Partida Rol por web

Bajo con sigilo y miro haber que hay en la siguiente puerta entreabierta.

-Correcto, pero el bosque mas cercano esta por al lado de la carretera, hasi que marchando... y vamos, Victor, tampoco eres tan viejo, no te pongas dramatico o Ronald tendra que cargar contigo-

no te quedes atrás ronald, ánimo!

La situación en la que estábamos, me resultaba muy complicada. Por unos instantes, tengo ganas de quedarme ahí. De esperar, ver cómo las lucecitas se iban apagando, y quién sabe, incluso ver como la mía propia se apagaba. A merced de quién sabe Dios. Y entonces, las palabras de Víctor arrojan sobre mí un ápice de aliento y esperanza, borrando las turbiedades que comenzaban a envolverme. Asiento, a mí mismo.

Titubeo unos instantes, y me pongo en pie, cuchillo en mano, siguiendo a mis compañeros. Algo me preocupaba. Tal vez la situación estuviera empezando a estresarme de sobremanera. Y no puedo evitar decir. - Laura, si vuelves a hacer eso... Sin siquiera consultarnos, no reaccionaré de forma tan positiva. No eres quién para poner nuestras vidas en peligro, nuestra situación al descubierto sin tomarnos en consideración. Pensaba que en los cuerpos de nacionales de seguridad, cuidaban más el entrenamiento de sus funcionarios. - Mi voz suena rotunda, casi rozando la violencia.

ojalá tuviera una cámara para inmortalizar esto...

la escena era grotesca, pero ronald tenía razón, ésto no parecía un equipo.

Cuando mis compañeros empiezan a buscar cosas que puedan ser de utilidad yo me siento en una silla y le doy al botón del ordenador para encenderlo.

¿Funcionará?, ¿pedirá una clave?, ¿encontraré algo realmente útil aquí?. De momento no he podido ser muy útil al grupo.

ted sigue a sonia mirando en todas direcciones

¿Que prefieres, mar o montaña?

De pronto oí un alarido que me estremeció

¡Miles! ¿Has oído eso?

Corro por la carretera hasta refugiarme en una especie de bosque cercano, ahi, busco un arbol al que subirme, escalo y miro alrededor mia , buscando a mis compañeros con la mirada, no parecen seguirme

Visto que la joven hace caso omiso a mis palabras, y sale disparada hacia el bosque, sin siquiera esperarnos. Cometiendo de nuevo, lo que para mí era un acto de egoísmo, me detengo, en seco. Cruzo mis brazos y miro a Víctor.

- Bien, señor Carabrias. Entendería que usted decidiera continuar con ella, desde luego, tiene muchas más posibilidades de sobrevivir a su lado. - Mis palabras sonaban sinceras, y para nada parecía reprocharle que se fuera con el ejemplar más fuerte. - En mi caso, creo que tomaré un camino distinto. Actúa sin pensar. No digo que esté en contra de alguie impulsivo, pero en este caso, roza la temeridad. Y no estoy dispuesto a ser el blanco de los demás, sin al menos, intentar hacerles entrar en razón. Aunque me vuelen la cabeza. Es imposible... que no haya nadie capaz de acabar con estas pulseritas. Seguro que hay alguna forma de desactivarlas... Quién sabe si emboscar a los que vengan a rescatar a los supervivientes, y salvarnos más de los que deberían. - Parezco emocionado y convencido de lo que digo. Realmente, a pesar de haber sido criado en circunstancias hostiles, parecía que habían inculcado en mí el aprecio a la humanidad. Unos sentimientos, que parecían escasear en los demás. - En fin, lo que quiero decirle... Es que probablemente esté buscando mi muerte si permanezco sólo. Pero da lo mismo, porque esa mujer, no parece querer trabajar en equipo. Por eso, le querría preguntar si quiere quedarse conmigo. - Estaba siendo franco. Y consecuente. Levanto la mano antes de que diga nada. - No me gustaría que se justificara, simplemente responda sí o no. Quién sabe si volveremos a vernos. Si no, ha sido un placer. - Extiendo la mano, dispuesto a estrechársela, tanto en señal de adiós, como en señal de "ahora somos un equipo". En silencio, espero a que se decida.

Busco en la siguiente sala que veo entreabierta (de nuevo).

Por mi parte, señor Ronald... si. La pregunta es si usted quiere permanecer al lado de este viejo cascarrabias profesional del cine o con una agente preparada.... aunque sólo en algunos aspectos más escenicos y de acción, por supuesto. Perdí la noción de democracia o libertad en el preciso momento de entrar aquí, pero hay momentos en que no tenerla en cuenta (como este) no hará perder los papeles, y en nuestros caso, perder la vida.

Asiento a Víctor, sin poder evitar una sonrisa de complicidad. - Me alegra ver que aún quedan personas en este, nuestro pequeño apocalipsis. - Le estrecho la mano con fuerza. - Muy bien. Ahora ella tendrá ventaja, está sola, pero nosotros, somos dos. - Miro hacia donde ha ido ella. - Creo que lo mejor, va a ser buscar algún refugio en el bosque. Y en cuanto a todas las cosas feas que ha dicho sobre usted, sólo le recomiendo que comience a pensar en las cosas positivas que sabe hacer. Yo, soy carnicero, así que comida, no nos faltará. Y bueno, estudié Medicina hace bastantes años. Mis conocimientos no son muy amplios, pero podremos apañárnoslas, se lo aseguro. - Por momentos, siento que me estoy emocionando, que estoy hablando demasiado. Comienzo a andar, en dirección contraria a la mujer. - Lo más inteligente, creo que sería buscar algún tipo de refugio... Busquemos en el bosque. Y si no, me parece que la playa, puede ser un punto interesante para esconderse. Podríamos salir sólo de noche, señor Carabrias. Y turnarnos en las horas de vigilia. De noche, es más difícil que nos localicen. ¿Qué opina? - Me detengo, para escuchar su respuesta. - De todas formas, creo que lo primero, sería un lugar donde refugiarnos, escndernos.. Desde el cual, poder... o pasar desapercibidos, o, si no hay más remedio, emboscar a nuestros...compañeros. - Eso último, no parece convencerme mucho, aún así, sé que es una posibilidad a tener en cuenta.