Elisabeth sonríe de medio lado, con prepotencia... ¿Qué te hace pensar que no lo había notado? Hace una pausa. Venía de fuera. No creí que fuese una buena idea salir.
Me intento concentrar en el olor que decian.
Ha dicho Nosferatus!, ya me parecia a mi que esto no iba a ser tan fácil,
¿Salimos a encontrarnos con ellos o el encuentro es mala idea?
No muy lejos podeis ver el letrero del club de victoria.
Es luminoso y parece que esta noche esta concurrido.
Del nosfertu ni rastro
Elisabeth suelta una risotada.
¿Encontrarnos con un nosferatu? No, gracias... Se asoma a la calle y mira el cartel del club de victoria. Venga, vamos.
Dicho esto se pone en marcha.
No puedo evitar poner cara de decepción al saber que no vamos a encontrarnos con ese nosferatu.
Jo, tenia ganas de un poco de acción.
Que tal si le hacemos una visita cortita, que casi ni lo sienta.
Digo sin casi esperanzas mientras sigo a Elisabeth.
Una vena empieza a hincharse en la sien de Elisabeth, que camina delante del brujah.
¡Pues vé tú si quieres! Yo no voy a acercarme a... a... a algo así sólo por el capricho de un niño peleón. Acaba sentenciando, justo antes de entrar en el local.
-No iba mancharse saliendo fuera -le responde con calma y voz serena.
La tremere sigue a Elisabeth haciendo caso omiso del comentario de Karl. Al llegar al club de Victoria esboza una débil sonrisa. Como buena Toreador que era la señorita Battory, la reacción contra los Nosferatu no se había hecho esperar.
Antes de entrar en el local, se gira hacia Karl. -No infravalores a los nosferatu muchacho. Ya llegará el momento de encontrarnos con ellos, mientras tanto, no tengas prisa-. Karin abre la puerta del local y justo antes de entrar le dice: -Por cierto, será mejor que no los nombres en su presencia, como ves, es algo irascible-. dice refiriéndose a Elisabeth.