Un corto grito, apenas audible en el pandemonium, marca la caída de un hombre. Choca contra las rocas y rebota cerca del primer vehículo, quedando inerte sobre la carretera...
A setenta metros de tu posición, al fondo del precipicio, puedes ver el convoy, los dos vehículos avanzando lentamente, dejando a un lado el cuerpo. A unos pocos metros, los disparos: Un grupo de mujaidines, cinco o seis, disparan al parecer al azar. Escuchas disparos de Kalasnikov (Su inconfundible sonido se destaca entre los sordos disparos de los fusiles de los mujaidines), pero no ves de dónde prodecen. Ogonov y Daniil, fácilmente reconocibles, se adelantan a los vehículos, preparados para el combate.
Rápido como una centella, Gerusian pasa rozando el acantilado, intentando agarrar al hombre que cae... sin conseguirlo.
Por todos los santos... - no puede evitar que esas palabras escapen de su boca al ver caer al soldado. Por un instante parece que Natasha dude, aunque la situación es clara y sabe lo que tiene que hacer, eso no lo hace más fácil, así que aprieta con fuerza la mandibula y las manos contra el volante y sigue avanzando tratando de no pensar en lo que está haciendo, convenciéndose a sí misma que esto no es un entrenamiento y es lo que tiene que hacer.
Tirada: 5d10
Motivo: Crush
Dificultad: 7+
Resultados: 1, 5, 8, 7, 10
Exitos: 3
Desde la pared puedo ver sin problemas a los afganos corriendo. Bajo mi fusil y tomo aire, concentrándome en uno de los hombres que huye al azar disparando a todo lo que se mueve.
Lo he hecho muchas veces en simulaciones, pero esta es mucho más real que cualquier otra. Así que, como me han enseñado descargo un grito de mi sonora voz enfocándolo en el hombre.
-¡Atras!-el potente golpe sónico empuja al hombre contra la pared del desfiladero violentamente. La voz rebota a lo largo de toda la sima, desvaneciendose poco a poco.
No puedo evitar sonreir, lo estamos haciendo bien.
Satisfecho me preparo para tomar aire una vez más.
Grigorovich dispara varias rafagas de su fusil, más usando fuego de cobertura que para acertar a alguien. Sin embargo cuando los falsos mujaidines se reagrupan empieza a disparar con saña sobre ellos mientras ellos baten pies en polvorosa.
A pesr que el caos de la batalla ha roto todas sus expetectativas está contento, pàrece que Daniil es un bien lider de campo y el equipo funciona a la perfección.
El grito de Daniil lanza por los aires al hombre y despeja el polvo del desfiladero. Por un instante, se hace el silencio alrededor. Ogonov y el Doctor dan fuego de cobertura mientras los mujaidines se retiran. Los disparos se cruzan, rebotando cerca de los hombres. Es parte del trabajo, es algo en lo que no se piensa, pero ahí están: Un centímetro a la derecha, un paso atrás y una bala siega tu vida.
No se piensa en eso. La adrenalina no deja pensar en nada.
El vehículo de transporte entra en la curva, pasando por encima de los caídos, las balas rebotando en el blindaje. Los hombres disparan y los Mujaidines huyen hacia los acantilados, escalando las grietas con cuerdas. Su retirada ordenada, mientras los hombres del suelo los cubren, traicionan su magnífico vestuario y maquillaje: Son las mismas técnics que los instructores os han enseñado a vosotros.
Las alas inmensas de Gerusian baten el aire sobre vosotros mientras su fusil lanza muerte sobre los Mujaidines. Su grito resuena en las paredes, en los corazones.
Todo esto sique siendo un simulacro. Una pantomima. Pero parece real.
Parece tan real...
Un grito de dolor lucha por salir de mi garganta cuando las ruedas del vehículo pasan por encima mía. Me muerdo el labio y apreto los dientes hasta que empiezo a sangrar, hasta que mi propio dolor me hace volver en mí. Paso la mano por mi rostro para quitarme el sudor y la sagre del labio y mi cara cambia por completo a una sonrisa que nadie se atrevería a decir que no es completamente sincera y me dirijo al conductor.
-Ve lo que le decía, el teniente sabe lo que hace. Siga avanzando, lo peor ya ha pasado.
Pongo mi mano sobre su hombro y noto como el conductor se relaja hasta el punto de vislumbrarse una tímida sonrisa entre sus labios.
En cuanto me acerco a la distancia más precavida solo tengo a tiro a un soldado, al cual no dudo en disparar.
Apunto tan bien como me es permitido, para intentar desarmarle, mientras sigo evadiendo de forma intuitiva las balas que llueven de sus armas inseguras.
Tirada: 5d10
Motivo: Destreza = 5 ; Armas de fuego = 0
Dificultad: 7+
Resultados: 9, 4, 3, 1, 5
Exitos: 1
Mis tiradas son tan buenas... xD