Eres un alma torturada que se mantiene alejado de todo y de todos, así que eres visto por el resto de la corte vampirica como el "jorobado de Notre-dame" de Venecia. Algunos se burlan, otros creen que simplemente eres una leyenda urbana, como los caimanes en las alcantarillas de NY. Así que no sueles recibir visitas de casi nadie y apenas tienes trato con la Cohorte de Caesarius. Sabes que él es el que corta el bacalao en Venecia pero no le has visto jamás (o eso crees). Sabes de su existencia porque de vez en cuando ves su "sombra" a lo lejos, por las calles y hueles su aroma a no-muerto, pero nunca te acercas a él ni él a ti. Extrañamente os manteneis a una distancia prudencial, casi como si hubiera una frontera entre ambos, bien definida.
Mayormente te sueles relacionar con humanos y sólo excepcionalmente con algunos vampiros menores, pero de forma muy breve y son encuentros que no suelen terminar bien. Prácticamente todos se llevan la impresión de que no estás en tus cabales, que tienes alucinaciones, o en el peor de los casos, que sufres desdoblamiento de personalidad o eres esquozofrénico, cuando no creían que estabas poseído, claro... Eso no te permite hacer buenas relaciones que digamos... Sí, lo sabes, Celeste puede llegar a ser un buen incordio la mayor parte del tiempo. Es por ello que te sueles mantener separado de todos.
La única excepción es una vampira: Lisbeth. Ella es la única que asiduamente te visita.
Es una vampira de tu mismo clan, que además había conocido a tu Hacedor, Giacomo, o eso dice ella. Es una mujer tan misteriosa como extraña, que te trae sangre fresca embotellada y libros, para asegurarse de que todavía sigue vivo y a salvo. Simplemente una noche os topasteis en las calles de Venecia. Esa maldita Gárgola te estaba volviendo loco y te había conducido por callejas extrañas con compañías aún peores y allí estaba Lisbeth, sonriente, ofreciéndote un deseo y sacándote de una situación excesivamente apurada para tí y tu oscuras tendencias. No sabes muy bien porque hace lo que hace, si por pena, por compasión o porque le pareces gracioso, pero cuida de tí, se asegura de que estás bien y de que te dejen en paz. Sospechas que sabe algo sobre tu maldición pero nunca pareces ser capaz de sacar ese tema con ella y Lisbeth parece ser experta en esquivar respuestas concisas. Estás casi convencido de que no puede ver a Celeste pero debe ser la única que no te mira como si estuvieras completamente loco...
Por cierto, sube tu mismo los stats de tu personaje a la ficha que hay de éste en la partida, en el apartado notas ^^ muchas gracias!
Celeste la Gárgola: es lo que algunos estudiosos de la Talamasca etiquetaron como "Impulsor", un tipo de espiritu travieso y de tendencia caótico-perversa que puede tomar distintas formas y aspectos. En este caso, es un espiritu femenino que decidió tomar la forma de una gárgola de piedra parlante. Los espiritus-impulsor normalmente no pueden ser vistos por el ojo humano, éstos tienen la habilidad de aparecerse ante sus víctimas u objetivos elegidos, permaneciendo invisibles para el resto del mundo. Las consecuencias de ello es que muchos de los sujetos a los cuales se aparecen, les acaban tomando por locos y encerrándolos en instituciones mentales.
Hay dos excepciones: los humanos con habilidades paranormales (brujas) y los vampiros con especial sensibilidad (auspex). Sólo éstos pueden ver a los impulsores aún incluso en contra de su voluntad, por mucho que se oculten.
Celeste, aunque tome una forma tosca, no tiene un cuerpo sólido, sólo es un espíritu que vive para atormentar y jugar con su objetivo, en este caso, Tú, así que nadie ni nada puede tocarla, a excepción de tí, tus sentidos, incluido el tacto, te engañarán constantemente y te dirán que su tacto es duro, frío, marmoreo y ruboso, sólido como la piedra, más es eso, un engaño, una ilusión que cubre por completo tus sentidos.
Aún así, aunque sea un ser de naturaleza etérea, no quiere decir que carezca de poder, dado que si no fuera así, tú mismo te habrías librado de ella hace mucho tiempo.
Los impulsores son capaces de mover objetos a distancia e invocar tormentas de rayos, ya que son espíritus de naturaleza aérea. También pueden invocar ráfagas de aire violento. Y es completamente imposible deshacerse de ellos, para eso primero se tiene que conseguir hacerle sólido mediante la transubstanciación y luego matarle (la transubstanciación requiere encontrar el cuerpo adecuado para mantenerlo dentro y retenerlo, si no, no se hace "humano" y aunque se matase al cuerpo huésped, el impulsor seguiría vivo y continuaría campando tan tranquilo por el mundo).
La pega? porque sí, todo tiene su precio, es que son también espíritus muy sexuales y celosos. Eso los puede convertir en verdaderos fastidios para la persona que eligen "proteger"/fastidiar", pero también pueden ser unos magnificos aliados, si se manipulan acertadamente. Pero ojo! nunca les tomes por tontos, no lo son y si descubren tu treta, se volverán contra ti.
Aquí te dejo la información detallada de los Impulsores, extraída de las novelas de Anne Rice, con alguna ligera modificación para adaptarlo al juego ^^
me gusta, me gusta... >:D