Como cada mañana te encuentras investigando una de las ruinas egipcias, pero esa mañana era diferente a las demás, lo supiste desde que un Rolls Royce negro estaba aparcado cerca de donde sueles estacionar, no llevabas ni cinco minuto allí cuando la puerta del conductor del coche se abre y sale un hombre vestido de negro
-¿Señor Mc Clurg? Me envia Paul Kirchschlaeger, quiere que se reuna con él en Viena
Paul Kirchschlaeger, su nombre te suena, es uno de los hombres más importantes en la alta sociedad vienesa, por si eso no fuera poco, también es el director de Asuntos para Europa Central
Antes de que salga nadie ya se, por el vehículo nada habitual, que debe ser alguien de la organización*. No son nada discretos los altos cargos en lugar de usar uno que pase desapercibido, aunque puede que en sus reuniones sociales si que no llame la atención.
Asiento ante sus palabras consciente de que él simplemente tiene sus órdenes, le hablo en un tono amable y educado. – Indudablemente no rechazare su invitación. ¿Puede decirme cuando debo presentarme? No sería adecuado presentarme antes de cuando me esperen, así como tampoco llegar con retraso.
Señalando mi vehículo y la excavación. – Le han dicho que debo hacer con mi material y la excavación actual, si desaparezco sin decir nada podrían creer que he sido un extranjero secuestrado y saltar todas las alarmas en algún control de pasaportes. Deberé decirles alguna cosa, a menos que ya hayan recibido un aviso de que me ausentare.
* ¿Qué nombre usan para referirse a su organización de mutantes?
-Ya está solucionado, han sido avisados de que se le necesita para asuntos más urgentes. Un agente llevará sus cosas al aeropuerto, donde un avión le está esperando, en cuanto lleguen los demás pasajeros partirán hacia Viena
Fundación Kauffman