Parecía lógico que las culpas acabasen recayendo en mi, puesto que era el actor no invitado en toda esta situación.
-Mi señora, me he visto envuelto en esta historia sin quererlo en algún modo.
Recibí un mensaje que me hizo moverme en una dirección que solo podía acabar conmigo entrado de las circunstancias, quien me ha querido incluir ha solicitado discreción, y no dudo de que en caso de que lleguen a sus oídos que no he respetado su petición, me habré ganado un enemigo en la ciudad, más, por supuesto, si vos requerís su nombre, lo tendréis.
No quedaba más ser sincero y mostrar el respeto adecuado a la regente de la ciudad.
Elise se mostraba claramente desconfiada ante la revelación de Jules.
- El nombre y el mensaje, ya. Si valoras más tu lealtad hacia nosotros que hacia ese intermediario, te aconsejo que te des prisa, aunque que no lo hayas descubierto ya me hace pensar que quizás no hice bien dejándote en esta ciudad - dijo sin andarse con rodeos.
Hago una leve reverencia hacia la Nosferatu.
-Desde luego que mi lealtad reposa donde debe mi príncipe, no olvido que es por su gracia que estoy aquí.
Hago una leve pausa y prosigo.
-Estaba en mi teatro cuando el jovencito que actúa a veces como mensajero se presentó ante mi, su mensaje fué enigmático, pues dijo que el Bibliotecario me requeria junto a la Primogénita de mi clan...
Por supuesto, desconociendo al personaje fui a pedir consejo a la condesa, a ella también le había contactado el mismo Bibliotecario, con un acertijo para encontrarnos con él.
Relato los hechos con seguridad, la seguridad que da la verdad.
Elise estudia cuidadosamente la cara de Jules, mientras parece que ni se calma, ni empeora su ánimo. Espera pacientemente a que termine, y en cuanto lo hace, le pregunta sencillamente:
- ¿Y esa reunión se ha producido?
- Si mi príncipe, esta misma noche - dijo Jacqueline - No conocía a ese tal Bibliotecario, ni he logrado saber exactamente que quería de nosotros, salvo quizás hacernos ver que estaba al corriente de todo - añadio
La rápida intervención de mi Primogénita evita queb responda a cerca de la reunión, pero su respuesta recibe una afirmación por mi parte
Busco a Thenard y me lo llevo a un reservado; un lugar desde el que poder controlar las idas y venidas de los Ventrue sin ser visto para, cuando ellos acaben su audiencia, reunirme yo también con De la Sèrre:
Guillerme - susurro - acabo de ver salir a Lepourine; imagino que se habrá reunido con De la Sèrre. Acaso no sabrá usted a que se debió el motivo de esa visita???
Guillerme rondaba por allí ordenando una serie de libros en una estantería improvisada.
- Mira Pierre... hemos encontrado estos libros en un desván de una casa de París... son verdaderas reliquias - Thenard parecía emocionado, hasta que pasado un rato, repara en tus palabras - ¿Lepourine...? ¡ah... sí! me pidió que le llevase hasta el señor Herblay, que descansa por aquí - siguió mirando un tomo especialmente enorme y volvió a perder el hilo de la conversación - ¡qué lástima, qué maltrato han recibido...! espero que con un poco de agua y vinagre... - mientras pasaba la manga por la cubierta para irlos limpiando poco a poco.
Sus ojos se volvieron hacia Jacqueline, que acababa de intervenir.
- Y a raíz de esa conversación, se te ha pasado por la cabeza que Jules te debe acompañar... ¿es una casualidad? - Elise seguía pensativa - Ese ser se ha empeñado en que debo meter a alguien más, y curiosamente ha surgido en varias ocasiones el nombre de Jules... a pesar de mi negativa, parece que su maldita insistencia no tiene fin - se giró sobre sí misma y se colocó de espaldas a ambos, debatiendo - mañana tendréis mi respuesta, ahora marchaos - instó - Jules, prepara lo necesario por si me planteo la opción de que vayas, pero no te aseguro nada... quizás me hagas falta aquí - se dirigió a Jacqueline - querida, has conocido esta noche a uno de los vástagos más peligrosos y útiles de los que disponemos en la ciudad... no tengo que decirte que debes tener cuidado de ahora en adelante, si ha contactado contigo, seguramente intentará volver a hacerlo, y alguien de tu posición es un aliado y un enemigo demasiado valioso. - después de su charla, se dio la vuelta de nuevo - podéis iros, yo me encargaré de hablar con el Bibliotecario.
Si no quereis añadir nada más y salís, tirada de percepcion+alerta, dif 6
A decir verdad, no me agradaba en exceso que los jugadores importantes de la ciudad barajasen mi nombre tan alegremente, casi nunca el peón llegaba a reina, pero muchas veces era sacrificado en beneficio de una pieza de mayor valor.
-Servire donde sea de mayor utilidad a la cuidad.
Digo humilde mientras espero a ver si la condesa alude a algo más y si ella sale la acompaño.
Tirada oculta
Motivo: Percepción
Dificultad: 6
Tirada (6 dados): 4, 8, 2, 4, 6, 6
Éxitos: 3
Lepourine... con Herblay??? Curiosa alianza - reflexiono a la par que me acerco a sus libros -. Permítame que lo ayude con estos libros - lo ayudo a ordenar, aprovechando la circunstancia para echar una ojeada a los incunables que está ordenando - Por cierto, Thenard - bajo el tono de voz, apenas un susurro - mis pesquisas me han llevado hasta la amante de Dussoir, mademoiselle D'Ambreu, parece que el Chiquillo de Babounisse huyó con ella... he conseguido unos efectos personales de la muchacha que, tal vez, su mente preclara nos permita sacar alguna información adicional que pueda sernos de provecho... - deslizo un bulto cuidadosamente doblado con las pertenencias de las que me he apoderado recientemente.
Jaqueline no sabia si había sido buena idea ir hasta allí para hablar con Elise, pero si que sabia que si esta se enteraba por otros canales de su encuentro con el Bibliotecario, seria peor.
- Mi príncipe... - dijo dándose la vuelta para marcharse.
Junto a Jules, pusieron rumbo al exterior. Una vez allí, y camino al coche de caballos que aun los esperaba, le hablo a Girault.
- No se si ha ido bien, aunque tampoco se puede decir que haya ido mal. - dijo como si ella misma no comprendiese lo que acaba de decir - Espero que nos puedas acompañar, ahora, si quieres que te deje en algún sitio... - Le invito a subir - Yo volveré a mi mansión, es posible que la Condesa me este esperando allí...
Observas los libros, que aunque llenos de polvo mantienen una cubierta de cuero casi intacta en muchos casos. Poco puedes ver de los títulos, aunque vislumbras que tiene que ver con registros históricos muy antiguos.
- ¿Una amante?... peculiar, muy peculiar... déjame ver esos objetos - el sacerdote coge con cuidado lo que le das, y los guarda debajo de su túnica - antes de dormir prometo echarles un vistazo... mañana a primera hora ven a verme y te diré qué he averiguado. Esto se torna cada vez más complicado, Pierre, ten cuidado...
Descuida, seré capaz de velar por mis huesos - aseguro tranquilizadoramente.
Dicho lo cual, espero oculto la salida de Desmouline y Girault de la reunión que mantienen con De la Sèrre para ser el siguiente en hacerlo.
-No se que pensar... no parecía muy contenta nuestra regente.
No os molestéis condesa, mi destino no está lejos y debo atender un par de asuntos, en caso de que deba acompañaros a Marsella.
Acompaño a la dama hasta su coche y la ayudo a subir.
Perdón, creía que estabamos pendientes de la directora.
Cuando regresas, la reunión ha terminado. El Elíseo parece desierto. Nada queda por hacer, salvo ir a descansar.
Una vez la condesa se aleja en su coche de caballos camino unos pasos en dirección contraria al Eliseo y cuando me aseguro de que nadie queda en los alrededores regreso sobre mis pasos y entro a la ópera en busca de la órbita príncipe.