Partida Rol por web

-De nuevo en el centro de detención...- De nuevo, Lilith no pudo evitar un leve escalofrío al entrar allí. Sin embargo y por lo menos, al haber avanzado el día, el frío no era tan intenso como durante aquella mañana, haciendo la situación mucho más llevadera. Orsen, por su parte, también parecía encontrarse en otro estado que cuando llegó allí hacía tan solo unas horas... aunque ella no era capaz de decidir si eso era bueno. Nunca le había visto sufrir una transformación tan prolongada (aunque lo cierto es que tampoco le conocía desde hacía tanto tiempo) y aquello sumado al extraño incidente que había sufrido tras hablar con Jessica la preocupaban. Solo esperaba que el estrés no le pasara factura al día siguiente.

Aun así, lo que desde luego no podía esperarse era el cambio sufrido en la estatua viviente. No era solo que, después de todo, tuviera sentimientos como los de un hombre en lugar de un golem: es que la niebla que le envolvía era tan grande que apenas había podido reconocerle en un principio. -O-orsen...- Musitó, atónita, sin dejar de observar el lugar por donde el manager se había marchado e involuntariamente ignorando a Ada -...e-el señor Colbert...

Dándose cuenta tras unos segundos que el abogado no la debía siquiera haber oído y menos haber notado nada extraño en su cliente, le tiró tímidamente de la manga de la chaqueta tratando de desviar su atención unos instantes. -Señorita Parley, ¿l-le importa disculparnos unos m-momentos?- Preguntó, buscando algo de intimidad para poder explicarle a su compañero lo que había presenciado.

-O-orsen, he visto...- Titubeó un momento, pensando en como expresarlo -...al corazón del señor Colbert atenazado por una gran culpa... no, más bien por un sentimiento de culpa.- Matizó -Por unos remordimientos más profundos que las simas del océano. N-no sé de que estaría hablando con nuestra princesa autómata p-pero es obvio que ha despertado en él un arrepentimiento que n-no se encontraba allí cuando hablamos con él por primera vez.

-¿Es que acaso solo un alma de metal y cobre puede conmover a otra formada de pura piedra?- Pensó con una inquietud creciente.

Bien, he conseguido que por primera vez, aunque sea durante unos segundos, me haya mirado a la cara antes de desviar la mirada... es algo. No pude evitar decepcionarme un poco al oír que no tenía libros, aunque no lo mostrase -En fin, supongo que mi hipótesis de que le robaran un cuaderno con algo escrito era errónea... Supongo que el marcapaginas estaría arrugado porque lo guardo sin ganas- razone. Una teoría despechada, quedan otras. Al menos confirmó que las maletas estaban fuera cuando entró en la habitación, aunque fuera levemente... eso confirma que fuera quien fuera quien estuviera dentro, lo estaba cuando Ada dormía. Y me hago una idea de quien era el fisgón, aunque esa es sólo otra teoría que necesita pruebas para ser confirmada.

Un leve tirón de mangas hizo que saliera de mis teorías y volviera a la realidad. Era Lilith, que quería hablar conmigo. Hice un gesto a Ada para que esperase y me fui con ella.

Escuché lo que ella dijo, lo que habia "visto" en el corazon del Sr. Colbert, esa niebla de culpa tan espesa que, desde luego yo no habia visto -El señor Colbert... ¿arrepentido de algo?- musite en voz baja... ¿porque estaba arrepentido? ¿de que habían hablado Ada y su mánager? -Sea lo que sea... Ada lo sabe. Habrá que intentar hacer que nos lo diga. Gracias Lilith- le dije sereno y meditabundo a mi compañera antes de volver con Ada.

Ese tema no debía salir tal cual, así que mejor hacer que surja de forma natural empezando por donde lo dejamos -Srta. Parley, volvamos al tema del equipaje si no le importa... ha dicho que le pareció ver su equipaje fuera; es decir, que alguien abrió el armario- le fui diciendo -Tengo entendido por nuestra investigación que las llaves sólo las tenía el Sr. Colbert... ¿tendría el algún motivo para abrirlo? O visto desde otra perspectiva, ¿vio a alguien acercarse mucho a su mánager... lo suficiente como para robarsela?- le pregunté a mi cliente con seriedad. Y ya que hemos llegado a ese punto, toca preguntar por el tema principal -Por cierto... ¿de que hablabais cuando llegamos? Parecía... menos estoico de lo normal- le pregunté y me inventé esa excusa; no iba a decirle que mi ayudante ha visto su culpa.

Ada no hace ningún comentario cuando los dos os apartáis del cristal y os retiráis a una esquina del Centro de Detención para hablar en susurros sobre las visiones de Lilith. Aún así no os quita la vista de encima, tal vez temerosa de devolver su mirada su consola de videojuegos tras la actitud de Orsen hace un momento. Cuando finalmente termináis de susurrar y os volvéis a acercar al cristal que divide el cuarto de las visitas, ella os sigue con la mirada y permanece en silencio durante el nuevo interrogatorio de Orsen.

- ... Eso es... cierto. - murmura Ada tras pensarlo durante unos segundos. - El armario de nuestro camerino sólo tiene una llave, y debería tenerla el Sr. Colbert, que es el responsable de nuestro equipo. - notáis que mantiene los dedos de sus manos entrelazados entre sí, después de estar un rato sin saber muy bien qué hacer con sus dedos. La fuerza de la costumbre. - Tal vez... ¿Tal vez Joy o Erik le pidieron al Sr. Colbert la llave para sacar algo que se habían dejado de su equipaje...? - murmura, insegura. - Yo... no me fijé en quién se acercaba o se dejaba de acercar al Sr. Colbert, la verdad. Tenía la vista puesta... en otro sitio... - murmura, desviando la mirada hacia su consola. Realmente parece estar pasándolo mal sin jugar, o al menos sin tenerla en las manos. Os hace sentir incluso un poco mal, como si le hubierais quitado cruelmente a un niño pequeño su juguete favorito. - U-Uhm... - la última pregunta de Orsen hace que Ada desvía la mirada con expresión algo dolida. - El Sr. Colbert me estaba... aconsejando sobre el juicio de mañana... - murmura, bajando la voz casi a un susurro, como si le costase hablar. - Me ha dicho que confía en mí... y que confía en que... en que ustedes dos podrán defenderme, pero que si... si algo va mal... - suspira antes de terminar. - Me ha pedido que diga que lo hice [color=#ff0000]en defensa propia[/color].

Las explicaciones que me daban Ada no me convencian en absoluto -Joy ya nos dijo que ella no pidió sacar nada... y si nos atenemos a su versión, Erik estaba bastante ocupado evacuando el almuerzo como para pedirlo. Sigo pensando que... mejor no hacerme ideas sin pruebas- pense serio mientras miraba a mi cliente. Parecía ansiosa de coger de nuevo su videoconsola, y ella misma ha admitido que en vez de prestar atención a las cosas tenía la mirada en esa pantalla -Su adicción es impresionante... sólo aguanta un poco más Ada, ya volverás a jugar cuando terminemos- pensé como mi forma de darle ánimos, aunque no pudiera oír mis pensamientos.

Luego... comentó la razón por la que hablaron Colbert y ella, la razón por la que ese hombre se sentía culpable: sugerir que mi cliente declare defensa propia a mis espaldas. Esa declaración podía hacer aflorar todo tipo de sentimientos a las personas; en mi caso, ya estuviera tartamudo o fríamente serio, mis sentimientos serían los mismos: ira -Defensa propia... le ha sugerido defensa propia...- balbucee aparentemente tranquilo. No... voy a perder los papeles delante de Ada... pero mejor será que vuelva sólo a casa para que Lilith no me viera explotar -Ada... mirame a los ojos, te voy una cosa muy seriamente- le dije directamente -Mentir en un tribunal es un delito grave, ¿lo sabías?. Me dijiste que eras inocente, que no mataste a nadie... y te crei. Y te creo. Y te creeré hasta el final del juicio. Así que ignora lo que te ha dicho Colbert y escuchame bien: no vas a mentir ante mi en el juicio diciendo que lo hiciste en defensa propia... y saldrás libre de esta situación, ¿entendido? Quiero que me lo digas- le asegure muy serio a Ada -Y ahora... explícame: ¿porque tu mánager te lo ha pedido? ¿que motivos les has dado para sugerirte tal desfachatez?- le pregunté.

Ada se sentía incómoda. Ya fuera simple intuición o una percepción sobrenatural, Lilith no necesitaba sus habilidades para darse cuenta de ello. No pudo evitar soltar un breve suspiro: no le gustaba ver sufrir a la gente. Le resultaba difícil no imaginarse en su lugar y eso provocaba que empatizara muy rápidamente con las penurias ajenas. Sin embargo, la autómata debía permanecer desconectada de su fuente de energía, le gustara o no. Después de todo, el motor interno que tenía escondido en su pecho dependía de ello.

Orsen repitió las palabras de la joven casi como si no pudiera creer lo que estaba oyendo, pero Lilith simplemente mordisqueó su bolígrafo con preocupación. No le extrañaba precisamente aquel consejo, por mucho que no lo compartiera. Aquello, después de todo, podía explicar la culpabilidad del señor Colbert... pero planteaba demasiadas dudas. ¿Por qué defensa propia? ¿Acaso la estatua deseaba salvarla pero no creía realmente en su inocencia? ¿Le importaba más su vida que la verdad? ¿Era aquello un pecado o admirable? En otro orden de las cosas y no por ello menos importante: ¿por qué precisamente defensa propia? ¿Solo porque era una excusa fácil? No recordaba haber visto signos de lucha en el camerino, aunque lo cierto es que no habría sido difícil ocultarlos. ¿Y que otro móvil podía tener Ada para acabar con el señor More? No parecía importarle nada que no ocurriera dentro de su, ya no bola, sino caja de cristal. ¿Era aquello lo que creía la fiscalía?

En medio de aquel tornado de posibilidades, una idea comenzó a tomar forma en su mente... Y era una idea que no le gustaba en absoluto. Sin embargo, tenía que comprobarlo, especialmente teniendo en cuenta que todavía carecían de un sospechoso con un móvil claro. -S-su abogado está en lo cierto, s-señorita Parley. N-no debe cometer perjurio... e-estamos aquí para demostrar q-que no ha hecho n-nada malo, n-no para r-regatear una condena l-leve a costa de su honor.- ​Añadió, apoyando a su amigo, antes de preguntar algo titubeante. -P-pero p-podría responderme... ¿c-cree que pudo darse una situación e-en la que necesitara de d-defensa? S-si estaba tan d-dormida como para no despertarse ni a-ante un asesinato, t-tendría que s-ser vulnerable a cualquier clase de a-agresión.

Aquel sueño y esa confusión como para no saber donde se encontraban las maletas hacía pensar a la estudiante que la joven estaba drogada, y a conciencia (¿No había perdido algo ese extraño lobo-hombre, a todo esto?). Quien quiera que lo hubiera hecho debía de tener malas intenciones y el comportamiento de Gave había sido sospechoso justo en los minutos anteriores a su muerte. Tal vez no fuera más que un castillo en el aire pero... -S-señorita Parley, ¿cree que el m-móvil del asesinato p-podría no haber sido defensa propia... s-sino m-más bien defenderla a usted?

- ... Lo sé. Sé que no se puede mentir en un tribunal de justicia... - murmura Ada, intentando mirar a los ojos a su abogado tal y como éste le ha pedido, aunque la vista se le sigue desviando. Es evidente que no está acostumbrada a hablar frente a frente con otras personas. - A mí tampoco me gusta la idea. Pero... entiendo por qué el Sr. Colbert me lo ha sugerido. - murmura, negando con la cabeza visiblemente incómoda. - Incluso yo, que no tengo nada que ver con el mundo lugar... he oído los rumores. Se dice que hoy en día... abogados y fiscales están dispuestos a hacer lo que sea por ganar, sin importarle que el acusado sea culpable o inocente en realidad. - murmura, ya con la vista totalmente apartada hacia otro lugar. - [color=#ff0000]Pruebas falsificadas, testimonios pactados...[/color] El Sr. Colbert teme que el fiscal del caso sea de ese tipo de personas. Capaz de hacer cualquier cosa para que me declaren culpable. Sólo por no perder el juicio. - explica, volviendo a negar con la cabeza. - Yo tampoco quiero mentir. No es correcto. Pero si se llegase a dar la situación... - la chica se muerde el labio, incómoda y frotando sus manos entre ellas, sin saber qué hacer al no tener una consola entre sus dedos. - Ustedes son personas honestas. Sé que no harían ese tipo de trampas, pero si el fiscal del caso lo hiciera... tal vez declarar que lo hice en legítima defensa sea la única forma de [color=#ff0000]evitar la pena capital[/color]. Eso es lo que el Sr. Colbert me ha dicho... - murmura.

Ada parece estar realmente incómoda y agobiada, y niega con la cabeza una vez más a las preguntas de Lilith.

-No lo sé... lo siento. Yo... estaba dormida. No vi ni escuché nada. Yo tampoco lo entiendo. - responde Ada, negando una vez más. - No sé qué pasó en el camerino... No sé si Gave entró en el camerino para atacarme, o para robarnos, o para espiar nuestra estrategia para el torneo... No recuerdo nada. - suspira con pocas fuerzas, aunque la última pregunta parece extrañarle bastante. - ¿Defenderme? ¿Defenderme de qué...? - realmente parece que no sabe nada y ni se le había ocurrido.

Me quedé realmente serio mientras oía los motivos con los que excusaba Ada la petición de su mánager [color=#5F89CE](Así que según ella... es simplemente por el hecho de que como hay rumores de que hay abogados y fiscales corruptos, el Sr. Colbert prefiere que tachen a Ada de culpable en defensa propia que de dejarme defenderla. No me lo trago, es imposible que tenga sospechas de un fiscal que acaba de empezar... el Sr. Colbert debe de saber algo más)[/color] medité pensativo con la mano en la barbilla y los ojos cerrados, antes de volver a abrirlos -Srta. Parley, si se llegase ha dar el caso de que el fiscal Cypher es así... le prometo que no le hará falta cometer perjurio para librarse de la pena capital, yo mismo destaparé las mentiras que se cuenten en el juicio- le dije realmente convencido y determinado a que Ada abandonara esa idea que su mánager le había sugerido.

Luego de aquello, lo que dijo Lilith me confirmó que en parte compartíamos una teoría de que había ocurrido; pero creo que hizo bastante mal en preguntarle directamente a Ada. Lo último que necesitábamos era que nuestra cliente temiera por su vida -De nada de momento, es solo una linea de investigación que estamos siguiendo junto a otras... no se tiene que preocupar- dije con tono calmado para que se relajara, y aunque no me gustase, le eché una mirada severa a mi ayudante para que no volviera a mencionar el tema de momento. [color=#5F89CE](Esta será seguramente la última oportunidad que tendré de hablar con Ada, así que tengo que preguntarle todo lo que pueda ahora... no puedo preguntarle si vio cosas raras, seguramente tendría la vista en su consola. Pero quizás otras cosas si pueda sacarle...)[/color] -Srta. Parley, el arma homicida fue una botella de mosto que usaron para golpear a la víctima, con sus huellas dactilares... Joy dijo que bebieron antes de que les llamaran a comer, ¿bebiste mosto esa tarde, y alguien más bebió de esa botella?- le pregunté [color=#5F89CE](La botella fue un arma improvisada debido a que, si mi teoría es correcta, el asesinato de Gave no fue planeado... en ella pueden haber errores)[/color]. Cogí un poco de aire, y formulé otra pregunta -¿Se encontró en algún momento en el camino del comedor al camerino cuando iba a echarse una siesta? Se que puede que no viera nada por estar jugando con la consola... ¿pero oyó alguna voz que reconociera o se tropezó con alguien?- le pregunté. Es más que obvio que no estaba concentrada en que veía... pero puede que si que oyera algo que quizás le hiciera apartar la mirada de la consola o se tropezara con alguien por no mirar a donde tenía que mirar.

Ada Parley asiente con lentitud cuando Orsen afirma con rotundidad que no hará falta que mienta durante el juicio incluso si el fiscal resulta ser un tramposo tal y como le sugirió el Sr. Colbert, aunque no parece realmente convencida. Tampoco parece que le convenza mucho la respuesta que Orsen le da sobre que alguien podría haber querido defenderla... pero aún así parece que prefiere apartar la vista antes que iniciar una discusión o insistir para que se lo digáis más claramente.

-Sí, bebimos mosto... un par de botellas, creo, mientras preparábamos nuestra estrategia para el torneo. - murmura Ada, recordando después de que Orsen le pregunte por el arma del crimen. - Bebimos los tres, aunque fue idea de Joy. Le gusta el mosto porque dice que le hace sentir mayor, ya que parece vino. - explica y, aunque su cara permanece como siempre y sin emociones, notáis un ligero tono divertido en sus palabras. Luego suspira, negando con la cabeza. - No me encontré con nadie de camino al camerino. Tampoco escuché voces extrañas. Es lógico, ya que el área de los camerinos está restringida a gente de la organización y a invitados... imagino que no mucha gente anda por allí.

Lilith se cayó de golpe al notar la mirada que le lanzó el abogado y no contestó a la pregunta de Ada, aunque no acababa de comprender qué era lo que había dicho o hecho mal. Bueno, en cierto sentido si lo sabía: la idea de que alguien fuera a agredir a la princesa mecánica mientras permanecía desconectada era cuanto menos perturbadora... decididamente, era la clase de imagen que utilizaría si alguna vez decidiera escribir algún cuento de terror perverso, pero era una posibilidad que no debían desdeñar si querían llegar al fondo de ese asunto. Aun así, parecía que la chica tampoco parecía saber mucho al respecto: decididamente, su pérdida de consciencia, ya que difícilmente podría llamarse sueño a eso, era verdaderamente preocupante.

La estudiante repasó mentalmente los encantamientos que podían sumir a una doncella en un sueño eterno, tales como un peine de hueso enredado en el pelo, la herida de la aguja del huso de una rueca o una manzana envenenada, pero después de esa primera señal de Orsen se abstuvo de decir nada al respecto. Sin embargo, dada la ausencia de pistas que tenían, tan válidas le parecían aquellas teorías como cualquier otra: se habían quedado incluso sin la posibilidad de que las botellas de mosto hubieran contenido algún tipo de sustancia, ya que en ese caso habría afectado a todo el equipo.

Por ello, para terminar de descartar posibilidades, se animó a preguntar -Y... señorita P-parley... ¿bebió algo más durante el almuerzo? ¿Algo que n-no probara nadie más?- Tras escuchar el comentario sobre la estrategia, añadió, en su incansable búsqueda de un móvil -Y, t-tal vez sea irrelevante, pero... ¿había a-alguien en su equipo q-que creyera que n-no tenían o-oportunidad de vencer el torneo?

-... Bebí más cosas. Zumos y refrescos. Pero todos bebimos lo mismo en el camerino, y creo que también a la hora de comer. - explica Ada, negando con la cabeza tras la pregunta de Lilith. - Y... si está sugiriendo que alguien de mi equipo mató a Gave para que no pudiera asistir al torneo y así ganar más fácilmente... no creo que eso funcione así. - murmura, negando una vez más. - Y tampoco creo que nadie de mi equipo pensara que íbamos a perder. Hemos llegado a la final, después de todo.

Escuche las últimas respuestas de Ada en silencio... No creo que pueda sacarle nada más de momento. Esa maquinita suya sin duda nos ha fastidiado el sacarle un buen testimonio a la chica -Gracias Ada... ya hemos terminado por hoy. Lo que nos has dicho seguro que nos ayudará en el juicio- le dije sereno -Puedes volver a coger tu consola. Soy tu abogado, no tu médico y no tendria que decirte esto, pero deberías regular las horas de juego. No puede ser sano- le indiqué y aconseje mientras me levantaba -Lilith, nos vamos... Ada, nos vemos mañana en el juicio; y por favor, saque de su cabeza proponer defensa propia... por favor- termine de decir.

Ya no tenía más que decir, y ambos abandonamos la sala de visitas. Esperaba no encontrarme con Colbert... porque sino la íbamos a tener. Ahora sólo quería irme a la oficina y relajarme. Llevo tenso y de mal humor demasiado tiempo por un día... y quiero preparar el juicio en calma.

- ... Está bien. - murmura Ada, despidiéndose de vosotros con un gesto de su cabeza mientras enciende de nuevo su videoconsola portátil. No tarda en volver a mirar a la pantalla mientras vosotros os levantáis y os disponéis a abandonar el Centro de Detención para volver al Bufete y poner en orden vuestras ideas... pero aún así escucháis su voz una vez más. - Cuidado. Casi la pisa. - dice Ada, levantando levemente la mirada de la pantalla y dirigiendo su vista a algún lugar del suelo, en vuestra parte de la sala.

La acusada tiene razón: habéis estado a punto de pisar sin querer un objeto que estaba en el suelo, aunque evidentemente no debería estar allí. Orsen se agacha y lo recoge.

-Creo que es [color=#ff0000]la cartera del Sr. Colbert[/color]... - murmura la acusada al ver que Orsen ha recogido el objeto del suelo. - Se le habrá caído cuando ha salido antes con tanta prisa. - comenta antes de volver a centrar su atención totalmente en su videojuego.

El guardia de vuestra parte del cuarto de las visitas se os acerca y os pregunta si queréis que él guarde la cartera en el departamento de objetos perdidos, pero le decís que vosotros mismos se la devolveréis al Sr. Colbert. Al ser los abogados de Ada Parley, de quien el Sr. Colbert es mánager, parece que el guardia no encuentra ningún problema en que vosotros seáis los que se la devuelvan... y seguramente esto sería lo más honesto, aunque no podéis evitar echar un vistazo al interior de la cartera. Tal vez haya alguna pista dentro.

Aunque no hay nada sospechoso en su interior, realmente, y tampoco nada realmente llamativo. Tarjetas de crédito, tarjetas de visita, carnet de conducir, algo de dinero... lo que cualquiera espera encontrar en el interior de una cartera, realmente. Pero, mientras el guardia del otro lado del cristal se lleva a Ada de vuelta a su celda del Centro de Detención, encontráis un papel doblado dentro de la cartera que os llama la atención.

Según lo desdobláis os dais cuenta de que no es exactamente un papel, sino que es una fotografía. La desplegáis y la observáis: se trata de una fotografía del Sr. Colbert, bastante más joven de lo que es ahora, acompañado por una mujer joven y bastante guapa que sostiene un bebé de cabello castaño en brazos. La fotografía está fechada en la esquina inferior derecha, y la fecha en que se hizo parece ser hace unos 17 años.

Guardáis la cartera, pues tal vez os sea útil. Es momento de volver al Bufete y organizar un plan para mañana...