Partida Rol por web

La cosa no iba del todo mal, la nave se estaba moviendo, y no estaban recibiendo impactos de ningún tipo del conflicto galáctico. Y eso era bueno.

Lo que no era tan bueno era cómo respondía aquel cacharro a los movimientos. Cada vez que conseguían algo de movimiento, algo se apagaba, o peor, algo se encendía. Aquella nave parecía funcionar con intervención divina.

El caso es que dejaron de considerarla un problema, pero al mismo tiempo, si no ganaban precisión al llegar a la atmósfera del planeta era probable que entraran de culo, y que la nave se convirtiera en una gran bola de fuego.

No dijo nada al respecto a sus compañeros. Ya sé los intuía suficientemente estresados o contemplativos. Pero la cosa no iba tan bien como le gustaría.

Dompa se serenó bastante cuando localizó los controles básicos del piloto. Efectivamente, la lógica humana se imponía aun en los cargueros caóticos de líneas no imperiales, y algunos movimientos comenzaban a hacérsele automáticos, casi intuitivos. 

- Parece que el droide está trabajando fuera adecuadamente. Ehhh, espera, ajusto aquí... espera. Ya, ya está. Un momento, aquella luz... ¿qué significa? Este trasto podría desmontarse y no nos daríamos cuenta. Vale. Creo que ya está, Kemlo, ¿sirve de algo si estabilizo aqui...? - Pittien, sin mirar al piloto, continuó haciendo su trabajo lo mejor que podía, rezongando porque el droide pudiera hacer algo allí fuera. 

El droide sacó sus herramientas para desmontar el primero de los repulsores al que tuvo acceso y tras una breve examinación, que arrojó un diagnostico más detallado del problema, comenzó a desmontar una sección del repulsor para poder controlar la fuga. Una vez logrado esto la presión necesaria que debía haber en las bobinas de capacitación poco a poco se restauró a niveles aceptables.

Enseguida, el droide cerró la sección que había dejado expuesta y se dirigió automaticamente al siguiente repulsor lateral que estaba presentando el mismo problema. 

De pronto Pttien comprendió (o recordó) lo que sabía acerca de manejo de naves y Kemlo pudo manejar mejor la nave. También B-1 comunicó su satisfacción por haber resuelto el problema, pues los sensores detectaron un incremento de la energía en los repulsores laterales y un incremento de la velocidad.

La energía se había reestablecido y ahora todo estaba en orden para la reentrada, ya que gracias a esta avería, habíais pasado por el bloqueo sin ser unos traidores a la república o al caído imperio.

Con el droide piloto una vez dentro, la Tortuga Centenaria siguió el rumbo trazado que os había dado vuestro contacto, directos a la ciudad de Guban Suur quien, seguramente, sepa donde encontrar a las personas a las que buscáis. 

El B-1 reingresó en la nave por el mismo lugar por el que había salido, una compuerta secundaria destinada a esas salidas al vacío del espacio. Cerró la compuerta tras de sí, desactivó los electroimanes de sus pies y abrió la segunda compuerta tras normalizarse la diferencia de presión y aire. 

Se dirigió directamente hacia la cabina del piloto, subió por la escalera y ya en la cabina enseguida fue hacia Pittien a quien le palmeó suavemente el hombro para llamar su atención.

— Se agradece su colaboración. Sus servicios como co-piloto ya no son requeridos, por favor tome otro de los asientos y abroche sus cinturones en preparación para la turbulencia del ingreso.

Cuando pareció que todo se tranquilizaba, soltó Pittien un suspiro bastante audible, y sencillamente se acomodó en el sillón, atendiendo a los indicadores, por si tuviera que realizar de nuevo alguna ayuda o apoyo. En ese momento, se sintió satisfecho. 

- Eres bueno, Kemlo, muy bueno. - Lo cual, le hacía seguir pensando que había no humanos que merecían más que muchos humanos. Pero no, el droide no. Educadamente, pero con su soniquete de quien controla la situación, le ordenó levantarse cuando volvió al interior de la nave, y Pittien lo miró con cara de pocos amigos y en principio, sin ninguna intención de dejarle. Luego, se encogió de hombros, se levantó y se puso al lado, diciendo - Esta nave no hubiera tenido nada que hacer contra los buenos cazas imperiales de Sienar. - Y le dejó hacer. Había reparado bien la nave, pero también les había metido en ese problema pilotando

El Bith no se molesto en girar la cabeza, siguió controlando la nave. Estaba genuinamente concentrado en la tarea. Aunque sin lugar a dudas, no se lo veía feliz. Claro que para los que lo conocían un poco, solo parecía disfrutar cuando algo estaba a punto o saltando por los aires.

Pero ahí estaban entrando en atmósfera sin problemas y acercándose a su punto de destino. Les había costado mucho, pero mucho, llegar hasta allí, así que espera que fuera un buen encargo y hubiera beneficios. Al menos suficientes para conseguir otra nave y un piloto de verdad.

El droide, a pesar de ser su nave, parecía que tampoco conocía muy bien los mandos, o tal vez hubiera sufrido una descarga de los acopladores de energía cuando reparaba los repulsores. Sea como fuere, entrasteis en la atmósfera dejando atrás la batalla que se libraba a sus puertas. 

Mientras descendíais vertiginosamente una voz, distinta a las que os hubieran dado el alto antes, habló por el canal de comunicaciones.

-¿Quién sois, qué queréis y cuánto os vais a quedar?.- 

No era un protocolo de recibimiento usual.

Kemlo abrió el canal de comunicaciones mientras procuraba que aquel ataúd mortal llegara entero hasta un lugar.

- Somos trabajadores por cuenta ajena. No tenemos nada que ver con lo que pasa en órbita. Nuestra nave esta en las ultimas.

Queremos sacar créditos, arreglar este trasto, o comprar un billete en otro.

Y nos quedaremos lo justo y necesario para poder seguir hasta Dorin, de la zona en expansión.

Puedes darme un puto lugar para aterrizar esta chatarra, o tengo que dejarla caer sobre la cabeza de alguien.-

El tono del mercenario había ido del hastío a la impaciencia mientras respondía. Volvió a apagar el micro antes de que nadie allí decidiera dar otra información, no tenían tiempo para ponerse de acuerdo sobre quienes eran o que pretendían.

No había mentido en nada, según su percepción de las cosas, lo que se traducía en su mente, en un por cojones tienen que darnos un lugar para aterrizar.

— Oh... no... — Decía el droide contemplando el panel de control pareciendo confundido. — ¿Qué han hecho? La configuración de controles esta cambiada... ¡Y hasta hay una marca de abolladura! — El droide miró a Kemlo... y se lo quedó mirando fijamente sin decir nada durante varios segundos, luego miró a Pittien, y finalmente volvió a mirar su panel de control empezando a volver a reestablecer la configuración de botones que estaban colocados anteriormente. — Llevo más de noventa y seis horas funcionando ininterrumpidamente, trasportandolos hasta aquí en menos tiempo de lo que un solo órganico ordinario podría, por lo que solo me restan cuatro horas de batería antes de que me apague indefinidamente. Orden de prioridades tras el aterrizaje: recargar mi batería, realizar mantenimiento a la nave. Conclusión: me quedaré en la nave. Los esperaré durante un máximo de noventa horas estándar, por si es que desean volver a contratar mis servicios para un viaje de regreso.

-Esta bien, es mi trabajo preguntar, ¿sabes?.- Después de un par de segundos de silencio el tipo volvió a hablar. 

-Son 40 créditos el hangar. Sin recarga de combustible.-  

Al final el aterrizaje se convirtió en una especie de montaña rusa, de turbulencias y caída rápida, aunque controlada. En ese sentido, si bien es cierto que el droide podía protestar por los cambios que él le había hecho, si que consiguió que la nave aterrizara entera... o lo entera que podía quedar aquella Tortuga. 

Suerte que Kemlo era el que se ponía a negociar para el hangar, porque a Pittien le traían los demonios, porque el droide le sacaba de quicio, como pareciera que no tenía nada de programación sensata. - Entre otras cosas, por eso el Imperio usa humanos... cometerán errores pero es que este me exaspera. - Pensó. En cualquier caso, el droide tenía razón, necesitaba recargar, pero podía, seguramente, utilizarlo para algo más que pilotar... si sabían tocar la tecla adecuada. Y el capitán podía intentar hacerlo. 

- A ver, B-1. Nosotros estamos aquí para un trabajo... esto... ¿lucrativo? Si, podíamos llamarlo así. Si conseguimos sacarlo adelante, es posible que tengamos recursos para ayudarte a buscar a Pirma, tu señor. O lo que sea. Hay cosas para las que los droides pueden ser de ayuda... y así podremos ayudar nosotros después. ¿Te parece?

— Oh, ¿De verdad? Bien, no es lo más recomendable ser uno solo a cargo de una nave de transporte. — El droide guardó silencio un momento, al parecer procesando simulaciones, sin gráficos, de los posibles escenarios junto a las ventajas y desventajas. Al cabo de un momento continuó. — Y se supone que si en algo son buenos ustedes los orgánicos es en la capacidad de adaptación a casi cualquier situación por imprevisible que sea... y en la capacidad de improvisación. Pero también tienden a ser erráticos y poco confiables. Oh, bueno, creo que el hecho de que aun no intenten tomar la nave por la fuerza sugiere que hay más probabilidades de estar más seguro con ustedes que con otros posibles clientes desconocidos. — El droide entonces se dirigió a la especie de perchero, al lado de la taquilla donde guardaba el cinturón con su equipo de técnico variado, y volvió a tomar el arco que había construido junto con un atado de flechas facturadas con tubos metálicos huecos y ligeros. — Oh, no... esperen un momento. Tengo que proteger esta nave. — El droide nuevamente se quedó petrificado un momento mientras procesaba la situación. — Ayudarlos mejorará las probabilidades de mantener esta nave protegida en un futuro, pero para ello debo dejar la nave desprotegida ahora. Mmmm... Mmmmmmmm... Ay, no... no estoy muy bien programado para tomar decisiones, quisiera volver a estar con mi dueño. — Luego de unos momentos más el droide pareció finalmente llegar a una decición. — Debo realizar una verificación de los sistemas y medios de seguridad del hangar en que nos estacionaremos antes de que partamos.

Activo el comunicador.

- Oido. Buen precio. Necesitaremos carga de combustible.-

Luego miro la consola, y espero las indicaciones del espacio puerto concreto y de las entradas y salidas. Sorprendentemente, nadie entraba ni salía con la batalla estelar a sus espaldas. Estaba claro que nadie tenia claro quienes iban a ganar y de momento a él tampoco le preocupaba.

Empezó a hacer maniobras para dejar la nave en la plataforma mientras la cháchara metálica los volvía a todos locos.

- Tranquilo primo vicio. Se quita luego esa pieza de ahí, y quien quiera llevarse esta nave, tendrá que venir expresamente con una en la mano, o no irán muy lejos.-

Era el clásico “truco” de contrabandista, o de viajero espacial.
Si alguien accedía a aquella chatarra, y se la quería llevar, tendría que gastar muchas horas mirando porque no arrancaba.

Eso después de haber “untado” al señor del bloqueo del espacio puerto, que sino tampoco iba a levantar la nave. Si ellos no pagaban tampoco podrían salir.

Y por ultimo, una vez sabiendo qué pieza faltaba, tendrían que ir a un chatarrero o desguace a buscar una. No es que no pudieran llevarse la nave, es que tardarían mucho, tiempo de sobra para que ellos volvieran y les dieran una poco amigable bienvenida.

En cualquier caso, ya estaban en Ord Mantell. Y con eso ya era suficiente.

El droide miró al bith cuando escuchó que este le hablaba usando esa especie de "apodo".

— Eso es... muy astuto. Averiar la nave intencionalmente para proteger la nave. Esa debe ser una muestra de esa capacidad de improvisación de los orgánicos. — Decía el B-1. — No sé preocupe por el combustible, señor Kemlo. Si ustedes se quedasen indefinidamente en este planeta yo podría marcharme sin tener que pagar costes de estacionamiento en hangar, por lo que ese gasto debe correr por cuenta vuestra, pero administrar la nave, incluyendo el combustible, es responsabilidad mía. Además, aun hay en deposito suficiente para otro viaje considerablemente largo. Después de todo, el viaje que acabamos de finalizar, fue uno relativamente corto: tan solo nos hemos movido a través de una sexta parte del tamaño de nuestra galaxia. Respecto a la avería intencional, si me permite hacer una recomendación, hay un pequeño componente cilíndrico del tamaño de medio antebrazo humano llamado vulgarmente "fuente de poder" el cual en realidad es poco más que un condensador especifico muy importante de la maquinaria del reactor central de la nave. Es muy fácil de quitar y transportar, además de que careciendo del mismo ninguna nave es capaz de iniciar su reactor central. Las naves pequeñas solo cuentan con uno, naves mayores como esta poseen más pero basta con que falte uno solo para imposibilitar que la nave encienda, ni siquiera las armas de energía.

El Bith escuchaba al trasto hablando y empezó a negar con la cabeza.

- Muy bien pirata espacial. Regla 3 de la supervivencia en la galaxia. Nunca tengas menos combustible que el tope que puedes cargar. Porque nunca sabes hasta donde te va a perseguir el peligro.-

Se levanto del asiento del piloto y empezó a caminar a la salida, ya no hacían nada allí.

- Regla 47. Nunca quites una pieza, que puede llevarte volver a instalar mas de 20 segundos. Nunca sabes cuando el peligro viene pegado a tu culo, y necesitas sacar tu nave a las carreras.-

Llego hasta el humano y le puso una mano en el hombro.

- Tu diriges.-

Y luego miro al Rodhiano.

- Y tú nos cubres. Vámonos.-

— ¿Pirata? — Repitió el droide. Pero cuando el bith pareció empezar a instar a los demás a partir ya, el B-1 anunció. — Un momento, por favor. Este es el mejor momento para una pausa. Regresaré en unas pocas horas con mi batería cargada. 

Tras eso el droide bajó por las escaleras de la cabina del piloto y se dirigió a una de las habitaciones cerrando la puerta tras de si.

Habíamos pasado un campo de batalla, pero ahora teníamos que bajarnos, pero la verdad es que no me gustaba la idea de que el droide se fuera y nos quedásemos sin nave, por si algo pasaba, pero lo estaban convenciendo que se quedase con nosotros "Yo solo tengo una pregunta, ¿vamos ya a tierra?" pregunto, no tenía nada que ver con la situación, pero quería salir y ver que teníamos que hacer con el trabajo y ir haciendo el plan, llevo varios días sin matar y eso puede que pase factura en mi cordura.

Varias horas después el droide volvió a activarse anunciando que su carga estaba al completo y la "fuente de poder" sustraída. Mientras la rampa descendía comenzásteis a bajar por ella. 

El hangar era cuadrado, de paredes toscas de hormigón con tres puntos de entrada. Una puerta de servicio, otra para personal del espaciopuerto y otra para pasajeros donde un cartel indicativo ponía "salida" en básico galáctico.

Un androide de carga estaba conectado a los acoples energéticos de la nave verificando el nivel energético y proveyendo si fuera necesario compensarlo. En el hangar había varias cajas de provisiones aparcadas junto a la pared, cerca de la puerta de mantenimiento, para recargar los alimentos procesados si fuera necesario. Un par de barriles con líquido refrigerante descansaban cerca de la base de la rampa.  

-Pensé que no bajaríais nunca.- Dijo una voz algo cascada en básico. -Pagad la estancia, cuarenta créditos galácticos, nada de moneda imperial, ya sabéis como funciona esto últimamente.- El controlador del hangar apareció por la puerta de mantenimiento apenas pisasteis la pista. El Weequay llevaba consigo a tres más como él y dos rodianos, todos con armas. Parecía que mas que un puerto regulado por una autoridad competente, fuera controlado por una mafia.