Bob disparo hacia el guarida que habia herido a Paula, su compañera de tantas desventuras y con la unica mujer con la que hizo algo parecido a una amistad. Ni siquiera él se podia creer eso, pero no estaba en el momento ideal para volverse reflexivo. Sus disparos pasaron pr sobre su enemigo, sin darle a nada. Maldijo por lo bajo, estaba al lado de un muerto, con su hermana sangrando y una metra-lleta humeante a pocos... ¡La metra-lleta! El mercenario a su lado habia muerto y ahora podia ver con facilidad el arma descansando a pocos centimetros de sus manos. Era sin duda un arma mas poderosa que la pis-tola que tenia.
El guarida apunto con cuidado(G2), procurando acertar su objetivo, esta vez apunto directamente al bulto detras del cadaver que estaba a la izquierda (Bob), una vez satisfecho apreto el gatillo. El grito de dolor le hizo sonreir, le habia dado en el blanco. Bob sintio como todo su costado ardia, quemaba como si fuego liquido hubiera entrado en su piel, maldijo, rugio pero esto aun no terminaba. Al parecer los malditos concentraban sus disparos sobre ellos dos...
Su compañero(G4) no se quedo atras, apunto al mercenario que le indicó su jefa (Paula) para de una vez acabar con ellos. El daño fue terrible, su oponente apenas se movia, quizas ya estaba muerto, pero era dificil saberlo a esa distancia. Pero para Bob no habia duda, el disparo habia sido mortal, Paula respiraba con dificultad y solo atino a mover su mano, aferrando a la de Bob. Este no pudo ver su expresion, pero casi supo que le sonreia, que al menos no estaba sola.
El mercenario(m2), al ver la situacion tan comprometida, apunto lo mejor que pudo, queriendo igualar el marcador, pero seria dificil lograr mejorar la increible punteria de los guaridas(G1). Pero las balas golpearon el suelo sin darle a nada.
-Mierda- grito uno de los mercenarios(M4) y disparo rugiendo como un animal hacia el guardia que sonreia (G2). Logro dale, mas apenas fue un simple y superficial rasguño.
A su lado, su aliado(m5) decidio imitarle, disparando al guardia(G2) que sonreia satisfecho por su disparo. Parecia que su punteria mejoraba, pues logro darle al guardia, pero aun se mantenia en pie. Esos tipos eran muy duros.
-Mueran bastardos- grito el guardia mas adelantado(G1) lanzando una descarga hacia Bob. Este sintio una vez mas ese fuego abrazador, luego solo la mano de Paula aferrando la suya... despues nada. El abogado habia dejado de existir, tantas penurias, tantas mierdas y problemas, para morir en la mansion del maldito que le habia engendrado, le resultaba hasta ironico.
Viendo lo mal que iban, el mercenario(m1) decidio intentar un ultimo ataque, matar aunque sea a uno de los guardias(G2), pero el nerviosismo y las muertes de sus compañeros no le ayudaron.
H
M1 M2
ººº
H M3 B P M4 M5
ºººº
G1 G2
G3 G4
A tu lado esta el arma que tenia el mercenario. Una metra-lleta (2d10) Puedes usarla tu o pasarsela a Paula.
Pd: Despues de las tiradas, has muerto. Lo siento. Paula esta a un paso de hacer lo mismo. El camino se acaba para ustedes dos. La verdad que me da pena, pero bueno, disfrute mucho con tus post. Ya estamos por terminar...
Iniciativas
G5<==
Paula
G3
M3
Bob
G2
G4
M2
M4
M5
G1
M1
Nooooo :(. ¿Y ahora que hago? ¿Post de despedida?
Claro, puedes hacer un post de despedida. Como pasan en las pelis en donde todo se vuelve en camara lenta y el prota piensa alguna frase epìca o solo insulta al que le mato.
Dicen que cuando la adrenalina te invade, el dolor desaparece. Que cuando sufres daño, es como si no ocurriese nada.
Pues o bien mienten o bien no tengo suficiente adrenalina en la cabeza, porque cuando me alcanza el primer disparo sí que lo noto. Vaya que si lo noto. Todo mi costado se rompe. Noto calor. Noto como la sangre se desliza, saliendo de mi cuerpo. No puedo respirar. La cabeza me da vueltas. El corazón me late cada vez más deprisa. Las lágrimas empiezan a brotar de mis ojos.
Oigo más disparos. Ahora le toca a Paula. Sigue viva, lo se porque coge mi mano. Pero también se que no durará mucho.
Cuando la segunda ráfaga me alcanza, parece como si doliera menos. Duele, pero es como si el dolor estuviese de fondo. Ahora la cabeza ya no me da vueltas. Sencillamente se encuentra en un estado mezcla de placidez, mezcla de agonía. No es desagradable del todo. Es como si estuviera drogado, pero sin ningún tipo de alucinación. Es como si todo esto empezase a ser ajeno a mí.
Dicen que cuando vas a morir, toda tu vida pasa por delante de tus ojos. Yo digo que son gilipolleces. O quizás es que no haya nada de interés en mi monótona vida que sea digno de recordarse. Sólo destellos. Veo a mi madre. Veo recuerdos de un padre al que nunca conocí. Veo a los amantes de mi madre. Y veo a mi auténtico padre. Son sólo imágenes. Caras sobre un fondo negro. Luego sí veo un recuerdo. Recuerdo cuando estaba solo, en mi habitación, con mi revolver. No hay tanta diferencia entre ese recuerdo y lo que estoy viviendo ahora. Es en este momento cuando me doy cuenta de que, como siempre, estoy desvariando. Pero esta vez es porque estoy muriendo.
Me doy cuenta también de que casi es un alivio. Todo acabó. O acabará pronto. Y también me doy cuenta de que, por primera vez en toda mi vida, no estoy solo. Paula, mi hermana, o medio hermana, o como cojones quieras llamarlo está junto a mí, muriendo también, pero junto a mí, agarrando mi mano, cosa que me habría repugnado hace una semana. Quizás he madurado. Quizás ya era hora de dejar atrás tanta gilipollez. Al fin y al cabo, he arrastrado toda esa mierda durante toda mi vida. No pasa nada porque deje de arrastrarla, aunque sólo sea un ratito antes de morir.
Yo he provocado esta situación. Pero era inevitable. O la provocaba, o ellos nos matarían. Intenté que sobreviviésemos. Fracasé. He hecho todo lo que he podido. He intentado no ser egoísta. Al menos tengo la conciencia tranquila. Perdóname, Paula. Sí, estoy pidiendo perdón (mental) a una maldita mujer. A tí, querida voz interior a la que eso le resulta impensable, por favor, vete a tomar por el puto culo.
Mi cabeza se niega a seguir pensando. Es como intentarse resistir a caer rendido tras varias botellas. La boca me sabe a cobre. Miro un momento hacia Paula. Intento decirla algo, pero se que no voy a poder. En su lugar, esbozo una sonrisa. Sangrienta, y extraña. Es la primera sincera que esbozo en mucho tiempo. Ni siquiera recuerdo el casco que cubre mi cara. Aprieto un poco más su mano.
Lo último que noto antes de desvancerme, son dos lágrimas más resbalando por mi cara. Luego todo se aleja aún más. El dolor, los disparos, Paula. Y luego yo mismo. Adios, hermana.
:__(.