Lutien no disimula ni por un instante su cara de asco cuando aparece la mujer.
¿Y aparece ahora que su marido está completamente embriagado y a punto de ser apaleado? No creo que como su mujer esté muy preocupada por lo que pueda sucederle. Evidentemente si yo estuviera casado con un borracho que no para de gritar sobre alucinaciones, también me comportaría de una manera similar, pero lo que me sorprende es que no mantenga una actitud constante. Es decir, que trate de seguir en todo momento siendo una esposa que sólo quiere que su marido no la moleste y no limpiar la porquería que genera el hombre de su vida mientras se emborracha.
Una muestra de cinismo por su parte el venir a recogerlo ahora. Si lo que realmente quieres hacer es abandonarlo, ten los redaños de hacerlo.
Con la boca ligeramente abierta, a causa de las audaces palabras de Lutien, miro a la mujer esperando una reacción.
Ciertamente todo esto parece, no solo rápido, si no más bien demasiado “conveniente”.
Esa mujer no pinta nada aquí. No ahora.
La escudriño de pies a cabeza, tratando de traspasar con mi mirada su apariencia.
Me concentro y trato de ponerme en comunión con mi lado más Imaginario, para descubrir si ella es una especie de replicante o algo por el estilo. Los seres “sobrenaturales” podemos percibirnos los unos a los otros. Si ella no es humana, Cordelia pronto lo sabrá.
Si necesito tirar, dímelo...
Max intenta buscar una confirmación de la identidad de la mujer, pero el borracho solo gimotea y se intenta ir para detrás ante la visión de su mujer, una dama cuarentona, algo tomada de carnes que lleva un vestido de color caqui, que apenas se ve a la luz de los faroles. Ante la discusión que prosiguio, sobretodo por parte de Lutien, que saco su lengua afilada, zarihiendo a la mujer que seguia con una ligera sonrisa a pesar de que sus ojos parecian demostrar todo lo contrario. Para terminar diciendo:- Me llamo Agatha, y este marido mio, solo cuenta chismes sin sentido cuando esta en embriaguez- Poniendose los brazos en jarras comenta a Lutien:- ¿Que sabrás, tú lo que es criar a unas hijas con semejante desproposito de hombre? No puedo estar en todo, y viendo que era tarde lo he ido a buscar simplemente- El noble Julius, nota que en sus palabras dice casi toda la verdad, pero que se denota cierta falta de sentimientos al decirla, como si no pudiese enfadarse de verdad... Muriel al concentrarse, nota que evidentemente esta tocada por lo imaginario, pero no el como, si es un simple control, un hechizo o que la mujer es imaginaria en realidad.
Leopold ante la situación decide recurrir a su palabreria y le comenta:- Estos buenos amigos y yo llevaremos a su marido con un buen amigo mio, que es médico. No se preocupe por él mi buena señora, que se lo devolveremos por la mañana como una rosa, pongo mi buen nombre en ello, además si no recuerda mal, cuando hubo esa época de malas cosechas fui yo que sin credito ninguno, les di un prestamo sin preguntar nada...- La mujer sigue sonriendo, pero se queda un poco pensativa, como sin saber que decir... Mientrás que el borracho desbarrita entre los brazos para alejarse entre murmullos de "carapalos".
Por cierto, como no siempre podreis estar para postear, intentar hacer las tiradas aunque algunas no las utilice, para asi, que esto vaya más rapido. Por cierto perdon por la espera he tenido una semanita ajetreada...
Lutien mira a la mujer inexpresivamente cuando le reprende. Se quita el sombrero y arquea una ceja mientras la mira de medio lado.
Vaya señora. Qué poco sentimiento tiene al decirlo. La verdad es que comprendería más la situación de una mujer que abandona a su esposo borracho, que la de una mujer que no muestra ni preocupación, ni enfado ante un marido borracho que la deja sola para que salga adelante en la vida. Hace tiempo viví en una tierra en donde la gente era así y fue sin duda una experiencia que me marcó de por vida.
Lutien deja en ese momento una pausa dramática, para tratar de que la mujer recoja el guiño sobre el secuestro que vivió Lutien a manos de imaginarios.
Cuando los hombres arrastran al hombre, Lutien les hace un gesto con la mano.
Si lo desean, aquí mi compañero-señalando con el dedo gordo a Max y mueca de desinterés.-es médico. Así que puede echar un vistazo mucho más rápido y al paciente. Ahora mismo íbamos de camino a la gran ciudad, a un gran hospital, para que el caballero tomase su puesto de médico para la nobleza.
Con cierto esfuerzo, apoyo al borracho sobre mi hombro, ayudándole a caminar en dirección a nuestro hostal.
Ya no me interesa la conversación. Estoy muy cansada como para seguir perdiendo el tiempo. Además, no quiero dar a la mujer ocasión de rebatir la decisión de llevarnos a su marido…
Es necesario que hablemos con él seriamente. Y necesito poner en conocimiento de mis compañeros que, si la mujer no es un Imaginario, como mínimo está “tocada” por uno de ellos.
CARAPALOS.
Necesitamos averiguar que significa, y relacionarlo con la tierra que encontramos en la vivienda del señor McFly.
Puedo ser muchas cosas, señora, pero no soy un ingenuo. Cuando desee contarnos toda la verdad, la escucharemos.
Pero parece olvidarse del tema casi al instante, pues las palabras de Lutien reclaman su intervención.
Bueno, tal vez decir que soy médico sea exagerar.. -Reprocha, riendo nerviosamente para sí, antes de aclarar: Fui doctor, antes de jublilarme, y de que mi vida se torciera. Ahora sólo quero un retiro honroso como médico de cabecera de una familia de snobs. Gripes, catarros, ampollas, y poco más. Pero aún conservo el instinto suficiente para tratar a una escoria como ésta.
Escupe despectivamente.
¡¡Jejejé!! -río nerviosa, tirando del borracho-. ¡Qué modesto es usted, doctor!
No quiero que sigamos cerca de esa mujer por más tiempo, así que saco fuerzas de donde puedo y sigo caminando con más firmeza si es posible.
Vamos, doctor -digo poniendo énfasis a la última palabra-. Cuanto antes pueda hacerle el reconocimiento, antes nos podremos ir todos a la cama. Y este hombre quedará libre de volver con su arpía… ¡Mujer! De volver con su mujer.
Julius sonríe ante la intervención de Leopold. Parecía que el hombre tenía verdaderos recursos en el pueblo, y que en él encontrarían a un verdadero aliado más que un comparsa.
Guarda silencio durante toda la escena - pues cualquier añadido a lo que han sido sus compañeros solo puede retrasar su marcha, y eso no era en absoluto deseable - despidiéndose de la tal Agatha tan solo con un "Señora" y una ligera inclinación con la cabeza.
Vamos doctor no sea modesto, como bien dice la señorita. El código deontológico le prohíbe abandonar a un borracho a su suerte.
Lutien se dirige a la mujer del borracho.
Si lo deseas ayudaremos a su maridito a tu maridito a pasar la borrachera y luego lo llevaremos a su hogar.
La mujer se queda pensativa un momento, ante las explicaciones de vuestro allegado Leopold,la actitud desafiante de Lutien, el don de la labia de Arcturus y la mirada excrutadora de Muriel, para finalmente decir :- Iros, con él, pero ire a buscarlo por la mañana cuando se le pase la borrachera, al fin al cabo confio en su buen hacer señor Leopold y de su compañia, al menos de casi toda- mirando despectivamente a Lutien, solo con los ojos, porque su sonrisa sigue alli imperturbable, para terminar dandose la vuelta y alejandose por las sombras, tal como había llegado, la verdad casi os pone la piel de gallina la extraña confrontación en el bar y ahora en el pequeño callejón.
El borracho os sonrie, al ver como se va su mujer, y os lo agradece dandoos besos, por lo que teneis que sujetarle para que no os llene de babas. Leopold os dice:- Asi es nuestro trabajo, no todo puede ser diversión y fuegos artificiales..., venga esperad y os ayudo, que ya le he llevado unas cuantas veces a nuestro testigo..- Y lo sujeta por un hombro. La verdad es que es muy de noche y deberiais meditar las pistas que habeis encontrado en todo el dia.
Max suspira y bosteza al mismo tiempo; algo digno de ver.
Deberíamos coger una habitación en la posada -Propone, y da los primeros pasos hacia el establecimiento- Ha sido un día muy largo.
Venimos de allí y no me ha parecido un lugar nada acogedor. Leopold, ¿no conocerás algún lugar en dónde podamos pasar la noche y disfrutar de la velada con el odre de vino?
A no ser claro, que el resto quieran volver a la posada en donde casi linchan a nuestro nuevo amiguito.
Cita:
No confunda, mi buen amigo Lutien, la posada con la taberna -digo limpiándome la cara con mi pañuelo de encaje y algodón verde lima.
No pienso postergar ni un minuto más el sueño reparador que necesito -digo guardando de nuevo el pañuelo-. Ni un minuto más. No, señor. Ha sido un día demasiado largo para mí.
Además -añado-, creo que este hombre necesita, con urgencia, dormir la borrachera, si queremos que nos diga algo con un mínimo de coherencia.
Lutien se levanta el ala delantera del sombrero ante la respuesta de la mujer.
Vaya, vaya. De nuevo muestra las garras la dulce doncella. Jaja, vayamos a roncar toda la noche para hablar con la resaca con patas que habrá mañana.
Y sigue a Muriel a la posada.
Al entrar en la posada, tras sus compañeros, se produce un cambio sutil en su semblante, al principio inidentificable. Un brillo natural, cargado de alguna clase de incorrompible juventud, regresa a sus ojos.
Pronto se dan cuenta sus acompañantes de que se hallan, en éstos momentos, ante Mr. Arcturus Brownbeach, el auténtico. Parece que sus allegados son capaces de distinguir cuando actua de cuando es él realmente, o tal vez sea un don que él conceda a quienes desee.
Caballeros, me quedaré en vela ésta noche; debo admitir que me fascina la caprichosa mecánica de la ebriedad, y estoy seguro de poder emplear mis humildes aptitudes en éste pequeño diablo. A un borracho se le puede sacar incluso lo que nunca supo sobrio, con algo de tacto y sentido común.
Por supuesto doctor, podemos confiar en usted - dice Julius mientras sonríe a Arcturus.
Creo que será mejor que los demás descansemos bien, parece que mañana nos espera un día duro.
No podría estar más de acuerdo, Lord Julius -suspiro, mientras me desentiendo de una vez por todas del borracho-: Lo dejo en sus manos, Arcturus.
Con paso decidido, camino hacia la habitación.
Leopold, decide dejar al borracho en su habitación y velar en un sillón comodo, la duermevela alcoholica del sujeto, quizás mañana lo podais despertar, aunque sabiendo que pronto iran a buscarlo su esposa e hijos. Habeis vivido bastante emociones este largo dia y teneis mucho sueño, por lo que pronto caeis en el onirico brazo de morfeo, que os hace olvidar por unos momentos vuestras obligaciones con la sociedad...
Fin del prologo