Partida Rol por web

El mago se mantiene expectante, conteniendo su ansia de destrucción mientras sus compañeros deciden el camino a seguir...

Con una actitud inusitada en un guerrero, Roghar... piensa...

Que camino tomar...

Creo compañeros que podríamos explorar en primer lugar las habitaciones de este piso para no dejar puntos muertos a nuestra espalda... ¿os parece bien?

Me parece correcto, miremos las habitaciones de este piso y luego subiremos o descenderemos. Estad atentos por si ese dragón decide volver a acabar el trabajo.

Dicho esto me dirijo hacia la habitación situada al "sur" con las espadas en la mano y atento a cualquier ruido que pudiera descubrir la presencia de alguien o algo.

Me parece oportuno, aun que no sé si el clérigo quiera aprovechar para curar las heridas de algunos con las bendiciones de su dios, claro, lo mejor será que tuviese en su poder alguna varita con que canalizar dichas bendiciones... Deja caer el mago, dando a entender claramente lo que esperaba de su compañero.

En primer lugar por donde pasáis es una pequeña escalinata completamente cegada a media altura por culpa de los escombros. Asi pues, seguís vuestro camino.

Varias habitaciones hay en esta sección:

En la primera, todo lo que se puede ver es una mesa rota por la mitad, una estantería de madera vacía y excrementos de rata. 

En la segunda por donde pasáis parece ser que era un dormitorio. Sin embargo, la cama ha sido echa trizas y hay una gran rata muerta en medio de los escombros. Un trozo de una túnica ocre cuelga de un clavo en el dintel.

La tercera y última es un salón, aunque esta lleno de desechos y escombros, y los murcielagos revolotean por la habitaciçpn.

Roghar consciente de su poca habilidad deja esta tarea a otros...

Entro en las habitaciones armas en mano observando todo a mi alrededor y cuando creo que no hay peligro echo un vistazo más en profundidad - Erikha, mira a ver si descubres algo tu de los anteriores inquilinos, tus ojos están más aconstumbrados que los mios para ese tipo de cosas

Rhuk sigue a sus compañeros aún confundido por lo que había ocurrido, sin apenas rasguños sus compañeros habían echado a patadas a un dragón, eso le hacia sentirse a la vez avergonzado por ahber querido que le siguieran sin luvhar y a la vez confortable al ver que venia ocn un grupo tan poderoso.

A mi el dragón me ha herido levemente en la pierna, dice Roghar mientras señala la pierna atada fuertemente con un pequeño trozo de tela.

Me vendría bien algo de ayuda...

Mientras los demás comienzan a explorar, Erikha se queda un poco atrás introduciendo con mucha facilidad la armadura de cuero tachonado el el bolsillo central de su morral, recordando aquel breve episodio en la gran ciudad, cuando casi muere enfrentándose a la guardia de aquel noble. Dibujaba una gran sonrisa al pensar que consiguió escapar de allí, llevándose este morral como "premio".

-Po... Por supuesto, Vannael- Su voz la había sacado de sus pensamientos, así que cerró rápidamente el morral  y con estoque en mano, se disponía a revisar las habitaciones tras él.

Vuestra búsqueda en las habitaciones no os desvelan nada de interés. No hay pisadas ni nigún rastro que muestre que haya habido alli alguien. Tampoco encontrais objeto alguno de interés.

 Tras terminar terminar de registrar las habitaciones, Erikha vuelve junto a Vannael y los demás, cuando se fija en la herida del bárbaro.

 La esquina sureste está completamente derrumbada. Esa esquina no más que un montón de escombros con una salida al exterior (directamente encima del foso) donde se oye de fondo el ruido del agua corriente. La habitación es húmeda y está completamente vacía.

Comienzas a investigar por la zona, no encuentras nada del otro mundo. Sin embargo, mientras investigas no te percatas del extraño ser que te vigila. En un determinado momento te acercas demasiado hacia él, y no te das cuenta hasta que es demasiado tarde.

Un extraño "brazo" gelatinoso intenta golpearte pero reaccionas de manera instintiva y te apartas a tiempo.

Erikha se lleva un gran susto pero sin embargo al estar acostumbrada y tener los reflejos igual de afilados que su estoque, replantea rápidamente la situación y reacciona. 

Con un rápido movimiento se desplaza hacia atrás, tensa el arco y dispara la flecha que tenía encalada, maldiciendo por saber que podría haber hecho un disparo mucho mejor. 

-¡Chicos! ¡Ayuda! ¡Aqui!- grita para avisar a sus compañeros.

Rhuk, ¿puedes tratar mi herida?

Roghar se acerca al clerigo dando por hecho con rudos modales que este va a atenderle.

 En el momento que Roghar dice eso, ois un grito:

-¡Chicos! ¡Ayuda! ¡Aqui!

Es la voz de Erikha, parece que tiene problemas.

Roghar ignora la herida y tras un ligero traspies por la herida va hacia donde se encontraba Erikha...

Ya estoy aqui! ¿que sucede?

La flecha impacta de lleno en el cieno,... pero este continua avanzando lentamente hacia ti.

Al pedirle el guerrero que le cure las heridas el clérigo le dice con una sonrisa:

Claro compañero.

Pero en ese momento escuchan un grito pidiendo ayuda y deja de invocar a su Dios y corre hacia donde se dirigió Erikha.