Partida Rol por web

21 de Mayo de 2012. 15:34.

Lara Kaminski es de esas mujeres que desde el primer momento en que la ves, sabes que tendrás problemas si te acercas a ella. Con su menudo cuerpo, su mirada de leona, y su pelo rebelde, esa escuálida mujer es la puta muerte, que te roba el alma poco a poco, a cada roce. El olor de perfume barato, su vestido rancio, la piel pálida... Y tan atrayente.

Ella sabía perfectamente cuál era su cometido. Entró a la sucursal de JPMorgan Chase & Co del downtown, con unas gafas de sol de Ralph Lauren, (robadas, por supuesto), un traje chaqueta de Burberry, unos zapatos Jimmy Choo, un bolso de Ferragamo y el veneno en los labios. Caminó hacia el guardia de seguridad como una tigresa que ronda a su presa. Se quitó las gafas de los ojos, y lo miró, sensual...

- Disculpe, caballero... ¿Podría indicarme a quién tendría que dirigirme para revisar mi bóveda personal?

Pobre iluso... El flacucho treintañero que era el guardia de seguridad, inmediatamente cayó en las redes de la viuda negra.

- Por supuesto, señorita. Debe hablar con Tracy. Sígame, por favor...

- Es usted muy amable... - susurró Lara.

En cuanto el hombre le dio la espalda, sacó de su bolso un táser y le aplicó la descarga de inmediato al guardia. Pan comido.

- Despejado. - dijo al pequeño micro que llevaba escondido en la solapa de su traje.

Era la señal para entrar.

Liam iba vestido como siempre.

Traje gris, corbata haciendo juego y pantalones de vestir bastante caros.

Nadie se había fijado ni por un momento en sus zapatos, pero las botas negras militares con cordones que se aferraban a sus tobillos no dejaban rastro de dudas. El hombre no era un hombre de negocios... o por lo menos, de negocios lícitos. Debajo de la chaqueta, bajo sus brazos, dos pistolas Glock descansaban en sus cartucheras.

- Esa es la señal. Vamos. - Dijo Liam. - Lo hemos repasado una y mil veces, no puede salir nada mal. Así que no la caguéis. Esto tiene que salir a la perfección. ¡Go, go, go! - 

Liam se bajó del automóvil y salió caminando tranquilamente hacia el sitio.

Miraba en una y en otra dirección, con la cara descubierta.

Era el primer atraco que hacía sin pasamontañas, pero sería el último, después, Hawaii, Maui o cualquier otra isla paradisíaca en la que nadie pudiera encontrarlo.

El joven octavio se coloco la gorra sobre la cabeza con el logo de los ángeles lakers sobre fondo azul y letras amarillas. Estaba algo sucía y se la había encontrado en la calle pero a caballo regalado no le mirés el dentao, o algo así solía decir su abuelo.

Antes de salir el coche comprobó por quinceava vez el revolver que llevaba encima. Esa pistola le había acompañado últimamente demasiado y la conocía muy bien sabiendo cuando estaba lista para disparar y cuando tenía o no puesto el gatillo. En este momento no le importaba demasiado porque su mano derecha descansaba sobre el arma y el seguro dispuesto a retirarlo en cuanto saliera del bolsillo de la sudadera.

Vayamos allá, pendejo - dijo al salir del vehículo y seguir los pasos de liam intentando mantener la compostura y que su mano cubriera el arma para no delatarla.

Liam y Octavio entraron al banco con presteza. Dentro, Lara los esperaba pistola en mano, mientras todos los banqueros y clientes se reunían en el centro del banco, en el suelo.

Cuando vio a los dos hombres, Lara hizo un gesto que podría ser un amago de sonrisa.

- He hecho los deberes. Yanni, ábrenos la puerta.

Desde el otro lado del pinganillo, sonó:

- Ahora mismo, preciosa...

Unos segundos después, como por arte de magia, la puerta lateral que daba a las cámaras acorazadas, se abrió haciendo un clic.

- Venga, bajad. - dijo Lara. - No tardéis.

- Vamos, no perdamos nada de tiempo. Tenemos tres minutos antes de que esto se ponga realmente feo. - Dijo Liam mientras se metía por la puerta recién abierta hacia las cámaras de seguridad. - ¡Vamos! -

Y ya estaba.

El trabajo era limpio.

Nadie podía dudar de su profesionalidad, así que, todo iba saliendo como el plan lo indicaba. Los rehenes controlados, el banco asegurado y el camino hacia el dinero abierto de par en par.

Así sí da gusto robar un banco.

Liam y Octavio bajaron las escaleras y comenzaron a llenar las mochilas de billetes de los grandes y joyas. Diez minutos después, un grito sonó por sus pinganillos. Los dos ladrones se quedaron quietos por unos segundos.

- ¡Joder! ¡Salid ahí pitando, colegas! ¡Salid de ahí ahora mismo! ¡Coño! ¡Que se han cargado a Bobby, tío! ¡Que le han dado un tiro! ¡Joder, joder, joder!

Era Yanni.

No perdieron más tiempo, terminaron de llenar las mochilas con la pasta y subieron las escaleras para reunirse con Lara.

Lara se encontraba pistola en mano, apuntando al cielo, en la mitad de la sala. Miró a sus compañeros y dijo con frialdad.

- No han llegado los chicos de azul, pero si estaban por la zona, estoy más que segura que han oído los tiros. Vámonos.

Y los tres corrieron hasta la entrada, sólo para encontrarse un coche de policía enfrente del coche que iba a ser su huida.

- Mierda. Corred hacia Yanni. Está a la derecha.

Lara corría pistola en mano disparando al coche patrulla, mientras seguía a Liam y a Octavio para encontrarse con Yanni.

Cuando los cuatro estuvieron juntos, siguieron corriendo. Yanni estaba muy nervioso.

- ¡Pero qué vamos a hacer, joder! ¡Apareció una furgoneta negra y le pegaron un tiro a Bobby! ¡Fue todo de repente! ¡Dios, me tenía que haber quedado, me cago en la puta, me tenía que haber quedado, coño!

- Cállate de una jodida vez, niñato. - Las palabras de Lara sonaron como cuchillos. - Seguid corriendo. Tengo una idea.

Pasaron tres calles más, y entonces Lara volvió a hablar.

- Mirad ese autobús. A este paso vamos a tener a toda la poli detrás, así que nuestra última opción. Señores. Preparados para secuestrar un autobús. Destino: México.

Lo de que me encantan que los planes salgan bien y esas mierdas... bueno, sólo pasa en las películas.

Y eso que tenía fe que esto no se podía complicar mas, y ahora, la crack de Lara quiere que secuestremos un autobus, lleno de pasajeros, con destino a Mexico.

A ver, siendo sinceros, el plan es cojonudo.

Pero todos hemos jugado alguna vez al GTA o algún juego similar, ¿no?

Un autobús contra toda la policia que pueda haber en el recorrido.

Era algo jodidamente difícil.

Difícil, pero no imposible.

- ¡Vamos! - Dijo nuevamente Liam. - Vamos a por ese autobus y por el amor de Dios, no la caguéis. Y por sobre todas las cosas, da igual lo que penséis, pero hacedme caso. Entrad al autobus y apuntad a todo lo que esté allí sentado, todos con las manos arriba. Lara, tu te encargas del conductor, ¿está claro? Los demás conmigo y con el pasaje. Vamos, no perdamos más tiempo. -