Partida Rol por web

-No hay otra opción.- Dijo Pittien después de analizar la situación. -Si sabe algo al respecto pagaremos, sino... ya veremos.- Pittien se encaró al extraño droide.

-Está bien, ¿Cómo puedes ayudarnos?.-

-Puedo conduciros hasta Goban Suur.- Dijo de repente, cogiéndoos por sorpresa. -Goban está muy interesado en los acontecimientos que se desarrollan en la atmósfera planetaria. Un intercambio de información es un proceso aceptable.-

El doide se quedó esperando vuestra respuesta.

El tubo hueco afilado penetró poco en la carne de aquél ser que había conseguido dispararte. El daño, a parte de un pequeño quejido, no había sido elevado.

Las criaturas siguieron disparando hacia tu ser. Varios de los disparos acabaron en la pared sin daño efectivo, uno de ellos rozó tu cuerpo metálico sin un gran impacto y la última de las criaturas al disparar, una columna de humillo asomó por el cañón de su arma sin más consecuiencias.

Nada mas salir, oíste jaleo en una de las calles laterales que bordeaban el local. La calle era bastante estrecha para un humano, aunque no así para las cuatro criaturas de un metro de altura que acosaban con extrañas armas de iones a vuestro piloto.

El droide de combate se defendía con una rudimentaria arma primitiva que lanzaba flechas, pero estaba rodeado, dos de las criaturas le acosaban desde un lado y las otras dos desde el otro lado de la calle. Iban encapuchadas con túnicas rojas y uno de ellos golpeaba su arma con la mano, que echaba humo por el cañón y parecía atascada.

Se oyen unos pasos, alguien se acerca a la entrada del callejón y observa lo que allí ocurre.

El Bith torció el gesto y su mano se metió en el zurrón al tiempo que miraba la situación, rebusco algo de carga pequeña, y sin embargo no encontró nada que fuera a hacer daños mínimos, tendría que valer con lo que allí tenia.

Saco un detonador y lo levanto sobre su cabeza al tiempo que pegaba un silbido sonoro y fuerte.

- Dejad a mi droide o kapummmmm.-

No era la frase más épica de intimidación sin duda, y era mas que probable que los enanos chatarreros quisieran quedarse con el botín tan cerca de conseguirlo. Pero contaba con que la vista dé un detonador Termal a esa altura, les haría recobrar el juicio y marcharse del callejón.

Los Jawas te miraron durante unos instantes mientras valoraban la situación. 

-Es un detonador termal, pero si quiere salvar a su droide no lo activará.

-¿Y si lo activa?.

-Además del daño que produciría a los edificios.-

-Es un forastero, le dan igual los edificios.-

...

La conversación entre esas criaturas se alargaba un poco, pero estaba claro que tal vez necesitaran algo más que enseñarles un detonador térmico.

El droide sopesa la situación un momento, realizando nuevos calculos probabilísticos.

— Señor Kemlo, estos asaltantes orgánicos no saben contra que decidieron enfrentarse: el presente no es un viejo modelo B-1 estándar. — Dijo, mientras volvía a tensar el arco apuntando al agresor que ya había lastimado. — Pese a que son cuatro contra uno, la probabilidad de victoria de los asaltantes orgánicos era inferior al 40%... y ahora con su llegada, señor Kemlo, la probabilidad desciende por debajo del 20%. — Entonces libera la tensión del arco y este dispara la flecha metálica, aunque ese disparo no fue tan bueno como el anterior. — Mmm... pequeño fallo dentro de los parametros previstos. — Entonces, B-1 toma de su cinturón de herramientas un extintor compacto.

- Como queráis.-

El mercenario mueve el dedo y el detonador se activa, encendiéndose primero una linea roja, tras unos segundos se enciende otra. Y mientras el Bith ni parpadea ni se mueve.

Por su parte el droide parece empecinado en seguir luchando, y no solo eso, sino en seguir calculando estadísticas fatal. Es normal que no sea capaz de encontrar a su dueño, si no es capaz de darse cuenta de las cosas mas obvias.

-Uh-ohh..- Los jawas no querían comprobar si realmente estabas tan loco como para matarte, matar al droide y acabar con todo en un radio de diez metros. Sin pensarlo dos veces echaron a correr calle abajo y los que estaban atrapados entre vosotros dos, se introdujeron por una pequeña escotilla oculta, que sin duda utilizaban para las emboscadas.

-De acuerdo-. Contestó el humano. -Pero si hay jugarreta serás el primero en convertirte en chatarra para reciclaje. Mi amigo hace mucho que no dispara a nadie,- dijo señalando al rodiano -y su enojo va en aumento.- 

El droide os sacó del bar y comenzó a caminar por la calle. La gente se os quedaba mirando, como quien ve un desfile o un cortejo fúnebre, quién sabe.

— Oh... gracias, señor Kemlo. — Dijo, como si nada hubiera ocurrido. — Aunque claramente las probabilidades estaban a nuestro favor, siempre es mejor estrategia la que implique victoria sin la menor posibilidad de sufrir daños. — Entonces vuelve a colgarse al hombro el arco metálico y regresa al cinturón el extintor comprimido, luego comienza a andar hacia el bith. — Alrededor del edificio no he detectado nada digno de mención, no más que unos asaltantes comunes.

Cuando salísteis a la calle principal, pudísteis ver a Pittien y Petch caminando al lado de un droide que Kemlo conocía. Era un droide raro, parecido a una unidad protocolaria C3PO pero más...raro.

-Más acompañantes.- Interfirió el droide raro a vuestra llegada. -La información será más precisa-.

Cuando el Bith y él trasto salieron a la calle principal, el mercenario guardo algo en su zurrón, y Petch estaba seguro y Pittien parpadeo dos veces y dudo de lo que estaba viendo. Que era un detonador termal entrando a la bolsa.

Los dos sabían a estas alturas que él mercenario era expeditivo y algo temerario. Y se preguntaron con la mirada que era lo que ocurría, pero él primero en hablar fue el Bith.

- ¿Ahora nos dedicamos a recoger todos los droides disfuncionales que aparecen?.-

Parecía que el droide si tenía información, "Parece que alguien importante esta interesado en información y podemos hacer un intercambio" le digo al bith, y me fijo en lo que ha metido en su bolsa, "¿Porque tienes un detonador?, ¿que o a quien vas a volar por los aires?" le pregunto en voz baja, esperando que ninguno de los droides lo escuchara, era temerario, pero esperaba que no nos volara por los aires demasiado pronto.

El Bith miro sin parpadear a Petch y contesto a sus dos preguntas. 

- ¿porque no iba a tenerlo? y lo otro es obvio, a cualquiera que me hinche las gonadas.- 

Y hasta ahí sus respuestas, que explicaban tan poco como si no hubiera contestado. Pero si que lo había echo. Lo cual era un detalle importante.