Partida Rol por web

Kemlo miro el mapeado de la base en busca de las celdas, e intento armarse un puzzle en el que fuera capaz de recordar como moverse por las vías principales.

Tras unos instantes de intensa observación, se giro para mirar al resto.

- Que hacéis parados, en marcha.-

Dijo mientras se empezaba a mover para llegar hasta el turboascensor. La conversación bien la podían tener de camino. Y a menos que alguien fuera a controlar las cámaras y las puertas, no tenia sentido quedarse allí varados.

- Será mejor aprovechar que todavía no hemos llamado la atención aquí dentro para separarnos e intentar ir a por los dos a la vez - indiqué.

Entendía que Pittien no quisiera dejar a nadie de su familia atrás.

- No te puedes desdoblar, Pittien, yo tengo un arma de sobras - indiqué señalando a mi cartuchera donde llevaba el bláster deportivo -. Pero tu eliges a quien quieres ir a sacar de su celda - miré a Kemlo entonces -. En cuanto decidamos quien va a por quien salimos tu y yo pitando - le indiqué al bith.

Asintió Pittien. Quedaba decidir a quien de los dos rescataba él en persona, pero creía que lo correcto sería ir a por su mujer. Quizás de primeras pensara Anbej que su padre le tendía una trampa, y la presencia de Petch y Kemlo le podrían convencer. - Yo voy a por Salya, nos llevamos tu arma. Anbej tiene un entrenamiento militar general, más lo que le enseñaran con los rebeldes, así que podría usar tu arma, B-1. - De pronto, se dio cuenta de que, de una tacada, podría conseguirlo todo, o perderlo todo, y le entró la prisa, así que sacó su propia arma de la funda, señaló a Kemlo hacia el camino de Anbej y él mismo dio unos pasos hacia dónde estaba el camino a la celda 7, nivel 3, sector 2. 

- No creo que tengamos más encuentros en esa zona, pero espero que los otros no se den cuenta del engaño. Seamos rápidos. - Cargó el arma. - Vámonos todos. 

Los datos de la computadora revelan que en el sector 2 nivel 2, existe un hangar con vehículos terrestres. Salya está en el nivel 3 del mismo sector, podríais ir a por anbej, luego a por Salya y bajando 1 nivel robar algún vehículo para escapar. 

- ¡Espera! - dije alzando la voz deteniendo el avance de nuestros compañeros.

Estaba mirando el mapa de la computadora y la información que en el se veía.

- Si pasamos primero a por Anbej todos juntos y luego a por Salya, bajando un nivel desde la celda de tu mujer hay un hangar terrestre, ahí podremos tomar un transporte para salir de aquí con más presteza - indiqué -. Si tenéis otra zona de escape sí que deberemos separarnos, pero tomando esa como una forma de huida, creo que será mejor que los cuatro nos mantengamos juntos, así podríamos alargar la treta si nos encontramos con otros imperiales - añadí señalando el uniforme de Pittien y el mío.

— La "treta" terminará automaticamente si estamos todos juntos y somos vistos por enemigos. — Le respondió al rodiano. — Ya que el señor Kemlo, y especialmente mi modelo de droide, son bastante evidentes. Si nos separamos en dos grupos, ¿No podría el grupo que llegue primero a ese hangar que mencionas encargarse de preparar el transporte mientras el otro grupo termina de alcanzar al primero? Pero, señor Petch, no es conveniente seguir debatiendo el plan de acción, ya se ha determinado un plan.

Kemlo ya tenia casi medio cuerpo fuera cuando escucho el debate de nuevo. Y aunque ocurría pocas veces, volvió a pasar, y sonrío de manera maliciosa. 

- Deja el Rodiano, para un rato que le da por hablar.- 

Todo el mundo sabia a dónde tenia que ir, y lo que había que hacer, el siguiendo lo que había visto en los planos empezó a andar. Era imposible que no fueran detectados por la los imperiales en cualquier momento. Así que solo podían moverse con prontitud ahora. 

Pittien se mostraba nervioso. Estaba temiendo más aún que les encontraran los imperiales que su familia pusiera pegas para huir con él. En el fondo, seguía sintiendose imperial, aunque... 

- Bueno, si, como dice el droide. Vayamos. Ya estaba planeado. - Dijo mecánicamente, casi angustiado de que estuviera más cerca. - Discutir no nos va a acercar al objetivo. No. Vamos. - Intentó meterles algo de prisa. 

Me alcé de hombros, Pittien había hablado, era mejor dejar aquellas decisiones en sus manos, era su familia y el mismo debía decidir la forma en la que llevar a cabo aquel rescate. Supuse que le podría la prisa por asegurar la integridad física de sus familiares.

- Venga hojalata, pásame ese arco - le dije a B-1 -. Anbej tendrá que conformarse con eso - comenté después de entregarle mi bláster deportivo a Pittien.

Miré entonces a Kemlo mientras esperaba el arco del droide y asentí, para cuando B-1 me entregase aquella arma, saldríamos pitando a por el hijo de Pittien.

El plan estaba trazado y no había vuelta atrás.

Mientras Pttien y B-1 se adentraban en el turboascensor, Petch y Kemlo se dirigían por la puerta que daba al pasillo oeste, pasando por las celdas de contención hasta atravesar el pasillo y salir al otro sector.

Silenciosamente os deseasteis suerte.

El turboascensor llegó al nivel 3 con un pitido familiar. al abrirse la puerta un pasillo con diversas puertas a ambos lados se adentraba en el complejo. Al fondo una puerta de sector conectaba con otro pasillo que se curvaba impidiendo ver toda su longitud.

Según el mapa, aquél pasillo curvado desembocaba en una sala de guardia que debíais atravesar para llegar a la sala de control de las celdas de contención donde estaba la mujer de Pittien. 

A medida que cruzabais el pasillo notabais como los ojos de distintas especies se posaban sobre vuestra espalda mirando a través de las rejillas de las puertas. Nadie dijo nada, o tal vez las celdas estaban insonorizadas para no tener que escuchar las voces de sus residentes. 

Una vez cruzadas las celdas, la puerta del otro lado daba a una pasarela acristalada con unas magníficas vistas de la ladera de la nevada montaña... hacia abajo. Casi daba vértigo mirar la impresionante caída y no pudistes por menos que pensar en la famosa "funcionalidad imperial" de la que tanto alardeaba Pittien. Si había una fuga en masa, el lugar mas lógico para escapar sería ir por esa pasarela acristalada en vez de enfrentarse a las tropas al otro extremo. Y entonces, con la mayoría de presos en la pasarela, volarla no supondría mayor esfuerzo y si una muerte cierta, a la vez que se aseguraban de que el miedo impidiera cualquier otro amotinamiento.
Pero jugábais con ventaja ya que no os habían detectado, todavía, y por lo menos no volarían la pasarela acristalada para lanzaros al vacío. 

Según el mapa, al otro lado, cruzando la pasarela, se hallaba el sector indicado, un pasillo y al final de este un almacén con un elevador que os llevaría hasta la planta correcta.

— No olvides la munición. — Le recuerda B-1 a Petch mientras le entrega el arco fabricado por el propio droide de metal reciclado de la nave, acto seguido le ofrece también el carcaj improvisado con el estuche para planos y mapas cargado con unas 45 flechas hechas a partir de tubos huecos de algún metal ligero.

— Permiso para correr y tomar posición a un lado de la puerta al final del pasillo. — Le dijo a Pittien, solicitandole confirmación para proceder.

Salimos a prisa, corriendo por los pasillos ignorando las miradas que se ponían sobre nosotros, aunque nos sintiéramos observados. Durante los primeros pasos de aquella carrera, me había colgado el carcaj que acompañaba al arco fabricado por B-1 y luego había colgado, cruzado en mi cuerpo hacia el otro lado, dicho arco.

- Munición - dije con un chasquido -. Entiendo que las postas seas útiles a veces, pero esto, ¿vivimos en los árboles? - era un comentario al aire que quería compartir, y no esperaba respuesta.

Pasé el resto del recorrido hasta aquella pasarela en silencio. Una vez en aquel punto y mientras avanzábamos me dediqué unos instantes a contemplar el paisaje, no tanto por disfrutarlo, sino por pensar en aquella "funcionalidad Imperial".

- Estamos llegando - le informé a Kemlo.

Kemlo iba en silencio, nada raro en él, y su mano metida en el zurrón de los explosivos. Nada raro en él.
Asintió cuando Petch le informo que ya estaban llegando y aminoro el paso para oír si caminaba alguien tras el próximo recodo, y luego volvió a la misma velocidad al notar que estaban solos.

De momento era normal que no encontraran enemigos, el planeta estaba bajo asesedio, y la treta había despachado a quien pudiera hacer guardia por esta zona. Cuando se bajara del turbo ascensor no podrían contar con tanta suerte.

El destino final de su primera caminata estaba al final de pasillo, y ya casi habían llegado, así que contuvo el aliento y se preparo para complicaciones mientras recorría los últimos metros.

No recordaba que hubiera ninguna habitación de refresco de tropas en esa lugar, pero nunca se era suficientemente precavido. Coloco su cuerpo de espaldas al turbo ascensor el tiempo que pulsaba el botón para asegurarse de que nadie les seguía y espero a que el Rodiano entrara al interior.

Con cierta tensión, esta vez por la posible presencia de gente en la sala de guardia, Pittien preparó su arma aunque la mantuvo en la funda, asintió al droide para que tomara posición, y se dirigió a la puerta con todo el aplomo que podía. Quizás no hubiera gente. 

— ¡Roger, roger! Que bueno que mi dueño me reprogramó con la capacidad de interpretar lenguaje corporal básico. — Comentó el droide modificado mientras marchaba hacia la posición objetivo adelantandose solo un poco al paso del humano. — Probablemente ni la segunda versión de modelos B-1 podría interpretar ordenes tan sutiles.

El tono que empleaba en su vocabulizador parecía transmitir cierto reproche o queja, aunque el volumen era más bajo... pareciendo estar hablando para si mismo. ¿Por que ese tal Pirma le programaría esa rutina de comportamiento?