Cuando Orsen vuelve regresa a la Sala de Acusados nº4, para reunirse con su ayudante y con su cliente, se encuentra con el mismísimo Fiscal Cypher saliendo de allí. Éste le dedica una sonrisa burlona.
-Nos vemos, Sr. Abogado. - dice el fiscal, saliendo de la sala con las manos en los bolsillos de la sudadera y perdiéndose por los pasillos.
Voy a paso bastante ligero, debido a que quiero ir a por Lilith lo más rápido que pudiese... ¡No podíamos perder tiempo y hacerle esperar! Pero cuando iba a entrar en la sala, vi como el fiscal Cypher saliendo de ella dedicandome una sonrisa burlona. Seguro que si hubiese estado en el Tribunal le habría soltado una puya... pero sólo tragué saliva, algo preocupado por verle con tanta seguridad después de como se puso durante el juicio... miedo me da.
En fin, entre en la sala y fui hasta donde estaban mi ayudante y mi cliente -Ho-Hola chicas... ¿que ha-hacía el fi-fiscal aquí?... ¿Os ha mo-molestado? ¿E-estáis bi-bien?- les pregunté a las dos... no creo que hubiera sido un rato agradable la verdad. Pero luego sacudi la cabeza... ¡que me distraigo y se me olvida lo importante! -Lilith, te-tenemos que i-irnos al de-despacho. E-el señor Colbert no-nos e-espera allí...- le indique a mi ayudante -La fi-fiscalía quiere ha-hablar co-con el... ¡pe-pero ha-hablara con no-nosotros primero! Te-tenemos que aprovechar e-eso- le termine diciendo... aunque luego mire a mi cliente un poco arrepentido -Di-disculpa Ada po-por de-dejarte a-aqui... ha-habiendo pa-pasado tan po-poco e-entre a-ahora y ha-haber salido de-del juicio...- me disculpe. Quizás no hacía falta... quizas hasta me ignoraba por la consola... pero a mi me daría cosa que me dejasen solo ahora... aunque quizás también puede ser porque todo me da cosa en casi todos los momentos.
Las palabras del Fantasma dejaron a Lilith tan sorprendida que por un instante fue incapaz de reaccionar, obligándola a mirar con sus ojos violetas muy abiertos como abandonaba la habitación hasta perderse en los pasillos como el espíritu errabundo por el que le había dado el nombre. ¿El Señor Colbert? ¿Ada? Durante un momento fue incluso incapaz de comprender qué era aquello de lo que le estaba hablando Orsen.
-¡Pretende hechizar el sistema!- Soltó de golpe, tan pronto como recuperó la voz -¡Es Prometeo! ¡Pretende robarles a los dioses creyendo que eso salvará a los hombres, pero solo va a conseguir perder sus alas como Luzbel antes de convertirse en el Demonio a causa de la Soberbia!
Respirando de forma entrecortada, se aferró a su libreta con ambas manos, tratando de ordenar sus pensamientos para poder explicarle a su amigo lo que había descubierto, pero se encontraba demasiado inquieta como para que le fuera posible conservar la calma. Ni siquiera sabía si debía de sentirse enfadada, triste o asustada. El Demiurgo se había convertido de repente en un personaje de tragedia para ella: el típico héroe que motivado por buenos sentimientos acaba vendiendo su alma a fuerza de tomar las peores decisiones. Y eso no solo le iba a condenar a él a los Infiernos, sino que les iba a costar a todos demasiado caro: la princesa metálica no merecía ser quemada de esa forma, ni decididamente el Garou se merecía perder la batalla por culpa del veneno.
-El fiscal Cypher pretende hacer trampas. O ya las ha hecho.- Aseguró, completamente nerviosa -O incluso algo peor. Dice... dice que quiere "hackear el sistema y tomar las riendas". Cree que todos están corruptos y que solo puede confiar en sí mismo.
Negó con la cabeza, mientras mordía incluso el borde superior de su cuaderno como si se tratara de su pluma.
-Está convencido de que Ada es culpable y pretende condenarla a cualquier coste...- Susurró, bajando la voz para evitar que ella les oyera -...es como un cruzado que ha convertido el asesinato en su deber sagrado. Si... si el señor Colbert ha aceptado hablar con nosotros, entonces tenemos que darnos prisa. N-no sé que puede suceder...