. Dado que quería entrar en el cuerpo, esta es su mejor oportunidad. Y nada menos que en la unidad de Clarke. Luego las recojo, me levanto y camino hacia el duplicante.

-Me gusta mi trabajo tal y como es, Clarke. Sin jefes que pregunten sobre el desarrollo de mis casos o el por qué de meter mis narices en los de otros. Tengo libertad de horarios, de movimiento y ningún compañero que me impida actuar como crea conveniente. ¿Por qué iba a dejar que me ataras de manos?

Miro alternativamente a Ángela y al sargento de operaciones especiales antes de confirmar mi decisión.

-Me quedo con mi vida tal y como era. Además, hay cierta persona a quien Selene me dijo que tenía a salvo y con quien estoy deseando volver a ver cuanto antes. Aunque un simple teléfono que funcione me servirá mientras tanto.

Añado la última parte dirigiéndome a Watai y comienzo a andar hacia él.

-En cuanto a esa organización secreta... Tengo dos condiciones. Primera: Nada de medias verdades. No pienso ir corriendo de lado a lado como un pollo sin cabeza otra vez. Es agotador. Y segunda... ¿Qué tal si nos tomamos un café primero? Si ahora mismo tuviera a ese cabrón en mi mira no sabría decirte si sería él el que cayera muerto o yo dormido.

Watai parece complacido por vuestras respuestas. Sonríe levemente al tiempo que asiente.

- Bien, bien, tendremos tiempo de definir las condiciones. Antes hay mucho trabajo que hacer.

Siguiendo las indicaciones de Clarke todos subís al vehículo para abandonar el lugar. El Capitán Increíble se queda para dar la cara en cuanto lleguen las autoridades y, lo mas importante, los medios de comunicación.
Clarke conduce por las desiertas calles de Nueva York hasta un pequeño garaje, nada mas entrar la puerta se cierra tras el vehículo y se encienden las luces.
Por una puerta entran dos personas. Una de ellas es Selene, quien lleva de la mano a otra mujer. Esa mujer no tarda en correr hacia Shadow y abrazarlo. Él sabe de quien se trata y los demás suponen quien es.
Selene os felicita por el éxito de vuestra misión.

- La humanidad os debe tanto que jamas podrían recompensaros. De hecho la magnitud de vuestra hazaña es tan grande como el secretismo con el que se ha realizado. Ni siquiera seréis héroes anónimos, vuestras vidas privadas no se verán alteradas. La única persona que sabe la verdad es el criminal mas buscado del país, aunque no tardará en recibir su castigo.

Clarke golpe su puño contra su otra mano en un claro gesto de sus intenciones hacia Oleg.

- En cuanto lo atrapemos caerá toda su organización. Por una vía u otra acabará entre rejas. Pero ahora esta huyendo, esperaremos a que se asiente de nuevo e iremos a por él. De momento disfrutemos de la victoria y descansemos, nos lo hemos ganado.

Watai se aproxima a vosotros y os entrega las llaves de un coche.

- Fuera hay un coche patrulla, id a casa y descansar. Dentro de unos días nos pondremos en contacto con vosotros y hablaremos de la iniciativa. Hasta entonces, disfrutad de vuestra libertad, os lo habéis ganado.

Angela sonrió con cierta ternura al ver como una mujer abrazaba a Shadow, se imaginó quien era y percibió en su propio ser algo de envidia, hubiera deseado recibir un reencuentro así por alguien en especial pero por desgracia lo había perdido en aquel atraco.

Sus ojos se cruzaron con los de Selene escuchando sus felicitaciones y de nuevo mentando a Oleg el cual se había escapado, esa sería para Angela su prioridad... atraparlo y meterlo entre rejas. Ángela asintió pero no dijo nada, se volvió y caminó hasta salir de alli para encontrarse con el coche patrulla sentándose en el asiento del conductor esperando a Shadow y la mujer que se acomodaran en la parte de atrás.

- Se acabó compañero, mejor pensar de todo esto que ha sido... un duro día de trabajo... - Murmuró poniendo en marcha el vehículo, durante el trayecto le pregunté donde vivía para dejarlos en casa. - Descansad. Tras la despedida ella marchó a su pequeño apartamento.

Al entrar en casa todo estaba justo como lo había dejado, como si no hubiera pasado mucho. La cafetera abierta sobre la vitroceramica, algunos vasos sucios en el fregadero, miguitas de pan sobre la mesa del comedor. Nadie la recibía allí, sus pasos se acercaron hacia el sofá sentándose en el y reposando su cabeza a la vez que cerraba los ojos. Pensaba en su hermano pensando que "por fin se ha hecho justicia". 

Se sentía tranquila de haber evitado una gran catástrofe que llegó a aliviar el dolor de perder un hermano y aunque en casa no la recibiera mas que la soledad, estaba acompañada de la satisfacción de sus adentros. Pero eso no acababa hoy,  al día siguiente comenzaría una nueva tarea en esa iniciativa de las que había hablado con Selene, Watai, Clarke y el Capitán Increible, tendría la oportunidad de continuar protegiendo a la ciudad y sus gentes. 

Entonces era cierto; Anna estaba a salvo con Selene. Respiro aliviado al fin cuando la veo venir hacia mí y el cansancio me golpea como una maza. Por fin se acabó todo. Hora de volver a casa.

Solo lamento que se haya tenido que enterar así de quién soy en realidad. Al menos me ha abrazado en lugar de pegarme un tiro; no parece habérselo tomado tan mal como había temido...

No me despido de mis nuevos "jefes". Temo que tendré noticias de ellos mucho antes de lo que pueda imaginarme. Solo sigo a Ángela hacia el coche patrulla y me siento atrás junto a Anna. Por un instante estoy a punto de hacer un comentario fuera de lugar, pero me doy cuenta que son dos mujeres en el coche contra solo un hombre. Tendré que dejar el chiste machista para otro día.

-Creo que te haremos dar un rodeo hasta su casa. Mi apartamento voló por los aires esta mañana. Por cierto, creo que hemos olvidado las presentaciones: Anna, agente ejemplar de nuestro querido cuerpo de policía; Ángela, la mujer de hielo y futura secuaz de Clarke; y -añado mientras me quito el pasamontañas- el detective Anthony Willson. Ya oirás hablar de mí en cuanto te incorpores oficialmente.

Creo que necesito un copa. Tal vez aun no se haya acabado la botella de wisky que le regalé el otro día...