Vaya otra vez aquí. No te preocupes, cuesta un poco abandonar la primera ciudad, pero sigue entrenando a tus pokemon
La enferma Joy te los guarda toda la noche mientras se recuperan, tienen heridas leves, pero te recomienda dejarlos en el gimnasio para que se recuperen del todo. Tras descansar en el albergue duermes como un snorlax toda la noche, y finalmente y tras un copioso desayuno acudes corriendo al centro pokemon.
Por aquí, la enfermera Joy te lleva a un jardincito junto al centro pokemon, allí un pokemon uniformado vigila a Eevee y digglet que están jugando con la tierra.
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El primer instinto de alguien que va a ver a un enfermo quizás sea interesarse por esa persona, pero Lali a veces era un poco dispersa y nada más ver al pokemon uniformado sacó su pokedex para ver qué pokemon era.
Tras registrarlo, lo saludó y se acercó al jardín de tierra para contemplar como sus pokemon jugaban juntos.
¡Hola Eev, hola Lemon! ¿Cómo estáis? ¿Os estáis divirtiendo? - Lali les sonrió y sacó sus pokeball, pero tras meditarlo las volvió a guardar y sacó una chuche para cada uno de ellos - Es hora de entrenar
Muchas gracias por todo enfermer Joy, seguro que nos volveremos a ver, solo que espero que no tan pronto y por nada grave. ¡Adiós!
Salió del centro pokemon y se dirigió a un parque, una zona amplia por la que no transitara mucha gente y evidentemente con tierra para que pudieran correr ambos pokemon. Sacó los monigotes que le había "dado" Rick y se planteó en como entrenarlos.
Empezaremos contigo Eevee. Eres demasiado bonita, eso es bueno pero a veces en combate puede ser una desventaja, tendrás que parecer más intimidante de alguna forma. Te enseñaré a asustar al enemigo rugiéndole. - Se sentó frente a Eevee y le dijo - Imítame. Argñrrrrggr - Imitó el gruñido de un animal y frunció el ceño- ¡Gruñido Eev, vamos! Grrrrrr
Encontraste un parque de tierra, habían muchos, habían varios cacharros de hierro para niños: un columpio, un tobogán, unas barras y una media cúpula agujereada. Solo una madre estaba sentada al otro lado del parque con su bebé tomando el sol. Nada preocupante.
Sacaste entonces a Eevee de la pokeball, era el momento de entrenar, o jamás pasarías por encima de otros entrenadores, hasta ahora, habías perdido todos tus combates. Rick te había dicho que necesitaban ser más fuertes, más rápidos y más resistentes, necesitaban entrenar más, pero tú lo achacaste a un problema de actitud, además si conseguían intimidar al pokemon enemigo, la mitad de la batalla estaría ganada.
Eeeevee Grrrrr -Imitó sacando sus dientecitos de los que asomaban dos incipientes y agudos colmillitos, pero estaba lejos de ser intimidante si no dejaba de menear su espumosa colita, ¿Quien podía culparle? ¡Le encantaba entrenar con Lalita!
Oishh, si es que eres adorable Eev, te comía enterita - miró atribulada a su pokemon, pues no quería que pensara que lo decía en serio - Estoo, no no, no me refería a comerte de verdad, era una forma de decir que eres encantadora.
Está bien, creo que esto va a ser más difícil de lo que creía. ¿Qué os parece si entrenamos los tres juntos? Vamos diglett, sal a entrenar.
Echó un vistazo a su alrededor y planeó un circuito, para que mejoraran su velocidad, su agilidad y eso les ayudara en los combates. Mentalmente repasó el posible circuito, primero subirían por la escalera, pasarían por el puente colgante, bajarían por el tobogán y allí abajo les esperaría el monigote al que deberían quitar de enmedio, luego subirían en la plataforma circular, Lali les daría impulso y cuando parara bajarían de allí y tendrían que orientarse correctamente para dirigirse al siguiente obstáculo que consistía en una escalera, un tramo horizontal de barras y otra escalera, por último pasarían por el cubículo de la arena en el que tendrían que atacar el guante de Lali.
Lali colocó el monigote y miró a Eevee, que sería primera.
Muy bien Eev, voy a hacer el recorrido y luego cuando te lo indique harás el mismo recorrido que yo. Deberás llegar al final, a tu manera y rápido. ¿Entendido? - Lali pasó por los obstáculos, pegó al monigote una patada, siguió y llegó a la arena.
¡Venga Eevee, adelante!
Eevee sabía lo que tenía que hacer. Era lo mismo que había hecho dentro del gimnasio, pero con algunos cambios en los obstáculos.
Eeveeeee - el pokemon chirrió y corrió hacia las escaleras que subió a saltos. Avanzó por el puente colgante con algo de miedo por el movimiento de este pero no dudó y siguió hacia la rampa.
¿Qué es esto? - Posó una de las patitas delanteras sobre el inicio de la "rampa" y esta empezó a resbalar.
Escuchó a Lalita gritar de fondo que no tuviera miedo, que no iba a pasar nada si vigilaba al final de la rampa. Eev la miró preocupada pero se decidió a hacerle caso y se dejó deslizar por el tobogán recostando las patas delanteras algo avanzadas al resto del cuerpo y preparada para dar un salto al final y caer de pie sobre el monigote al que golpeó.
¡Esto es muy divertidooo! - Eev decidió que los toboganes era lo que más le gustaba de los obstáculos.
Siguió hacia la plataforma circular y Lali la giró ligeramente. Cuando paró de girar, bajó al suelo y haciendo eses se encaminó a las escaleras, cruzó las barras aun haciendo algunas eses y las bajó. Fue entonces cuando Lali gritó que placara.
Eevee corrió hacia la Lali protegida por el guante y la placó en el cuerpo donde no tenía guante.
Lali se quejó ligeramente pero sonrió y le dio una chuche a Eev que lo había hecho muy bien.