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San Acoma [KDD 2020>2023]

CRÓNICA DE LA PARTIDA 25-3-2023

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17/03/2025, 22:19
Director

-Estáis en el "Pueblo" ahora, dijo y señaló con la mano hacia la Ciudad del Cielo en lo alto de la Mesa. -Uno no viene a San Acoma por nada. Los hombres llegan para huir de su pasado, o para encontrar su camino. De una forma o de otra, este lugar es especial. Siempre.

Justice in Sabbath, escena San Acoma

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Los Jinetes habían logrado rescatar a Rose Ferris del Fuerte Lobo, y ahora huían hacia el sur, perseguidos por toda la banda de los Lobos del señor Ortega, uno de los caudillos de Judas Crossing. Para despistar a los perseguidores, Juancho les propuso un plan. Él ya había cumplido con su venganza al matar a Hipólito, y ahora se ofrecía para darles una oportunidad a los Jinetes de Ferris, a Rose y a Coffey que iban con ellos. Juancho conocía el Swing Station Alexandre, un lugar donde se podía cambiar los caballos por otros. Su plan era seguir por su cuenta hacia el este, con todos los caballos. Mientras tanto, el resto podía robar otras monturas en el Swing Station, y continuar hacia el sur. El objetivo era despistar a los Lobos para continuar el viaje hacia el sur, y desde allí buscar una forma de llegar hasta Ferris para reunirlo con su hija.  

 

Así que idearon un plan, con una distracción mediante, para robar los caballos necesarios y continuar la huida. El grueso de los Lobos cayó en el engaño y siguieron la estela de Juancho. El resto, aunque tuvieron que huir de la persecución de un número reducido de enemigos, finalmente lograron dejar atrás la Caldera del Diablo, una de las regiones más peligrosas de la Frontera.  

Uno de los Jinetes estaba herido. No era grave, pero una herida de bala podía infectarse. Buscaron un refugio seguro en medio de Nuevo Méjico, y es así como llegaron hasta San Acoma, la Ciudad del Cielo. 

Acoma Pueblo era un pueblo indio en la parte occidental de Nuevo Méjico, cerca del camino desde Santa Cruz. Se podía ver a varias millas de distancia, en lo alto de una mesa de 365 pies de altura.  

 

Era un lugar aislado y sagrado para todas las tribus de los indios. El nombre “acoma” significaba “el lugar que siempre ha sido”. Constaba de tres filas de casas de adobe de tres plantas. El tejado de una casa era el suelo de la siguiente, y cada nivel estaba conectado al anterior mediante escaleras. Las escaleras eran la única forma de entrar en el interior de las casas, ya que no tenían ni ventas ni puertas.  

 

Por fin pudieron descansar, y atender al herido. Por suerte, los Jinetes contaban con Lobo para hacer de enlace y traductor con los indios. Además, en San Acoma estaba la misionera Evelyne Morrison y el padre DeBach, quien atendía la iglesia misionera de San Esteban. Entablaron amistad con varios indios, como la curandera Tainui y el joven Setimkia (“el Oso Que Ataca”). Cagey sorprendió a todos con su habilidad para la medicina. Durante las semanas siguientes, los miembros de la banda perfeccionaron algunas habilidades y descansaron. También hablaron con Rose Ferris, quien les confesó que ella estaba enamorada de uno de los hijos de Ortega. No había sido un secuestro. No sabían si seguía con vida, pero en el ataque al Fuerte Lobo habían fallecido muchos con el apellido Ortega. En cualquier caso, Rose, o “Rosita”, estaba dispuesta a reunirse con su padre y ayudar a los Jinetes. Las noticias que les llegaron de Ferris eran confusas. Había rumores de su actividad terrorista en la región entre Arkansas y Luisiana. En cualquier caso, Coffey contaba con la posibilidad de hacerle llegar un telegrama.  

Los Jinetes estaban en el punto de mira de, al menos, los Lobos de Ortega, la brigada de Ferris liderada por Cross, los restos de la banda de Calderon, y los rangers de Texas. La única esperanza de los Jinetes era llegar hasta Ferris con su hija para convencerle de dejar de perseguirlos, y que la agencia secreta confederada CSA les proporcionara nuevas identidades. Así que partió de San Acoma... 

 

Pero Coffey no regresó, así que salieron en su busca. Por el camino se encontraron con James Jennings, un ganadero que se quería establecer en la zona. Les indicó el camino donde había visto a Coffey, y lo encontraron de noche, en un campamento y atado a un árbol. Le rodeaban algunos miembros de la banda de Calderon junto a otros hombres armados. Los Jinetes idearon un plan de ataque que esta vez salió bien, y acabaron con todos ellos. El último en fallecer fue Miguel Calderon, quien se cayó del barranco.  

No pudieron salvar a Coffey, pero con su último aliento les dijo que había sido Cross quien le había torturado hasta sacarle la información del paradero de los Jinetes. Coffey nunca llegó a enviar el telegrama a Ferris.  

Los Jinetes regresaron a toda prisa a San Acoma. El pueblo les había cuidado bien, y Cross era un sádico y un demente. Además, Rose Ferris estaba allí. Cross había ocupado la plaza del pueblo, y tenía a varios miembros de su brigada confederada, y también cazarrecompensas y pistoleros a sueldo. Los Jinetes reconocieron a muchos de sus antiguos compañeros, como Cannon Adams, Roy Holloway, Peter Corrigan, Leonard Simms...  

Los asaltantes habían reunido a los indios de San Acoma, y tenían una ametralladora Gatling apuntándoles.  

 

El Lobo avanzó por los tejados del pueblo, eliminando uno a uno a los matones de Cross que estaban vigilando.  

 

Finalmente, el indio llegó hasta el hombre que manejaba la Gatling. Era un mercenario sádico, Julian Resheneck, conocido como “el Monstruo”. Al mismo tiempo, el resto de los Jinetes avanzaron para rodear a Cross. En el combate final, Hoofer lanzó una dinamita hacia Cross, y los Jinetes acertaron con el disparo que provocó una gran explosión. El capitán Cross estaba muerto, y también el resto de los asaltantes y miembros de la brigada. Ninguno de ellos salió con vida de la Matanza de San Acoma.