La nave de transporte da una sacudida mas en un trayecto que parece hayan sido meses. Oyes como los controles de máquinas hacen girar las servoválvulas invirtiendo el flujo de iones para el descenso. Los motores rugen con gran intensidad en la sala de máquinas teniendo que taparte los oídos mientras te preparas para el aterrizaje.
Una mano te tiende unos cascos standard para eliminar el exceso de ruido. Es una mano familiar que has conocido bien en estos dos días de viaje. La jefe mecánico de la nave es una Twilek amable que se pasa casi todo el tiempo allí, entre máquinas y motores.
Nowara Dibili se extrañó de que un pasajero quisiera estar lejos de la bodega común donde viajaban los demás, pero en un transporte ilegal de gente, aceptaba cualquier conversación que la sacara de la monotonía sin acabar a tiros.-Ponte esto, los motores no pararán hasta haber tocado tierra.-
(solo por curiosidad informativa, Nowara es un personaje mío de otra partida de Star Wars Saga)
La vida para un renegado como yo no es simple. Incluso algo tan común como es viajar en una nave de transporte de pasajeros es sumamente difícil cuando cualquiera de los que te rodea podría identificar en uno los rasgos que calzan con aquellos por los que se ofrece una cuantiosa recompensa. Dicen que la ocasión hace al criminal y por culpa de un descuido de mi parte, hasta el más honesto podría entregarme a los Siths. No puedo correr ese riesgo, es por eso que me quedo en la sala de maquinas casi todo el tiempo, así casi nadie me ve mucho y no pueden irme.
Así he pasado los dos días que ha durado esta travesía, pero no he estado alejado de todos pues una persona ha compartido el espacio entre las ruidosas máquinas. Es una Twi'Lek, Nowara, la mecánico de la nave. Es una buena persona al parecer y se ha comportado conmigo como lo he deseado: A veces hablamos de algo sin importancia para romper la soledad, a veces nos ignoramos en paz, nunca me hace preguntas y yo tampoco las hago. Es una relación de amistad sin interferir el espacio del otro. Lo mejor que he podido tener en este viaje.
Ahora me ofrece un casco para disminuir el ruido que generan los motores ahora que estamos a punto de descender sobre la superficie planetaria. El aterrizaje para exigir más de los motores y las otras máquinas que el viaje simple. La verdad no lo sé, pues nunca he sabido mucho de mecánica, pero eso parece ser por el ruido.
Recibo el casco y le sonrío antes de contestarle:
- "Muchas gracias, Nowara. Eres demasiado gentil, algo tan agradable como escaso."
Me pongo el utensilio y noto lo diferencia entre la estimulación acústica antes y después de ponérmelo. La verdad es que el ruido antes era muy intenso y molesto, siendo ahora mucho más soportable. Reviso que todas mis cosas estén en su posición pues según lo que dicen, aterrizaremos pronto, aunque no tengo ni idea de donde exáctamente debería ir, pero cualquier lugar será mejor que en el que estaba antes.
-No me hacen falta los cumplidos humano, a menos que vayan acompañados de los suficientes créditos como para que pueda dejar esta maldita nave y a su borracho capitán para que se desintegren al entrar en algún planeta.-El sonido chirriante de los amortiguadores atenuado por el rugido de los motores indicaba que habían tomado tierra. Enseguida la Twi´lek apagó todos los sistemas y el ruido desapareció por completo.-Mierda de nave.-La oías refunfuñar mientras sacaba una herramienta alargada y ajustaba un colector de donde acababa de chorrear aceite.
Me río amablemente de sus palabras mientras veo como trabaja y como se queda de aquello. Contesto a sus palabras en tono jovial, para aligerarle un poco el estrés del trabajo no deseado:
- "Si tuviera los suficientes créditos para comprarme una nave ahora, te llevaría como mi mecánico, pero entenderás que no es precisamente por la enorme cantidad de créditos que me sobran que termino viajando en esta nave. Tranquila, después de la oscuridad viene la luz y con lo oscuro de los tiempos, algo bueno traerá el futuro. Además, nunca rechaces un buen cumplido pues nunca sabes cuando pueden faltarte."
Termino con una suave risa mientras miro a la mujer hacer su trabajo. A pesar de mi hosquedad obligada por mi situación, soy un hombre muy carismático: Encantador cuando lo deseo y digno de respeto cuando me pongo en mi papel de líder. Siempre ha sido el carisma algo poderoso en mí, igual que en casi todos los Jedi, que en épocas inspiraron a otros y fueron seguidos por soldados a la batalla. Todo eso hoy está olvidado y mis dones deben ser ocultados para proteger mi identidad y mi vida, incluso los dones sociales.
Me preparo para descender de la nave ahora que los motores se han apagado, cargando mis pocas pertenencias, algunas más ocultas que otras, antes de hablarle por última vez a la Twi'Lek:
- "Adiós Nowara. Ha sido un gusto conocerte. Si nos encontramos en otras circunstancias, te invitaré un trago. Cuidate mucho."-"...Y que La Fuerza te acompañe."
Acto seguido, me dirijo a bajar de la nave al igual que todo el mundo. Tengo un trabajo que buscar y un objetivo que seguir. Lo primero será encontrar bien donde hacerlo y posicionarme bien en el planeta pues soy un extranjero y los tiempos no destacan por su hospitalidad.
Abres la puerta de acceso a la bodega del transporte, pensando en un sitio donde no hagan muchas preguntas, cuando te encuentras una escena nada fácil de ver.-Alto. Levante las manos.- Al parecer un droide de seguridad te apunta con una pistola blaster mientras un enorme Wookie sujeta en brazos a un Bothan malherido tapado con un sucio poncho de gruesa tela manchada de sangre.
Salgo de la sala de máquinas para encontrarme de frente con una extraña escena: Un Droide de seguridad apuntándome con un arma mientras un Wookie lleva a un Bothan herido al hombro. Sea como sea que se mire, la escena es extraña y considerablemente inusual. No sé por qué razón está sucediendo eso en un lugar donde no esperaba ninguna clase de problema similar, pero aun menos entiendo por qué el Droide me apunta a mí.
Levanto las manos tranquilamente, haciendo caso de las indicaciones del Droide y espero con calma a que la situación se resuelva, pues no tengo ni idea de qué es lo que ha ocurrido, pero estoy seguro de que no ha sido mi culpa. Podría intervenir y quizás lo haga si las cosas se salen de control, pero debo evitarlo lo más posible para no ponerme en peligro.
Eso creía, pero la curiosidad me vence y pregunto:
- "¿Que sucede aquí? ¿Puedo ayudar en algo?"
Mis palabras quedan en el aire a la vez que me arrepiento un poco de haberlas pronunciado. Mi sentido común me dice que debo mantenerme al margen, pero en cambio mis actos siguen a la parte menos pragmática de mi ser, el que insta a ayudar a los necesitados y a terminar con las injusticias.
La contestación del Wookie mientras descabeza de un golpe al droide es clara- Roooor wuuurooor, waaarr uurrrooww.-Parece que no quiere ser molestado. Un golpe en la cabeza llama tu atención, un golpe interior. El Bothan que lleva el Wookie en brazos gime dolorido. Algo extraño sucede.
Antes de poder pensarlo, se oyen unos disparos. Dos, tres, cuatro...no hay duda. Los droides buscaban a alguien y seguramente viajaba en el mismo transporte.
Veo al Wookie acabar con el Droide de seguridad y me mantengo en calma a pesar de sus extraños sonidos. En ese momento siento algo, escucho algo extraño en mi interior. Miro a todos lados intentando identificar lo que he sentido, me concentro en mi oído, pero sobre todo me concentro en La Fuerza. Intento sentir sus movimientos, intento sentir qué es lo que sucede y como sus fluctuaciones se han visto alteradas.
Luego saco mi bláster de entre mis ropas y me dispongo a seguir a Wookie. No sé que se trae, pero ese Bothan necesita ayuda que quizás yo pueda brindarle, por lo que no ignoraré la situación ni seguiré mi camino sin mirar a quien me necesita.
Motivo: Usar La Fuerza
Tirada: 1d20
Resultado: 14(+8)=22
Hago una tirada de Usar La Fuerza para intentar detectar lo que sucede.
Notas como una sensación cálida invade tu ser. La fuerza recorre cada centímetro de tu cuerpo y mente alejando el ruido exterior. Oyes la respiración entrecortada del Bothan, el retumbar de los pasos metálicos de los droides de seguridad acercándose como si ya estuvieran a tu lado, el sonido de la llave hidráulica caer en la sala de motores y un eco, un eco lejano. No, no es lejano, es un susurro. Un susurro en la fuerza,-Llévalo...-Cógelo...-Jedi...De repente la fuerza te muestra el camino como si empujara todo tu ser hacia el malherido bothan. Él es un jedi, un fragmento de su memoria entra en la tuya, un planeta, una academia, un sith humano con el pelo largo y moreno enciende su sable del color de la muerte. La imagen se desvanece, el Bothan tiene algo en la mano derecha, vuelve a hablarte-Cógelo...
Entonces eres expulsado y el tiempo vuelve a ser el real.-Wuuurooor, waarrg, wooorrraarrrg.- El Wookie ruge unas palabras señalándote a ti, a él y hacia fuera de la nave. En un instante sale corriendo hacia el hangar de carga atravesando una puerta.
Siento como La Fuerza recorre mi ser, me abraza y rodea completamente. Siento como entra en mí y me muestra las imágenes y sensaciones que me inundan. El Bothan, el Sith y aquella cosa en la mano del herido. Vuelvo a la realidad rápidamente al momento que el Wookie me habla y me señala la salida antes de encaminarse para allá a toda velocidad. Corro al lado de él y le hablo en el único idioma que conozco: El Común:
- "Escucha, quieres salir y yo también. Acepto tu oferta pues prefiero salir de aquí en tu compañía que en la de esos droides. Pero este hombre está herido, déjame ver si puedo hacer algo por él. Si no lo hago, quizás no aguante. Tienes un arma, necesito que me cubras."
Le digo sin dejar de caminar a su lado y preguntándome si estará demasiado herido como para sumirse a sí mismo en el Trance de La Fuerza que tiene la capacidad de salvarle, como lo ha hecho con infinidad de usuarios de La Fuerza que lo han necesitado a través de las eras. Si no es capaz por sus heridas, yo podría hacerlo por él y así ayudarlo a sobrevivir... Necesito respuestas.
El Wookie asiente dejando al Bothan en el suelo con suavidad. Luego se desplaza hacia la puerta.
Una mano te agarra firmemente la tuya el Bothan hace un esfuerzo por levantar la cabeza, pero cede ante el dolor y vuelve a caer al suelo. El Bothan coge aire, cierra los ojos y su agarre afloja. Notas como la fuerza vuelve a ser mas intensa y una voz te habla, en tu cabeza, directamente.-Coge mi bolsa, en el cinturón. No hay tiempo, debes viajar, protegerlo, llevarlo siempre contigo, encuentra a los jedi, debes hacerlo. Que la fuerza te acompañe.-La voz se apaga en tu mente y el flujo de la fuerza cesa, detectas que hay menos vida en la zona y comprendes que el Bothan ha muerto, era su destino. Levantas el poncho sucio y maloliente en busca de su cinturón y la bolsa que cuelga de él, la que todavía aferra con una de las manos. Es de tamaño medio, como una bolsa de la compra en la que se distinguen dos objetos. El Wookie gruñe algo ininteligible detrás de tí, pero por las señas que hace, parece que quiere que le acompañes.
Sigo al Wookie y al Bothan que lleva hasta que el primero de ellos me da la oportunidad de atender al segundo. Me acerco y escucho a través de La Fuerza las palabras que desea comunicarme. Las entiendo y me apresuro a sumirlo en el Trance que le sanará, cuando siento como la chispa de vida se arranca de su cuerpo antes de que yo puedo hacer algo. Me lamento en silencio de como las cosas terminan pero me consuelo en saber que no existe la muerte... sólo La Fuerza y de que él se le ha unido.
Busco su bolsa y la obtengo rápidamente, miro en su interior, ignorando la prisa del Wookie. Una vez veo lo que contiene, la guardo dentro de mis ropas, en el lugar más seguro que tengo y me pongo de pie para hablarle a mi peludo e improvisado compañero:
- "El pobre no lo ha conseguido. Ahora debemos salir de aquí. Tu eres el fuerte y armado, te seguiré."
Una sonrisa que demuestra que en realidad estoy triste por lo sucedido asoma en mi boca, que rápidamente es sustituida por una mirada de decisión de salir de este lugar sin seguir el destino del Bothan y sin dejar que me apresen, condenándome a un destino aun peor.
Miras dentro de la bolsa y ves el brillo metálico de un sable láser cerrando de inmediato ante la presencia del Wookie, ya mirarás mas tarde que era el otro objeto.- wuuurooor wuurr wuuurr-El Wookie señaló al Bothan y luego a la puerta señaló la puerta.- woooor gruuurr wooor graar.
Entrais a unos servicios de azulejo amarillento dejando que la puerta se cierre a vuestra espalda. Un rodiano entra en ese momento, os mira de arriba a abajo y se encierra en un wc. El sonido de la música inunda el ambiente oscuro de la cantina, el lugar perfecto para pasar desapercibido.
Continuamos en la escena: La cantina portuaria de Kanto.