Motivo: Correr
Tirada: 1d100
Dificultad: 20-
Resultado: 3 (Exito)
Alfonso se perdió colina abajo, los soldados que le perseguían llevaban desventaja y todas sus armas. Intentaron seguirle pero unos cientos de varas más allá le perdieron, el portugués corría demasiado deprisa y logró escapar... de momento.
En cambio para Bieito fue diferente, echó a correr en sentido contrario, dejó atrás la choza y los soldados pasaron de largo dejando a las mujeres y a don Carlos a un lado y le dieron alcance... Bieito no tuvo tiempo de reaccionar, el soldado más cercano se le echó encima y le dio un fuerte empujón que logró derribar al cazador. El resto de los soldados le rodearon, le desarmaron y le llevaron junto a las brujas y a Carlos que estaban rodeados por los hombres que habían seguido en vano a Alfonso y a Juan de Sansín, su capitán.
- Bien...- decía el capitán -Don Carlos, tenemos órdenes que ya sabéis. El grupo de hombres que vino a por vos nos ha atacado y nos hemos defendido. Debéis volver con nos ahora mismo.
Don Carlos ya había tenido bastante y un par de lágrimas asomaron cuando acompañó a los primeros hombres cuesta abajo de vuelta al camino y por ende a Pamplona.
Sólo quedaron cuatro de los soldados y Bieito, pues el capitán también había partido tras el resto sin pronunciar palabra.
-¿una última voluntad bastardo? -le preguntó uno de ellos a Bieito.
Motivo: pelea
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 31 (Exito)
Motivo: fue x 5
Tirada: 1d100
Dificultad: 100-
Resultado: 64 (Exito)
Motivo: fue x 5 Bieito
Tirada: 1d100
Dificultad: 50-
Resultado: 65 (Fracaso)
Motivo: agi x2 Bieito
Tirada: 1d100
Dificultad: 40-
Resultado: 79 (Fracaso)
¡Perros mansos, ide donde vuestro señor, que os de un hueso por haber cazado unos zorros!, dijo Bieito, fuera de si por la traición.
¡Y si, guardadme un maravedí en el bolsillo, en el infierno quiero pagarme una noche con vuestras putas madres! les escupió antes de su certera muerte.
El soldado que había recibido el esputo se lo limpió con el dorso de la mano y sonrió. Sin más hizo un gesto a otro de sus cobardes compinches que pareció entender el gesto. Tiró de la cabeza de Bieito hacia atrás dejando el cuello al descubierto el escupido sacó un cuchillo de penosa calidad y con él intentó degollar al gallego, pero el la hoja estaba tan mellada que sólo le produjo un corte superficial en dos partes y del corte manó sangre tímidamente.
Entonces la vieja entonó una cancioncilla, el gallego creía que de despedida mientras el soldado pedía otro cuchillo y las almas de Mikel y Juan cruzaban el umbral, y de la hoguera que había en el campamento de los soldados se escuchó un silbido y las llamas se oscurecieron.
Los soldados miraron la hoguera sin darle tampoco mucha más importancia y ahora sí, el soldado escupido degolló a Bieito como a un cerdo mientras el otro soldado lo sostenía inclinado hacia delante para que se desangrase, cosa que ocurrió de forma rápida y los ojos del gallego se tornaron vidriosos sin sentir dolor alguno.
El hombre que le sostenía le soltó y el hombre que le había degollado escupió sobre su cadáver cuando se escuchó un sonido que parecía una risa a su espalda. Los soldados se dieron la vuelta para ver ante ellos a una criatura compuesta por fuego, por el fuego de la hoguera que se había oscurecido y compactado para formar una criatura casi humana, traslúcida, hecha de fuego. La criatura dio dos pasos mientras los soldados se quedaban petrificados ante aquella visión y levantó los dos "brazos", de uno de ellos manó un chorro de fuego que alcanzó al soldado más cercano, las llamas le envolvieron y le lamieron las ropas y la piel mientras gritaba como un poseso, mientras que de la otra mano brotó una chispa que voló grácilmente hasta los pies del soldado que acababa de escupir y un segundo después, estalló una enorme bola de fuego que engulló a todos los soldados, a los cadáveres de los tres héroes y que también alcanzó la choza y a las dos mujeres.
Toda la colina quedó envuelta en la enorme explosión, los soldados que escoltaban a don Carlos y éste se dieron la vuelta sobresaltados al escuchar cómo la montaña reventaba y ver llamas de hasta diez varas de altura. Don Carlos empezó a chillar como un loco y los soldados tuvieron que llevarle a rastras. El capitán se les unió poco después y llegó con cara de circunstancias, no dijo nada pero se le veía aliviado de no habérselas tenido que ver con las putas brujas y haber liquidado a aquellos palurdos que habían hecho el trabajo sucio.
Poco después se diría en la corte que don Carlos fue secuestrado por una banda de criminales entre los que había un brujo de satanás, que don Juan de Sansín y sus valientes habían ido a Aralar a por el infante y habían combatido durante una noche entera contra el brujo y sus secuaces, venciéndole a costa de muchas bajas y una montaña entera.
Claro que no dijo nunca que se les había escapado uno de los "secuestradores". Llegó un portugués al norte de Castilla hablando de cierto heredero a la corona en actitud pecaminosa con una bruja, adornó el portugués la historia mentando a un supuesto hijo del heredero y la bruja con patas de águila y cara deforme.
Sierra de Aralar, noche de autos:
La criatura formada por fuego andaba entre las llamas emitiendo ruidos que bien podrían interpretarse como carcajadas, había matado a toda criatura viviente. Se paró ante un cuerpo ennegrecido y sonrió en una mueca macabra, aquél era el cuerpo de la vieja que lo había invocado. Tenía mucho poder, eso debía reconocerlo, pero no el suficiente como para darle órdenes.
¡Estúpida humana!
Los muy imbéciles se creían poderosos como para llamarle a su plano y hacerle entrar en éste, un plano material con poco fuego pero en el que a cambio, todo ardía fácilmente, menos aquel fluido transparente que había en abundancia. La criatura se encogió de hombros y entonces notó una sacudida de energía que le abrió un agujero entre su cuerpo hecho a base de llamas, ante él vio a su dueño y Señor: Frimost, que le miraba con enfado y la criatura sintió miedo
- ¡ÉSAS MUJERES ME PERTENECÍAN! TÚ NO TIENES DERECHO A MATAR A NINGUNO DE LOS CUERPOS QUE OCUPAN LAS ALMAS QUE ME SIRVEN. ERES INSIGNIFICANTE, ÉSAS TENÍAN TODAVÍA UNA MISIÓN QUE CUMPLIR EN ESTE MUNDO Y TÚ LA HAS ARRUINADO. SGHJLLSDJRAR, HAS DEJADO DE SERVIRME -dijo el Demonio levantando un dedo y la criatura emitió un silbido y desapareció.
- SUS ALMAS ME SEGUIRÁN SIRVIENDO DESPUÉS DE TODO -murmuró el Demonio con una sonrisa. Las almas no irían al Infierno con él, todavía.
FIN
Tirada oculta
Motivo: ataque
Tirada: 1d100
Dificultad: 75-
Resultado: 34 (Exito)
Tirada oculta
Motivo: daño
Tirada: 3d6
Resultado: 13