Corres con todas tus fuerzas y te lanzas, literalmente, al interior del vehículo cerrando detrás de ti. El insecto impacta contra la ventana y cae al suelo aturdido, no es lo suficientemente grande cómo para romper el cristal, por suerte.
-El mundo se ha vuelto loco... ¿estás bien?- te pregunta un hombre de voz serena al que no conoces. Últimamente parece que estás destinada a que los desconocidos te salven la vida.
El coche se vuelve a poner en marcha, él conduce con el ceño fruncido, desviando el coche de vez en cuando al distinguir cuerpos inertes por la carretera, un espectáculo bastante desagradable.
-Yo soy Jack, no eres de por aquí, ¿verdad?- dice bastante convencido, como si en realidad ya supiera la respuesta. Tras tu respuesta se vuelve a detener.
-Abre la puerta trasera- te insta, abriendo la que está detrás de él. Cerca de vosotros David y Liz están rodeados de varios de esos desagradables insectos, Liz parece que apenas puede tenerse en pie.