Partida Rol por web

Xabier sintió una punzada en el píloro y se encorvó con gesto amargo. Detestaba profundamente a los nuevos políticos y al mismo tiempo tenía demasiadas rencillas con los más veteranos. Nada más que rojos y españolitos.

Tratando de encoger el vientre y tras ajustarse el elástico del pañal, buscó contacto visual con Celia. Siempre le puso brutísimo. Aquellas maneras tan de película de Florián Rey... ay, si supiera la amatxu... Quizá recordase la fallida invitación a Gasteiz.

CELIA:"(...) estoy pensando que el problema no es dónde estamos... El poblema es cuándo estamos?"

Cagüenlaba...-musitó Xabier. Girando la cabeza, se detuvo en los marcianos. Parecían fuertes. Y seguro que no tenían nada contra los vascos. ¡Joder, era el único vasco! ¡Qué más daba no tener cuadrilla! Era un hecho que saldría a flote.

Jajaja, lo dejo a libre interpretación, sí. 

Juan Carlos Rodríguez Ibarra. El último Barón Socialista. Y el primero. En una nave atestada de fachas y perroflautas, la presencia de una leyenda de la política española era un soplo de aire fresco. Él era la voz de la experiencia, la del presidente autonómico con el culo pegado al asiento durante más años en toda la historia. La inteligencia rural extremeña al servicio de España y del mundo contra el enemigo invasor.

Agarró su pañal con ambas manos poniendo los brazos en jarras y empezó a pavonearse por el lugar. Era el momento de lucir ese torso de icono pop al que habían dedicado galerías de arte. Era el momento de tocar los cojones a Aznar.

De repente reparó en un rostro familiar:

- José Luis! Qué coño te pasa José Luis!

La delicadeza no era lo suyo. Ibarra le propinó un contundente golpe en la espalda a su compañero de siglas, el único que tenía ahí. Parecía atragantado...

Y al fin Soraya logró adelantarse entre la multitud y ver algo. Todavía no lograba entender lo que estaba sucediendo y desde luego no parecía que Mariano estuviese en condiciones de explicárselo. Pero debía tener fe, si había conseguido llegar sola y sin la ayuda de sus tacones a una posición desde la que al menos veía algunas caras y no solo pañales, había esperanza de que fuera a poder también salir ilesa de esta. Sí, era la situación más vergonzosa en la que se había encontrado recientemente, después por supuesto de esa en la que tuvo que dar la enhorabuena a la selección española de baloncesto cuando su cabeza apenas sí llegaba al paquete de los jugadores. Ella estaba decidida a dedicar su vida a garantizar el cumplimiento de la ley y el respeto de los derechos de todos los españoles, y qué mejor ocasión que esta para demostrar que ningún ciudadano, ni catalán ni marciano está por encima de nuestra constitución.

Qué asco, por Dios! Ver a toda esa panda en pañales parecía una de las peores pesadillas que había tenido nunca. Y por el olor daba la sensación de que muchos de ellos los habían usado ya. Era tan surrealista... Intentaba no mirar a nadie, o mantener los ojos cerrados. Para nada quería conservar esas imagenes en mi memoria. Si sobrevivía. Porque parecía que me habían metido en una versión espacial de Gran Hermano. No, mejor, los juegos del hambre.

Por suerte parecía que nadie se había fijado en mí. Qué novedad. Entre la multitud no pude evitar ver que estaba Pablo Iglesias. Mi archienemigo...

Bueno, tranquilizate. Poco a poco. Vamos a ver cómo se desarrrolla este pequeño circo.

Una voz se escuchó entonces en aquella sala de espera sacada de una pesadilla del Ecce Homo. 

- Dirigíos todos a vuestra cabina de hibernación... Vamos a llegar a vuestro planeta para el inicio del Congreso mientras que cuatro serán los elegidos para el intercambio con nuestra raza

La inquietante sensación que a partir de ese momento cuatro de ellos no estarían ya y en su lugar serían suplantados por una malvada (aunque bastante tierna) raza extraterrestre no eclipsaba las ganas de salir de ese psicopático y poder por fin cambiarse y maquillarse como adultos respetables. 

Por eso salieron en tropel dando palmas y a empujones hacia sus propias cabinas. Una pequeña siesta, como las que se echaban durante los plenos, y estarían participando en un Congreso Interestelar con premio gordo para el ganador. Chachi. 

Pero entonces una explosión sacudió la sala de hibernación despertándoles a todos brevemente. 

Entre las llamas y el humo salió Mariano: 

- Disculpad pero quería anunciaros A BOMBA EN PLATILLO que he logrado salvar algunos de vuestros recursos, de manera que tendréis cierta ventaja en el Congreso. 

(Y EN ESTE MOMENTO EXPLICA LOS DIFERENTES ROLES QUE HAY Y QUE APARECEN EN LA ESCENA DE REGLAS, - TODOS A LEERLA- DE FORMA QUE NO SOLO LOS JUGADORES SINO TAMBIÉN VUESTROS PERSONAJES SABEN QUE HAY ALGUIEN QUE PUEDE VER INFORMACIÓN DE LOS DEMÁS, O QUE PUEDE CONVERTIRSE EN MARCIANO, O QUE TIENE LA CAPACIDAD DE SALVAR A ALGUIEN ETC...) 

Aunque bueno, algunos de vosotros vais a ser sustituidos por alienígenas y ya no tendréis la nacionalidad española ni la terráquea. Bueno no sé... porque ya no seréis vosotros sino otros pero... ¿Y la europea? 

La cabina se volvió a cerrar y durmieron. Al despertar vieron que lo que había dicho esa criatura otrora llamada Mariano Rajoy era cierto. 

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La nave aterrizó suavemente. El destino... la capital de España. Lugar donde se celebraría el primer congreso interestelar que, además, por ser el primero, sería especialmente importante

Algunos salieron de la cápsula encontrando que algunos recursos y objetos, aún los portaban. Serían de gran ayuda

Otros no vieron absolutamente nada. ¡Qué gilipolleces estaba diciendo Mariano! Solo contaban con ellos mismos y su reputación para salvar el universo. Ahí es  nada. 

Y otros ya no saldrían de la nave nunca. Decorarían para siempre la Sala de Trofeos de la Nave Nodriza mientras unos marcianos, que habían mimetizado su aspecto, ahora camparían a sus anchas suplantándoles y tratando de dominar la Tierra.