Salí del Tribunal junto a Lilith, con la cabeza bien alta. Esta vez, no hubo inseguridades o preocupaciones que volvieran a mi cabeza: habíamos ganado, se había hecho justicia y nuestro cliente había sido liberado. Lo que abandone al salir de la sala fue la seriedad; embozaba una alegre sonrisa que reflejaba lo feliz que estaba. Entonces nos reunimos con Robb, que como suponía estaba contento.
Cuando se nos acerco y empezo a felicitarnos, me puse un poco rojo, pero le respondi sonriendo -No tienes porque darme las gracias Robb, sólo hice mi trabajo. Y ya eres libre, no hace falta que me sigas llamando Sr. Payne; en realidad prefiero mil veces que la gente me llame Orsen a secas- le dije contento a mi cliente y un poco cortado con la mano detrás de la cabeza -Y no te culpo por no confiar en mi al principio, yo al principio también me vi desbordado- le dije para no preocuparle.
Luego mire a Lilith que estaba a mi lado -A quienes deberiamos dar gracias los dos son a la inspectora Young... y por supuesto a Lilith- dije con tono amable. Tenía pensado confesar a Robb que fue hoy el día que conocí a Lilith, pero mejor eso me lo callo -Si no hubiera sido por la intervención de ambas, esto habría acabado de forma diferente- dije mirando con simpatía a la estudiante.
Luego de decir esto, busque un poco por la sala -Por cierto Robb, ¿ha visto usted a la inspectora?. Me gustaria darle las gracias como se merece- le pregunté; a lo mejor fue ella quien le escolto hasta aquí, pero también podía ser que estuviera enchironando a Úrsula.
"Érase una vez una náyade a quien el amor transformó en bruja marina, pues una vez despechada solo devorar el corazón del infiel príncipe podría salvarla de la muerte. Pero este se encontraba lejos de su alcance y, para atraparlo, hizo un pacto con un diablillo para que entregara un arco maldito a su escudero y paje: este arma, empapada de lágrimas de vampiro y luz lunar estaba preparada para ser disparada en contra de la voluntad del portador, acabando con la vida del caballero por la espalda. Sin embargo, ni el demonio ni la oscura hada sabían que al reino había llegado un hombre lobo buscando una cura para su maldición, y que sus caminos estaban destinados a cruzarse..."
La cabeza de Lilith bullía de actividad y escribía tan rápido que la tinta le había salpicado ya todas las yemas de los dedos. Tampoco importaba demasiado, teniendo en cuenta como se había puesto entre unas y otras cosas: tendría que cambiarse de ropa antes de acudir a las clases de esa tarde, pero estaba empezando a pensar que no pasaría nadar por ausentarse un día: después de todo, escribir una crónica de ese caso era una tarea mucho más importante que escuchar los sermones de ningún aburrido profesor.
Se encontraba tan concentrada que la voz del señor Pegoat prácticamente la sobresaltó, provocando que del susto tachara completamente la página. Sonrió, sin embargo, sin ninguna preocupación -No se preocupe, señor Pegoat; yo también dude de usted cuando confeso ser la figura del video: ahora podemos decir que nos encontramos en paz.
El abogado también parecía completamente feliz: tanto, que su transformación parecía haberse estancado en un punto intermedio entre el lobo y el hombre. No era de extrañar, por otro lado, teniendo en cuenta que el día había amanecido. Sus palabras la hicieron enrojecer un poco, y rápidamente respondió -N-no tiene por qué dar las gracias, se... Orsen.- Se le hacía rara la confianza de llamarlo por su nombre, pero lo cierto es que el apellido Payne no transmitía buenas vibraciones; no podía decir que no agradeciera el cambio -S-si ha sacado el caso adelante usted solo: nadie hubiera dicho nunca que es su primer juicio... aunque, bueno, me alegra haber podido ayudar.
-¡Ah, casi se me olvida!- Exclamó, rebuscando entre sus bolsillos -Aún no le había devuelto su pañuelo: me temo que esta un poco manchado, pero supongo que con las bendiciones de los espíritus del agua podrá limpiarse sin problemas; además, ahora que les hemos liberado del yugo de Úrsula seguro que estarán agradecidos...
Se estaba volviendo a emocionar un poco... pero lo cierto es que estaba demasiado aliviada como para que le importara. Además, todavía tenían que buscar a su particular ángel de la guarda para agradecer su intervención.
-No, no, de verdad, yo... - Robb se encoge un poco, dejando escapar un suspiro. - Temía que al confesar que yo era la persona del vídeo todo se fuera al traste, pero ustedes... supieron ver la verdad. - el acusado sonríe, feliz. - De nuevo, gracias. - sonríe todavía más ampliamente. - ¿La inspectora Young? No sé dónde está. - se encoge de hombros, mirando a lado y lado, buscándola con la mirada. - Se supone que tiene que venir a recogerme y... oh.
La Inspectora Young acaba de entrar por la puerta y, al ver las miradas de todos posarse sobre ella y el ambiente de felicidad que inunda la sala, lleva la mano a su gorra y la baja un poco, ocultando su mirada. ¿Timidez, tal vez?
Me sonroje un poco con los halagos de Lilith, y abrí un poco los ojos de sorpresa al ver mi pañuelo; con el juicio se me había olvidado que la tenía -Oh, n-no tienes que preocuparte; al fin y al cabo t-te lo preste para que te limpiases, y como dices, con algo de agua se iría...- le dije tranquilo, aunque mis tartamudeos ya iban viniendo levemente -N-no te lo tomes a mal, pero tienes una forma muy curiosa y fantasiosa d-de describir las cosas; que aún n-no he olvidado que soy un licantropo a tus ojos. Es interesante- le dije en voz baja para que el cliente no me oyera. La verdad, es que me gusta ver que alguien tan joven sepa tanto.
Me dirigí a Robb -Robb, y-ya se lo dije: era usted inocente y su pa-palabra me valía, i-incluso si me hubiera dicho que vio a-a un vampiro e-en el escenario habría hecho un esfuerzo por creerle- le dije con una tranquila sonrisa.
Luego, vimos a la inspectora entrar por la puerta. Que... extraño. Cuando ella llegó, parecía estar ocultandose debajo de esa gorra que casi hacía volar en el tribunal, ¿porque me está sonando familiar ese comportamiento?. Ya que ella parecía que le daba cosa acercarse, me acerqué yo a ella -Ho-ola de nu-nuevo inspectora Young- le dije intentando estar sereno y contento, pero me salían los nervios -N-no se co-omo agradecerle lo que hizo e-en el banquillo... de-despues de co-omo le levantaba la gorra con pro-protestas, me sorprendió mucho s-su ayuda- le iba diciendo rascándome la nuca -Gracias- acabe sonriendole y tendiendole la mano para un apretón.
-M-me... me alegro de que no se haya ofendido...- respondió Lilith, muerta de vergüenza; era cierto, se le había escapado lo del Garou delante de Orsen pero, ¿cómo iba a imaginarse que entendería lo que era? La mayoría de la gente no comprendía la mitad de sus palabras y únicamente se limitaba a desconfiar con el temor propio de lo desconocido: el que lo consideraba interesante era un cambio tan bienvenido como inesperado. El abogado parecía una persona muy abierta de mente y con la que se podía discutir de muchos temas: si ella hubiera sido un familiar, ya sabía con qué humano firmaría un pacto. -...le aseguro que no lo decía con mala intención.
Afortunadamente, el comentario de Robb y la llegada de la inspectora Young acabó con una conversación que se estaba volviendo cada vez más incómoda. Le sorprendió ver la forma en que se ocultaba bajo su sólida aureola: al principio del juicio le había parecido incluso peligrosa... decididamente, la había malinterpretado. -Es cierto, no habríamos podido demostrar la verdad de no haber sido por su intervención.- "divina", añadió mentalmente, aunque se cuidó de decirlo en alto. Añadió, sin embargo, casi como si recitara -"En esta vida y en el más allá, aunque pase tanto tiempo que se erosionen las montañas y el agua de los océanos se seque, cuenta con nuestra eterna gratitud."
- ...No tienen que agradecerme nada. Yo sólo hacía mi trabajo, aunque suene a tópico. - murmura Ashley Young, ocultando parte de su rostro bajo la gorra que se sujeta constantemente. - La policía y los fiscales... colaboramos... no para que se declare culpables a todos los acusados, sino para buscar la verdad. - explica, alzando un poco la mirada bajo su gorra. - Por desgracia, parece que últimamente hay muchas personas que han dejado de creer en la justicia. Abogados que desconfían de los fiscales, fiscales que desconfían de los abogados, y gente de la calle que desconfía de los tribunales. Hay mucha gente que ha olvidado lo que realmente importa. Gaspen Payne... lo ha olvidado. - concluye, volviendo a ajustar su gorra. - Su forma de exponer los testimonios, de manipular la situación... indican una total falta de confianza en el sistema. Es algo que me apena mucho. - murmura, antes de alzar la mirada hacia Orsen y Lilith. - Pero ustedes son distintos. Me di cuenta durante el juicio. Fue como... como si viera un rayo de luz en ustedes, ¿saben? - la Inspectora Young desvía la mirada. - La época más oscura de ley está a punto de llegar, y necesitaremos gente como ustedes si queremos salir de ella. Ayudarles durante el juicio de hoy... era lo mínimo que podía hacer.
Dicho esto, y sin dar prácticamente tiempo a réplica, Ashley Young se acerca a Robb e intercambia un par de palabras con él. Después, los dos se dirigen hacia la puerta para marchar hacia el centro de detención, para tramitar el papeleo que dejará totalmente libre a Robb, que se despide de vosotros efusivamente con su mano.
Escuché con atención cada palabra que la inspectora nos dijo. Muchos fiscales y abogados ya no creían en el sistema; en lugar de buscar la verdad buscan ganar el juicio sin importar realmente que es el acusado... pues vaya momento para hacerse abogado he elegido. Por desgracia, no me dejo responderla, una lástima; pero creo que eso confirma que es algo tímida. Pero al igual que yo, que me estrené con una victoria, parece que ella también a salido bien parada de su primer caso. Me despedí de Robb devolviendole su efusiva despedida con una sonrisa natural.
Al final, sólo nos quedamos Lilith y yo en la sala de acusados. Yo, y la chica que sin conocerme salió a mi defensa... Aunque esperaba que no fuera así más tiempo -Hmm... la época más oscura de la ley se acerca... bueno, al menos sabemos que contamos con la inspectora para que tambien nos ayude, ¿no crees?... Aunque menos mal que no sabe que nos conocimos hace escasas horas; eso quizás no se lo hubiera esperado- dije animado, riendo un poco en la última parte.
Luego la miré, pensando bien en lo que voy a decirle para no estar nervioso -Lilith, te lo vuelvo ha decir: Gracias por tu ayuda- le dije contento -La verdad es que te veo fascinante: tienes una forma muy imaginativa de describir las cosas, se nota que tienes mucha cultura para tu edad, y esa "percepción" que me confesaste durante el juicio y lo mucho que me ha ayudado con el cliente simplemente lo encuentro increíble... Además, no creo que me hubiera tomado tan bien que alguien me llamará Garou si no hubiera visto como eres- dije en tono agradable y simpático, mientras rebuscaba algo en el bolsillo de mi chaqueta.
-Genial, aquí está...- dije mientras sacaba una tarjeta de mi bolsillo. Era una tarjeta de presentación del bufete que abri hace pocas semanas: el bufete Orsen&Co (aunque lo de Co lo puse para emular el nombre del bufete de la Srta. Fey) -Se que no me conoces demasiado aún, que quizás en los juicios asustó un poco, y que a lo mejor esto interfiere en tus estudios en Harkely ya que se lo que es estudiar allí, pero...- me iba poniendo un poco rojo mientras le tendía la tarjeta -Bu-bueno, ya dijimos en el tribunal que eras mi ayudante... ¿quieres serlo de verdad?- le dije rascandome la nuca -Ha-hasta hoy, lo único que hacía e-en la oficina era ver documentales; pero puede que a raiz de este caso aumenten los clientes, y dudo de poder hacerlo solo. No tendrías un salario muy alto... más bien rondaría por... el "casi gratis"; pero es que tampoco puedo ofrecer más. Yo mismo he hecho esto "casi gratis" porque sino no me contrataban...- dije mientras mis nervios iban en aumento -Po-por supuesto n-no me tienes que de-decir nada a-ahora. Te dije que te i-invitaría a un café y-y lo voy ha hacer... S-si quieres me puedes responder cu-uando a-acabemos- le termine de decir rojo como un tomate algo agobiado; quizás había sido demasiado directo.
-Sí, decididamente, con gente como Orsen y la inspectora Young puedo comprender por qué mi padre se sentía tan orgulloso de ser parte de este mundo.- Pensó Lilith, con las palabras de la mujer todavía resonando en su cabeza a pesar de que ya se hubiera marchado. -Aunque sea un mundo que se esté sumiendo en las sombras... pero incluso en la más profunda oscuridad, siempre queda la luz de la esperanza.
¿Quién iba a pensar que la llama del renacimiento vendría de las manos de un hombre lobo? La idea la divirtió, interiormente: "Porque cuando todos los héroes han desaparecido, queda en manos de los monstruos el salvarlos de su propia locura". La alegría dio paso al más absoluto asombro, sin embargo, en cuanto escuchó la proposición del abogado.
-¿D-de... de verdad? ¿Está... está seguro de esto?- Preguntó, sin podérselo creer. ¿Realmente le estaba ofreciendo que fuera su ayudante? Observó la tarjeta con el rostro incluso más pálido de la impresión que rojo por sus halagos: Bufete Orsen&Co.; sonaba estupendamente bien -Yo... ¡Claro que acepto el puesto!... E-es decir, sería un honor trabajar con usted.- Rectificó, con una sonrisa nerviosa, aunque sin poder disimular su emoción. Definitivamente, ese día los planetas se habían alineado en una posición afortunada.
-Y-y el salario no es un problema: n-no hace falta que me pague nada si las cosas no van bien en el negocio; yo recibo b-becas para estudiar y puedo subsistir con ello, a-así que mejor guarde el dinero para usted. Para mí, la oportunidad de a-aprender es suficiente: e-es por ello por lo que acudo a los juzgados.- Confesó, apretando su libreta contra el corazón y con los ojos brillantes -V-verá, estudio literatura porque mi pasión es escribir... pero solo la gramática o los clásicos no convierten a una persona en escritor: lo importante es tener algo que valga la pena transmitir. N-no puedo reflejar el alma humana en un relato si no la he comprendido primero... así que acudo aquí en busca de iluminación. Q-quiero entender la vida y la muerte, el amor y el odio, el bien y el mal... a-aunque suene extraño. P-pero me estoy yendo por las ramas otra vez: lo que quería decir es que sería usted quién me estaría haciendo un favor si me deja acompañarle, n-no necesito ningún incentivo; e-es más, se lo agradecería d-durante el tiempo que dure la eternidad.
-A-además, la inspectora tiene razón: Orsen, yo creo que usted puede traer sangre nueva a este sistema. Llevo más de un año acudiendo a este lugar y he visto casos... incomprensibles: a un abogado presentar pruebas falsas, a un fiscal ser condenado por asesinato... sucesos que habrían sido impensables hace una década. P-pero usted no se ha apartado del camino: está dispuesto a creer en su cliente hasta el final, a no dejarse llevar por los prejuicios y a luchar por la justicia sin importar que eso le vuelva en contra de los demás o incluso de su propia familia. E-es un comportamiento admirable.- Sentenció, con total sinceridad. Una bruja y un Garou eran un equipo muy extraño, pero eso no le importaba en aquel momento. Se encontraba completamente entusiasmada. -A-así que... sí, acepto el puesto sin reservas. Y-y gracias, de verdad.
No pude evitar expresar mi alegría con una enorme sonrisa -¡E-estupendo! Mu-muchas gracias Lilith- dije muy contento. Ese día, había entrado al palacio de justicia con nervios colosales, un cliente que no confiaba en mi, y la certeza máxima de que iba ha hacer el ridículo... y ahora salía de él con un caso ganado, una felicidad de campeonato, la confianza de mi cliente y de la inspectora, y una aspirante escritora que ahora era mi ayudante... desde luego, nadie se hubiera imaginado eso del primer juicio de un Payne; y menos estando en el lado de la defensa.
-Lilith, pa-para nada me parece extraño tus motivos; es más, y-ya que no te pagaré po-por que tu has querido, m-me comprometo entonces a ayudarte ha entender me-mejor el alma humana mostrando la verdad en todos mis casos- le dije con el corazon en el pecho -¿Sabes que...? Me-mejor nos olvidamos del café y directamente te invito a comer algo. Conozco un puesto de fideos que suele pasar por aquí cerca y que prepara el mejor ramen de la ciudad...- le dije contento -Allí ya podemos hablar de lo que quieras... ¡vamos!- le dije realmente feliz; creo que nunca había estado tan contento en mi vida.
Lilith rió, no por nada en particular, sino porque se sentía feliz. Cualquiera que los oyera en aquel momento, entre el tartamudeo fruto de la timidez y las grandes promesas fruto de los ideales, no tendría otro remedio que pensar que estaban los dos completamente locos. Y, tal vez lo estuvieran, después de todo: ¿quién firmaba un contrato con alguien que acababa de conocer? Pero lo cierto es que ella no habría cambiado esa irracionalidad por el sentido común de absolutamente nadie.
-E-esa sí que es una gran idea- Admitió, dándose cuenta por primera vez de que estaba muerta de hambre. ¿Quién iba a imaginarse que un caso judicial podría abrir de esa manera el apetito? -¡T-tenemos mucho que celebrar! Después de todo, acaba de ganar su primer caso.
Se encontraba exultante. Trajera lo que trajera el futuro, estaba segura de que, juntos, podrían traer la luz de la verdad a las tinieblas.
El caso de la tienda de conveniencia
FIN