Partida Rol por web

Cuando por fin se reunieron todos, Takami-sensei les informó sobre lo que tendrían que hacer en esa excursión, una especie de prueba para formar amistades y aprender a trabajar en equipo. La verdad, es que no le sorprendió demasiado, estaba claro que algo así iba a pasar. Lo que sí llamó la atención de Yumei fue el modo de organizarles por grupos. Claramente había separado a los conocidos entre sí.

Yumei dirigió una mirada a Hagiwara, mientras alzaba el pulgar a modo de "¡Suerte!". Y sonriendo miró al resto del otro grupo, tanto a Nanami Koizumi como a los chicos, con los que tenía menos confianza.

Se acercó para reunirse con los integrantes de su grupo animada, tenía que ser positiva, estaba con Fuwa-san y el hermano de Nanami, con los que había intercambiado alguna frase.
-¡Sí! - respondió asintiendo con energía ante Kaito, esto era mejor que ir todos juntos cantando canciones típicas de excursiones, ¿no? Un poco de ejercicio no venía mal.

Lo difícil sería llevarse con Ren Komatsu y bueno, cuando estaba pensando en Mila, esta se acerca al profesor de un modo demasiado prepotente, exigiendo estar junto a Francesco. Ya era bastante raro ese afán por estar siempre juntos, pero en cuanto dijo "guardaespaldas" todo conectó y tomó sentido para la desconcertada Yumei.

Se quedó un poco cortada ante el inminente enfrentamiento, y prefirió guardar silencio, ya que parecía un tema demasiado serio a tratar en público justo antes de iniciar todo aquello. Pero se quedó aún más sorprendida ante el arrebato de Bary, y el comentario contra Francesco que le podría quitar el hipo a cualquiera.
Miró con profunda preocupación tanto al sensei, como al guardaespaldas de Mila, sin saber cómo actuar. Uh, oh...

Takami se dirigió hacia Mila y Francesco con una sonrisa, aunque no en su forma amigable habitual, sino algo ácida, a la vez que les miraba con frialdad.

- ¿Debe, señorita Bublik? Oiga, creo que olvida que sigo siendo su profesor. No me importa estar de buenas con mis alumnos, no soy ningún ogro y no creo en el trato distante con ellos pero eso no quita que sea su maestro. Nada de debe, no voy a ceder a sus caprichos, no soy su padre. Si no quieren, lo digo por los dos, hacer lo que les digo, pueden volver a casa y pedir el traslado a otro instituto, o quéjese a su padre aunque, y corríjame si me equivoco, pensaba que el objetivo de venir a este instituto era el de integrarse con sus compañeros, algo que ni por asomo ha hecho, al igual que lo de ser una alumna normal. Pero no se preocupe, si necesita un guardaespaldas, me ofrezco yo mismo a serlo.

Mila levantó las cejas con una expresión cansada en su rostro. El discursito del profesor ni la había hecho sentir culpable ni tampoco la había asustado; en fin... ¿Qué podría hacerle un tipo cómo él a una chica cómo ella? Nada en absoluto. Al parecer por esta vez tendría que morderse la lengua y evitar montar una escenita; no se quejaría a su padre, no, al menos de momento. Era obvio que si Mila le decía algo de esto a papá Bublik -que estuvo insistiendo un buen rato en que la chica llevase cinco guardaespaldas-, el colegio las estaría pagando durante un buen tiempo. De todos modos, a éste hippie una queja en la dirección no se la quita nadie.

— No será necesario, pero esto no quedará así Takami. —  Dijo imitando la sonrisa ácida del profesor, aún con los brazos cruzados. Acto seguido, se giró a Francesco. —  Nada, me da que te toca con Campanilla. Nos vemos en la cima. — Se encogió de hombros y se fue con su grupo sin decir nada, simplemente atándose una coleta.