Partida Rol por web

Suena el despertador. Temprano, que pereza, aún puedes rezongar un rato más en la cama. Los bichos de final de primavera emiten sus chirridos por todo pueblo encina. Es hora de levantarse, pero hoy no es un día cualquiera, hoy es el día en que comienza tu aventura pokemon, y todo el mundo lo sabe.

Me despierto pero me mantengo unos minutos arañando tiempo al despertador, me incorporo y me quedo sentado en la cama mirando hacia el escritorio donde ya me esperaba mi mejor amigo, Flyk, mi Pidgey, me encuentro con los ojos medio abiertos, me los refriego con el antebrazo antes de levantarme y decir.

-Vamos Flyk! Hay que espabilar.

Me quedo delante del espejo mirándome, pelo azul y algo largo, debería cortarmelo un poco, grandes ojos azules, estoy algo flacucho y soy alto para mi edad, 13 años, voy al cuarto de baño a  lavarme la cara y ducharme, después vuelvo a mi pequeña habitación para vestirme.

Después de estar preparado estiro mi brazo apuntando hacia el escritorio para que Flyk pueda subir hasta mi hombro, bajo las escaleras de casa corriendo para salir a dar una vuelta y cuando voy a salir por la puerta escucho una voz.

-Ryu! Donde crees que vas?!

Mi madre... Angela, una mujer de pelo azul, ojos negros y cara afable pero aunque parezca tranquila y amable a veces es muy cascarabias.

-Voy a salir a dar una vuelta con Flyk.

Mi madre me mira seria.

-No vas a salir hasta que no desayunes algo así que siéntate con tu hermana en la mesa.

Me siento en la mesa con cara de enfado y como a regaña dientes unas tostadas con mermelada, le doy unos trozos a Flyk, mi hermana esta sentada delante mío tiene 7 años, es bajita y tiene el pelo negro como mi padre. Justo mi padre entra por la puerta con su caña de pescar, es un hombre alto y rudo, pero muy amable, mi hermana es su ojito derecho, cuando termino de desayunar salgo por la puerta.

-Adiós! Hoy nos espera un gran día Flyk!

Miro a mi compañero, se le nota tan feliz como yo, es un Pidgey grande y aunque a veces me pesa tenerlo apoyado en mi hombro no puedo tener mejor amigo...

Eh eh jovencito, ¿A dónde vas tan rápido? Esta semana tienes ya los trece años. ¿Comenzarás tu ruta pokemon? ¿O te quedarás en el pueblo entrenando un tiempo? Si te marchas a Ciudad plateada por el camino del este llámame en cuanto llegues al albergue. Si te quedas esta noche, hay sopa de noodles.

Flyk pía toqueteando su pokeball para que no la olvides. Era un pidgey más gordo y grande que los de su edad, era muy joven y no estaba para nada entrenado, no conocía ataques ni trucos pero ya tenía seis meses y estaba listo para comenzar a ser un pokemon para combates pokemon.

Tu madre te pone la mochila en la mesa- Te he hecho un bocadillo, y tienes la pokedex en el bolsillo, no la olvides ni la pierdas.

-Bueno mamá, me quedaré hasta que Flyk sepa al menos un ataque, me gustaría entrenarle un poco antes de empezar la ruta pokemon.

Cojo mi mochila de la mesa y la pokeball de Flyk, es un pokemon muy inteligente.

-Así que volveré para comer la sopa, hasta luego!.

Le digo a mi madre con una sonrisa antes de girarme y dirigirme hacia la puerta. 

-Debo enseñar a Flyk a pelear para que se enfrente a otros pokemons. 

Nunca había hecho algo así, busco a un entrenador pokemon, debo informarme como hacerlo para convertir a Flyk en el pokemon más fuerte.

Michiko, esa mujer se enteraba de todo, la encontraste caminando con su pamela y sus gafas de sol, era una pija estrambótica en aquella aldea de caminos de tierra y cultivos de nabo donde la moda era el sombrero de paja y la camiseta arremangada.

- Ryu muchacho ¿que buscas? ¿Entrenadores pokemon? No hay en el pueblo muchacho. Pero en ciudad Plateada sí hay un gimnasio donde entrenan pokemon. Hay un camino que lleva por el bosque encina, unas cuatro horitas si no te pierdes, ten mucho cuidado si vas a la ciudad.

Mira a tu pokemon que está apacible en tu hombro picoteandote la ropa, no es más que un pequeño pajarillo, pero has visto muchas veces reportajes de la especie más grande de pidgey y de como solo los mejores entrenadores alcanzan a domesticarlo

- Oh que mono

Michiko... esa mujer era agradable cuando hablaba conmigo pero siempre ha sido una chismosa...

-Creo que intentaré entrenarlo yo solo, pero pronto comenzaré la ruta pokemon, adiós!

Le digo antes de irme. Me dirijo hacia una valla para colocar a Flyk encima.

-Espera... Espera...

Digo mientras retrocedo y me coloco a una distancia de 5 metros, una vez ahí pongo un trozo del bocata en el suelo y miro a Flyk.

-Espera...

Flyk me mira confundido y después de unos segundos señalo la comida a la vez que digo.

-Ataca!

El pidgey no parece entender lo que le digo así que vuelvo a intentarlo algunas veces más hasta que finalmente me hace caso, así práctico varias veces hasta que entiende la palabra y que debe hacer...

-No se si esto servirá para un combate Flyk...

Flyk parece no tener ningún problema, una y otra vez se mantiene quieto a tus órdenes, son órdenes sencillas y los pokemon son muy inteligentes, pero siempre es perfecto una prueba de campo para ver hasta donde llega. A la frase de ataca sí parece confundido, pues ya desde lejos identifica sin problema el grano que le acostumbras a dar de chuchería*

Se acerca volando, Flyk mide algo más de un palmo, así que realmente es adorable verle llegar volando, aterrizar junto al grano, y picotear la comida. Vas por buen camino, pero difícilmente este escueto ejercicio servirá para el combate.