Tanto Alicia como Bertie agudizaron el oído lo suficiente como para escuchar la conversación de Lilly.
- Billy, soy yo. Mira, no te pongas nervioso... No, no, Sky está bien. Escucha, no tengo mucho tiempo. Se me averió el coche y tomamos el autobús, y... Bueno, lo han secuestrado. No, Billy, no grites, estamos bien. ¡No! ¡Ni se te ocurra llamar a la policía! Atiende, sólo tienes que hacer una cosa... Que sí, Billy, joder. Tranquilízate. Sí, el niño está bien, no le han hecho nada. ¡Atiéndeme! Tienes que buscar un coche en San Diego. Estos tipos quieren llegar a la frontera de México, Billy, y nos dejarán en paz. ¡Joder, Billy! ¡Ya sé que seremos cómplices de unos secuestradores, pero si no van a empezar a repartir balas, coño! ¡¿Quieres que tu hijo y tu mujer mueran en un puto autobús?! ¡Pues hazme caso, Billy! Un coche, en San Diego. Cómpralo, alquílalo o haz lo que te de la gana con él. Sí, matrículas falsas... Billy, por favor. No nos falles... No, no podré llamarte más. Llama a mi teléfono cuando lo tengas. No tardes, Billy. - Su voz se rompió. - Billy, por favor, hazlo por nosotros... Sky está asustado... Tengo que dejarte. Te quiero.
Tirada oculta
Motivo: Escuchar Alicia
Tirada: +3, -1
Resultado: [3 - 1] + 1 = 3
Gran Éxito
Tirada oculta
Motivo: Escuchar Bertie
Tirada: +2, -2
Resultado: [2 - 2] + 1 = 1
Éxito Completo
Cuando terminó de llamar, Lilly tenía los ojos llorosos. Devolvió el móvil a Liam y le dijo:
- Está hecho. Llamará cuando lo tenga.
- ¿Bien? ¿Todo arreglado? - Dijo Liam mientras le quitaba el móvil de nuevo a la mujer. - Si tu marido cumple lo que te haya dicho, y todo sale bien, aquí no ha pasado nada de nada. Eso sí, ¿qué le has pedido? -
Lilly puso los ojos en blanco y suspiró.
- Un coche en San Diego. Matrículas falsas. No, no he hecho ninguna imbecilidad. Quiero demasiado a mi hijo.
«Joder, mujer, ¿es qué tienes un imán para los problemas? ¿Pensaste en ofrecerle sacrificios a cuanta deidad exista, no vaya a ser que alguna te escuche y te quite la mala fortuna que cayó sobre vos? Pura suerte la tuya…»
San Diego. Dos horas de viaje. Y la china bocazas esposa de un sujeto podrido en dólares viajando en autobús… Esto mejoraba. Había algunos detalles que me pinchaban en los ovarios. Un puto cáncer de útero es lo que me necesitaba para completar el combo. Demasiado fácil. Lo peor era que el que comandaba todo el lío parecía tenerlo menos claro que yo. Y si…
No, mejor esperaba a que el maldito autobús abordara la interestatal. Después, sí. O quién sabe…