Partida Rol por web

Por un momento Briskas duda si no convocar a sus alimañas sobre el grupo de gnolls, pero sabe que quizás eso signifique que los descubran, por lo que finalmente olvida su idea.

Las palabras del líder del grupo son recibidas con un gesto de su cabeza, arriba y abajo y son el preludio de su respuesta - Es una buena idea... es más, me gustaría dejar algunas de mis pertenencias en ese lugar. Prefiero viajar más liviano - comenta dándose cuenta que el peso que lleva es demasiado para moverse, si hace falta, rápidamente

- Por cierto,parece que ellos tampoco encontraron a la caravana,quizás luego de encontrar una cueva podamos seguirlos - Casi sin darse cuenta pronuncia las mismas palabras que pronuncia todas las mañanas y nota como su cuerpo es capaz de moverse a través de las rocas. Sin dudarlo trepa un par de peñascos e intenta descubrir hacia que dirección se han dirigido las hienas - Ellos van para allá - señala... - y nosotros? -

Matriorca arroja al suelo un hacha doble orca y una espada corta. Ahora que Ruzgal y su pesada armadura no están, no quiere ser ella la que ralentice al grupo.

Estamos en el centro de la llanura, no encontraremos cuevas por aquí. Al norte, el agua nos complica el paso. Moverse hacia oriente u occidente significa convivir peligrosamente con los grandes poblados humanos. De momento, la única dirección que tenemos es el sur.

Deberíamos volver al bosque en el que Prerr-Zaff nos encontró. Seguramente tenga un espía entre los gnolls de Greejal que ya le haya informado, y volverá al bosque para reprocharnos no haber matado a su enemigo y de paso darnos nueva información para que podamos cumplir sus necesidades. Estará enfadado, pero no alzará sus armas contra nosotros mientras Greejal siga vivo.

El bosque es buen lugar para esconderse la próxima vez que el disco solar se eleve, y es un buen punto desde el que explorar las montañas en busca de cuevas.

No hay bosques en Bejayla, PreerZaff os asaltó en medio de la llanura, es dificil ver dos árboles juntos cuando las zonas más arboladas al norte son sombras de no más de 6 árboles. Podeis imaginar el paisaje como el de la sabana africana.

 Trash eflexionó acerca de las palabras de la sabia anciana.

 - Que le den con un serrucho por el culo a Preer-Zaf!- Excamó finalmente- No tienen ningún derecho para ordenarnos. No me gusta, no es claro, demasiado taimado y demasiados guerreros. Nosotros teneos que hacer la nuestra. Iremos al norte, los humanos son un objetivo más asquible y gratificante que no esos chuchos. Propongo buscar un lugar no muy lejos de donde actuaremos, no tiene sentido dejar equipo y provisiones en un lugar del que estamos a más de un día de viaje. Durante un tiempo nos dedicaremos a buscar ese lugar y a observarlos, pasando desapercividos, en la periferia de sus dominios.

En mis tiempos de juventud, los lagos estacionales llegaban casi a la falda de la montaña, y bajábamos de niños a cazar sapos. Muchos animales de la sabana también vendrán a beber. Comida no nos faltará. Pero también es un lugar peligroso. Los depredadores van allí a cazar a los herbívoros que van a beber, y el suelo no es de fiar. Pero decidido, vamos al norte.

La orca comenzó a guiarlos más al norte, no estaban muy lejos aquellos lagos del camino con el que la caravana de hombres llevó armas al poblado... Eso hizo pensar a Matriorca en algo.

Jefe Trash... -empezó a compartir sus inquietudes por el camino.

Jefe Trash... ¿Recuerda que los humanos que atacaron nuestro poblado eran muy pálidos? No son como los humanos oscuros autóctonos. Y poco después, una caravana de armas... Creo que los negros se están armando para resistir el ataque de los blancos, Jefe. Es sólo un pensamiento de una vieja, pero los sucios humanos son irrespetuosos con los de su propia raza, así que es algo muy probable.

Nos aproximamos a los lagos... Tenemos una cuerda con la que atarnos por seguridad... por si alguno de nosotros cae al agua... Aunque como he dicho, abundan los depredadores y es bueno que no nos cojan atados para luchar bien.

El brujo observó como sus dos compañeros hacían planes y se encongió de hombros - Solo espero que la "nueva" comida sea más sana que la última - acotó como al pasar.

Sin embargo, lo que más le llamó la atención fueron los comentariso de la anciana respecto al color de piel de los humanos - Y que importancia tiene eso. Son humanos. Todos. Si pelean entre ellos, mejor, estarán más débiles cuando los cacemos, pero no pienso intentar entender como y porque hacen lo que hacen... eso si es perder el tiempo! - sentenció seguro.

- Lo importante es que encuentres una cueva, preferentemente bien oculta, lejos de los gnolls y cerca de donde podamos cazar humanos... el resto... ya veremos -

Tras pensarlo un momnto añadió - Y no, no pienso atarme a nadie. Si hay que pelear es una limitación -

 Trash asiente.

 - Hablas con sabiduria, anciana.- Dijo en tono de halago.- Los depredadores que podamos encontrar seguro que preferirán atacar presas fáciles, nuestra raza ha vivido en este valle des de hace muchas generaciones,seguro que los depredadores grandes han aprendido a alejarse de los nuestros.

  Una sonrisa llena de colmillos cruzo el rostro del jefe. 

 - En cuanto a eso de los humanos, es interesante. Tal vez tengas razón. Por mi que se distraígan entre ellos por ahora.

Amparados en la noche camináis, no son pocos los lobos de Bejayla, y sus aullidos resuenan en la estepa mientras la recorren en busca de una presa. Pero Matriorca sigue el camino más acertado, los aullidos de los lobos se escuchan cerca en la oscuridad, pero en vuestro camino no sois molestados y después de mucho camino llegais a la playa de un enorme lago. La vegetación crece muy alta y todo es absolutamente llano, dejando las depresiones del terreno completamente anegadas.

Aquí es el croar de las ranas el sonido que adorna la noche, sin duda, no hay ni un rincón de Bejayla deshabitado, sea por una u otra criatura, es medianoche, habeis caminado mucho y tras unos pocos bocados de carne cruda necesitais comer. Teneis mucha hambre, y necesitais comer en condiciones, pero no es precavido encender un fuego a campo abierto y eso lo sabeis muy bien.

Frente a la balsa de agua, la orilla tranquila, os quedais observando en todas direcciones, es practicamente imposible encontrar una cueva aquí, así que ya pueden empezar a escucharse el murmullo quejumbroso de Trash y Briskas por otra noche durmiendo a la intemperie, si seguís así vais a terminar mal

Sin embargo Matriorca sonríe, algo exasperante, no es agradable que esa vieja de cuyo cuello cuelgan repulsivos pellejos sonría, pero tiene un buen motivo, ella señala en una dirección, pero nada hay que Trash y Briskas vean a tanta distancia, pero Matriorca, en una leve colina inclinada, recortada contra las estrellas, bajo el Ojo de Grummsh, ha visto una casa, está segura de haberla visto, luces apagadas pero segura de haber visto la inequívoca silueta de un edificio en una colina a orillas del lago, a menos de una legua.

- No hay nada de que reírse - murmura Briskas malhumorado - Media noche caminando y ni una cueva que podamos ocupar! Así será difícil sobrevivir - agrega - Claro que a algunos quizás eso no les preocupa, ya han pasado su tiempo... por eso consiguen comida que hace mal... y nos hacen caminar en vano!
-

 El humor del jefe orco se ha ido agriando a medida que avanzaban y no encontraban lo que esperaban, finalmente cuando la anciana sonríe señalando el horizonte, Trash otea la negrura del horizonte sin ver nada. Gruñe y mira por los alrededores.

 - Este lugar no es peor que el del día pasado. Esta vegetación nos puede dar resguardo del viento y del sol.- Dice mirando los altos juncos y matorrales.- Podríamos crear paneles de juncos, o por lo menos fajos y usarlos como soprtes, astoras y almohadas, aislándonos de la humedad.

Allí... Veo una casa. Si no tiene luces encendidas a estas horas es porque está abandonada o porque está habitada por uno de esos exasperantes seres diurnos llamados humanos, que duerme por las noches.

Si está habitada por una criatura que como nosotros ve en la oscuridad, estaremos en apuros, porque puede haber alguien vigilando. Acerquémonos todo lo máximo que podamos y después iremos a hurtadillas.

La orca avanzó en la oscuridad en dirección a la casa.

Junto a la mohosa orilla del lago por la que caminais confirmas montones de huellas de animales, grandes mamíferos herbívoros se deben acercar diariamente, bisontes probablemente, pero también ves unas huellas que te llaman la atención... son de lobo... y son grandes.... muy grandes. Huargos, el mayor depredador de Bejayla exceptuando a los Tiranosaurios Rex, y las huellas son bastante recientes, tal vez hace solo un par de horas que merodeaban por aquí. Pueden estar cerca.

Un aullido resuena.... otro responde, las ranas enmudecen a vuestro paso. No parece que nada vaya a ocurrir aunque camináis con cierto nerviosismo, crispados por la mala fortuna que os ha acompañado los últimos días, si bien del enfrentamiento con los gnolls salisteis vivos, tuvisteis que lamentar una baja y ahora os encontrais ensangrentados y doloridos, totalmente incapaces de llevar a cabo un nuevo combate tan cruento como el último.

El recuerdo de las vísceras de los gnolls... os hacen pensar en que las próximas vísceras que se viertan puedan ser las vuestras, sabeis que Greejal os buscará, sabeis de la habilidad de los gnolls para rastrear, su obstinación y su crueldad, es sabido que, no van a descansar hasta aniquilar a vuestra raza.

Os acercais bordeando el lago, y subis una pequeña pendiente para llegar a la periferia de la casa, ahora podeis verla mejor aunque seguís a una distancia extremadamente prudente (60'), tras unos matorrales observais la pequeña casucha de piedra, tiene una estrecha chimenea de la que no sale humo, y ni una sola ventana, una puerta cerrada parece la única entrada

 El orco busca por los alrededores con su mirada que no haya ningún signo de actividad humanoide reciente. Heces frescas de animal grande como bestias de trabajo, alguna letrina, desperdicios varios, algún tocón, alguna reserva de combustible como turba o leña, etcétera.

Finalmente, al ver que la anciana tenía razón, Briskas deja de quejarse. Sin darse cuenta empuña su maza y mira al lider, esperando que este le de las instrucciones. Sin embargo intenta esbozar un plan - Si hay alguien adentro puedo convocar unas arañas para que acaben con ellos. Así ni deberemos entrar. Quizás alguien debería acercarse, en silencio y verificar que esté vacía... o no - propone sin ofrecerse para el rol de explorador.

No tenemos mucho tiempo para ser precavidos. Esos aullidos son de huargos. Eso significa que al menos hay dos*, pero no soy muy optimista con que sean tan pocos. Debemos entrar en esa casa, ya.

No hay ventanas, nadie nos vigila desde dentro. Pero desde fuera...

Matriorca avanza hasta quedarse a medio camino de los matorrales y la puerta. Entonces se para un instante y se pone en guardia.

Trash también se desplaza hasta la puerta de madera de la construcción. La examina y se dispone a abrirla.

Al ver que sus compañeros se olvidan de la prudencia y se adelantan hacia la casucha, Briskas los sigue, más preocupado por quedarse solo que por el peligro que pueda habitar en la viviendo. Sin embargo, a diferencia de ellos, no se detiene en la puerta, sino que elije una trozo de pared que se eleva hasta el techo y, como si no le costase, como realmente sucede, apoya las manos y comienza a trepar por la pared,alejándose del suelo

- Si no está abierta puedo intentar llegar a la chimenea y descender por ella para abrir desde adentro, después de todo si deberemos enfrentarnos a unos huargos mejor no destruir la puerta - comenta esperando que el resto entienda la sabiduría de sus palabras... y aprovechando para ellevarse del suelo y así evitar el posible ataque de los animales

Matriorca avanzó un poco más hasta la seguridad que le proporcionaba tener a Trash cerca, y sacó sus "juguetes" para intentar hurgar en la cerradura.

Estaba a punto de forzar la puerta cuando se paró un instante y miró un instante por el agujero de la cerradura.

Escuchó un nuevo aullido de huargo y se separó unas pulgadas de la puerta, poco importaba lo que había visto, necesitaba abrir la puerta ya. Los nervios no le dejaban ya actuar con claridad, si algo había en la pradera capaz de infundir miedo en la orca era un huargo royéndole las canillas.

La puerta se abre hacia adentro, parece muy fuerte, a prueba de brutos como Trash, tiene algunas muescas en la madera que reviste la puerta por el exterior de alguien que ya debió intentar entrar a la fuerza, por el sonido al golpear parece estar reforzada con hierro, y tan solo hay una enorme cerradura a través de la cual solo se puede ver la pared posterior, efectivamente está cerrada.

Matriorca se relame sacando unas ganzúas con las que empieza a urgar en la puerta pero a los débiles cachivaches se les resiste una cerradura tan recia y primitiva. ¿De donde sacaría Matriorca esas herramientas? Esa sí puede ser una historia interesante, por ahora parece que será imposible abrir la puerta

Briskas coloca sus dedos sobre las losas de piedra y con una misteriosa musiquilla de prodedencia imposible de descubrir empieza a trepar como por arte de magia, a Trash esto le parece ridículo, pues él podría trepar hasta el tejado con varios orcos sobre la espalda, pero para los huesos osteoporizados de Matriorca seria todo un milagro.

Al llegar arriba Briskas observa a su alrededor, el techo es plano, de arcilla y por algunos lados sobresalen gruesos troncos de madera que deben reforzarlo, no sería dificil para un par de albañiles construir un segundo piso pues parece resistente y adecuado. Alrededor solo hay negrura, al menos hasta donde Briskas puede ver, sin embargo, paseando su vista por el estrellado reflejo del lago, y las hierbas altas tras ellos.... ahí, algo se mueve, cauteloso y sin pretensiones de acercarse. Un aullido lejano, de más allá del lago, no parece tener respuesta.