Partida Rol por web

Kaylee: Me agarro con todas mis fuerzas al cuello de Johner y procuro no mirar hacia atrás, como ha dicho. Porque ver a todos esos zombies caminar hacia nosotros no es algo muy alentador.  Y además, ha dicho que el alambre de espinas no aguantará... ¿Acaso puede haber algo en el mundo que pare a estos seres? Trago saliva. Seguro que no.

Una vez pasado el alambre, me suelto para bajarme de su espalda. Puedo mantener un ritmo, al menos un rato, no hace falta que me esté cargando ahora.

Kaylee obedecia cada una de sus ordenes, eso era bueno, sobre todo cuando empezaban los gemidos y las corridas. Se sorprendio de que no llorase, que no se paralizase ante la presencia de los podridos. Mierda, que la chica era genial. Aunque jamas se lo diria.

Mas adelante vio a varios zombis, pero al ser el campo bastante grande facilmente podrian esquivarlos.

-¿Los ves?- señalo a los cadaveres-. Podriamos matarlos, pero solo lograriamos que los de atras nos alcancen. Un muerto menos no hace diferencia. A menos que sea el unico que haya y necesites trabajar tranquila. Siempre a la cabeza. Supongo que lo sabes.

El lago estaba algo lejos, pero caminando se podia llegar, sobre todo teniendo a esas cosas detras alentandote a seguir. La niña trataba de seguirle el paso, pero sus cortitas piernas se cansarian rapidamente. En verdad necesitaban un vehiculo.

Kaylee: Al cabo de un rato, aún escapando como podemos, empiezo a cansarme. Las zancadas de Johner son mucho mas amplias que las mías, así que tengo que caminar mas rápido.

Miro un momento atrás, los caminantes siguen incansables. Eso es lo malo...que ellos pocas veces corren pero...no se cansan. Y nosotros sí.

Tropiezo con una piedra algo grande y me voy al suelo, pelándome las rodillas un poco.

- Au... - me quejo bajito pero después apreto los labios, porque a Johner no le gustará si me quejo. Me levanto del suelo y me miro las rodillas, que sangran un poco, pero pronto vuelvo a caminar.

Escucho como Kaylee cayo al suelo, pero no se detiene, debe aprender que no siempre habra alguien para levantarla, que hacer las cosas por uno mismo es la primer ley del sobreviviente. Cuando la niña esta a su lado, solo gruñe una advertencia.

-Mantente atenta, a tu alrededor y por donde caminas- la miró, siempre con el ceño fruncido-. Un tropiezo y podria significar tu muerte.

Le agrado que no se quejara, pero al ver que sangraba un poco, busco en su mochila una camisa de seda que habia encontrado. No es que le agradara la seda, simplemente era la unica prenda que encontro en ese local. Arranco la manga y por tres segundos detuvo su paso, se agacho y vendo la rodilla con rapidez.

-No dejes heridas expuestas, cuando podamos la limpiaremos... ahora no...

Habia visto como un sujeto se pincho el dedo con un trozo de metal, luego se le infecto, levanto fiebre y murio mientras agonizaba. No era algo bonito de ver, pero le enseño una valiosa leccion. Las infecciones matan tanto como los zombis.

Asiento con la cabeza ante lo que Johner me dice.-

- Estoy bien - le digo, para que vea que no me pasa nada. Porque aunque no lo diga o aunque me "riña", en el fondo sé que mi presencia y compañía no le desagrada tanto.

Johner sonrio involuntariamente cuando la niña dijo que estaba bien. Habian salido de una casa llena de zombis, corrido por sus vidas, seguian corriendo por sus vidas, mas adelante habia otros zombis dispuestos a matarlos...pero ella decia que estaba bien. Mierda, de seguro si que tenia valor para ser solo una mocosa huesuda.

-Condenada niña...- murmuró con cierto orgullo, como si su aparente dureza se debiera a algo que habia hecho él.

Un zombi especialmente gordo estaba a unos cincuenta metros, pero lo dejaron atras con solo acelerar un poco el paso. Pero los otros empezaban a cerrar el circulo, si no se apresuraban podrian cortarles el camino. Podria usar su pistola, pero seria llamar a mas muertos a cenar...

Kaylee: Tenemos problemas. Parece como si hubiera cada vez mas caminantes y nosotros solo podemos caminar y caminar, como si así fuéramos dejándolo todo atrás pero no es del todo así.

- Tenemos que correr - le digo a Johner - Nos van a coger...

-No me digas..- murmuro el feo sujeto mirando hacia todas las direcciones. No habia tantos, pero esos pocos podian hacer que sus vidas acabasen con rapidez.

Una cosa era cierta, no podian estar asi por siempre. Estaban cansados y rodeados, mala convinacion. A lo lejos Johner vio un granero, deberian desviarse y probablemente los zombis que tenian atras ganasen terreno, pero tambien deberian pasar por otro alambre de puas.

-Alla- dijo cambiando de direccion y apretando el paso. Como le habria gustado contar con un machete, un hacha, un palo, algo..

Me fijo en lo que Johner mira y veo entonces el granero, al fondo de nuestro paisaje. Abro mucho los ojos. Quizás podríamos escondernos allí, y quizás...bueno, quizás dejarían de seguirnos.

Me muerdo el labio. Otra opción sería que en el granero hubiera mas pero...¿acaso teníamos otra opción?

- Escondámonos allí - digo señalándolo y apurando el paso, aunque empiezo a estar ya bastante cansada de correr así para seguirle el ritmo a él.

Johner sabia que esconderse era absurdo una vez que te localizaban, pues esas cosas no se detenian ante nada, podrian estar acechandolos toda la vida pues jamas se cansaban. Tambien sabia que si se metian alli dentro y dejaban que los rodearan...estaban muertos. Su linea de pensamiento se vio interrumpida con un zombi que ya se acercaba demaciado hacia ellos. El hombre ni se detuvo, le lanzo una pata en pleno pecho arrojandolo a unos metros, eso lo detendria un rato hasta que pudieran alejarse.

-Ten cuidado, que no se acerque mucho- a pesar de que ellos caminaban mas rapido, siempre podia correr el riezgo que se juzgara mal la velocidad del muerto y eso terminaba con unas manos huesudas agarrandote desde atras.

Una vez mas, al llegar al alambre de puas, Johner alzo a la niña en su espalda y cruzo como un mono hacia el otro lado. Pero al caer no se detuvo, sino que corrio con bastante velocidad, controlando su respiracion cuanto pudo y dejando bastante atras a los zombis.

-Mierda- murmuro cuando observo por los resquicios de las tablas del granero. Dentro del mismo habia cuatro zombis. Papa, mama, la hija mayor y parte del hijo menor. Pero tambien habia un tractor, grande y viejo...

Kaylee: Me agarré bien a Johner cuando me subió a su espalda, y no me bajé al llegar al granero. Claro que lo que nos encontramos hizo que se me revolviera todo por dentro. Aquella familia me recordó a la mía... Los papás, la hermana y el hermano...

Apreté la mejilla contra el hombro de Johner para no mirar y para intentar no llorar, porque volvería a reñirme. No quería que me riñera. No quería que pensara que solo sabía llorar y que me dejara sola.

- Vamos en tractor - susurro.

Las palabras de Kaylee le hicieron sonreir, pues él tenia exactamente esa misma idea. Claro, habia que ver que arrancarse, pero eso ya era otro tema. Primero los zombis.

Bajo a la niña y se acerco a la puerta. Le hizo una señal para que se colocara a un costado. Respiro ondo y abrio la puerta gritando.

-¡Hey! ¿Alguien pidio carne dura?- por supuesto que los zombis no entendieron lo que dijo, pero fueron hacia donde estaba él con las manos por delante. Solo el mas pequeño se retrazo, tenia una de sus piernas practicamente destrozada, se notaban marcas de dientes y parte del hueso-. Cuando salgan metete y espera a que entre para cerrar...

Claro que Johner no habia visto que otro zombi estaba rodeando el granero, de seguro era el que habia encerrado a la familia..

Kaylee: Asiento con la cabeza a Johner, algo nerviosa por la situación. Retrocedo cuando les veo avanzar hacia él, habiéndoles llamado y busco un buen sitio para poder entrar en el granero en cuanto ellos estén fuera. Rezo todo lo que sé para que no me vean...

Entonces, siento un leve gruñido detrás de mi y al girarme...ahí está uno que ni él ni yo habíamos visto. No puedo evitar pegar un grito al tiempo que me agacho para que no me coja. Gateo un poco por el suelo para librarme de él, pero mi pequeño grito también ha llamado la atención del resto...

Johner trato de mantenerlos a unos diez metros de distancia, pero siempre atento a la velocidad que llevaban, a veces eran engañosamente lentos. Solo tenia que alejarlos lo suficiente para poder volver y cerrarles las puertas. Pan comido... entonces escucho el grito. Kaylee estaba parcialmente rodeada, tanto por un zombi que no habia visto que venia de detras del granero como por el mas joven de la familia zombi. Caerian sobre ella en menos de un segundo. Para colmo, Johner se habia distraido y ahora sus perseguidores estaban peligrosamente cerca. Tan cerca que podia ver los macabros detalles de sus rostros y el penetrante aroma de sus cuerpos.

Si se detenia para ayudar a Kaylee lo atrapaban, si no la ayudaba moriria. Era una decision facil... Dos disparos sonaron casi al mismo tiempo, Johner se descubrio apuntando a las criaturas. Jamas en su vida habia disparado tan rapidamente, pero no tuvo tiempo de maravillarse de su proeza. La mama zombi extendio sus manos y aferro su brazo, incando sus putridos dientes en... la pis-tola. Solto y ar-ma mientras gritaba.

-¡Entra de una pu-ta vez!- retrocedio aterrado ante la idea de ser mordido por esa maldita cosa.

- ¡Lo siento! - exclamo mientras entro, tirando también de él para después cerrar entre los dos la puerta. Me he puesto tan nerviosa, que estaba llorando y no me había dado cuenta - Lo siento mucho, yo... No le vi - niego y me limpio la cara rápidamente

Esquivo como pudo a los otros zombis y se metio detras de la niña para luego cerrar la puerta y meter una ridicula y fragil tabla a modo de cerrojo. No iba a durar mucho. Lo pero es que ya no tenia pistola, habia quedado tirada cuando el podrido intento morderle la mano...

Freneticamente se fijo su mano, esta estaba manchada de sangre...pero no era su sangre, era de la otra vez, cuando el zombi lo habia atacado. Suspiro aliviado, casi habia pensado que era su final.

-Yo tampoco lo vi- se estaba volviendo descuidado, pero ya no tenia tiempo para recriminarselo. Se aseguro que no hubiera mas zombis, para luego subirse al tractor-. Reza para que arranque...

Gira la llave y el motor hace un tick, tick, nada... Golpeo con fuerza en volante con frustracion, ese cacharro debia estar alli desde hace muchisimo, era obvio que no tendria baterias. Se bajo y abrio el capot, la bateria mostraba una sustancia azulada en los bornes. Johner lo limpio, desatasco los bornes y tambien los limpio, usando sus propias manos, sin importarle el acido que podria tener. La bateria tampoco tenia agua, asi que uso la que tenia de reserva, no era el agua adecuada pero que diablos. Se volvio a subir y giro la llave...

Ahora sí, el tractor arranca, y yo dejo escapar un suspiro de alivio. Pero...

- Hay que abrir bien la puerta para salir - le digo en un murmuro, porque sigo algo enpequeñecida por la situación anterior.

 El tractor tocio varias veces, despues de una explosion arranco con un rugido terrible. Afuera los golpes comenzaron a escucharse en los cuatro costados.

-Eeee, creo que mejor no abras- las tablas no parecian muy duras... o eso creia-. Lo haremos a la antigua y como en las peliculas.

En la pequeña cabina entraban algo apretados, pero les protegeria de los zombis y de algunas tablas sueltas. Acelero con fuerza atravezando la puerta con un crujido y algunos gruñidos. La situacion era peor de lo que creyo, habian muchos zombis y el gasoil no era suficiente para un largo viaje.

-¿Alguna otra buena noticia?- dice mirando a Kaylee-. ¿No querras ir al baño verdad?

Cuando veo que va a lanzarse contra la puerta sin mas, me abrazo a él y escondo la cabeza en su brazo, intentando no dificultarle la conducción aún así. Aprieto los ojos deseando que un milagro haga que aquel viejo tractor aguante, o incluso que vaya mas rápido.

Al preguntarme Johner si quiero ir al baño solo niego con la cabeza.

Los zombis los van siguiendo de lejos, a pesar de que el tractor no es un bolido de la velocidad, logran avanzar mucho. Kaylee permanece abrazada a Johner y este finge no darse cuenta. Le recuerda tanto a su hijo, tan inocente y fragil... Deberia haberse quedado con ellos, pero necesitaban comida, en verdad creyo que estarian seguros, que nada les pasaria... De seguro habran gritado su nombre, llamandolo, pero él estaba lejos, contento de haber encontrado algo para llevar a la boca...

Algo brillando y pequeño cayo en el pelo de la niña, le costo unos segundos darse cuenta que estaba llorando, perdido en sus recuerdos. Con rabia seco las lagrimas, antes que ella las viera. Hacia mucho que no lloraba y no era el momento para hacerlo.

-Enderezate niña, vigila el perimetro y busquemos la mejor forma de dejar esas carcazas muertas atras...