El Yelmo Cornudo es un edificio de dos pisos, de construcción cuestionable (ladrillos y adobe), que se encuentra en una de las parcelas más desagradables y malolientes del mercado. No tiene ninguna ventana, pues al parecer, han roto todas y han puesto tablones sobre ellas. La única puerta que tiene el edificio parece una sencilla plancha de madera cubierta de arañazos, quemaduras y lo que probablemente son manchas de sangre.
De debajo de esa puerta surgen ruido, calor y humo. Todo eso se incrementa con un crescendo de risotadas cuando la puerta se abre pesadamente y dos cuerpos son arrojados sin ceremonia a las calles de barro helado de fuera. Un cartel bastante maltratado cuelga sobre la entrada, colgando de dos cadenas, una más corta que la otra. En él, se puede ver un dibujo bastante apagado de un casco ulfen con dos cuernos ridículamente grandes.
Si te parece, contéstame a lo que te pregunté en esta escena.
Conjuro de nivel 1: Disguise self. Tenía un hueco en mis conjuros diarios y lo llené con este en la posada, cuando más o menos decidimos que esto era lo que íbamos a hacer.
Adshareb miró con desgana aquel sitio, elevando ligeramente una ceja.
- Vaya, qué pintoresco rincón ulfen...- dijo, mientras se arrebujaba en sus ropas. No había manera de acostumbrarse a aquel maldito frío.- Tened cuidado ahí dentro, no parece que se lo vayan a tomar muy bien si os pillan.
OK, es que en la no lo habías cambiado y se me despistó lo que dijiste.
Motivo: Disfrazarse
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+12)=19
Motivo: Perception
Tirada: 2d20
Dificultad: 15+
Resultado: 7, 5
En un aparte, el Vizconde comienza a conjurar y su imagen cambia a la del ulfen que enfrentasteis hace ya dos días, coge a Anamún, lo ata y se dirige hacia el interior de la tasca...
Una bofetada de calor os recibe cuando cruzáis la puerta de entrada al Yelmo Cornudo. En el interior se hace un pequeño silencio en cuanto hacéis vuestra aparición pero enseguida alguno de los locales comienza a increparos. Alguno de ellos os silba y varios se unen al festival de meterse con los nuevos.
Os dais cuenta de que la mayoría de ellos están borrachos y todos están sudando muchísimo, algo que contribuye al mal olor generalizado. El tabernero es un hombre calvo con una barba poblada y una armadura de cuero. Notáis enseguida que le falta una mano porque es uno de los que alza el muñón con más frecuencia pues también participa de los amistosos "saludos".
El ulfen se acercó a la barra y, sin saludar, gruñó al manco.-¿Dónde está Runa? Le traigo un regalo.
¿A mí qué cojones me cuentas? ¿Tengo yo pinta de ser tu criada? - con esos modales no sabéis cómo ha conseguido una clientela segura.
a Tyr todo aquello le escamaba demasiado, era un plan arriesgado, confiaba en que el vizconde sabia lo que hacia, aun asi, permanecio atento a las novedades por si tenia que intervenir rapidamente.
habiamos quedado que nos manteniamos lejos para no levantar la liebre ¿no?... yo voy con mi arma y escudo en mano por si acaso....
No, habíamos quedado en que esparábais fuera y entrabais si escuchabais jari. si no va a quedar raro entrar y decir: "tengo un prisionero, a los demás los he matado" y que estéis bebeiendo en la barra.
El monje fingía dolor y cansancio mientras miraba de soslayo a un lado y a otro del local, haciéndose un mapa mental de la zona por si tuvieran que combatir. Salidas, armas improvisadas, puntos débiles de la estructura, enemigos más borrachos...
Por otra parte, no dejaba de maravillarse para sus adentros del increíble efecto que la magia del vizconde había tenido sobre su propia apariencia.
Apenas ha pasado un minuto y veis que vuestro compañero Khyron se dirige con decisión al interior...
No lleváis ni un minuto dentro cuando observáis que Khyron entra en la taberna. Al menos, los parroquianos han empezado a increparle a él y se han olvidado de vosotros por el momento...
Una bofetada de calor te recibe cuando cruzas la puerta de entrada al Yelmo Cornudo. En el interior se hace un pequeño silencio en cuanto haces aparición pero enseguida alguno de los locales comienza a increparte. Alguno de ellos te silba y varios se unen al festival de meterse con el nuevo. Te da la ligera impresión de que justo antes de que entraras estaban haciendo lo propio con tus compañeros.
Te das cuenta de que la mayoría de ellos están borrachos y todos están sudando muchísimo, algo que contribuye al mal olor generalizado. El tabernero es un hombre calvo con una barba poblada y una armadura de cuero. Notas enseguida que le falta una mano porque es uno de los que alza el muñón con más frecuencia pues también participa de los amistosos "saludos".
Tus dos compañeros se las están viendo con el tabernero pero no parecen tener mucho éxito. Sin embargo tú te das cuenta de que en la parte más lejana de la puerta, hay un hombre sentado solo, le ves solo un perfil de la cara, el izquierdo. Es pelirrojo, con una barba poblada y tiene una hermosa cicatriz.
Motivo: Perception
Tirada: 1d20
Dificultad: 15+
Resultado: 17(+5)=22 (Exito)
Adshareb puso la mano en el hombro de su compatriota, para refrenar su impaciencia.
- Calma, Khyron, ¿dónde vas tan rápido?
Sencillamente genial.- Pensó resignado el Vizconde mientras buscaba desesperado a la tal runa White por el local según la descripción que le había dado el gnomo.
Antes de entrar, Khyron mira con impaciencia a su colega y murmura....
Vamos...Solo voy a tomar unas cervezas, y a vigilar todo...No pienso a acercarme a esos dos.
señala antes de ingresar
- ¿Y si conocen nuestras caras? No lo sabemos...- contestó Adshareb a su impaciente amigo.- Bien pensado, aunque no nos conozcan, verán rápidamente que eres extranjero. Podrían sospechar.