Partida Rol por web

Aquel ser comenzó a correr contra tí. Al moverse notabas (y sobre todo oías) el rechinar de la maquinaria que era parte de su cuerpo: sus articulaciones y extremidades era una mezcla de maquinaria y físico de la propia entidad. Por tu parte corriste, arco en mano, hacia el frasco que había dejado caer el Águila segundos antes... La criatura estiró su brazo mientras corría, cargándolo para descargarlo contra tí... Tú te lanzaste a por el artilugio...

Aquella entidad intentó golpearte, pero tu cuerpo volvó en el aire en una pseudovoltereta, realizada para avanzar el último trecho hasta el tubo. Arañando el aire, la criatura se giró, pero ya tenías en tu mano aquel pequeño brebaje. Tú te giraste también, y ahora... de nuevo estábais enfrentados.

Tenía el frasco y había logrado evitar su ataque. Sin duda alguna había sido un auténtico golpe de suerte, aunque no para mi héroe quien ya no viviría más aventuras. Debía ser más rápida que aquella cosa si quería sobrevivir. Cuerpo a cuerpo, Águila era el mejor y había terminado muriendo en sus manos. Además, escupía esa cosa...

Debo alejarme de él. Estar fuera de su alcance.

La huída no era una opción, estaba demasiado magullada y dolorida como para llegar muy lejos. Pero para esquivar me ocurría igual. ¿Hasta cuando podría tratar de evitar sus golpes? Sólo podía hacer una cosa: vivir o morir. Ese era el plan. Mi único plan. Mi guante protegía el objeto que me había lanzado mi mentor y que no sabía que era. Pero la idea de unirlo a una flecha y atravear su fea cara con ella, era la que más puntos iba ganando. Solo había una forma de saberlo y mojé la punta de la flecha en aquel líquido antes de disparar a aquella cosa fea la flecha. Su reacción me diría si debía usar todo el frasco con él o probar otra cosa.

Tras verter el líquido sobre la punta de la flecha la disparaste pero no lograste acertar a aquel ser pseudomecánico. El virote quedó incrustado en un panel eléctrico del que sobresalían numerosas luces y cables. Por contra, el ser, estando casi a tu altura, expulsó un terrible veneno de sus fauces, las cuáles eran terriblemente asquerosas por cierto. Aquel veneno era el mismo líquido que había sufrido el Águila...

Oiste entonces ese pequeño BIP.

BIP. BIP.
Uno tras otro.
Y otro más.
BIP. BIP. BIP.

Estabas pendiente del combate, pero tus ojos se posaron en el Águila: ¡seguía con vida!, no había muerto del todo, pero en su mano, apretada fuermente contra sí, lucía una especie de granada que pitaba cada vez más y más rápido.

BIP...............BIP.
BIP............BIP.
BIP.........BIP.
BIP......BIP.
BIP...BIP.
BIIIP.

¡Ya te... lo dij...e una v... v... vez... HU-YE Archer! -decía como exhalando sus últimas palabras-.

Un pequeño led de la granada comenzó a brillar muy rápidamente. ¡Cada vez más y más!

El líquido impactó en mi cara de lleno. Ya estaba. No había nada más que hacer. Águila estaba muerto y yo le acompañaría pronto. Aquel ser ganaría y no se detendría en Nueva Ohmnia. Pero pronto sentí un BIP, seguido de otro. Miré un instante a mi compañero caído.

Vivía. Vivía. Su voz... se quebraba y me pedía que huyese. Pero yo ya no tenía fuerza ni esperanza en poder huir. Además, si esa cosa me seguía y la bomba no acababa con él, su sacrificio acabaría siendo en vano. Y yo...  no podía dejarle ahí, no podía dejarle solo. Dos meses pensando en él, no solo en quien sería. Había más y solo mi corazón lo sabía.

Salté a su lado y me recosté abrazándome a él. - Nos iremos juntos, como lo que somos, como héroes. - Le susurre, sabiendo que aquella cosa se movería hacia nosotros, se acercaría a la granada y todo se acabaría.

En mi mente surgieron los titulares de los días siguientes, cuando encontrasen nuestros restos bajo los escombros de la explosión: "Águila Cabeciblanca y Green Archer salvan Nueva Ohmnia". Una gran estatua se alzaría sobre el lugar de la explosión y seríamos los héroes de la ciudad y una fuente de inspiración para quienes buscasen seguir nuestros pasos. Una sonrisa se dibujó en mi rostro a la par que una lágrima surgió de mis ojos. - Te amo, Águila, ¿me oyes? Te amo...

Águila Cabeciblanca entornó sus ojos bajo la máscara, mirando los tuyos. Supiste que te había oído, pero no pudo pronunciar ninguna palabra más. El último BIP de la grandada que descansaba entre sus dedos sonó como un restallido fuerte y luego un pitido muy agudo de pocos segundos fue el precedente de la enorme explosión...

Un día y medio después toda la ciudad había logrado reestablecer el suministro eléctrico en todos sus distritos. Las primeras investigaciones de aquella gran explosión apuntaban, según decían los medios de comunicación, a un grupo terrorista. Sin embargo, lo cierto era que los servicios de inteligencia del país, sellaron gran parte de los tramos de alcantarillados de Nueva Ohmnia para comenzar sus investigaciones. Quien sabe qué ocurrió con los cuerpos de Águila Cabeciblanca y Green Archer (probablemente calcinados por la impactante deflagración que reventó edificios y calles decenas de metros a la redonda); lo que no se supo nada en absoluto fue acerca de aquel cyborg o ente inteligente ni de sus secuaces, que probablemente habrían llegado del espacio exterior...

Los medios de comunicación, semanas después de los turbios acontecimientos aquí narrados, parecían preocupados en sus titulares y portadas por la desaparición de Águila Cabeciblanca, y de se nueva amiga, Green Archer, presumiblemente en la gran explosión: el crímen y el narcotráfico en NO comenzaba a regenerarse como una hidra sin la posibilidad de darle muerte. Ahora, decenas de hipócritas columnas y centenares de artículos se cuestionaban la necesidad de la presencia de los vigilantes fuera de la ley que "hacía prevalecer la ley" (un dilema en busca de una casuística social aún en diseño).

Por contra, alguien en la sombra preparaba una estelar aparición; nuevos héroes estaban ya dispuestos por hacer prevalecer el bien por encima de cualquier acto delictivo.

Nueva sangre en Nueva Ohmnia.