Partida Rol por web

Creo que no sabes qué significa la medalla roca de ciudad plateada ¿Verdad chiquilla?. Las medallas de gimnasio pokemon son insignias que se entregan tras derrotar al líder de un gimnasio, y tener ocho es el requisito mínimo para entrar en la Gran Liga Pokemon. Solo los mejores entrenadores del mundo aspiran a participar en la Gran Liga Pokemon y cada una de estas insignias determina el nivel de maestro que tienes.

Pfff no lo entenderías - Rick se te volvió a poner delante, tenía por lo menos trece años y era muy alto, erguiéndose cuanto pudo frente a ti de forma intimidatoria volvió a preguntar- ¿Has venido a entrenar o a lloriquear chiquilla?
 

Anélope se quedó maravillada de lo que aquel tipo tan chungo le contaba. Silvó a modo de admiración y asintió a sus palabras. -Pues sí, aún soy muy novata para ésto... pero volveré, y os machacaré. Te machacaré a ti - señaló a Rick- te macharé a ti -señaló a un entrenador que acababa de entrar- y te macharé a ti también.- dijo señalando al conserge que limpiaba el suelo con una fregona.

Y dicho ésto se marchó por la puerta, dirección al bosque verde, el único sitio que se le ocurría podía entrenar tranquila.

Volviste a bajar la carretera al bosque verde, absolutamente nada a destacar del camino salvo que hacía mucha calor. Tardaste otras cuatro horitas en bajar... vaya caminata tonta. Así llegaste hasta el albergue que indicaba el inicio de la zona de caza pokemon. Era pasada la hora de comer, y fuera, junto a la puerta, el guardabosques usaba un corcho para colocar un cartel junto a los muchos que ya habían

Prohibido fuego

Epóca de apareamiento de Spearows, no acercarse al este del bosque

Ha sido avistado un bulbasaur salvaje, extremadamente peligroso, ¡¡no enfrentarse!!

Si vas a atrapar gusanos, ten listo un cebo y un pokemon para debilitarlos

No molestar a los beedrill

Pikachu- Especie protegida en reinserción al bosque verde. No molestar.

Torneo Del Bosque Verde
Solo pokemons de Tipo Bicho-Lugar: Albergue Verde-Premio de bolsa de azúcar, red FlyNet2000 y 5 pokeball

Anélope se acercó al guardabosques y le saludó con voz aguda. - Hola de nuevo, señor!.- puso sus brazos en jarra y leyó el cartel que estaba colocando. - Andaaa ¿Un Torneo? ¿Cuando es? ¿Donde me puedo apuntar?.- preguntó interesada. Como mínimo rellenaría la pokedex y aprendería cómo hacer luchar pokemons, y quizás se llevara algún consejo de algún participante, perdiera o perdiera pues dudaba que hubiera otro resultado para ella misma.

Mañana a mediodía. En el bosque Verde hay muchos aspirantes a maestros cazabichos. Todos ellos con grandes aptitudes. Se realizan dos torneos de Cazabichos al año, uno aquí al norte de Ciudad Verde, en este albergue. Y otro en el albergue de mi hermano, en ciudad fucsia al final del otoño antes de que los pokemon bicho se aletarguen.

Cuando el guardabosques su barba cubría todas sus facciones y ni siquiera se veía su boca moverse, tan solo los pelos de la barba ascendían y descendían levemente como señal física de que podía ser él quien estuviera hablando.

Habiendo colocado los carteles volvió dentro del albergue a seguir trabajando. No había entrenadores por allí a esas horas, acababa de pasar la hora de comer y todos debían estar cazando o entrenando en lo más profundo del bosque verde.

El estómago de Anélope gruñó y miró al guardabosques con ojitos grandes y haciendo un puchero.

-Por favor...- le suplicó. Al ver que el guardabosques no parecía del todo conforme añadió.- Me conformo con una migaja de pan y un trozo de lo que haya sobrado.- El guardabosques suspiró y accedió. Después de comer, compró otro poquillo de azúcar y se internó en el bosque a entrenar.

Cuando llegó a un lugar propicio, sacó a su Caterpie de la pokeball y le dio unos mimos. -Vale, CATERPIE, atento. Vamos a entrenar, si haces algo bien, te daré azúcar ¿Te acuerdas?.- la cara del caterpie seguía siendo la misma, así que Anélope recogió un par de troncos y hojas y con una camiseta suya hizo un muñeco cutre.- Vale, CATERPIE, PLACAJE.- Anélope hizo el movimiento de empujar al muñeco y luego cogió al Caterpie y lo obligó a imitarle, y le dio un poco de azúcar. 

Contento, el Caterpie estaba más contento que nunca aunque no entendiera mucho. - Caterpie, Placaje!.- gritó señalando al muñeco.

Uno de los mejores lugares para entrenar era un solar junto al albergue, así que aprovechando que no había nadie más allí. Anélope se dispuso a entrenar a Caterpie en aquel lugar.

Prrrrriiiiiiii - Gritó el gusano repugnantemente achuchable al tiempo que se acercaba de nuevo al muñeco y frotaba la cabeza con fuerza contra el muñeco. Era muy lento, así que no podía correr hacia el objetivo. Pero tras muchos intentos y imitaciones por parte de Anélope al final Caterpie daba buenos porrazos con su redonda y verde cabecita contra el muñeco.

Luego, magullado, rodaba hasta los pies de Anélope retorciéndose en busca de su recompensa. - Prrrrriiiii

Anélope cada vez que lo hacía bien le obsequiaba con un poco de azúcar y un mimo. -Vale Caterpie, ahora quiero que aprendas a esquivar- le explicó.- Habrán otros pokemons que luchen contra ti y éstos te atacaran, tú has de estar preparado y esquivarlos.- Anélope se echó a un lado. -Yo te perseguiré con el palo, y quiero que cuando te vaya a pegar con él, te apartes. Y aproveches y me hagas un Placaje, como hemos ensayado, ¿Vale?.-

Anélope con velocidad lenta, bajó el palo, esperando a que Caterpie se apartara, a medida que iba haciendolo mejor, ella aumentaba la velocidad del ataque. Obviamente yendo con cuidado para no aplastar a su dulce y viscosa criaturita.

Caterpie intenta moverse, y casi vas a cámara lenta con el palo, pero tan lenta vas que cuando menos te lo esperas se gira y le da un golpe al palo, luego trata de darte otro, pero está demasiado lejos, se te acerca despacio pero puedes quitar los pies sin problema.

Caterpie rueda hasta tus pies, pero al ver que vuelves a alzar el palo te da de nuevo un golpe en el pie, esta vez te engancha el tobillo, apenas ha hecho daño pero lo has notado. - Prriiiiii

Vuelves a bajar el palo contra él y se intenta mover a un lado, pero es demasiado lento.

El sol empieza a teñir de naranja el cielo. El guardabosques está encendiendo un farol y tres entrenadores pokemon vuelven al albergue charlando animadamente. Un ulular se oye en algún lugar del bosque.

Tras estar todo el día entrenando acaricio con mimo a caterpie y le felicito por su trabajo. -Vamos a cenar y luego seguimos, tenemos que esforzarnos un poco más vale, prriii?.- Subo a caterpie a mi hombro y entro en el refugio. Busco con la mirada la comida y cogiendo un plato bien lleno, arraso con los sobrecillos de azúcar poniendo cara de culpable cuando cojo un yogur sin azucarar y te.

Me siento con el resto de entrenadores para enterarme de los cotilleos de los caminos. Dejo a Caterpie en mi falda y le doy trocillos de lechuga y demás cosas que coma y de vez en cuando le doy un azucarillo para que esté contento.

Cuando finalizo la cena vuelvo a salir a seguir con el entrenamiento un par de horas más antes de que sea la hora de dormir.

Durante la cena hay ensalada de krabby y carne estofada, dos entrenadores se sientan más alejados y contigo se sienta un chico rubio - Me llamo Kiemyu, vengo de pueblo paleta - Se sirvió la comida y te miró de arriba a abajo, era tan solo cuatro dedos más alto que tú, lo que era ser muy bajito para un chico. - ¿Eres entrenadora pokemon? ¿O cazabichos del bosque verde? - Comenzó a cenar y viste varias magulladuras en sus codos, llevaba la mano izquierda vendada por completo
 

Anélope comía la comida servida y sonrió al chico que acababa de llegar.- ¡Qué guay de pueblo paleta!.- se entusiasmó.- Me llamo anélope, y soy entrenadora pokemon...- dijo justo antes de abrir la boca para meterse un trozo de lechuga en la boca.

-Ahora mismo estoy entrenando a mi caterpie, pero tengo más pokemons... oye, ¿Qué te ha pasado? ¡Estás echo mierda, tío!.-

Te mira muy extrañado mientras tu entusiasmo explota - Pues he caído y tropezado varias veces por el bosque verde. Vi que había un cartel de cuidado con un pokemon salvaje, he intentado darle caza, pero no he sabido rastrearlo. Así que me he perdido y he estado por el bosque todo el día.

Ahora lo que más ganas tengo es de cenar y descansar. ¿Y tú? ¿Qué haces en el bosque verde?

-Estoy intentando entrenar a mi caterpie, a ver si me escuchas, patoso.- dijo riéndose simpaticona.- Te intentaría ayudar pero creo que acabarías peor, con un brazo por pierna o algo así...- siguió riéndose.

- ¿Tú sabes entrenar a tus pokemons? Pues es muy peligroso ir por ahí solo buscando ése pokemon tan peligroso... espero que tuvieras buenos pokemons para protegerte...-

Solo asustan los beedrill, el resto de pokemon del bosque verde son bastante inofensivos y esquivos. No tengo mucha idea de entrenar a mis pokemon. Por eso estuve en el gimnasio de Ciudad Verde, pero no quisieron enseñarme nada, así que me dirijo al gimnasio de Ciudad Plateada para entrenar.

Terminó su comida, y quedó en el banco por si aún querías seguir hablando, aunque estaba visiblemente cansado. Y fuera estaba muy oscuro... el momento perfecto para muchos cazabichos, pero hoy parecía que no habían demasiados por el albergue y los otros dos entrenadores también hicieron aspavientos de haber tenido suficiente por hoy.

-¿No te quisieron entrenar? ¿Por qué?.- preguntó con voz chillona. Miró a su caterpie, estaba bastante cansado pero tenía que seguir entrenándole un poco más. Le hizo un mimo y le dio un besito en la cocorota. - Tú no te duermas que aún te queda traca, bichillo.- le dijo poniendo su voz más mandona.

Dijeron que estaba cerrado, cuando insistí en entrar me pidieron unas cuotas absurdas y muy caras. Así que decidí seguir la ruta hacia Ciudad Plateada.  ¿Vas a seguir entrenando ahora? - El chico parecía perplejo, miró la ventana y la oscuridad que había más allá.

El guardabosques del albergue que pasaba asintió - La noche es el mejor momento para los gusanos, es cuando más a salvo están de atraer otros pokemon. Pero no os alejeis, ese pokemon salvaje puede andar por ahí.

Anélope asintió, como si supiera de lo que hablaba el guardabosques, y entre los brazos sosteniendo a su caterpie se levantó. - Buenas noches, señor.- le dijo a aquel chiquillo y salió por la puerta.

Dejó a Caterpie en el suelo, para que reptara un poco, y dio la vuelta al refugio para que no le molestara la gente que entraba y saliera de él pero todavía estuviera iluminado por las farolas.

Cogió un palo y miró con una sonrisa a su Caterpie. - Vamos a seguir practicando placaje y esquiva.- Sacudió el palo un par de veces contra su mano, para intimidar, en plan tia chunga y entonces intentó golpear a caterpie, no como mucha fuerza, para no dañarle, y lo suficiente lento como para que al menos tuviera una oportunidad para esquivar, y dejó su pierna expuesta para que fuera el propio Caterpie quien se lanzara a golpearle.

~Prrrriiiii~

Caterpie anduvo a tu alrededor, buscando algo entre tus manos. Cada vez que gritabas Placaje se lanzaba contra tu pierna pasando junto al palo. Cada vez que lo conseguía. El gusanillo parecía rematadamente obsesionado con la droga blanca que Anélope le brindaba, y sin importar la amenaza que el palo le suponía acudía una y otra vez a la orden de Anélope.

También placó varios objetivos que Anélope señaló, definitivamente estaba "listo" para combatir... no dejaba de parecer rematadamente patético luchar con un gusano, pero aquí en el bosque verde era lo que se estilaba.

Caterpie acabó completamente exhausto tras casi una hora de entrenamiento, pero tú aún estabas a tope... Irse a dormir ahora o aprovechar la mañana del día siguiente