Partida Rol por web

 Mientras el criminal se explicaba, mis ojos no se alejaban en ningún momento de los suyos, no podía balbucear, no podía esquivar su mirada, debía mostrar toda la seguridad posible ya que eso me otorgaría más credibilidad a mis palabras.

El hombre no se ando por las ramas, expresó todo lo que le pasaba por la cabeza, y su modo de aparecer alli en la tienda fue similar a cuando yo lo hice. Dejé que una sonrisa se escapara por mis labios a lo dicho sobre mi persona, digamos, su especie de "halago".

- Os comprendo perfectamente, yo he llegado de una forma similar, y no os preocupéis, gracias a su aclaración no me ofendo. 

- Y conozco a la perfección lo que se os está pidiendo, sois alguien famoso y reconocido y entendemos lo delicado que es desprenderos de la organización, pero ni os imagináis lo grande que es todo lo que está ocurriendo y lo que está a punto de acontecer Señor Pancratius. - Dije dejando pasar una pausa, una pausa significativa para calmar mi aliento y mi voz, evitar que vibrase.

- Le agradezco que esté tratando conmigo con tal amabilidad, tenemos nuestros motivos por el que me han enviado a mi, y soy yo la que ahora mismo los representa ante usted, para deciros que os unáis a nuestra causa... vuestra supervivencia depende de ello, es la simple verdad.

Y en cuanto a sus dos condiciones, respeto y nada de juegos, solo os puedo decir que la cumpliremos, ya que para que haya un orden y para que no cunda el cáos en nuestras próximas organizaciones el respeto es algo esencial, y sinceramente, no estamos en condiciones para ningún tipo de juego, no nos conviene perder  aliados. - Dije finalizando mi charla con un amplio suspiro reprimiendo mis nervios.

- ¿Estáis conforme Señor Pancratius?

Parece que tus argumentos han convencido a Pancratius. Te ofrece una sonrisa amplia, como si hubiese cerrado un buen trato.

- ¿Como podria decirle que no a una mujer de su belleza? Bien, pongame al corriente, encanto.

El hombre te observa y detectas cierto deseo en su mirada. No sabes a que tipo de trato esta acostumbrado un lider mafioso, pero esta claro que no siempre puede tener todo lo que desea.
Mantiene su semblante afable mientras espera que amplies informacion con respecto a la situacion actual.

 No podía evitar sentirme algo cohibida ante la mirada de aquel hombre además de como se dirigía a mi persona. Aunque comencé a sentirme asustada, sabía que si se unía, sería otra persona mas de nuestro lado, tenía que hacerlo lo mejor posible.

- No se si lo dije, pero arriba estan  quienes me han explicado todo, pero ahora mismo estarán ocupados, por eso os lo cuento. - Dije asegurandome que supiese que allí había alguien mas, aunque era una estupidez, era de lógica que no estuviese sola, mis nervios me estaban jugando una mala pasada.

- Existe una secta llamada "Poseidon" la cual ha clonado a uno de los individuos mas peligrosos del mundo, esta persona... - Pause dudando, ¿Tenia que hablarle sobre los poderes?... claro...¿no?, seguramente este criminal también poseia alguna habilidad, y eso es lo que le ha ayudado a ser un criminal reconocido. - Y esta persona posee un cúmulo de poderes, más de los que todo el mundo creía que se pudiera tener. Y ha sido clonado de forma centenaria, así que imaginese el peligro que eso supone para el mundo, por tanto, para nosotros.  Poseidon quiere dominar el mundo,  y todos estos ataques han sido consecuencias de esos clones, se estima que hay 100 clones por cada ciudad Estadounidense, es lo que ha ocurrido hoy aqui, es consecuencia de ello.- Dejé de hablar, dejando una gran pausa, para que el hombre pudiera digerir todo aquello.

- Espero que no se me haya olvidado ningun detalle, pero si tienes alguna pregunta, solo tienes que formularmela. Nosotros somos la "Resistencia", y esperamos que despues de todo lo que le he podido explicar, acepte a unirse a nosotros.- Dije aquello último mirandolo fijamente, mostrandole firmeza.

Por otro lado pensé en Selene, en su poder... me preguntaba que es lo que vería dentro de este hombre.

Mientras le explicas vuestra funcion parece pensar si contar con vosotros o con su organizacion, al fin y al cabo hasta ahora no le ha ido nada mal.

- Cien por cada ciudad, asi que quedan noventa y nueve en esta. Supongo que el plan no consistirá en esperar a verlas venir. ¿Que pretenden que hagamos? ¿que sabemos? ¿quienes somos? Y sobre todo, ¿que esperan ustedes de mi?

Tras lanzarte todas las preguntas apenas espera las respuestas antes de formular otra.

- Si los demas estan arriba, ¿que hacemos nosotros aqui abajo?

 Me quedé mirando al hombre fijamente, me habia quedado algo bloqueada tras su pregunta, pero intenté centrarme, no quería provocar que se sintiese amenazado o intranquilo por mi bloqueo, ya que ni yo misma sabía porque no lo subía ya de una vez junto al resto.

- Ah... queríamos que se uniera a nosotros... ya os dije que somos "la Resistencia", un grupo que lucha contra esos clones y contra Poseidon. Y yo por el momento es todo lo que sé, todo lo que os he dicho. - Dije pensando por unos instantes que no me había escuchado demasiado.

- Si está de acuerdo en saber aun mas, y unirse a nuestra causa... puede acompañarme. - Dije dirigiendome a las escaleras para comenzar a subirlas, supongo que Watai y Selene tenían que ver a nuestro invitado.

Esperas a que te siga tras tu invitacion. Pancratius de repente se gira y mira la puerta, aunque no ves a nadie en el exterior parece que alguien esta intentando abrir la puerta.
El hombre se acerca rapidamente a ti con el un dedo en los labios pidiendote silencio.

Escuchas en tu mente sus palabras aunque ves que no articula palabra.

- Uno de los clones esta fuera. Voy a tratar de darle en la cabeza con algo, pero necesitare algun arma. Consiguemela.

Comienza a buscar algun arma contudente entre los productos de la tienda. Mientras tanto oyes como intentan forzar la cerradura.
El lider mafioso sigue hablandote mentalmente sin dejar de buscar un arma.

- Menudo recibimiento de mierda me habeis preparado. No se si aun lees mis pensamientos, pero si es asi, mas vale que vayas preparando algo para parar a este hijoputa. Porque estando desarmado, no creo que pueda rivalizar con el.

 Me alarmé por el ruido que se oia tras la puerta y por el giro de aquel lider criminal. Iba aligerar el paso pero él se acercó a mi pidiendome silencio entonces oi su voz... pero sus labios estaban sellados, no pude esconder mi sorpresa y abrí mis ojos de par en par... ¿ese era su poder?... se comunicaba mentalmente.

- No era nuestra intención que uno de esos clones viniese a atacarnos - Murmuré muy bajito mientras me alejaba de él, descendiendo las pocas escaleras que había logrado subir y tomé la pistola que tenía guardada ignorando el rostro que pudiera poner Pancratius, y apunté con firmeza hacia la puerta.

Medí con precisión la puntería todo lo que pudiese, y dispararía en el caso en que lograra abrir la puerta y entrar, se encontraría con una bala de hielo a punto de atravesarle. 

Pancratius busca un arma entre todas las antigüedades de la tienda. Por una vez te hubiera gustado que un criminal fuese armado, pero él debe ser una inoportuna excepcion.
Elige una espada samura que, si bien esta creada para rituales, no deja de servir cuanto menos como arma contundente.

Cuando estas preparada para la emboscada el pomo deja de moverse y la cerradura no hace mas ruido. Esperais unos instantes por si vuelve a intentarlo pero no se oye ni ve nada. Puede que se haya rendido o este buscando otro acceso. Permaneces con el arma apuntando hacia la puerta mientras vuelves a escuchar la voz del mafioso en tu cabeza.

- Sigue aqui. Debe estar buscando otra manera de entrar, o quiza nos haya oido. ¿Hay algun otro acceso?

Cierra los ojos sin soltar la espada, desconoces su poder pero parece que esta buscando al clon con la mente.
De repente aparece un coche avanzando lentamente por la acera hasta detenerse justo enfrente de la tienda, a apenas medio metro. Pese a que no ves al conductor si aprecias como la puerta se abre y la amortiguacion reacciona como si alguien hubiera bajado del vehiculo.

 Intenté recordar si hubiera otra entrada, en primer instante no recordaba si existía o no, y esa incertidumbre se podía ver en mi rostro, clavé mi mirada en la de aquel hombre unos instantes.

- No estoy muy segura... estemos atentos... - Murmuré mirando ahora hacia la escaleras que me llevaron donde estaban Watai y Selene... ¿porque no estaban aqui ayudandonos?.

Con el arma equipada comencé a mirar a todos lados, afinar mi oido para poder escuchar algun posible ruido que me llevara hacia aquel que intentaba entrar.