Partida Rol por web

La primera semana de clase había sido algo agotadora, con clases y deberes y las presiones sociales de caer bien al resto de compañeros, algo que algunos les preocupaba más que otros. Los primeros lazos habían empezado a formarse y en algún momento, todos habían compartido alguna palabra, aunque estas se limitaran a un formal saludo.

Y por fin era sábado. Habían quedado a las 9 en el hotel Kiwi, situado justo al pie de la montaña desde donde partirían.

Eran las 8:55 cuando llegaron y ya había varios alumnos, incluido el profesor, que esperaba pacientemente a que diera la hora.

Aún estaba viva en su mente la escena de la primera noche de clase, cuando resultó que el vecino desconocido que debía darle sal era su profesor. El hombre le había preguntado si vivía por ahí y no hubiera indagado más si Eimi no hubiera salido del apartamento de al lado a preguntarle por qué tardaba tanto. La chica, sin saber nada, se presentó como su nueva vecina y hermana de Yumei y se sorprendió cuando el hombre se anunció como el profesor de su hermana mayor. Les explicó que sus padres habían dejado dicho en el colegio que Yumei vivía sola pero no sabía que tuviera una hermana pequeña con ella ni que viviría justo a su lado.

No supo como fue ni quién dio el primer paso pero antes de que se diera cuenta, estaban cenando los tres juntos, mezclando el arroz con el estofado y teniendo una conversación sostenida principalmente por Takami y Eimi. Fue extraño. Agradable y cálido por parte del profesor, quizás no de forma tan efusiva como en las clases, pero aún así, se separaron con cierta confusión.

Durante las clases parecía como si no hubiera pasado nada y el profesor actuaba con toda normalidad pero por las tardes se pasaba con frecuencia para saber si necesitaban algo e incluso les había llevado la cena la noche anterior.

Y esa mañana, al salir por la puerta, la estaba esperando.

- ¿Sois nuevas en la ciudad, no? Pensé que quizás no sabrías llegar - explicó ante la cara de Yumei.

Y así habían llegado, antes que nadie.

A pesar de que Bary había vuelto a intentar encontrarse con su padre, parecía como si nunca estuviera en su apartamento y no fue capaz de verlo ni una sola vez.

Por otra parte, tampoco parecía que su novia o ex-novia, a veces no estaba claro, se conectara  al chat ni nada, era como si hubiera querido perder todo contacto con él.  ¿O le habría pasado algo? Era tan difícil saber el motivo...

A pesar de las quejas de Mila, su padre había seguido obrando según su criterio de lo que era correcto y la chica había tenido que aceptar la limusina sí o sí. No importaba que saliera antes o más tarde, siempre estaba ahí. Por suerte para ella, parecía que su padre había quedado conforme con que sólo la cuidara Francesco, sin añadir a ningún otro incordio en la ecuación.

Empezaba a acostumbrarse a seguir a Mila a todas partes pero era difícil asimilar el hecho de que lo siguieran a él. Tal y como le explicó su padre, era un guardaespaldas a prueba así que en ciertas ocasiones podía ver una sombra que se escabullía por un callejón, o oír unas pisadas que, en cuanto se giraba, resultaban no tener dueño. A pesar de todo, parecía que el padre de Mila estaba contento con el aspecto hosco de Francesco y su expresión malhumorada y de alguna forma, confiaba en él.

Para Kaito, el choque con la nueva escuela no había supuesto tanto, posiblemente por la presencia constante de su hermana a su lado. Y de Ai Fuwa. La chica siempre estaba en su casa. Probablemente se hubiera podido decir de ella que era molesta si fuera una muchacha escandalosa o difícil de tratar, pero su timidez para con todo el mundo, así como con Kaito, la hacían, bueno, soportable.

yo me pare muy temprano y me traje mucha comida tanto para mi como para mis compañeros... de camino en el autobus iba contemplando los bellos paisajes del Japon lejos de la ciudad... y estaba muy pensativo en como me sentia un poco aislado, solo platicaba con mi Sempai, mi ex ni me hablaba, mi padre tal vez no queria ni verme, era muy cobarde para si quiera hablarle a Yume-chan que me empezaba a gustar, y tenia que arreglar las cosas con Francesco... tenia mucho que hacer...

-"bueno lo pasado pasado es"- y al llegar al hotel corro y saludo a todos empezando por el profe -"HOLA AMIGOS"- y esbozo una enorme y sonrisa de optimismo :) -venga, venga que ya quiero empezar jajaja-

La primera semana de clases fue agotadora, Francesco sabía que todo aquello iba a convertirse en una especie de rutina diaria, pero sabía que podría acostumbrarse. Nada era imposible para Francesco, pensaba con su típica aunque bien escondida egolatría. En estos últimos días aprendió a estar más atento que nunca, prestando mayor atención a los pequeños detalles, presentía que algo iba a pasar, algo importante... en cualquier momento.

Llegó caminando hacia el Hotel Kiwi mientras sostenía su vieja mochila con un desconocido contenido y refunfuñando hacia los idiotas de la escuela - Estúpidos profesores... ¿Qué les hace pensar que quiero gastar un Sábado con estos mocosos? Preferiría tirarme a un barranco antes de estar con... - Francesco se iba acercando al resto de los alumnos, cuando por casualidad su mirada se encontró con la del Bary - Precisamente él.

El chico miró al resto de los estudiantes con su típica cara de malhumor, casi dirigiéndoles una mirada asesina a todos. No respondió al saludo del Bary ni se preocupó en saludar al resto, simplemente se quedó allí parado sin hacer nada, mirando la montaña con poco interés, dejando escapar un leve murmuro - Este va a ser un día de mierda...

miro ha Francesco y me digo -Tengo que arreglar las cosas con Francesco realmente quiero que seamos amigos, creo que es un buen chico pero no sabe como expresarlo, se ha de sentir muy solo... y como puedo juzgarlo yo si ni le he dado la oportunidad de ser un amigo...-

y me armo de valor y me acerco a Francesco, y con una sonrisa le digo --"Hola Fran-San"... oye, antes creo que fui muy grosero contigo y te juzge inmerecidamente... perdoname por favor, quisiera que pudieramos ser amigos y poder llevarnos bien... podriamos empezar de nuevo?.....- y extiendo mi mano a él -hola... soy Barezzi... y sonrio...

Después de la inesperada sorpresa de averiguar que su vecino era el mismísimo Takami-sensei, Yumei seguía sin poder creérselo del todo.  Si Hagiwara-san se enterase... ¡Madre mía! Por el momento, sería mejor no decir nada a nadie.

Pero, ¿cómo era posible? Aún se ruborizaba al recordar la primera vez que lo vió en el umbral de su apartamento. Y cómo minutos después cenaron los tres juntos, mientras su hermana y el sensei charlaban animadamente, mientras Yumei había enmudecido prácticamente de asombro, con las mejillas encendidas cada vez que su profesor se dirigía a ella. ¡Todo era tan raro!

Lo peor es que desde entonces el joven y apuesto profesor se pasaba para comprobar que las dos hermanas estuviesen bien, y no es que eso molestase a Yumei, ¡es que no sabía dónde meterse a veces!
Menos mal que ya iba acostumbrándose y no se ponía roja como un tomate cada vez que este iba a verlas o incluso a llevarles la cena, como la noche anterior. (Casi la había pillado mientras preparaba unas galletas para la excursión del día siguiente.)

Eso sí, tenía que reconocer que Takami-sensei era un profesional, y gracias a los cielos nadie se había percatado de nada. A pesar de eso, tras las clases el profesor era también muy amable con Eimi y ella.

Y bueno... al salir de casa el sábado por la mañana, y así reunirse con su clase en el día de la esperada excursión... Allí estaba él, tan radiante cómo siempre lo que casi le provoca un paro cardíaco a Yumei.   ¡Son las ideas de Hagiwara-san! No digo que no sea guapo pero... ¡jope! Me quedo con cara de tonta cada vez que le veo sonreír de ese modo. ¡Aaaghr!

-Ah... S-sí, nos mudamos no hace mucho... - respondió Yumei, desviando la mirada hacia el suelo, recogiendo un mechón de pelo tras su oreja, y abruptamente añadió. -Y, buenos d-días Takami-sensei. Gracias. - respondió sonriendo, aunque el rubor teñía levemente sus mejillas. 

Y así, ambos se pusieron en marcha.

En la entrada del hotel Kiwi, se encontraba Yumei Tanaka junto al sensei y algunos alumnos, que poco a poco se iban reuniendo según la hora acordada para la excursión que iban a realizar todos juntos.

Yumei vestía un atuendo alegre, con un short vaquero, una camiseta sin mangas, sencilla, pero de color vivo, su sudadera favorita y un par de cómodas deportivas. Con una mochila, en apariencia repleta y pesada, sobre los hombros, esbozando una sonrisa cálida mientras los compañeros iban llegando.

Saludó a Francesco con la mano cuando se acercó, aunque este tampoco dijo nada, más bien parecía de mal humor. Puede que no le fuese el rollo de madrugar tanto para irse a la montaña, era normal. O eso suponía la chica. Se encogió de hombros y prefirió no molestarle. 

En eso llegó el otro chico extranjero, Barrezi o Bary como dijo él que prefería que le llamasen. -Bary-san, ¡buenos días! -dijo Yumei alegremente, agitando el brazo, saludando al chico recién llegado aunque se detuvo, viendo que este iba hasta Francesco y comenzaba ha hablarle. Mejor hablarían luego, no quería interrumpirles. 

Miró en ambas direcciones oteando el horizonte, en busca del resto de sus compañeros de clase. Ya no faltaba mucho para las 9:00h, ¿verdad? Estaba impaciente por ver cómo se resolvería el día. -Ya casi estamos todos, ¿no? - dijo mirando a los demás y al sensei, volviendo a sonreir entrecerrando los ojos.

Estaba con Francesco... --Fran-San yo... unh?

Cuando de repente que me sonrrojo al ver llegar a lo lejos a la preciosa Yume-Chan y se me ilumina el dia cuando ella me saluda ajitando su manita... y me super emociono que me salude y correspondo a su saludo agitando el brazo -"Hola Yume-Chaaan"- y le digo a Francesco -eh... bueno nos vemos luego Fran-San- y corro hacia el resto del grupo para saludar a Yume-Chan mas de cerca... -Hola Yume-Chan, qu egusto verte...- n_n

Mila se encontraba en su limusina de camino al hotel kiwi. Se le cerraban los ojos de vez en cuando, pues no estaba muy acostumbrada a madrugar, y menos en sábado; aún así, se sentía triufadora. Había logrado persuadir a su padre y haber traído cinco guardaespaldas a la excursión alegando que con Francesco le llegaba y le sobraba.

Con su particular manera de sentarse -cruzada tanto de piernas cómo de brazos- contemplaba el paisaje por las ventanillas de cristal tintado, lo único que le gustaba del vehículo ya que permitía ver sin ser visto. Notó un frenazo y el chófer bajó enseguida para abrirle la puerta. Ella, con toda la elegancia que le permite tener un sábado a las nueve de la mañana -gracias a Dios, sus modales le permitieron permanecer firme- bajó del vehículo.

Lo primero que hizo fue buscar a Francesco con la mirada, cosa que gracias a la altura del chico no le costó demasiado. Allí estaba él, enchepado y con cara de pocos amigos. Aún de brazos cruzados, Mila se le acercó con un intento de sonrisa bastante falso, ignorando a cualquiera que pudiese especular sobre su llegada en limusina. — ¿Qué? ¿Listo para un emocionante día de campo...? — Dijo sarcástica.

-Buenos días. - dijo bastante secamente Kaito cuando todo el mundo se reunió en aquel lugar, como habían acordado hacer durante el primer día de clase. Lo cierto era que la idea de reunirse con el resto de la clase para ir de excursión a la montaña no le entusiasmaba demasiado... pero era igualmente cierto que no tenía ningún plan más para ese día. Además, su hermana se había pasado varias horas intentando convencerlo, y aunque no había tenido éxito Kaito esperaba que la experiencia fuera, por lo menos, soportable. ¿Qué más experiencias extrañas nos depara el futuro con éste profesor?, se preguntaba.

Por fin habían llegado todos. Ese día Takami-sensei, en vez de su traje habitual, lucía unos tejanos desgastados y una camiseta de manga corta, haciéndole parecer mucho más joven.El profesor carraspeó para que le prestaran atención, consciente de que las caras malhumoradas y de emoción se repartían a partes iguales entre su exigente público.

- Bien, ahora que estamos todos procederé a explicar en que consistirá la excursión de hoy. Os vais a dividir en grupos, que haré yo - aclaró, adelantándose a las miradas cómplices de sus alumnos -. Esto será una especie de prueba de compenetración. Todos empezaréis por un camino distinto que yo os señalaré y el objetivo será el de llegar a la cima los primeros. Pero no es tan fácil, en el recorrido os encontraréis tres pruebas que os plantearán los profesores que han accedido amablemente a ayudarme en esto y en estas pruebas, tendréis que demostrar la unión entre vosotros. Arriba de todo os esperaré yo, haremos la última prueba y el grupo ganador obtendrá un premio - sonrió antes de añadir -. Bueno, en realidad los ganadores obtendrán otro premio, de todas formas para compensar el haberos arrastrado aquí en fin de semana podremos bañarnos en las aguas termales del Hotel Kiwi al bajar. ¿Empezamos?

¿Perdón...? pensó Kaito, mordiéndose ligeramente el labio inferior cuando escuchó lo que tendrían que hacer... y como estaba todo organizado. Porque se veía a la legua: no sólo le habían separado a él de su hermana, la persona con la que mejor se llevaba de toda la clase... sino que también habían separado a esos dos. ¿Mila y Francesco, se llamaban? Como fuera, estaba claro que esos dos habían formado un pequeño grupito el primer día de clase, y ahora los estaban separando. Está claro que quieren que TODOS nos llevemos bien entre nosotros... aunque no sé si será posible, pensó.

Se giró hacia su grupo, soltando un pequeño suspiro que intentó disimular.

-Supongo que tendríamos que ir empezando.

entonces le digo al profe -compenetracion?? es una pregunta capsiosa o me esta albureando??... no, pues que paso profe?? yo no le hago a eso... yo no me levo asi con usted...- XDDD... y me quedo pensando un rato rascandome la cabeza -(...sera otra expresion japonesa que se refiere a otra cosa??... soy un mal pensado, pero...)- -a que profe tan ocurrente y bromista es usted... que simpaticote...- y volteo a ver a Francesco y la cara se me pone azul del susto y sudando frio... y mejor me adelanto al camino -YA VAMONOS... chale, no entiendo nada...-

Al parecer Francesco estaba demasiado enfadado cómo para responder, así que Mila suspiró y se dio la vuelta, escuchando a su maestro... Y al parecer le iba a sentar peor, pues tendría que aguantar al bajito repelente en su grupo. En parte le hace algo de gracia, pero si tendría que aguantarlo así más tarde... Pues no.

Mila se acerco al profesor con los brazos cruzados y una ceja levantada.

— Disculpe, pero Francesco es mi guardaespaldas personal; debería, no, debe estar en mi grupo.

Una de dos, o Francesco tenía poderes psíquicos o que iba a ser un día de mierda era definitivamente obvio. Escuchó las órdenes del profesor algo distraído, lo que pudo entender es que querían hacer una competición entre dos grupos, pero ambos terminarían ganando. - Tan estúpido... - Pensó para si mismo mientras suspiraba.

Pero la peor parte vino cuando hicieron los grupos. El resto de los integrantes del grupo no suponían ningún problema para él, sin embargo que lo hayan separado de Mila y que el enano esté en su grupo le estaba molestando demasiado.

Mila le dijo al profesor con su tono autoritario, que a Francesco le hizo gracia. Se puso detrás de ella y miró con frialdad a Takami:

-Entiendo que el objetivo de esta excursión es "integrarnos", pero la escuela dijo que entendía nuestra situación, y no veo que se esté demostrando su entendimiento al separarnos en los grupos...

Les grito a la pareja dorada inseparable -No se preocupen!! Que no les pasara nada por unas horas separados mis nenes!! si logran despegarse un rato les cantare la cancion de la pelicula "el guardaespaldas" al final de la excursion jajajaja!!!-

Y le digo al largirucho de Francesco -Hey Francaso!! yo no se si eres el hijo perdido de Hanibal Lecter ni me importa, pero deja tus instintos homicidas un rato, no te hara mal socializar un poco... o en todo caso creo que te equivocaste de Instituto...-

y sonrio al horizonte -que aire mas fresco...- me imagino lo que Mila estara pensando y pensando, pero ya me quedo claro que tal vez nunca nos llevemos bien... -pues bueno que le vamos hacer... pues muy bien-