Partida Rol por web

Me siento en la mesa veo todos los platos ricos que trae la camarera y no puedo sentir más que ganas de vomitar. Como se creen que vamos a ingerir alimentos después de que han decapitado a un hombre inocente en la biblioteca, válgame el cielo. Veo la sangre su cabeza rodando por el suelo, tendré pesadillas hasta el día del juicio final. Observo las caras de todos en especial las de los que votaron a Dorian y no puedo evitar sentir un escalofrío por todo mi cuerpo al pensar que algunos de ellos puedan ser los asesinos. Que gran papel están interpretando de ser así.

-Por favor no pierdan los modales. Me pongo muy mal al ver un comportamiento tan barriobajero entre caballeros. Empatizo con los inocentes que al igual que yo han cometido un error votando a Dorian o Henry. Está claro que los tres vampiros no votarían a la misma persona ya que sería exponerse demasiado. No quiero liar más la troca me da miedo hablar y ser yo la siguiente en morir esta noche. Decido comer unos pocos pimientos porque el resto de comida me da asco se me hace pesada. -Gertrudis traeme algo para calmar mis nervios.

- Sinceramente esto de las asambleas no esta llevando a ninguna parte - digo mientras veía mi comida con cierto asco, pero tenía ya demasiado tiempo en ayunas, así que comí - Tenemos que enfriarnos la cabeza y no dejarnos llevar por las primeras impresiones. Sino los vampiros ganarán... Pero en fin... no tenemos que perder mas tiempo... Tenemos que salir con vida de este hotel de mierd...

Me quedé cortada, no era mi costumbre decir tacos y mucho menos en el ambiente tan refinado en que me movia, pero ¿Acaso importaba ya?

La señora Longhorn se corta a si misma justo cuando estaba a punto de maldecir, y francamente no se como yo misma no lo he hecho. Hay ojso ávidos de sensaciones, y de nuevo me recrimino la viuda que ahora pesa en mi consciencia.

- Gertrudis, tambien necesito algo para los nervios

-Jack Daniels para los que quieran tomar algo más fuerte. Por otro lado unas tilas para las señoras Swanson y Blunt. Cualquier cosa que necesiten aquí me tienen.

Sin esperar más agarro rápidamente el vaso de cristal y con manos temblorosas me lo llevo a la boca, con mayor avidez de la cual me atreví a comer el pato.

"¿Odiarle yo? ¡¿PORQUE?! "-¿Odiarle? Pues... no se porque señora Blunt, usted no ha hecho nada y aunque sea difícil... solo es un voto, olvidelo... - Se giró a todos los huéspedes - Se que lo que voy a decir no me va a ayudar en nada pero... dejad de lamentaros o los vampiros habrán ganado y estaremos muertos... pensad una cosa, Dorian no hizo nada por demostrar bien su inocencia ¿de acuerdo? se que no es lo mismo hablar como uno que ha votado o como uno que no... pero sinceramente por su actitud tarde o temprano habría salido como culpable... a mi tampoco me gustaba que fuera de superior... jo-der... se que seguramente me estoy sentenciando pero si nos quedamos lamentándonos por su muerte lo único que conseguiremos es morir los demás, si no comemos no tenemos fuerza, si no tenemos fuerza no pensaremos con claridad... si no pensamos con claridad... estamos muerto - Digo bajando la cabeza, la vuelvo a levantar - ¡No! Tres de vosotros... os voy a descubrir... voy a saber quienes sois y morireis y ¡Ellos SI que son los culpables de las muertes que han habido aquí! así que dejad de lamentaros, pensad como encontrarlos y será la mejor manera para vengar las muertes del resto de huéspedes y ahora si me disculpáis voy a coger un trozo de pato... no tengo hambre, pero no pienso perder las pocas fuerzas que me quedan... y luego vayamos a bailar un rato, o al menos al salón a disfrutar un rato de un poco de tranquilidad, antes de... bueno ya sabéis volver a nuestra "querida" asamblea...-

Doy un bocado al pato y espero a ver como todo el mundo empieza a pensar que soy vampiro por hablar así "Me da igual lo que piensen... o alguien decía algo de esto o moríamos esta misma noche sin comer y solo con alcohol"

Me giro a la señora Blunt otra vez - Enserio... no se martirice y tranquilícese o se le caerá la bebida - Digo esta última parte mientras sonrío forzado.

-Se me olvidaba... Gracias Gertrudis por la bebida - Cojo un  Jack Daniels.

Le sonrio mientras comienzo a morder el pato, sintiendo como me regresaba el apetito. Su tono fue fuerte, enérgico, pero nos dijo no solo lo que necesitabamos escuchar, sino lo que debíamos de oír. Le dedico una sonrisa, triste, rota, pero una sonrisa.

- Gracias - le digo simplemente mientras vuelvo a levantar la cabeza.

Sigo comiendo, casi con furia, pero tenia que mantener mi caracter neutral ahora mas que nunca. Blunt estaba sumamente deprimida, no le culpaba, a fin y al cabo, fue ella quien dio el golpe de gracia contra el inocente.

- Entiendo que le torture la conciencia, señora Blunt pero ahora mas que nunca tenemos que castrar nuestros sentimientos y pensar friamente

El pato estaba delicioso aunque muy seco para mi gusto.

- ¡Gertrudis, haga el favor y me trae una copa de vino!

Es el tercer vaso de whisky y la euforia empieza a vencer a la cólera y a la incipiente melancolía- Quien nos mandaría venir a este hotel... Tengo miedo, no lo puedo evitar. Separarme de mi esposa, dejar a los amigos, el trabajo... No tenía auténtica fe en el cielo... Lancé una mirada de soslayo a su mujer. Quería confiar en que, si pudiera elegir, se sacrificaría por ella. Mentalmente pedí a Lucifer (pues sólo él podía guiar a esos malditos seres) que la elección, si tenía que recaer en ellos, lo hiciera en él. Al rato volví de mi ensimismamiento y reparé en las palabras del señor Siral. Tenía razón. - Sí señor Sssiral - la boca empezaba a ponérseme algo pastosa - Tiene us-usted razón. Disfrutemos de la noche, pues mañana quizás despertemos en el infierno. Alcé mi vaso en gesto de brindis, bebí y empecé a comer con algo de apetito.

En cuanto se levantó el señor Siral supe hacia donde se dirigía. Era más que obvio, lo que se podía esperar de alguien de su calibre. Soporté el embite como mejor pude, no sería la primera paliza que me llevaba en mi vida, si es que a eso se le puede llamar paliza.

-Bueno -digo mientras me levanto, intento recuperar la compostura y escupo sangre al suelo- ya sabemos que el señor Siral no fue quien golpeó a la señorita Debeaux... si es que a eso se le puede llamar puñetazo, claro. En fin, así es como se solucionan las cosas aquí, el que piensa diferente acaba recibiendo un golpe del que cree llevar razón. Triste decadencia. Por suerte no me rebajaré a su nivel, o se me acusará de una segunda muerte, junto con la del señor Fake.

Continúo mi cena como si nada hubiese pasado, como si aquello hubiese sido varias mesas en otra dirección. Con cada trago de whisky me enjuago la boca y trago sonoramente. Demasiado tiempo sin notar el escozor del whisky en la boca y me trae demasiados recuerdos.

Hoy será una noche bastante larga y puede que no vuelva a ver la luz del sol. Si ya lo decía mi madre, no sé hacer amigos, sólo enemigos. En vista de que todos estaban en mi contra, no tenía sentido empezar una conversación. Nadie querría oírme y yo no estaba para fingir que me interesaba las depresiones o los nerviosismos del resto, fingida o no. Enciendo un cigarrillo y agarro con fuerza el vaso de Jack Daniels.

-Por cierto, señor Malkovich, sigo esperando un alegato convincente sobre mi culpabilidad, que me tiene en ascuas, hasta ahora sólo he recibido acusaciones infundadas y sin pruebas. ¿O es así como funciona? -y sonrío, ya no tenía nada que perder ante el populacho-.

Entra en el salón de baile y presencia el espectáculo. - Fantástico señores, dos de dos. Pensando fríamente y con un poco de amor propio, mucha gente carga ya con una victima inocente en su espalda, pero, señores Novotny y Prideux, ¿Qué se siente al sentenciar a DOS personas inocentes?, ¿que se siente al saber que su valor deductivo no debería ser tenido en cuenta en la asamblea?, decido dar un voto de confianza a toda persona que haya cometido un error, pero dos cadáveres en sus espaldas... O esta hecho con toda intención o su criterio no es necesario entre nosotros. - 

Miro la comida, intentaré comer algo - Por mi salud, deseo que este plato no lo haya hecho usted personalmente Gertrudis. - 

​Se estaban formando muchas discusiones en la cena.

Empiezo a estar animado por el alcohol cuando escucho al señor Morley. Se ve que la paliza que le ha dado el señor Siral no le ha hecho más comedido - Mire, empiezo a estar afectado por la bebida - Afortunadamente el whisky calma mi cólera - Pero le recomiendo que no intente engatusar a un abogado, aunque yo no le parezca un gran profesional. Le he acusado no una, sino dos veces, y es usted el que no ha sido capaz de desmontar ni siquiera uno de los cuatro argumentos. ¡Ja! Si tuviera una prueba plena ya estaría muerto... señor vampiro. Pero si sabe algo de juicios, que creo que no, sabrá que la culpabilidad también se acredita con indicios. Aunque a usted, claro, eso le es indiferente, ¿no? Al fin y al cabo, acusó al señor Fake con el único argumento de salvar su pellejo... Realmente empiezo a estar borracho... Y créame que no rehúyo el debate, pero no voy a pasar las que pueden ser mis últimas horas conversando con usted. Mañana, si tengo ocasión, volveremos a hablar.

-Jaja...- Es lo único que sale de mi boca al escuchar las tonterías de Morley - Cierto, así solucionábamos las cosas dónde me crié, yo no tuve unos padres ricos que me lo daban todo y no tenía que luchar por nada, estoy dónde estoy por mi trabajo y puedo vivir sin mi dinero, lo he demostrado antaño, no tengo su educación- Digo señalando a todos los huéspedes- está claro, pero ¿Puede usted hacer algo sin dinero? - Reparo sobretodo en lo que ha dicho sobre Charlote y cierro mi puño - No, está muy claro que yo no la golpee... pero algo me dice que usted sí, pero mi pregunta es...¿solo golpea a mujeres? Lo digo porque conmigo no se ha defendido...- Sonrío mientras le digo - Si yo no soy el que muere esta noche- "Que es muy probable" - Caerá en la asamblea... y yo me encargaré de sujetar la espada esta vez, Señor- Le digo mientras le hago una reverencia burlona en referencia a mi estatus de barrio-bajero y el suyo de alta cuna.

-Si algo sabemos en mi barrio... es que a todos nos llega nuestro momento Morley, espero estar en el suyo - Está muy claro que estas palabras no me han ayudado... me da igual ahora mismo, sigo cegado por la rabia y es lo único que me importa.

- Bueno - Digo girándome a Malkovich y la señora Blunt - ¿Que les parece si vamos para el Salón de Baile? no creo que me entre mucho mas en el estomago... - Quiera o no, tengo en la conciencia que Dorian era inocente...

A todo esto entra la señora Abend, como siempre, con puñales en sus palabras... haciendo daño a todo el que nombra... prefiero hacer como si no la escucho.

Me acerco a Malkovich y le susurro - A Evangeline le encanta bailar... y está realmente afectada, le alegrará que le pidas un baile- Me doy cuenta del punto de alcohol que lleva encima y quizá esta vez se anime, lleva dos bailes, sin bailar - Puede ser la última noche amigo mio... - Intento convencerle para no ver amargado a una persona que tiene mi total confianza, junto a mi esposa y otra más.

Me giro a todos los demás Huéspedes - ¿Nos acompañan? - Miro a la señora Debaux, le sonrío y vuelvo a girarme hacía el salón.

-Copa de vino para la señora Longhorn. Le dejo la botella por si acaso.

Bien, gracias por preguntar señorita Abend, y debido a sus palabras de ánimo me siento mejor que nunca. Replico con un sarcasmo realmente exagerado mientras me obligo a seguir con esta absurda cena. Me gusta su falta de tacto, su carencia de empatía. No tiene pelos en la lengua, puede acusar a quien le da la gana sin miramientos, y no tener remordimientos al hacerlo. Sin duda son virtudes en la situación en la que nos encontramos. Haga buen uso o podía cometer el mismo fallo. Y no se preocupe, si mañana emito una acusación quizás lo haga sobre mi mismo.

A estas alturas ni me dignaba a ser agradable, y se notaba que estaba empezando a decir sandeces. No me quedaba más remedio que mantener la cabeza fría y mi corazón bien guardado bajo llave si quisiera seguir adelante. No podía relacionarme con nadie, cualquiera podía ser un vampiro y ya no me fiaba de mi propio criterio.

Finalmente me limpio con elegancia los labios para borrar todo rastro de ella que me haya podido quedar y me dirijo, con un vaso lleno de Jack Daniels en una de mis manos, y me siento en algún sillón cómodo lejos de la gente. Estaba empezando a autocompadecerme y eso no era buena señal, tendría que beber bastante si quería callar durante al menos unas horas, aquellas voces que me decían "culpable".

Ante la mención de baile me levanto. Quizá eso sea lo que necesite, sentirme un poco viva antes de volver a presenciar más muerte.

- Bien dicho señor Lincoln, algunos no nacimos en cuna de oro... y sin embargo llegamos más alto. 

Pienso, recordando mis origenes humildes pero como no solo soy rica sino famosa. Mi nombre será recordado por lago tiempo... algo que muchos no logran ni con todo el dinero del mundo. Camino hacia Abraham.

- Señor Novotny, lo que usted hizo no fue peor de lo que yo hice... porque usted solo eligio al que le parecía culpable, pero en cambio yo fui quien puso el último peldaño.

Tengo que desviar la mirada, y por obra ya sea del maligno o de la casualidad acabo mirando al señor Morley, preguntandome no solo mi elección sino cuanto tiempo más va a sobrevivir.

Apuré la copa e inmediatamente me serví otra. Era solo vino, no me podría emborrachar tan facil.

- Esta demostración de violencia es intolerable, señores - dije mientras me levantaba - No vale la pena irse a los puños... nada solucionaría.

A decir verdad, no se me ocurria otra idea mejor, y si yo fuera un poco mas fuerte y menos educada, quizas tambien estaría pegando patadas a todos lado. En cierto modo queria que abrieran el salón para bailar y desestresarme un poco, aunque en situaciones normales lo aborreciera

Escucha las palabras sarcásticas pero manchadas de culpabilidad del señor Novotny. - Muy honrado por su parte señor Novotny, aunque, con la racha que lleva, si mañana se culpa usted mismo, seguro que otra vez se equivoca y no es un vampiro. - Mis palabras pueden hacer daño, pero no puedo dejar de lado los hechos, han matado a personas inocentes, entre ellos a Dorian Fake, tan solo porque era una persona fría, no tuvieron la oportunidad de conocerle como yo. Quizás solo necesitara un baile con cada uno..- Trate de enfocar su punto de vista desde otro lado, o no vote. Aquí hay gente con más luz que ustedes. - Debo dejar esta conversación. no quiero seguir abriendo la herida.

Una vez acabó esta conversación por parte de la señorita Liebe Abend, no pudo evitar escuchar el emotivo discurso de Lincoln. - Señor Lincoln, le aconsejo que en vez de presumir de su capacidad de sobrevivir sin el dinero, trate de usar este, para asegurarse que en un futuro no tengamos que encontrarnos a gente con su educación y modales. Quizás con solo donar un libro a su barrio, podríamos evitar estos espectáculos. No debe juzgar a nadie por lo que tiene, si no quiere ser juzgado, solo es un consejo. Su infancia le ha hecho así señor Lincoln, pero la nuestra nos ha hecho de este modo. Ni él es peor persona que usted, ni usted mejor que él. - Nunca compartirán el mismo punto de vista con una persona que ha crecido en la alta sociedad. Pero no por eso, debo dejar que nos traté así. Liebe Abend se ha sentido identificada cuando ha preguntado al señor Morley "¿Puede hacer algo sin su dinero?". 

Deja de comer, - Confirmo mis sospechas, esto lo ha hecho usted Gertrudis. Quítelo de mi vista y traiga cualquier otra cosa. -

Entro al salón y ni me siento a la mesa, esta gente no merece mi compañía, creo que ni mi marido la merece. Con una mirada despectiva observo a todos los presentes discutiendo como siempre en lugar de buscar soluciones y la odiosa alemana dando clases de urbanidad. No puedo reprimirme y la contesto. Liebe, no estás en condiciones de hablar a nadie de modales cuando tu no haces más que faltar al respeto a todo el mundo con tus comentarios. Al menos el señor Novotny hace algo más pasearse y hacerse la interesante. Malditos idiotas!!!, está claro quienes son los vampiros, no se a que esperan para hacerme caso.

Lincoln está abriendo las puertas del salón de baile mientras escucha las palabras... con puñales, como no, de la señora Abend, a lo que solo puede sonreír mientras contesta un seco - Gracias por sus palabras, Señora - "Estúpida...".

He acabado de abrir las puertas cuando me giro - ¿Entramos? - Digo sonriendo a los huéspedes, mi mirada se deposita en Malkovic mientras el guiño el ojo para que haga lo que le he susurrado y seguidamente miro al final, dónde están el resto de huéspedes, pero sólo me fijo en la misma persona que llevo mirando toda la noche.

Justo aparece en escena la Condesa "Espero no tener mas problemas con ella... estoy harto de mas peleas"