Partida Rol por web

Llorar sangre...eso no es normal...debería ser fácil encontrar información en mis apuntes y en los libros que Ed me dejó sobre las causas...

Tras ojear un par de libros de medicina para comprobar que no suelen sangrar los ojos en casos de asfixia me marcho a comer algo. Me pillo un perrito y una cola mientras leo las notas que he tomado en la bibliteca.

Me intereso por la historia de la chica y la de toda su familia. Puede ser bueno empezar por ahi la investigación.

Bueno mientras pienso en cómo encontraré a los otros cazadores de los que me habló Ruby. Es necesario que los encuentre rápido y acabar esta misión.

Si no encuentro a los cazadores rápido no voy poder vengar a Ed...tengo que encontrarlos...

Apuntas todo lo que vas encontrando y que crees pueda ser de utilidad, sobretodo nombres y direcciones a las que empezar a acudir, aunque de momento lo único que parece realmente interesante es el factor de llorar sangre y la muerte por asfixia en todos. Es el síntoma más paranormal de ser cierto.
Tomas asiento en una de las mesas del modesto local que has elegido para comer, comprobando las notas de Ed puesto que en las tuyas sabes que no tienes nada el respecto. Menciona a unos espíritus llamados Lloronas que al parecer provocan ese efecto en sus víctimas. Normalmente madres vengativas por algún accidente que tiene relación con la muerte de niños y cosas así, nada que ver con la información que tienes por el momento...

La camarera vuelve con tu pedido mientras te encuentras concentrado en la lectura.
-Qué buena pareja hacéis, ¿vas a tomar algo linda?- pregunta amablemente a Ruby, la cuál se limita a negar con la cabeza.

-Somos tal para cuál, ¿has visto?- dice encogiéndose de hombros en tono de broma antes de proseguir con más seriedad.

-Te veo muy concentrado en todo esto, pero.... Sigues siendo un Lobo Solitario, ¿hm?- coge la pajita de tu refresco y la mueve distraidamente por el alargado vaso, observando las burbujas mientras apoya la cara en su mano libre.
-Bueno al menos me dirás que ya tienes algo útil, ¿no?- arquea una ceja y deja de juguetear para observarte inquisitivamente.

Miro para Ruby bastante sorprendido...la verdad si no estuviera acostumbrado a estas cosas saltaría de mi asiento.

- Me alegra verte...y sobre lo de lobo solitario no me diste muchas pistas de a quién debo buscar...- digo con cierta desgana

Le doy un mordisco al perrito y le digo otra vez:

- He descubierto que es más que posible que una llorona actue en este pueblo...si hay cazadores tienen que estar en este caso...a ver si los encuentro rápido aunque podrías darme alguna pista más sobre los cazadores...por ejemplo su nombre y número de teléfono...ya que tanto parecer saber...

-Bueno, no iba a decírtelo todo, ¿no?- sonríe y se encoge de hombros mientras cruza los brazos sobre la mesa. Mirando el perrito que empiezas a comerte con la cabeza ladeada. ¿Se supone que deberías sentirte incómodo? Un poco rara sí es.
-Podría decírtelo, pero entonces no tendría mucho mérito que digamos así que... Lo que sí puedo decirte es que ya te has topado con ellos y sin embargo ni te has dado cuenta, porque sigues inmerso en ti mismo. Supongo que es difícil cambiar tan de repente y mostrarse sociable- mira alrededor y frunce ligeramente el ceño con fastidio.

-¿A quién se le ocurre pedir un perrito sin patatas fritas? Qué desilusión- se levanta de la silla y se mete las manos en la chaqueta -Digamos que te daré la pista más clara del mundo. Los coches que te llamen la atención... Esos son ellos- te guiña el ojo y ya se gira para marcharse del local.

Después de lo que he visto desde mi "iluminación" esta chica no me parece tan rara. He visto cosas peores y de momento esta no ha intentado matarme.

- Bueno de momento solo me han llamado la atención dos...así que a ver si los vuelvo a ver...

Miro para Ruby y sobre el comentario de las patatas digo:

- Esto no es Manhattan Ruby...aquí no te las sirven al pedirlo...

Veo pasar a una camarera y le pido unas patatas fritas y sonrio.

- Bueno...¿alguna información más que deba saber antes de que desaparezcas misteriosamente?

-¡Qué complaciente! Me gusta...- vuelve a tomar asiento en cuánto pides las patatas fritas y ya prepara el ketchup, moviendo el bote con insistencia mientras te mira con ambas cejas arqueadas.
-¿Sólo dos?, ¿te parece poco? Con lo pequeño que es este pueblo es un milagro que hayas dado uno, y sin embargo se han reunido varios, por eso que tienes ahí...- señala acusadoramente el periódico y en cuanto sirven las patatas sonríe con entusiasmo, vertiendo una cantidad desproporcionada de ketchup en un rincón, donde directamente baña las patatas una a una antes de llevárselas a la boca.

-Es que me gusta ser enigmática, qué le vamos a hacer- se encoge de hombros despreocupadamente -Creo que el resto te llevan algo de ventaja, ¿sabes? Deberías ir a casa de la fallecida que está causando esto, cómo era el nombre... Da igual, no lo recuerdo. Mató a sus hijos de hambre y luego se ahorcó. Qué encanto de mujer, ¿eh?- comenta mientras sigue comiéndose tus patatas. Con lo delgada que está cuesta adivinar dónde mete esas grasas saturadas.

- Me da que me tocará otra vez hacer trabajo de biblioteca...eso lo hacía mejor Ed...

Al decir esto lo echo bastante de menos; la verdad su muerte ha sido más dura de lo que creía al principio. En poco tiempo he perdido tanto a mi padre como a mi mentor; tengo a la familia a miles de kilómetros de distancia y encima me tengo que enfrentar a una llorona.

- Bueno...en cuanto acabe esto iré a buscar esa información y directo a la casa de la cabrona esa...

Miro como Ruby come las patatas y me recuerda a mi hermana pequeña. Lo que me hace olvidar un poco la muerte de Ed. Una leve sonrisa asoma en mi rostro.

Se te queda mirando algo más seria ante tu primer comentario, pero luego sigue con las patatas cómo si no hubiera pasado nada, o quizá queriendo quitarle hierro al asunto para no darle demasiadas vueltas.
-Tienes suerte de que me gusten las patatas y me gustes tú, así que... vale, está bien, deja de suplicaaar- dice en tono de burla mientras entorna los ojos.
-Vas a tener que seguir la Avenida Claymore. Cuando esta finalice tú sigue adelante hasta que encuentres una casucha destartalada y abandona pro medio de la maleza, ¿vale? Te he ahorrado horas de lectura de libros, así que consideraré que más has invitado- se chupa los dedos y se levanta enérgicamente.

-Ahora sí, debo irme, tengo más cosas que hacer aunque me gustaría estar aquí charlando y todo eso. Ya nos veremos. Ten cuidado- esta vez sí se marcha del local cuando tú ya has acabado el perrito. Ha dejado unas cuantas patatas pero más bien pocas. Parece ser que le gustan mucho, quién lo diría.

Bueno de esta vez no ha desparecido...la cosa va mejorando....

Me levanto pago la comida y salgo a coger el coche. Voy andando rápido para poder llegar cuanto antes a la casa esa.

Al llegar al coche reviso las notas de Ed sobre que hacer si te encuentras a una llorona. Al parecer la sal sirve y es necesario quemar los restos.

Bueno va tocar salir a excavar tumbas...que guay...espero que en este pueblo no disparen a los saqueadores de tumbas como en wisconsin...

Enciendo el coche y me dirijo hacia la Avenida Claymore; tras pasarla llego hasta la casucha destartalada y recubierta de maleza. Estudio la zona desde la lejanía para estar seguro de que no es peligroso adentrarme.

Se trata de una casa ya alejada del pueblo, entre varios árboles y matorrales, abandona y olvidada de todos. Seguro que nadie quería comprar una casa dónde había sucedido algo así. También deben circular multitud de leyendas urbanas al respecto, aunque esta puede que sea cierta, para variar un poco.

Desde la lejanía poco más puedes apreciar excepto que está en el suficiente mal estado para considerarla "choza" en lugar de casa...
Algo te llama la atención entonces en el piso de arriba, una luz que se mueve, pero se apaga enseguida.

Meto en una mochila sal, agua bendita (por si acaso) y cargo la escopeta con sal roca. También meto un pequeño bote de queroseno por si encuentro algún resto en la casa para quemarlo.

"La pena que no es pena, Llorona,
todo es pena para mí.
Ayer penaba por verte, Llorona,
y hoy peno porque te vi."

Me acuerdo de una canción que solía recitar Ed; era una canción popular mexicana que tenía que ver con eses espíritus. Sonrio levemente pero en nada me desaparece la sonrisa.

- Es hora de entrar...- me digo para darme fuerzas

Me acerco sigilosamente a la casa; intentando vigilar las ventanas de la casa ya que he visto una luz en una de ellas.

Si hay suerte serán los cazadores pero aún asi puede resultar un encuentro brusco...

Sigo acercándome a la casa; echo un vistazo para decidir por que sitio podría entrar.

Preparas tu mochila con los utensilios que crees son adecuados para esta ocasión y avanzas hacia la casa con la escopeta cargada, pues has dejado el vehículo aparcado a bastante distancia.
Según te acercas, te parece todo más sombrío y escalofriante. No vuelves a ver esa luz, sin embargo en un lado de la casa aprecias ese despampanante corvette victory que ya habías visto anteriormente.
La puerta principal se encuentra semiabierta, así que entras sin mayor problema.
Las puertas chirrían, todo está lleno de polvo y de telarañas, apenas hay muebles, la mayoría de ellos desconchados o raídos por las termitas. Huele a cerrado y un poco a humedad. Incómodo, pero a decir verdad has llegado a estar en lugares peores.

Distingues con claridad las marcas de huellas de pasos en el recibidor, en el pasillo y en las destartaladas escaleras que conducen al piso superior.

Cambio mi escopeta por la pistola debido a que sostener la linterna y la escopeta va a ser dificil. Guardo la escopeta en la mochila que me cuelgo a la espalda para poder ir mas cómodo. Me asomo agachado y con cuidado por la puerta para comprobar el número de pisadas que veo y aproximadamente que tipo de calzado es. Y si es posible identificar en número de huellas diferentes.

Avanzo con cuidado sosteniendo la pistola con la derecha y apoyándola en la izquierda que es donde sostengo la linterna (como la suelen llevar los policías para apuntar a donde alumbre la linterna). Ilumino solo hacia el suelo para no delatar mi posición demasiado; cada tres pasos miro hacia atrás para comprobar mi retaguardia.

Cuando llego a las escaleras compruebo los escalones; normalmente las partes del escalón al lado de la pared chirrian menos asi que es en los bordes donde apoyo con cuidado mis pies. Subo comprobando que no hay nadie que pueda dispararme desde arriba pero sin dejar de vigilar mi espalda.

Cuando alcanzo el primer piso me agacho para no ser un blanco fácil y apoyo mi espalda contra la pared. Echo un vistazo para ver si encuentro algún indicio de dónde pueden estar los otros. Me mantengo en silencio durante unos segundos.

Bueno espero que no acabemos disparando como en una peli del oeste...

Empiezas a avanzar con profesionalidad por el rellano, distinguiendo que la suela del calzado es lo suficientemente contundente para tratarse de botas o algo por el estilo, aún así son pequeñas lo que te lleva a pensar que no se trata de un hombre y sólo parece haber de un tipo.
Subes los peldaños con lentitud y cuidado para no hacer ruido, sobresaltándote al segundo cuando oyes una madera quebrándose en el piso superior, así que extremas las medidas de seguridad que crees oportunas al llegar hasta el pasillo superior.

Aquí todo está terriblemente oscuro y lo único que te ilumina es tu linterna. Hay varias puertas cerradas y huellas pero ves que acaban por subir a través de unas maltrechas escaleras que descienden de una trampilla hasta la buhardilla. Uno de los peldaños está roto.

O espero...o subo...si subo es posible que me escuche y me tienda una emboscada...me arriesgaré...

Me acerco a las escaleras de la trampilla. Compruebo con un pie si soportarán mi peso y comienzo a subir lentamente por ellas. Me paro a cada paso para ver si causo mucho ruido y ver si se mueve algo arriba. La linterna la mantengo iluminando los escalones ya que si ilumino hacia arriba me verían fijo. Me muevo silenciosamente esquivando el escalón roto. Cuando estoy arriba del todo me preparo para hacer un movimiento rápido y me cuelo dentro del desván; ruedo un poco y me incorporo colocando una rodilla en tierra y la otra flexionada. Hago un barrido rápido con la linterna para comprobar que gente hay.

Si veo a alguien hablo con voz normal sin gritar para no asustar:

- Ei!¿Quién eres tu?