Partida Rol por web

Y Phor calla. Ya sabía yo, que no iba a saber cómo responder a eso. Pero tal circunstancia significa que vuelvo a ser el foco de atención de la Señora, y aunque me encanta serlo cuando sé que voy a conservar todas mis partes, mi estómago ahora mismo me dice que preferiría no andar comiendo tanto relleno de peluche, y que si tendría a bien rebajar un poco la presión de ahí dentro de alguna manera.

-Vereis, mi poderosa Señora. Después de la pérdida de tiempo causada por tener que transportar a ese gigantón al médico, tuvimos un largo rato en la sala de espera y mientras lo remendaban para decidir qué hacer. Como los otros dos patanes no se decidían, uno demasiado preocupado por las luces de emergencia del tugurio donde estábamos ya que eran demasiada tecnología para él, y el otro por ser un goblin bobo, acabé tomando la decisión de recurrir a otro viejo conocido para serviros a Vos, en vuestro magnificiente y malvado plan de destruir esa Comunidad. Como un gran mono no había servido, lo único mejor que se me ocurrió fue ir a buscar la brutalidad más grande a la que podía acceder con mis modestas capacidades, muy inferiores a las Vuestras, que son la Gloria y la Envidia de todo señor que aspire a alcanzar el mayor poder, que Vos ostentais.

Hago una reverencia pequeña, todavía mirando cómo las pirañas mordisquean.

-Así que fuimos a buscar al tío que la tenía más grande. La bomba de impulsos electromagnéticos, quiero decir. El plan era freir con tal objeto el area donde se alojaban los servidores de internet de la Comunidad, y así obligarlos a quejarse a su servicio técnico y salir de casa, para ser destruidos al descubrir que todos sus datos se habían borrado.

- Por fin una idea que parecía sensata! - Al menos el escucharla me hizo creer que tenía su lógica, por mucho que hasta el momento precisamente su lógica no es que hubieran usado demasiado.

Ahora sólo me quedaba ver si habían llegado a hacerlo, porque casi los veía con más posibilidades de cortar el agua caliente a aquella gentuza que seguro que no se lavaba más que una vez al mes que en dejarles sin internet.

- Bien bien, pues cuéntame lo que sucedió anda. ¿ Llegasteis a activas la bomba esa?

A mí siempre me encantaban los que la tenían más grande, desde hacía siglos, pero claro, una cosa era lo que tuvieran y otra, que supieran cómo sacarle rendimiento.

Niego con la cabeza, tremendamente afligido por lo ocurrido.

-No, todopoderosa Señora. Aunque el plan era genial, sufrimos un terrible inconveniente durante el camino, a causa de los mentecatos de esos compañeros -señalo con el pulgar a Phor, y los restos de los otros dos-. Pues aunque yo conocía la última dirección de mi colega, su profesión es de riesgo, y ha de mudarse a menudo para evitar problemas con los vecinos sin tener que llegar a vaporizarlos. Que sería una decisión práctica, pero ocasiones anteriores demostraron que atrae demasiada gente a cotillear. Así, cuando llegamos ocurrió lo esperado: La casa donde vivía estaba en venta, y el tipo se había mudado. No sería un problema, claro, pues desarrollamos un código para saber dónde seguir buscando, y estaba en esa lectura cuando el gigantón decidió que no tenía paciencia para leer un código, ni jeroglíficos, ni en general nada, y haciendo uso de sus más que demostradas habilidades, decidió que prefería destrozar la casa a garrotazos, animando a los otros dos a hacer lo propio. Cuando conseguí detener su instinto berserker de destrucción, el código había volado. Y nos quedamos sin la bomba más grande, ¡todo por su culpa! -Señalo a Phor con el brazo del cañón.
 

Inmediatamente mi vista se posó en Phor, sobretodo, porque eso de la bomba me había parecido bastante interesante como ya había dejado claro.

- Lo de ponerte a destrozar todo tiene una explicación ¿ verdad?

No tenía ni idea de lo que podía pasársele a un armatoste vikingo por la cabeza, pero lo que sí que sabía era que quería saber el motivo de esa reacción y sobretodo, qué hicieron tras perder esa bomba, porque yo les había mandado a una clara misión y por el momento, casi podía decir que todo lo que estaba recibiendo eran silencios y largas.

- ¿ VERDAD?

Algo les decía a los dos que estaba empezando a perder la paciencia.

Tras haber recibido mi merecido por haber callado cuando mi Ama me pregunto, estaba aun mas aterrado que antes. Esta vez no podia dejar que el miedo se apoderase de mi mente y tras la pregunta de su excelentisima trague saliva. Parecia que no podria hablar, pero al fin salieron ciertas palabras de mi boca que hicieron que perdiese el miedo para explicar lo ocurrido.

- Mi señora, por supuesto que tiene una explicacion... - dije con un miedo aterrador,- El mono llevaba mas de seis horas intentando descifras la nueva direccion de su amigo, o lo que fuese que fuera. Comprendera usted, que tras tanto tiempo esperando, el resto del grupo perdiera un poco la paciencia...

Tras estas palbras segui hablando antes de que el mono me interrumpiese.

- El Goblin -digo mirando el charco de sangre que antes era un humanoide- no se muy bien como, consiguio un sapo extraño, realmente era monstruoso, pero dijo que si le dabas un lameton podriamos abrir la mente y descifrar el codigo de una forma rapida.- Tras esto hago una pausa y continuo- No se como consiguio convencernos pero todos chupemos el bicho ese y fue entonces cuando me dio el arrebato violento del que el mono me acusa.

Asi dejo la historia y espero la respuesta de mi Señora para acabar de responder con lo ocurrido.

-¡Señora, no os dejeis engañar! -Interrumpo alzando la voz sobre Phor. -Lo único que está intentando es quitarse las culpas vanamente y echárselas sobre alguien al que ya habeis castigado por sus estúpidos pecados. El goblinucho sacó, ciertamente, un sapulpo alucinógeno, pero en su escasa explicación dijo que el efecto de tal criatura variaba de especie en especie, ¡razón por la cual ninguno de los dos humanos tenía que haberse acercado a él! Pero Phor lo hizo, quitándoselo a Nerdwin cuando él ya lo había chupado, y le entró el frenesí destructivo. Se puso a correr de un lado a otro gritando y agitando su palo, peleando contra el aire mientras chillaba algo sobre unas enormes cabezas que lo estaban persiguiendo, y se dedicó a machacarlo todo. Y cuando ya había terminado de romperlo, siguió tratando de romper el suelo y otras cosas insulsas, que en nada nos adelantaban la misión que Vos nos habíais encomendado, todopoderosa Señora.

El como llegan tus esbirros a ponerse a chupar sapos monstruosos es algo que a una le cuesta comprender. La verdad es que la imagen en sí ya es algo que resulta bastante ridículo, pero teniendo en cuenta que podría darle por chupar otras cosas, algunas bastante más asquerosas era mejor no decir nada, sobretodo, teniendo un ejemplo claro en la tele:

Haciendo caso omiso al vuelco que dio mi estómago con la imagen mental de aquel tío que era un guarrísimo cerdo, decidí centrarme en lo que nos traíamos entre manos, que era menos escatológico.

- Entonces ¿ qué? - Preguntaba a Phor que era el que estaba hablando. - ¿ Terminaste con el arrebato en cuestión? Que la respuesta sea buena porque estoy dudando si ser yo la que sea cabrea más o no.

Muy avergonzado, inco la rodilla en el suelo y agacho la cabeza. No me hace falta mirar a mi Señora para saber que estaba increiblemente enfadada y con un tono de voz sumiso a mas no poder, digo:

-No... eran... bueno...- al fin consigo arrancar- No eran varias, era solo una cabeza, flotaba en el aire... Bueno, si, mi señora, el arrevato de violencia al final pude controlarlo y tras todo el ruido que hice al destruir la choza esa en la que vivia el amigo de mono-digo mientras señalo a mi unico compañero de mision que seguia con vida- aparecio un vecino y nos dijo que el tipo ese se habia mudado dos calles mas abajo.

-! Tras esperar que se le pasara el efecto a Pedro, que fue al que mas le afecto el chupar el bicho ese, y la respectiva bronca al goblin por habernos mentido, fuimos al fin a la nueva casa del susodicho amigo de este- hago un gesto suave con la cabeza para señalar al mono, y continuo:

- Alli habia un hombre que nos abrio la puerta y saludo al simio como a un hermano. Y nos dejo en la sala de espera mientras se fue con él hacia dentro.

No sabía por qué me había frenado en el último momento, aunque le hubiera dado tal porrazo que hubiera dejado al vikingo con unos cuantos huesos rotos. Quizás, sí que se salvó porque mi atención se centró de nuevo en el mono y eso de que dejara a sus compañeros al margen mientras él entraba a hablar con alguien... dejaría a cualquiera con esta cara:

- Entonces ¿ encontrasteis al tipo de rigor? Por tu bien espero que no estuvieras tramando algún plan que no tuviera que ver con la misión porque eso puede costarte algo más que un cabreo de tu ama...

Como había hecho con su compañero, dejé al mono explicarse, aunque eso no quería decir que fuera a tener siempre tanta paciencia. Ya estaba viendo el límite bien cerca...

Por su bien o por su mal, según se mirara, el mono no quiso abrir la boca a la pregunta que le había formulado y eso, como ya había visto después de " la limpia " que había hecho con sus compañeros, sólo podía acabar de una forma.

Ya había hecho tantas perrerías a mis esbirros a lo largo de los años, que seguro que empezaba a repetirme en algún momento, pero era difícil no hacerlo ya a estas alturas. De todas formas, conmigo los de " 1000 maneras de morir " podrían llegar a las 10000 sin problema alguno y además de forma bastante sádica, eso sí, tendrían que cambiarle el nombre mejor, a 10000 maneras de matar.

Detrás del mono, para pillarle por sorpresa apareció un cubo con un extraño líquido que dejaba escapar una especie de vaho blanquecino. Una mano invisible, le agarró la cola y la sumergió en lo que a estas alturas todo el mundo, es decir, Phor porque no había nadie más mirando, ya se imaginaba lo que era.

La cola se le congeló al instante y aquella mano invisible se la partió. Ahora el mono tenía una cola de mono que poner en una vitrina, así que la hice desaparecer con cuidado, por si lo siguiente que la adornaba era una cabeza de mono parlante.

- La próxima vez que decidas estar callado no tendrás una próxima vez! - No me molesté en chillarle, estaba claro que si a estas alturas ya no lo había pillado ya no lo iba a pillar.

Mis ojos se posaron de nuevo en el vikingo.

- ¿ Y bien? - No iba a estar preguntando lo mismo eternamente.

No se porque, pero sospechaba que la no respuesta del mono se debia a una estratagema para pillarme infraganti en el momento mas decisivo de nuestra explicacion, asi que sin dudarlo segui explicando a nuestra Ilustrisima todo lo sucedido en aquella extraña casa a la que fuimos arrastrados por la tozuderia de aquel mono parlanchin.

- Y bien, mi señora, como le iba explicando nos quedamos solos, esperando. Pasados unos cuantos minutos, qie parecieron horas. Y visto que el mono seguia sin dar señales de vida, nos adentremos en los pasillos de esa casa tan extranvotica- En ese momento me entro un escalofrio aterrador al recordar lo vivido en aquel momento.

- Tras abrir varias habitaciones, todas llenas de sangre y huesos de humanos a mitad de devorar, el resto del grupo queria salir de alli corriendo dando al mono por muerto, pero yo saque el valor barbaro que corre por mi sangre y les convecí para salvar al mono de quien quisiera que estaba detras de todo aquel berenjenal.

-Al fin, encontremos al mono, estaba casi inconsciente y su teorico amigo estaba apunto de comerselo vivo, al estilo Hannibal Lecter. Asi,-digo con una pizaca de orgullo en mi voz- le di un porrazo al canibal mientras el resto del grupo cogia al mono y saliamos corrienmdo lo mas rapidamente posible de aquella horrorosa casa.

Dolor. El dolor... y la pérdida de equilibrio. Me caigo hacia delante, de rodillas y dolido frente a la Gran Señora Oscura. No por la carencia de cola, sino por la sensación de haberle fallado al no contestar una vez más. Y entonces escucho al gigante humano, y todas sus tonterías. Y alzo la voz, desde mi posición.

-Mi Señora, disculpad a este pequeño primate que no es apenas una mota de polvo espacial frente a la grandeza de Vuestra potencia, comparable a la del más hermoso y devastador de los agujeros negros del universo. Mi conocido y yo dejamos al resto en otra habitación pues sus mentes no servían para comprender negociaciones avanzadas, tal y como acaba de demostrar Phor con su discurso. Cuando entró violentamente en la habitación, desoyendo mi órden de no interrumpir la compra que estaba realizando, se encontró con que el hombre estaba encima mío, y armado con un arma de filo. Claro que sí, se trataba de un bisturí... y lo que estaba haciendo mi conocido, antes de que Phor arruinase toda la operación, me sacara de allí a rastras y lo destrozase todo UNA VEZ MÁS es vender parte de mis órganos internos para comprar un arma capaz de lanzar misiles termonucleares a gran distancia, con la que la Comunidad Umbría no habría podido hacer nada para evitar su destrucción. Vulgarmente conocida como Shagohod, o el mejor bólido para arrasar a tus enemigos.

Esto al menos ya empezaba a ponerse algo interesante, pues eso de imaginarme la escena de un tío intentando comerse al mono me hizo gracia, aunque yo hubiera usado un palo para darle vueltas sobre una hoguera y bueno...

- ¿ Un caníbal? Entonces su amigo sería otro mono, deduzco... - Entendía que si una persona se comía a un mono era hasta normal.

De todas las maneras aquello no era lo importante, pues cuando fue precisamente el mono el que habló, volví mi vista a Vicky el vikingo a ver qué era lo que había pasado ahí.

- ¿ Eso que dice es cierto? ¿ no le dejaste vender sus órganos internos? Pero si a nadie le importa lo que tenga un mono por dentro y un arma siempre es necesaria!

Quería escuchar la respuesta que tenía que dar, pero vamos, no podía creerme que aquello hubiera sucedido!

Parecía que el destino de aquellos esbirros había sido echado y al ver que el vikingo pelirrojo no decía absolutamente nada, decidí que hasta ahí habíamos llegado y que no iba a dejar que más estúpidos esbirros me dejaran con la palabra en la boca.

Me puse en pie rápidamente, con cara sádica, como si se me acabaran de colar en la pescadería diciéndome " pero es que tú no tienes prisa que no tienes que hacer la comida ". Y así, todo comenzó a temblar, dejando claro que la charla había terminado y que pasaría a mayores.

Del cuelo salieron estacas de manera, tan afiladas como si fueran de acero y dejaron allí clavado a Phor, quien no tuvo tiempo casi ni de vérselo venir.

Con un gesto de la mano hice que las puertas se abrieran y volví mi vista hacia el mono.

- ¿ QUÉ HACES TODAVÍA AQUÍ?!!

Mi voz resonó por varios kilómetros a la redonda, incluso en la superficie.

Starmonkey había sobrevivido a aquel asalto, lo que tampoco quería decir que pudiera hacerlo durante muchos meses más.