Partida Rol por web

Tranquilecemonos todos. No hemos venildo aquí a buscar problemas. Solo hemos venido para obtener información sobre el traje de novia. Nada más y nada menos -miro al autentico "Tuerto", ya que es a él al que tengo que dirigirme- Perdone señor, pero no se a quién se refiere con lo de atacar aquella noche, pero nosotros no hemos atacado a nadie en ningún lugar. Solo somos investigadores, no matones.

Hago una breve pausa, mientras analizo la situación. Tras la pausa, sigo hablando con Naerdurr- Verá, no creo que iniciar una pelea sea de gran provecho. Ya que, en el probable caso de que muriesemos, se quedarían con un vestido que, desde luego, no puede servir para mucho si no va a casarse; y en el hipotético e improbable caso de que muriese, Señor Naerdurr, nosotros nos quedaríamos sin saber dónde está el traje. Así que creo que la solución más inteligente, y no dudo que usted sea muy inteligente, es resolver esto de forma pacifica. ¿No está de acuerdo?

Naerdurr entrecerró su ojo sano y dudó unos instantes, aunque no dejó de apuntar a Althen con la letal varilla.

Para no ssser unosss matonesss vaisss bien armadosss -replicó el contrabandista-. Un hombre con una armadura completa no esss algo que ssse vea todosss los díasss por esssta cloaca de ciudad. Por no hablar de la hechicera rodeada de conjurosss. ¿Qué me dicesss a eso, enano?

No, lo cierto es que no es muy común, pero como le he dicho, somos investigadores, y sabemos que hay que ir protegidos. Por eso la hechicera lleva sus conjuros activos, y el guerrero su armadura. Pero, si nuestros tratos son legales, creo que que un guerrero lleve armadura, y una clériga hechizos activos, no será un inconveniente para nuestro tratos. ¿No cree señor Naerdurr?

Puede ser que no ssseáisss los hombresss que nosss atacaron, pero desssde luego veíais aquí esssperando pelea -Naerdurr permanecía inflexible y amenazante con la varita-. Bussscáisss esssa mierda de vessstido y yo no lo tengo. Ellosss lo debieron robar antesss que nosssotrosss. Aquí no encontraréisss lo que habéisss venido a bussscar, y yo tampoco voy a sssacar nada de esssto. Asssí que largáos por donde habéisss venido antesss de que osss matemosss y osss enviemosss al mar a que osss coman los pecesss.

No, no es que viniesemos buscando pelea, ¡es que no sabíamos que nos íbamos a encontrar!. Pero ahora, sabiendo que tampoco corremos peligro, y que vosotros no tenéis el traje, creo que nos podemos ir, ya que no tenemos nada que hacer aquí. Así que, sin más dilación... -me doy media vuelta, pero antes de empezar a andar, giro sobre mis talones- Aunque, si que tenemos una duda. ¿Sabéis quiénes os atacaron? Sería de utilada saberlo, además, si los encontrásemos, ganaríamos todos. Vosotros os quedaríais a gusto, pues acabaríamos con los rufianes que os atacaron, y nosotros conseguiríamos lo que hemos venido a buscar.

Miro al Tuerto, sonriendo- ¿Qué os parece? ¿Nos ayudaréis?

Doy un par de pasos hacia el tuerto ejem, ejem.

Señor, nosotros hemos venido a por información a cambio de dinero, si no queréis dárnosla o no disponéis de dicha información, decídnoslo y nos marcharemos en paz.

Tras decir esto me quedo de pie con los brazos en jarra y mirándole a la cara esperando su respuesta.

Espero que al oír la palabra pagarle cambie de actitud y nos facilite la información, porque nuestra situación no es muy ventajosa que digamos.

 No, no tengo esssa información, zorra marina -gruñó Naerdurr con mal humor-. Lo robaron delante de nuessstrasss naricesss. No esss que me importe el jodido vessstido, pero si le daisss una patada en el culo a esssa gente, os invitaré a una ronda de ron en el Sssirénido.

El Tuerto baja por fin la varita mágica, y se rasca la desaseada barba mientras su ojo sano se reduce a una rendija.

Enano, no ssse quiénesss eran, y essso quiere decir que no ssson de aquí. Pero o mi olfato ssse equivoca, y pocasss vecesss lo hace, o alguien de aquí lesss está echando un guante. Un pez gordo -su ojo sano brilla con astucia y añade:-. Y esstaba esssa tormenta. En misss añosss de marino no he visssto nada igual. Yo de vosssotrossss haría una visssita a esssa guarra del templo de Umberlee. Apuesssto a que tienen algo que ver. Y ahora, largo de aquí. He de volver a los negociosss.

Mantengo la posicion asegurando la retirada de mis compañeros antes de tratar de escabullirme.

Me muerdo el labio inferior intentando contener la ira creciente, pero el color de mi cara que cambia a un color rojizo no disimula mi ira me ha llamado zorra marina, ese patán me ha llamado  zorra marina, se va a enterar como tenga la oportunidad.

Me doy la vuelta y dándole la espalda a Naerdurr susurro a mis compañeros con uno tono mas tranquilo tras controlar mi ira creciente creo que deberíamos de empezar por donde ha dicho ese, ese... maldito patán. 

Bien Naerdurr, entonces, y sin más dilación, nos despedimos. Iremos a ver a esa "guarra" que nos has dicho. Ha sido un placer conocerte. Espero que nos encontremos en una situación mejor que esta, donde podamos tomar algo para celebrar nuestros triunfos personales. ¡Adiós marineros!

Me giro, y al oir a Alina, pongo un dedo en mis labios, indicandola que guarde silencio. Los marineros pueden tener buen oido, y no quisiera pelear con ellos.

Está bien, pues pongamos entonces rumbo al templo de Umberlee. Aunque ya es tarde, si queréis, podemos descansar, e ir mañana, aunque el tiempo no juega a nuestro favor. Vosotros veréis, a mi me da igual hacer una cosa que otra. Eso si, decidamos rápido. Como ya he dicho, el tiempo no juega de nuestro lado.

El trato que el maleante le ha dado a Alina no me ha gustado absolutamente nada, mi enfado aumenta por momentos pero no soy tan imbecil y descerebrado como para iniciar una pelea con mis amigos aquí.

Ten por seguro que tu peculiar cara no se me olvida Naerdurr... reza para que no volvamos a encontrarnos como ha dicho Althen...

Me quedo completamente inmovil, firme en mi sitio, apretando tanto los puños que se me ponen los nudillos blancos, esperando que mis compañeros se den la vuelta para iniciar la marcha, mirando cada una de las caras de la banda de malechores e intentando intimidarles y avisarles sólo con la mirada de que tengan cuidado, al menor movimiento durante nuestra retirada caere sobre ellos sin compasión alguna.
Cuando todos se han dado la vuelta para marchar, doy un par de pasos hacía atras, mirandolos por última vez, entonces me doy la vuelta y sigo cubriendo la retaguardia de mi grupo.

Los investigadores salieron del viejo almacén, y Arther los esperaba ya en la salida. Se marcharon antes de que los contrabandistas se dieran cuenta de que habían tumbado a su compañero, el arquero. O quizá sí lo hicieron y la fiera mirada de Redhead los contuvo de ir detrás de ellos.

Por si acaso, se alejaron de allí rápidamente. Cuando ya hubieron puesto un par de islotes de distancia con Naerdurr y sus hombres, Mardred expresó en voz alta el pensamiento de todos.

Entonces, ¿qué hacemos? ¿Vamos a ir al templo de Umberlee ahora o esperamos al amanecer?

Mientras nos alejamos de esa gentuza no los pierdo de vista mirándoles de reojo, una vez hemos salido de su "territorio" y nos juntamos para ponernos de acuerdo con cual va a ser nuestro siguiente paso oigo las opciones que proponen mis compañeros creo que no son horas como para ir a visitar a los Towerhorn y tampoco como para ir al templo de Umberlee, creo que si no vamos a descansar, la mejor opción es que vayamos a ver que podemos descubrir sobre ese supuesto pez gordo.

Ando junto a mis compañeros mirando de vez en cuando furtivamente a los rincones y a los oscuros callejones de aquella zona de la ciudad, no son horas de pasear cerca de los muelles...

Para mí no es necesario descansar, pero teneís razón en lo de que no son horas para ir a casí ningún sitio, y mañana parece que será un largo día de investigación, así que no nos vendrá del todo mal recuperar fuerzas...