Partida Rol por web

Salís del local sin esperar mucho más tras el pequeño Tim, silbando una tonada de una canción desconocida, pensáis que quizá se la haya inventado ahora, pero solo el conoce la verdad.

Camináis un rato buscando el local que regenta Vehr y no tardáis demasiado en dar con el. El neón que adorna la entrada como cartel luminoso lo deja bien claro. Una cara de un devaroniano guiñando un ojo en gesto amigable con un par de rifles bláster cruzados justo debajo de la cara y las letras, en aurebesh, que dejan claro que lo que estáis viendo es la entrada a "El lugar de Vehr".

Pasáis al interior del local sin pensarlo. Las paredes están cubiertas por armarios con puertas de cristal y recubiertas de rejas, como si, en la armería que estáis visitando no hubieran pasado los años desde hacía ya muchos eónes, como si el duravidrio no hubiera existido jamás. Al fondo del local, un mostrador tras el cual no veis a nadie.

Estáis a solas, observando la mercancía, durante no mucho más de medio minuto cuando una puerta al lado del mostrador se abre y aparecer un devaroniano que, de no ser por la cara seria de pocos amigos que tiene, juraríais que es clavado al del neón de la entrada.

Os mira a los cinco de arriba a abajo mientras se sitúa tras el mostrador y, apoyándose en el, coge aire para comenzar a hablar:

- ¿Qué deseáis? - os pregunta.

>> Análisis del local – zona exterior: Placa de Neón hortera, fachada en mal estado, olor no agradable para sensores. Guardar duda para más adelante ¿Es que este grupo solo sabe meterse en cloacas? El estatus de la tripulación actual es muy bajo. Iniciar aproximación a local. <<

T1-M1 avanza hacia el local y entra con el resto.

>> Iniciado saludo cordial de orgánicos por parte del dependiente. Devaroniano de estatura media, piel rojiza, rostro sereno, análisis de peligrosidad y estudio de lenguaje corporal para determinar capacidades sociales y nivel de amenaza. <<

>> No contestar a saludo. Dejar temas tan superfluos al capitán para que se sienta útil <<

Aún tarareando para sus adentros la pegadiza canción que entonaba Tim, el wookie sigue al resto del equipo hacia el interior del local. 

Se detiene escrutando la nada desdeñable muestra de potencia de fuego que reside tras los cristales de los expositores. La aparición del devaroniano tras el mostrador hace que Garr module su posición desgarbada a otra un tanto más fiera, para examinar atentamente el rostro del alienigena.

El agobio de la zona de la ciudad, junto con el atropello y el intento de robo de su pequeña fortuna en créditos, habían conseguido poner de mal humor al piloto. La canción de T1M1 fue el detonante.

Entró en la tienda con ganas de solucionar las cosas por las malas, de forma rápida y eficaz. Les habían robado un negocio hecho y quería recuperar lo que era suyo.

-¿Qué deseamos? –respondió. –Es fácil y si actúas como corresponde igual hasta beneficioso para ti. Necesitamos saber a quién le vendiste este veneno, o el arma para disparar este tipo de balas. – hizo un gesto a S´ys para que mostrase el proyectil que habían obtenido. – Te aseguro que llevo un día de mierda y no hay nada que me apetezca más que pagarlo con alguien llamado Vehr.

Vehr frunce el ceño ante las palabras de Azo y mira de nuevo de arriba a abajo a todos y cada uno de vosotros, poniendo especial atención en Garr, S'ys-kain y Talya que ofrecen un aspecto bastante más amenazador, que un piloto y su "adorable" droide astromecánico, o quizá es que el devaroniano no recibe, habitualmente, la visita de trandoshanos o wookies o cazarrecompensas, y menos todavía todos juntos.

Cuando Vehr acaba de inspeccionaros se le nota algo molesto, titubeante, parece que no sabe que hacer, y finalmente sentís que coge aire para hablar.

- No creo que haga falta ponerse de esa manera - dice sin cambiar su semblante -. ¿A ver? - pregunta acercándose a la bala que S'ys ha sacado y está enseñando al devaroniano.

Vehr saca una lupa de un cajón bajo el mostrador y vuelve a inspeccionar la bala.

- Yo no vendo mierda de este estilo, habéis visto que esta es una tienda de armas, nada ilegal, paso todos los malditos controles imperiales que me meten, joder - maldice mientras tiene ese gesto de asco que todos ponemos cuando miramos cosas minúsculas con un ojo cerrado -. Pero sí que se de donde puede haber salido el veneno que tiene esa bala, que puede haber salido de cualquier maldita armería de la galaxia, no solo de la mía - añade como ofendido separándose de la bala y volviendo a guardar la lupa en el cajón -. Pero es cierto, la cosa esta azul que hay en la bala es un veneno que utilizan habitualmente los Zek y los Gultar. Son un par de bandas de moteros que controlan parte del sector. No os puedo dar más datos, si queréis descubrir de cual de las dos bandas, tendréis que ir a preguntárselo a ellas, no es fácil ganarse su confianza y yo no quiero tener nada que ver con esto... - os informa -. Así que por favor, si no vais a comprar nada, ya os he dicho todo lo que se, pero si alguien me viene diciendo que yo he dicho algo, por supuesto, me haré el loco, haced lo mismo si se os pasa por la cabeza comentar algo de lo que habéis venido a hablar conmigo - sentencia Vehr.

Se apoya en el mostrador esperando que os vayáis. En ese momento la puerta se abre, y un humano de anchos hombros y de altura similar a la de Garr accede al local.

- Hola ¿desea algo? - dice Vehr ignorándoos en una invitación sutil a que os marchéis.

El trandoshano observaba con verdadero interés las hileras de armas, como un niño humano en una tienda de caramelos.

-S'ys confuso. Creer nosotros reventarrrr Vehr y obtener respuestas. Bueno, supongo que en vez de essssso ahorrra tener que reventarrr aeromoterrros, ¿¿sssssssí?? acabo por decir.

El piloto todavía molesto por los acontecimientos del día, no pudo sino esbozar una sonrisa hacia el tal Vehr.

-Me encanta cuando la gente es colaborativa. –dijo a sus compañeros.

Ahora tocaba elegir a que moteros hacían una visita, y de paso conocer a los Zek y los Gultar.

-Estoy seguro que esos moteros van a estar encantados con nuestra visita. Si alguno no quiere colaborar estaré encantado de destrozar alguna moto para animarlo.

Al final por azares del destino iba a poder desahogar su ira con aquellos que lo habían atropellado.

-Vamos allá.

Os alejáis del lugar de Vehr