Partida Rol por web

-(dándole un mechero a Roller) Tranquilo, Roller, coño... hablas como si hubiésemos hecho algo mal. Básicamente ha sido el tradicional caso de gestión de crisis. ¿Hay una crisis? Pues gestionamos... Ese maricón irlandés no va a volver a tocarle los huevos al señor Greene, y si tenemos que darle caza, se la daremos...

(pausa, mirando fijamente la radio por un momento) Lo del local lo sentimos, Oscar, pero era una situación bastante voluble... tenemos mucha suerte de estar vivos...

- Beddington, eres un puto chulo redomado, pero además eres un imbécil. No me vengas con chorradas de gestiones ni pollas. ¡Nadie, joder, NADIE dijo que quemárais el puto sitio! ¿¡Por qué cojones tuvistéis que liaros a hostias con el puerta!?

- (muy tranquilo, manteniendo la compostura. al recibir el mechero de vuelta de Roller se enciende otro cigarro él) El puertas no nos dejó entrar, ni siquiera cuando dijimos que veníamos de parte de arriba. Su actitud nos hizo pensar que podía haber algún tipo de trapicheo a espaldas del Sr. Greene, y a él le hizo perder los dientes. Todo lo demás es sólo efecto dominó...

(da una calada larga pausadamente, mira fijamente a Oscar, y luego echa el humo hacia un lado)

-Ahora bien, si tenemos que reparar algún daño causado por nuestro ímpetu creativo, lo repararemos, joder, que no somos nuevos. ¿tenemos o no que dar caza al irlandés comepollas?

Oscar parece calmarse por un momento.
- Hijos de puta... ¿Qué coño estarían liando esos cabrones ahí dentro? -dirige la mirada hacia vosotros de nuevo y continúa- De todos modos, la habéis jodido. Podíais haber resuelto la situación sin prenderle fuego, hostias, venís, me lo decís, y les habíamos inflado a hostias en condiciones. En fin, dejemos eso para cuando el Sr. Greene vuelva. Por ahora, buscad a ese comepollas, pero no hagáis nada, ¿entendido? En cuanto lo encontréis, me llamáis. Ale, a tomar por el culo de aquí.

- ¿Qué es lo que vas a dejar para cuando vuelva?

Picasso está en la puerta, con la camisa fuera de los pantalones, uno de sus puros entre los dedos, la mano apoyada en la puerta.

- Nada importante, espero -su mirada se clava en el brazo de Beddington, y acaba fijándose en el ojo de Roller- ¿Habeis tenido algún problema? Supongo que no. Espero que no.

Entra, cierra la puerta con suavidad y, echándose el puro a los labios, se dirige a la mesa de billar.

- No, no. Seguro que eso os lo hicísteis viniendo para acá. ¿Alguna puerta, Roller?

Golpea la bola blanca, que con un débil chasquido, rebota y empuja una rayada, dejándola junto al centro derecha.

- Demonios -mira a Roller y, con una mirada, le pide que empuje un poco la bola, que entre en el agujero.

- Me temo que sí que ha habido problemas, Oliver.
Oscar se calla y os mira, dándoos el turno de palabra.

-Bueno, si lo pensamos de cierta manera... si, fue un problema con la puerta

Empuja la bola al agujero

-Pero pillaremos a ese irlandes! Se lo prometo! No se va a escapar de esta! No se preocupe Sr. Greene!

Como un rayo, Picasso sujeta la muñeca de Roller, con la mano sobre el agujero y la golpea con la base del taco.

El sonido que hacen los huesos de la mano al hundirse en el agujero es enfermizo.

- No, si no me preocupo, tú tranquilo, hombre, tranquilo.

Roller cae al suelo de rodillas, sujetándose la mano destrozada contra el pecho, y Picasso parte el taco de un brutal golpe contra su cara. Tras golpear la nariz de Roller el lateral de la mesa, un par de sus dientes repiquetean contra el suelo, como dados.

[con una mirada intranquila al taco]

No se preocupe jefe, enseguida nos ponemos a ello y esta vez no le fallaremos.