Idilia es el nombre del reino en el que vivís, no es especialmente grande ni poderoso, pero sí un lugar ordenado donde en general reina la bondad y la justicia. Haciendo frontera con el reino hay varios países que pugnan para ampliar fronteras, sumidos en constantes guerras. A veces alguna compañía mercenaria o algún mago poderoso aparece por las tierras circundantes, y tras el uso de sus recursos logra hacerse con un pedazo de tierra que reclama como propiedad suya y tanto puede durar unos meses como unas décadas.
En general, fuera del reino de Idilia, las luchas son constantes, pero de algún modo, el Rey Benedigno se las ha apañado para que no afecten demasiado a las gentes que hay bajo su protección.
Eso, no obstante, no significa que a los largo de las décadas no haya habido altercados, ni mucho menos. Más bien al contrario, en varias ocasiones han intentado infiltrarse pequeños señores de la guerra, o señores de los bandidos, para intentar hacerse con una porción del reino. Pero hasta el momento el Rey y sus hombres siempre han logrado terminar con esos problemas.
Hace varios años, la porción del reino en el que habéis nacido y crecido era propiedad de un pequeño país limítrofe al reino de Idilia, que se vió acechado por esos señores de la guerra que de vez en cuando aparecen por la tierra. Las gentes de la región, inocentes, erán víctimas de los acosos y pillajes de los bandidos que acosaban ese pequeño país. El reino de Idilia mantenía una alianza con este país y por ese motivo, mandó algunas tropas para ayudar a las del país ha hacer frente a los bandidos.
Uno de esos caballeros que acudió en auxilio de las gentes que sufrían los ataques de los despiadados bandidos fue ser Veremón. Un caballero errante, que acudió como espada juramentada de su Majestad.
Pero el contingente fue asaltado antes de llegar a ninguna fortaleza para reunirse con los aliados. De aquel asalto pocos sobrevivieron, los bandidos mostraron ser un grupo, numeroso y bien organizado.
Malherido, ser Veremón logró alcanzar los muros de una pequeña fortaleza en la que le dieron asilo y le atendieron.
El Lord del castillo, indignado ante las actuaciones cada vez más atrevidas de los bandidos, y deseoso de mostrar su valía como caballero, decidió ir a darles caza junto con el grueso de sus tropas. A pesar de las órdenes recibidas por su Majestad. Cayó víctima de una emboscada. Él y sus hombres murieron o no lograron regresar a sus casas. Al poco tiempo, su hijo decidió ir en su busca para pagar un rescate. Este también cayó. Dejando el pequeño castillo sin más defensas que sus muros...
Pero ser Veremón, de algún modo, se las arregló para que la señora de la casa le escuchara para preparar defensas. Resultó que los esfuerzos no fueron en vano pues un contingente importante de bandidos intentaron asaltar el pequeño castillo para saquear, robar y llevarse a las mujeres que tras sus muros había. El mismo ser Veremón plantó cara en la primera línea de defensa. Aguantaron durante una semana los continuos asaltos de los bandidos, plantando un férrea defensa, no cediendo ni un palmo de la muralla.
Los dioses fueron benignos, pues gracias a la defensa organizada y liderada por ser Veremón, los bandidos del bosque de los Lobos se habían reunido todos juntos, bastantes de ellos desquiciados y no pocos heridos, así como varios muertos. Eso es lo que encontró el contingente de caballeros y hombres de armas mandados des de Idilia para plantar cara a los bandidos.
Estas gestas hicieron que el Rey Benedigno decidiera recompensar al caballero con las tierras que defendió y protegió. Ya que el castillo y las tierras se habían quedado sin señor y el país vecino no pudo oponerse a ceder esas tierras a modo de pago por la ayuda del reino de Idilia. Así nació la Casa Rocafreda. Ser Veremón decidió estampar en su blasón la figura de un castillo rodeado de oscuridad, pero más resistente que el hielo milenario.
En poco tiempo la región circundante al pequeño castillo de Rocafreda, fue recibiendo seguidores y hombres que se ofrecían a servir al señor de las tierras. Pues sus gestas, cantadas por bardos, fueron conocidas en el reino.
Así es como unos veinte años después de estos hechos, los Rocafreda dominan una discreta porción de tierra en la que hay un pueblo y varias granjas repartidas por sus dominios. Vosotros habeís nacido de los colonos que pidieron entrar al servicio de Lord Rocafreda.
La geografía de la zona es bastante quebrada, hay muchas colinas y los bosques, de coníferas, son bastante densos hacia el noroeste. Un par de arroyos cruzan las tierras de los Rocafreda.
Las gentes de la región vive básicamente de la tala de árboles, la recolección y la ganadería, esta mayoritariamente es de cabras y ovejas, pues las condiciones climáticas de la región son bastante duras, un frío riguroso durante el invierno y templadas en verano; a parte no hay demasiados pastos para otro tipo de ganado.
En el pueblo, de un centenar y medio de habitantes, se han especializado en el aprovechamiento de las materias sacadas de la ganadería, quesos, ropas de lana y pelo de cabra y objetos de cuero.
Religión y justicia.
Las religiones predominantes son Khautea y Lathander. También hay cabida a otras deidades benignas y legales menores como el Caballero Rojo, Oghma, Mieliki, Milil.
Khauntea: La Gran Madre, la diosa del Cereal, la Madre Tierra.
Lathander: Padre del amanecer.
Caballero Rojo: Señora de la Estrategia.
Oghma: El señor del saber.
Mieliki: Nuestra Señora del Bosque.
Milil: El guardian de los trovadores.
Violant eligio una diosa diferente, Selune, o... ¿quizás fue al rebés?
La ley de la región es administrada por Lord Veremón Rocafreda y sus hombres de armas. El castillo está a poca distancia del pueblo, cosa de media hora andando. Normalmente en el pueblo hay una pequeña representación de la ley, en forma de unos pocos guardias y un sargento, que se encargan de administrar los problemas menores. En el caso de que sucediera algún asunto de mayor importancia se haría cargo el mismo Lord Veremón a modo de juez.
Debido a los problemillas fronterizos que van sucediéndose por los límites de las tierras, Lord Rocafreda y sus hombres han pedido, a lo largo de los años, en parte como modo de tributo, el adiestrar militarmente parte de la población.
En algún caso ha dado sus resultados pues ante la presencia de alguna amenaza los refuerzos de esta milicia, combinada con las fuerzas profesionales han resultado ser autosuficientes, sin tener que pedir refuerzos a las otras provincias del reino.
En el pueblo, en la construcción que ocupan los soldados que permanecen como guardias de la ciudad, hay un pequeño arsenal para dotar a los aldeanos de armas y armaduras que han aprendido a usar.
Las tierras de Rocafreda, ha sido la última incorporación significativa en el Reino de Idilia.
Idilia actualmente está formada por tres provincias de un tamaño equivalente a tres o cinco veces la extensión de Rocafreda. Las tres provincias son:
· Dalowin, la mayor en extensión.
· Ilatia, famosa por sus viñedos.
· Flira, ubicada entre las otras tres.
Rocafreda se encuentra entre Flira y Dalowin. A pesar de ser autónoma, Rocafreda no es terminada de ver como una provincia en si mismo, para la mayoría del reino es considerado más como una media provincia.
Donde se encuentran las tres provincias hay una gran urbe, la capital del Reino, Benedingburgo. Con un importante puerto comercial provisto de una propia flota (construida recientemente con la tala de madera producida en Rocafreda). Se comenta que en la capital vive alrededor de la mitad de la población del Reino.
Desde la capital es donde se gobierna el Reino. El actual regente es Pierot Benedigno, casado con su prima Lorenna Benedigno. Los dos descendientes de la familia fundadora del reino. Los Benedigno.
Violant es originaria de Rocafreda. Ulrien es originario de Dalowin.