Partida Rol por web

- Pasa, pasa, muchacho - te dice Ricardus mientras te invita a pasar.

Pasais a una pequeña sala que hay justo al lado de la puerta. Es un cuartucho pequeño de herramientas de jardinería. Pero está limpio y es acogedor.

Te invita a que te sientes mientras se pone a preparar una infusión de diferentes hierbas que eres incapaza de reconocer.

- Preparo yo la mezcla. Cada estación hago una diferente. Debería servirte la de primavera pero como todavía me queda de la de invierno vamos a ver si entre los dos acabamos con lo que queda. - te indica en cierto tono divertida mientras se le escapa alguna pequeña carcajada.

Parece un hombre afable. Después de preparar la infusión, se sienta y te sirve una taza del líquido humeante. Comienza a tomar su taza sorbo a sorbo. Mientras tanto tú esperas paciente a que diga algo respecto a tu pregunta.

- No se puede. Esa planta genera un halo como el de un dragón en cuanto a potencia mágica se refiere. Ese es uno de los motivos por los que es tan peligrosa. Tu parma mágica no te protegerá. El cristal lo derrite. El acero también. Es un aliento terrible. - te dice mientras le da otro sorbo a la infusión y te deja asimilar lo que te ha dicho - Además tiene una sensibilidad a la magia muy alta. En cuanto os acerqueis se pondrá alerta y no os va a perder de vista. Así que las posibilidades de que la pilleis desprevenidas es muy baja. Lo mejor de todos modos es que intentéis cazarla de noche. - sentencia con estas palabras el magus.

- Mi consejo es que no intenteis cazarla. Es muy peligroso. Os puede costar la vida - te dice mientras apura su taza.

- Pero estás de suerte - te deja caer con una sonrisa entre dientes. - Resulta que tengo aquí algo que te puede servir. Yo tengo una Egrow que tengo "atontada" y por tanto puedo dártela si quieres - te dice con una sonrisa en rostro. Se levanta y se va donde está el cazo con el agua caliente para servirse otra taza. Otra vez te deja tiempo para que asimiles su propuesta. Parece ser que ésta era su intención desde el principio.

- Lo que querría a cambio es algo muy pequeño. En algún momento, necesitaré que me hagas un favor y te pediré que lo cumplas sin objeciones. Oh! no te preocupes, no te pediré nada que vaya en contra de la Orden de Hermes pero si que no aceptaré un "no" como respuesta - te indica esta vez serio.

- ¿Qué me dices? ¿Aceptas el trato? - pregunta el herbolario recostado sobre su silla.

El gañido de un águila suena en la lejanía....

¿Qué haces?

El mago retira sus labios de la taza, la deja con cuidado en la mesa, cierra los ojos, y piensa. Después de unos momentos, parece llegar a una decisión, y mira directamente a Ricardus.

- Agradezco vuestro ofrecimiento, pero me veo obligado a rechazarlo.- Dice con calma y cordialidad, pero firmeza.- Entienda que no reniego de su generosidad, la magnanimidad de su oferta, o la virtud de su carácter, pero aún con su promesa de respetar el derecho hermético, podría pedirme labores a las cuales DEBERÍA negarme, ya sea por cristiano o por lealtad a mis maestros y pares. Y no deseo que en mantener mis virtudes me conviertan en Eid-Brecher.

Con lentitud, Redmond se levanta de la silla, y hace una reverencia con la cabeza.

- No me atrevería a pedir una planta de tal peligro sin esperar una retribución a medida; así, solo puedo prometerle a cambio un objeto de la misma rareza o riesgo, a elegir por usted a futuro, que se encuentre bajo mi poder o esté dentro de mis derechos y potestad adquirir.- Levantando la mirada, contempla al Magus.- Ruego a dios que tenga la posibilidad de al menos, retribuiros la amabilidad y atención que me ha proveído esta noche.

Abandonas ese lugar sin que Ricardus parezca molesto por tus palabras aunque tampoco alabe tu comportamiento impecable.

Al día siguiente te adentrás con Harrius en el bosque y correis graves peligros. Pasais por momentos de clara rivalidad en incluso llegais a poner en peligro vuestras vidas por vuestras diferencias pero finalmente el sentido común os hace trabajar en equipo. Conseguís llegar a la flor y la obtienes. Desgraciadamente Harrius perece en el intento. Además sacrificando su vida para que consigas salir ileso.

Entregas la flor a tu parens que al recibir la noticia de la pérdida de Harrius lo lamenta pero ves claramente que no le sorprende. Era claramente unos riesgos asumidos a cambio de esa preciada flor.

En cambio a ti, te quedará marcado para siempre que si hubieses aceptado esa flor de Ricardus posiblemente Harrius seguiría vivo ahora e incordiándote como solo él sabía hacer.

Respecto a la "recompensa" es la participación en el Gran Tribunal que se celebrará dentro de un par de días

Relees el pergamino por enésima vez desde que lo recibiste pero su contenido no consigue llenar el vacío que ha dejado en ti seguir el camino de la rectitud. ¿Realmente será siempre así? ¿Habrá decisiones que parezcan las correctas y que en cambio no lo son? Esas cuestionas y otras similares te mortifican cuando la noche cae sobre su lecho y la oscuridad es tu única compañera.

Durenmar, 4 de marzo de 1228

alve ilutre sodal!

En breve se va a celebrar el XV reunión del Gran Tribunal de la Orden Hermes. Un evento que se produce cada 33 años. Un acontecimiento único y de una importancia histórica inconmesurable. Dónde todas los representantes de las grandes alianzas de nuestra querida Orden se reúnen para tratar los aspectos más importantes de nuestra hermandad.

Es parte de la tradición que se realice un sorteo entre los recién nombrados magi, o aprendices en su fase final, el repartir una serie de asientos para que puedan acudir a tan extraordinario acontecimiento.

Vos, estimada sodal, sois uno de las afortunadas en poder asistir a la XV reunión del Gran Tribunal de la Orden de Hermes. Solo 13 magi disfrutarán de este privilegio.

Es necesario que estéis un día antes de la noche de Walpurgis (30 de abril) en la alianza de Durenmar para realizar las comprobaciones necesarias antes del inicio de la apertura del XV Gran Tribunal de la Orden de Hermes.

Recuerde llevar esta carta con vos como justificante y para que se le puedan franquear los accesos necesarios al evento.

Att, Petrus Virilis seguidor de Bonisagus

Al cerrarlo te das cuenta de que era el pergamino que llevaste al boina roja y el mismo que se quedó en la mesa de Petrus esperándote como parte de tu destino.

Echarás de menos la voz de Harrius ...

--- FIN DEL PRÓLOGO DE REDMOND ---